sábado, 4 de noviembre de 2023

Bomberos Forestales lamentan que el incendio de Montitxelvo les dé la razón. [Perdónenme, pero bien perdonado, patrióticamente hablando, nada de tontadas. Quesque estoy con las prácticas del acceso a la dúo (porque son dos en uno) direccional subterránea del PP, de al 3%, por ejemplo, y a la de banderas en volandas al viento por la vía rápida que vienen los rojos. Las teorías de la teorización de la teoría para teorizar teorizando como Dios manda ya me las sé. Vean: Padre nuestro que estas en los cielos, que ni se te ocurra dar pan a los que comen marisco a costa del trabajo de otros, porque es que entonces me voy a cabrear, y que no sabes con quien estás hablando, Padre nuestro. Y vean esta otra: Que no quiero por novia la muerte ni por cuñado un monte quemado. ¡Viva España. Viva paña. Viva na, ña, ñá! Así que, a lo que iba, a lo que me queda pendiente, las prácticas: ¿Qué es preferible, una España quemada, incluida Valencia, o una España sin romper Republicana con Cataluña y toda la pesca dentro?]

 

 

Bomberos Forestales lamentan que el incendio de Montitxelvo les dé la razón

TERCERAINFORMACION / 04.11.2023

  • La sección sindical de Bomberas y Bomberos Forestales (BB.FF) de CGT en el País Valenciano difunden un video en el que se les ve advirtiendo a la consellera Elisa Núñez de los peligros de prescindir de 300 agentes y lamentan que el incendio de Montitxelvo les esté dando la razón.



Bomberos forestales de CGT en protesta / CGT

 

Las Bomberas y Bomberos Forestales de CGT en el País Valenciano han difundido un video de una conversación con la consellera de Justicia e Interior, Elisa Núñez, responsable de su servicio, en la que se puede escuchar como le advierten del peligro que supone prescindir del personal de refuerzo ante el contexto de cambio climático que padecemos.

En el video se escucha a un bombero forestal, delegado de CGT en la Sociedad Valenciana de Gestión Integral de los Servicios de Emergencias (SGISE), en la concentración realizada el pasado lunes -donde se denunciaba que no se aumentara el periodo de contratación del Personal de Refuerzo del Servicio de Bomberos y Bomberas Forestales- decirle a la consellera “si por desgracia el miércoles se declara un incendio forestal, viene un temporal de aire, usted va a llamar a los servicios de otras provincias cuando acaba de mandar a 300 personas a la calle”.

Desde la sección sindical de BB.FF de CGT explican que “lamentan que se haya cumplido la predicción del compañero” y consideran que “el retroceso del servicio de emergencia ante el nuevo escenario de incendios forestales, con el contexto del cambio climático, iniciado por la nueva consellera es de una gran irresponsabilidad política y humana”.

“Decir que la contratación de refuerzo solo se puede alargar bajo una situación de emergencia denota el total desconocimiento del Plan Especial de Incendios Forestales – activo todo el año-, la realidad del territorio valenciano y su tendencia a Incendios Forestales fuera de estacionalidad, así como del reglamento de Bomberas Forestales donde detalla todas las competencias que tenemos en el medio natural” recuerdan desde CGT.

CGT BB.FF se concentraron el lunes 30 de octubre en las puertas de la ciudad administrativa Nou d’Octubre para denunciar que el pasado 26 de octubre de 2023 con tan solo 5 días de preaviso, la Consejera de Justicia Elisa Núñez confirmó que no aumentará el periodo de contratación del personal de refuerzo del Servicio de Bomberos y Bomberas Forestales, enviando así alrededor de 300 personas al paro al finalizar octubre, el día 31.

Y añaden: “La Consejera no nos ha manifestado ningún plan ni iniciativa para mejorar este servicio y mejorar su gestión que tanto ha criticado en sus primeras intervenciones en las Cortes, y no hemos obtenido ninguna información sobre el Primer Convenio Colectivo SGISE ya firmado por la parte social y empresa”.

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Aumentan a 9.299 los muertos y a más de 25.000 los heridos por los ataques de Israel a Gaza

 

Aumentan a 9.299 los muertos y a más de 25.000 los heridos por los ataques de Israel a Gaza


TERCERAINFORMACION / 04.11.2023

  • El Ministerio de Salud refirió en su último comunicado que el número de muertes en Gaza ya alcanza los 9.155, mientras que en Cisjordania suman 144.



Edificios destruidos por los ataques aéreos israelíes en Yabalia, en la Franja de Gaza / AFP

 

El número de muertos por los ataques de Israel sobre la Franja de Gaza y Cisjordania ha aumentado a 9.299, mientras que se reportan más de 25.000 heridos.

El Ministerio de Salud refirió en su último comunicado que el número de muertes en Gaza ya alcanza los 9.155, mientras que en Cisjordania suman 144.

Asimismo, el balance del Ministerio detalló que 24.000 palestinos han resultado lesionados en Gaza y 2.200 en Cisjordania.

Por otra parte, desde el pasado 29 de octubre al menos 1.950 palestinos, de ellos, 1.050 niños, se encuentran desaparecidos.

De igual forma, la entidad detalló que el Hospital de la Amistad de Türkiye, única instalación para el tratamiento del cáncer en la zona, ha suspendido operaciones debido a los bombardeos y la falta de suministro de combustible.

Gaza cuenta con 35 hospitales, de ellos16 se encuentran fuera de servicio debido a los bombardeos y el agotamiento del combustible.

Israel impide que los pacientes de Gaza, incluido los oncológicos, abandonen este territorio y vayan a los hospitales de Jerusalén a recibir tratamiento.

Bombas sionistas han caído en las inmediaciones del al-Shifa, mayor Hospital de Gaza, dejando al menos 13 muertos y un número indeterminado de heridos.

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El fin de la PAX (norteamericana)

 

El genocidio que Israel está cometiendo contra el pueblo palestino en Gaza no es –al menos no lo es únicamente– una respuesta a Hamás. Es mucho más, es la primera etapa del proceso de expulsión definitivo de los palestinos de su territorio.


El fin de la PAX (norteamericana)


Manolo Monereo

El Viejo Topo

4 noviembre, 2023 

 


EL FIN DE LA PAX (NORTE)AMERICANA Y EL CONFLICTO ENTRE EL ESTADO DE ISRAEL Y EL PUEBLO PALESTINO

Para Meir Margalit y el movimiento pacifista israelita

Netanyahu no es el Estado de Israel; Hamás no es el pueblo palestino. Ambos problemas están relacionados, pero no son lo mismo. Matizar tiene su importancia para entender bien los conflictos y, sobre todo, encontrar soluciones operativas. El encontronazo entre el Secretario General de la Naciones Unidas y el gobierno israelí explica mucho. Una cosa es intentar comprender las razones de fondo que están detrás del conflicto y otra legitimar las acciones del movimiento Hamás; para el gobierno de Israel, desde siempre, cualquier intento de situar la centralidad de la cuestión palestina equivale a cuestionar al Estado de Israel y, sin sutilezas, devenir antisemitas. Los discursos implican acciones y las dramáticas escenas que estamos viendo en la franja de Gaza y, cada vez más, en Cisjordania tienen que ver con esto.

Para intentar comprender lo que está pasando hay que partir de tres grandes cuestiones relacionadas entre sí y que sitúan la escalada en el Próximo Oriente como una salida cada vez más probable: a) los cambios geopolíticos globales y su incidencia en el Oriente Próximo; b) la evolución de la sociedad y de la política en Israel y en lo que va quedando de las zonas de asentamiento del pueblo palestino; c) el bloqueo consciente y planificado de cualquier salida al conflicto que no implique el fin del pueblo palestino como sujeto político. Las tres cuestiones están relacionadas estrechamente. Todos los frentes abiertos (Europa/Ucrania; Mar de China Meridional/ Taiwán; Sahel/ África) amenazan con escaladas y denotan que el enfrentamiento es ya global. Es el signo de los tiempos: el viejo orden se defiende con todo lo que tiene y el nuevo que emerge lo hace entre antagonismos y combates cada vez más duros con la guerra, la grande, siempre en el horizonte. Tan viejo como el mundo.

La primera cuestión tiene que ver con el fin de la Pax americana; es decir, la crisis de un orden político, económico, ideológico y político-militar que había organizado el mundo en función de los intereses norteamericanos después de la desintegración de la URSS y la disolución del Pacto de Varsovia. La gran transición geopolítica que estamos viviendo es percibida por los actores del Sur Global (y el pueblo palestino lo es) como una ventana de oportunidad para intentar resolver viejos problemas reprimidos y nunca resueltos que implicaban enormes sufrimientos para las poblaciones. El Estado de Israel no es solo un aliado de EEUU, es un actor interno en la política norteamericana, como analizaron con mucha agudeza Mearsheimer y Walt hace ya algunos años. Nadie puede ganar unas elecciones en ese país sin el apoyo de este enorme lobby. Es más, la alianza entre el citado lobby y los cristianos fundamentalistas del sur es cada vez más determinante en la política interna norteamericana. Ahora vemos algo más: el gobierno de Israel es para el occidente colectivo una identidad, un programa que hace factible que tropas de Alemania, Francia o Italia estén dispuestas a intervenir en su ayuda; eso sí, conducidos por el todo poderoso amigo norteamericano.

La segunda cuestión queda siempre ocultada: la evolución política y social de la población israelí, de un lado, y del pueblo palestino, de otro. Quién está gobernando hoy el Estado de Israel es una fuerza política de la derecha más dura en alianza con la extrema derecha fundamentalista con un objetico claro, diáfano: poner fin a la presencia de los palestinos en el Gran Israel. En septiembre de este año Netanyahu lo explicó con mucha claridad y prepotencia en la Asamblea de las NNUU: Israel está reorganizando un nuevo Oriente Medio basado en el mutuo reconocimiento entre judíos y árabes (la paz de Abraham) cuya culminación sería el establecimiento de relaciones con Arabia Saudita. Los palestinos no aparecían en la ecuación ni como problema; simplemente no existían. Que el Estado de Israel vive una crisis política de grandes dimensiones no lo duda ya casi nadie; que seguramente es la más grave en sus 75 años de existencia, es muy posible. El futuro democrático de Israel está relacionado, guste o no, con la solución también democrática del problema palestino. La degradación de la vida pública israelí, la ruptura de su sociedad civil y el predominio de fuerzas fundamentalistas cada vez más autoritarias tiene mucho que ver con dilemas existenciales relacionados con esta cuestión decisiva.

El otro lado del problema tiene que ver con la dramática situación del pueblo palestino. Las condiciones económicas, sociales, sanitarias son muy conocidas. Gaza, con más de dos millones de personas hacinadas en un territorio de 365 km cuadrados donde más de la mitad son menores de 16 años, vive un bloqueo por tierra, mar y aire controlado férreamente por el gobierno israelita; de él depende que llegue el agua, la energía, los alimentos, las medicinas…; es decir, es un gueto con altísimas tasas de desempleo, de pobreza, de vulnerabilidad alimentaria. El 70% son descendientes de los refugiados del 48. La situación de Cisjordania no es mejor. La Autoridad Nacional Palestina apenas si controla un tercio del territorio. La colonización ha ido haciendo imposible cualquier idea de autonomía sobre el territorio; los asentamientos judíos en la zona han crecido mucho: de 200.000 en los noventa, hoy alcanzan los 700.000, muchos de ellos armados como lo estamos viendo estos días en Cisjordania.

Un joven que tuviera 5 o 6 años en 2007 (inicio del bloqueo) habría vivido como “normalidad” un bloqueo permanente y como “anormalidad” cinco grandes crisis/conflicto resueltas manu militari por las fuerzas de ocupación israelitas. ¿Cuál es el futuro de estos jóvenes? ¿tienen futuro? Lo que sabemos es que para una parte cada vez más significativa de la población palestina, la Autoridad Nacional sirve para poco o nada, son percibidos como débiles, corruptos e incapaces de resolver los problemas existenciales de su pueblo. No les queda más salida que la emigración o la resistencia.

En estos años de prepotencia y de giro aún más hacia la derecha del gobierno israelita se ha ido imponiendo la cultura de la impunidad. El Estado de Israel puede hacer lo que considere oportuno para defender sus intereses dentro o fuera de su país. Tiene licencia para intervenir en Siria, en Irán o en cualquier otro país en los que considere que su espacio vital esté en peligro. Nunca son sancionados y los acuerdos de las NNUU son rechazados en la medida que no concuerden con sus prioridades políticas. Ni siquiera cumplen los acuerdos –como los de Oslo– que ellos firmaron. Su soberanía es posible porque tienen la garantía de EEUU y de un Occidente que lo considera su representante en una zona estratégica fundamental.

El pueblo palestino, desde hace años carece de una alternativa viable, posible. Netanyahu y sus aliados de extrema derecha no dejan ninguna salida, ni dos Estados ni un Estado único laico y multicultural. Y mientras, el mundo cambia aceleradamente. El gobierno de Israel no ha entendido, no ha querido entender, las mutaciones que se están produciendo. El 1 de enero ingresarán en los BRICS Egipto, Irán, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía. De los acuerdos de Abraham no queda mucho y después de esta guerra quedarán menos. La presencia militar enorme de los EEUU en la zona no puede ocultar sus grandes dificultades. China maniobra con prudencia e intenta evitar la escalada. Biden está advirtiendo a Irán y a Hezbolá que, si intervienen, serán duramente reprimidos. Este Irán no es el de antes, tiene alianzas estratégicas con Rusia y China, su poderío tecnológico y militar ha crecido mucho, hasta el punto que ha terminado siendo el ganador de otro de los muchos conflictos creados y mal resueltos por los EEUU.

El 7 de octubre marca un antes y un después. El ataque de Hamás sorprendió a todo el mundo y especialmente a los todopoderosos servicios secretos de Israel. Netanyahu intentará sacarle partido a la situación buscando recomponer la unidad del pueblo judío, “resolver” de una vez por todas el problema palestino y ajustar cuentas con Irán y sus aliados en la zona. No hablo de oídas. Recientemente ha aparecido un “libro blanco” elaborado por el Instituto para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista ligado al Likud, en el que se propone la expulsión de los palestinos de Gaza y su integración en Egipto. El plan es muy detallado y recoge elaboraciones que, desde hace mucho tiempo, los demógrafos y estrategas próximos al partido de Netanyahu vienen defendiendo.

La tragedia la estamos viviendo en tiempo real. Las voces críticas son pocas y los que se atreven, hablan de respuesta desproporcionada. Es algo más que eso, mucho más que eso. El gobierno de Israel, sus ministros hablan abiertamente de venganza. Las dimensiones son tan enormes que no hacen creíble que el objetivo sea poner fin a Hamás. El presidente del país lo ha dicho con meridiana claridad, el pueblo palestino, los gazaties son también responsables. Pensar que la unidad de Israel y la paz en la zona se pude construir sobre la aniquilación del pueblo palestino es no conocer la historia. En primer lugar, la historia de los judíos y, sobre todo, no tener en cuenta que el viejo mundo unipolar está en crisis en todas partes y que el omnipresente apoyo de los EEUU y de la Unión Europea ya no bastará.

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