viernes, 9 de octubre de 2015

PODEMOS: ¿DE QUÉ COLOR ES SU PLUMERO?


Podemos: una marca "funcional" al régimen español

1/2 
09.10.2015


Una novedosa organización política se ha hecho visible en el panorama político español. Evita denominarse a sí misma partido y acude al término “marca” o “etiqueta”, tan propia de los supermercados.

Fundada en enero de 2014, la Marca Podemos se considera la continuación de una expresión de descontento social ocurrida el 15 de mayo de 2011 en la cual infinidad de ciudadanos protestaron contra el orden imperante en España, ese día se establecieron campamentos asamblearios en muchas ciudades del país y a partir de allí se crearon unas redes o grupos de trabajo que confluyeron en la nueva formación política a comienzos de 2014. Su ideario político puede verse en http://podemos.info/ y su contenido se diferencia muy poco de cualquier organización progresista o de izquierda, aunque su énfasis se centra en obtener mayorías electorales, es decir, los resultados en las urnas son el eje de su actividad política.

Las elecciones al Parlamento europeo y las pasadas elecciones municipales del 24 de mayo en 13 de las 17 comunidades autónomas le otorgaron a Podemos un importante resultado, convirtiéndose en un actor estelar en las próximas elecciones generales del 20 de diciembre.

Más que sus líneas programáticas han sido sus actos los que han ido colocando a esta organización en determinada posición en el espectro político español. Un escenario ideal para hacer conocer su ideario político real han sido los programas televisivos “Fort Apache” y “La Tuerka”, en los que han expresado sin lugar a equívocos sus posiciones políticas en torno a temas cruciales de la sociedad española como la monarquía y su absoluto distanciamiento de la izquierda como referente filosófico y político.

Podemos: ni de izquierda, ni revolucionaria, ni rebelde, ni unitaria, ni republicana… ¿acaso reformista o qué?

Podemos, ni de izquierda ni revolucionaria

El programa de opinión La Tuerka, publicado en Youtube el 6/2/2015 [1], dirigido por el profesor Juan Carlos Monedero uno de los fundadores de Podemos, se tituló “Cuando despertó la izquierda ya no estaba ahí”, se expresan las críticas que Podemos hace a la izquierda. Parten de poner en el mismo saco de la izquierda al comunismo, al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a Felipe González, al socialismo real con los gulags y Ceausescu, a la Acción Democrática de Venezuela, es decir, que al interior de esta corriente de pensamiento han estado tal cantidad de partidos y personajes que han hecho lo contrario de lo que pregonaban, lo que la ha convertido en un referente tan lleno de errores que no vale la pena asumirlo.

Aunque no deja de reconocer que hubo una izquierda heroica: la que sacó del feudalismo a Rusia y China, la que dio dignidad a América Latina por medio de la Revolución Cubana, la que resistió la dictadura franquista, etc.

Desde el punto de vista doctrinal Monedero sostiene que la izquierda tiene errores de concepción en su corpus al pretender nacionalizar los medios de producción porque generaban burocracia; a la hora de gestionar la sociedad porque cayó en el paternalismo y no respetó la ecología; y por último perdió la batalla ideológica pues el sentido común de izquierda fue derrotado por la mentalidad consumista e individualista, el querer ser empresario de uno mismo. (Minuto 55:20).

En una entrevista televisada en un medio colombiano (Canal Capital: programa Primer Café), publicado en Youtube el 04/06/2015 [2], el mismo Monedero, banaliza lo que significa ser de izquierda con dos chistes: “le preguntan a un militante de izquierda que si tuviera dos aviones, qué haría, responde, uno para el partido y uno para mí…si tuvieras dos Ferraris, le vuelven a preguntar, responde, una para el partido y el otro para mi…y si tuvieras dos gallinas, él se queda pensando, ante la duda le cuestionan y responde, es que las gallinas sí que las tengo”. Enseguida cuenta otro: “están dos soldados, uno soviético y otro polaco luchando contra los nazis en la Segunda Guerra, en el fragor del combate aparece un tesoro y le dice el soviético al polaco, vamos a repartir este tesoro como comunistas, y el otro le contesta, oye ¿no podríamos hacerlo a partes iguales?”. (Minuto 28:30 de la entrevista).

Pero la mejor posición frente a la izquierda la expuso el Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, en su programa de televisión Fort Apache, dedicado a la Crisis del Partido Popular, publicado el 11/7/2015 [3]. Preguntado sobre la posibilidad de un amplio frente de izquierdas para ganar las elecciones generales, planteó que:

“…después de que te cortejan no sabes decir que no, pero no es arrogancia sino cuestión de lógica política. En España hay mucha gente de izquierda que de buena fe piensan que…un Frente de izquierdas puede ganar…porque es una cosa muy bonita…eso que es un deseo noble no funciona electoralmente y la prueba es Podemos. Podemos lleva dos años haciendo lo que la izquierda no hubiera hecho, y con la izquierda diciéndoles lo estáis haciendo mal…y el peso electoral hace que todo el mundo entre en razón. Entonces si…pensáramos que llamándonos…“Podemos todos juntos”…eso sirve para tener más votos seríamos idiotas…lo que tenemos claro es que hay que presentarse de la manera más eficaz en términos electorales y ahí es donde pensamos que la marca Podemos, que la identidad Podemos, precisamente porque ha sabido tomar distancia de identidades políticas que respetamos mucho pero que no funcionan como tal, no sirven, por eso nosotros abrimos la mano a toda la gente que quiere venir, pero quien quiera traer su mochila de yo vengo aquí, yo represento a la izquierda, es que además lo dicen abiertamente quiero un frente de izquierdas…y yo les digo ¿de verdad tú quieres ligar conmigo diciendo que hay que hacer un frente de izquierdas? Si es que…hemos venido diciendo que eso no puede cambiar políticamente el país, que hay que utilizar otras claves y a eso responde nuestra estrategia diciendo la Marca tiene que funcionar. ¿Cuáles son los lugares donde yo vería adecuado agregar un guión y otra cosa? Cataluña, el País Vasco y eventualmente Galicia y por su puesto País Valenciá y Baleares, porque somos una fuerza política plurinacional…y estos acuerdos pueden ser eficaces electoralmente”. (Minuto 39:00 a 41:10)

En general proponen cambiar el eje izquierda-derecha por el de los de arriba y los de abajo; hablan de la “gente”, de las mayorías electorales, etc.

Vista esta argumentación vale la pena hacer algunas precisiones.

1.- La izquierda como horizonte político representa la lucha contra la desigualdad, la injusticia y la democracia. Por lo menos en occidente hace parte de la cultura política de quienes luchan por el poder. Que partidos y líderes hayan tomado su nombre y terminen en la derecha es algo inevitable. El partido de Hitler se llamaba Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, el partido de la derecha española se llama Partido Popular (PP), la oposición de derecha en Venezuela se autodenomina Voluntad Popular. Es decir, la apelación al socialismo, a lo obrero, a lo popular, no es patrimonio sólo de la izquierda y menos aún conceptos como liberación, nación, patria, los cuales han sido utilizados indistintamente por las diferentes posiciones políticas.

2.- Podemos confunde el comunismo con izquierda. Se puede ser de izquierda sin ser comunista, pero ellos hablan de errores en el corpus de la izquierda.

Acorde a la concepción comunista la nacionalización o socialización o estatización de los medios de producción se previó como necesaria en un período de transición en el que el proletariado debía imponer su poder sobre la burguesía, mostró su eficacia en la Segunda Guerra Mundial, la estricta disciplina y planificación socialista venció a los nazis y le “salvó los muebles” a los capitalismos occidentales; planificación comunista es indivisible del triunfo sobre la barbarie fascista.

Los errores en la gestión de la sociedad y la derrota ideológica de los valores comunistas respecto a los individualistas, se debió a que el referente del comunismo en el mundo, la URSS, adoptó “la transición pacífica al socialismo” como política internacional, es decir, la promoción de las revoluciones en el mundo se redujo a esperar a que el capitalismo cayera como resultado de su propia crisis; olvidaron que la lucha de clases es el motor de la historia, cosa que no hicieron las metrópolis capitalistas quienes siguieron invadiendo y expoliando pueblos a diestra y siniestra; fue la lucha de clases, el conflicto por la consecución de máximos beneficios con el mínimo de inversión social o ambiental lo que impulsó el avance productivo de las “democracias occidentales”, mientras que los regímenes del socialismo real no adaptaron sus relaciones sociales internas y externas a las nuevas realidades, a los nuevos escenarios en los que la lucha seguía teniendo protagonismo, sin por ello dejar de reconocer la enorme solidaridad que del mundo socialista emanó a Cuba, a Vietnam, a África, etc.

3.- Los dos chistes del profesor Monedero para “ejemplificar” a la izquierda, son muy “acertados”. Los partidos socialistas de la Segunda Internacional tuvieron una importante representación parlamentaria resultado de su capacidad electoral, veamos el panorama en 1912: Partido Socialdemócrata Alemán: 4’200.000 votos (primera fuerza electoral), Partido Socialista Francés 1’400.000 votos, Partido Socialista de Austria 1’000.000 votos, Partido Socialdemócrata Ruso 800.000 votos. Al interior de la II Internacional se libró un debate crucial: el de si apoyar o no las aventuras imperialistas de las respectivas burguesías de cada partido nacional, en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Lenin fue claro en el sentido de que los socialistas no tenían la fuerza suficiente como para generar un movimiento social capaz de obstaculizar la conflagración, pero lo que por lo menos pedía el dirigente ruso era que los diputados socialistas no votaran los presupuestos de guerra en sus respectivos parlamentos nacionales. Excepción hecha de Rusia y Serbia, todos los partidos de la II Internacional apoyaron a sus respectivas burguesías. En últimas los obreros defendieron las conquistas materiales que traían consigo las colonias, los mercados de ultramar, etc., y estuvieron dispuestos a participar en la “Unión Sagrada” para conservarlas [4]. Se hundió la II Internacional. Estos partidos de izquierda regalaron sus dos gallinas a la burguesía.

Pero hubo comunistas que luego de la Primera Guerra Mundial promovieron insurrecciones en Alemania, Italia y Hungría; similar hicieron los comunistas españoles en la guerra civil al defender la República con las armas y ni hablar de los franceses, italianos y griegos en la resistencia contra los nazis en la 2ª GM; todos ellos regalaron sus dos gallinas y su propia vida al partido y a la causa del socialismo. El hombre de izquierda del chiste probablemente sea el europeo promedio de hoy que no quiere renunciar al estado de bienestar y quizás poco le importa que estén invadiendo Libia o Siria, con tal de que haya gasolina barata para su coche.

El otro chiste, el del soldado soviético y polaco, da entender que el soviético le entregaría el tesoro al partido. En una situación de guerra, en la que la URSS puso 20 millones de muertos, de 60 que costó la guerra, la confianza en el partido como guía para expulsar al invasor nazi fue ciega: luchando como un solo bloque se ganan las guerras.

4.- Podemos no lucha por la revolución, entendida como el cambio radical de estructuras o el advenimiento nuevas clases al poder. Hablan de un cambio social a partir de mayorías electorales: todos los partidos dicen lo mismo.


*++

UNA PREMIO NOBEL



 RECUERDO PERSONAL DE UNA VISITA A MADRID

 DE SVETLANA EN 2006

Pedro A. García Bilbao
Sociología Crítica
09.10.2015


Sobre la reciente Premio Nobel

(¡qué casualidad que se lo hayan dado ahora a esta escritora!)

Conocí a Svetlana Alexievich —puedo equivocar las fechas— en octubre de 2006, tras publicarse su libro sobre Chernobil, Estuve con ella hablando al acabar la presentación que hizo en el Círculo de Bellas Artes. Le conté que Koltsov había estado allí mismo donde estábamos y quedó fascinada. Ella era muy crítica con Putin y con Lukasenko. Su libro da voz a los «liquidadores» de la Central de Chernobil. En el debate intenté hacerle ver que en los EE.UU, los liquidadores de las Torres Gemelas, los obreros y bomberos que limpiaron los escombros enfermaron por los restos de amianto y derivados, se habían visto enfermos, arruinados y en la calle al negarse las compañías de seguros médicos a atenderles debidamente. Se quedó muy sorprendida. Cuando luego cruzamos unas palabras acabado el acto, aceptó que tal vez solo un país como la URSS hubiera podido hacer frente con éxito a una catástrofe como aquella gracias precisamente a la extraordinaria capacidad de sacrificio por los demás que tenían los soviéticos, a todos esos bomberos, militares y sanitarios que se sacrificaron; pero apenas fueron unos minutos y no pudimos profundizar. Se mostró muy interesada en la huella de Koltsov en Madrid y vi sus ojos mirar de otra forma aquellas salas y escaleras del hermoso edificio donde estuvo instalado el Tribunal Popular (Bellas Artes).

No la encontré especialmente anti-soviética, la verdad, sino más bien muy enfadada con los responsables del fracaso de la URSS, en todo caso su queja era más bien por el desastre en el que acabó el sueño soviético; asunto muy distinto es el dolor profundo que expresa su obra, su descripción de la debacle moral en la que desembocó una sociedad a la que se traicionó tras haberla envuelta en una gran esperanza. No he leído el resto de su obra y no voy a aventurarme más. Hay desde luego un activismo político contra los presidentes Putin y Lukasenko a quienes considera continuadores del desastre y refractarios a reformas democráticas. Hasta tal punto es así que es perfectamente legítimo preguntarse por las razones extraliterarias que pudiera haber habido en el Premio Nobel que se le ha otorgado, no porque su obra no sea de calidad, que sin duda lo es, sino precisamente por ese activismo.

Recuerdo esa tarde en el Círculo, la recuerdo a ella aquel jueves de aquel otoño en Madrid; me gustó su forma de hablar y dirigirse a nosotros. Svetlana Alexievich me pareció una mujer clara, inteligente y muy directa, Un verdadero placer haberla conocido.

*++