jueves, 12 de abril de 2012

LAS ARMAS EN CASA DE LOS BORBONES SON HABITUALES, PERO NO INOFENSIVAS


EL DIA QUE EL REY MATO A SU HERMANO

Juanita Samper Ospina 02.04.2006

Dos hermanos juegan al tiro al blanco. El mayor dispara por accidente el arma y la bala da en la cara del menor. Lo mata. No se trata de una infortunada noticia registrada en la sección judicial de un periódico. Es quizá el episodio más doloroso de la vida del rey Juan Carlos de España, quien, hace 50 años, terminó con la vida de su hermano.

Alfonso de Borbón y Borbón tenía 15 años y estudiaba en Madrid. El resto de su familia vivía en Portugal, exiliada por la dictadura de Francisco Franco.
El joven había ido a pasar la Semana Santa con sus padres y hermanos en Estoril, donde participó en un campeonato de golf.
El Jueves Santo asistió a los oficios religiosos y, más tarde, decidió practicar el tiro al blanco junto con su hermano Juan Carlos. Su madre les dio permiso de utilizar el arma que un amigo les había regalado. Un disparo se oyó en la residencia real, a las ocho de la noche. “Juanito intentó taponar la herida con su mano, pero el infante Alfonso murió en sus brazos”, explica Jaime Peñafiel, periodista especializado en la familia Borbón.
El doctor Loureiro intentó salvar la vida del infante, pero no pudo hacer nada. El cuarto hijo de los condes de Barcelona murió el 29 de marzo de 1956.
Alfonso de Borbón y Borbón había nacido en Roma el 3 de octubre de 1941. Fue el menor de los hijos de Juan de Borbón y María de las Mercedes, condes de Barcelona. Los otros hijos, además del futuro rey, fueron Pilar y Margarita.
Pactan sucesión Don Alfonsito, como le decían en los círculos cercanos, pasó su infancia en Italia, Suiza y Portugal. Cuando nació, su abuelo, Alfonso XIII, acababa de morir y había abdicado en su hijo, Juan.
La familia real vivía fuera de España porque Franco no la aceptaba. Sin embargo, en agosto de 1948, don Juan se entrevistó con el dictador a bordo del yate Azor, en aguas de San Sebastián, al norte de España, y acordaron que Juan Carlos sería preparado por el dictador para ser Rey. Con ese fin debería trasladarse a estudiar a España. Lo acompañaría su hermano Alfonso.
La primera vez que el pequeño infante atravesó la frontera entre Portugal y España tenía 8 años: era el otoño de 1950.
Los hermanos llegaron a vivir en el palacio Miramar, en San Sebastián, que había sido propiedad del rey Alfonso XIII. En 1954, Alfonso se mudó a Madrid, donde entró a estudiar en el colegio de Los Rosales. El 22 de marzo de 1956 viajó en tren a Estoril, en Portugal, para pasar la Semana Santa con su familia.
Durante los primeros días de su descanso compitió en el trofeo de golf infantil Copa Vizconde Pereira de Machado. La mañana del Jueves Santo asistió con sus padres y hermanos a los oficios religiosos. Después del almuerzo disputó la semifinal contra Antonio Eraso, amigo suyo. Y, a su regreso, mientras esperaba a que les sirvieran la comida, ocurrió la tragedia. “Este drama marcó a Juan Carlos para toda su vida”, señala Bertrand Meyer-Stabley, biógrafo del rey.
Hundidos en el dolor La Embajada de España en Lisboa emitió un comunicado en el que informaba que al infante Juan Carlos se le había disparado el arma mientras la limpiaba.
Muchas versiones se escucharon en las calles. Durante muchos años reinó la confusión respecto al tema. Algunos historiadores, incluso, borraron el capítulo de las biografías del Rey.
El día del funeral, la bandera de España rodeó el ataúd del infante mientras estuvo en capilla ardiente. Su cuerpo, vestido de negro, llevaba un rosario en las manos y la orden de Caballero del Santo Cáliz de Valencia en la solapa. Alfonso fue enterrado en el Cementerio de Nuestra Señora de la Guía, en Cascais (Portugal).
Su madre necesitó ayuda médica para superar el deceso. Don Juan de Borbón lanzó al mar la pistola que había producido tanto dolor. Y dos días después de la tragedia, Juan Carlos volvió a la Academia Militar de Zaragoza, con el corazón destrozado, tenía 17 años.
Un allegado al que cita Bertrand Meyer-Stabley, biógrafo de personalidades famosas, aseguró que el futuro rey “nunca volvió a ser el mismo”. Dijo que la religión le había sido de gran ayuda en esos momentos: “Incluso habló de su deseo de abrazar la vida monacal”. No lo hizo, pero ello no significa que hubiese superado el dolor. De hecho, según el biógrafo, algunos “retratos goyescos del soberano muestran la melancolía tenaz que se instaló para siempre en su rostro”.
En 1992, los restos de Alfonso Borbón fueron trasladados a los panteones reales de El Escorial, cerca de Madrid. Después de tanto tiempo descansaron definitivamente en la tierra donde reina su hermano.

* *

“…Don Alfonso [el malogrado hermano menor] recibió sepultura en el cementerio de Cascais, al mediodía del sábado 31 de marzo de 1956. Don Juan Carlos asistió a la ceremonia vestido con el uniforme de oficial cadete de Zaragoza. Incapaz de soportar la presencia de su hijo mayor, Don Juan le ordenó que volviera a la Academia Militar. El general Martínez Campos y el comandante Emilio García Conde se habían presentado allí con un avión militar español en el que el Príncipe [Juan Carlos] fue devuelto a Zaragoza', por orden de Franco, obviamente.”

Fuente: TARINGA! (Internet)

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