jueves, 14 de julio de 2016

PARA UN ANÁLISIS DE PODEMOS-IU



Unidos podremos

Rebelión
Cuarto Poder
14.07.2016


El clima de las tertulias televisivas en los días posteriores al 26J era muy elocuente. El nerviosismo de las semanas previas había sido sustituido por un tono más pausado. Se notaba incluso cierta jovialidad. La vieja clase política y sus portavoces mediáticos contemplaban satisfechos el millón largo de votos perdido por Unidos Podemos con respecto a las elecciones del 20D, sin ocultar cierta sensación de alivio. Hasta Albert Rivera parecía más tranquilo a pesar de los malos resultados obtenidos por Ciudadanos. Por el contrario, en la acera del cambio político parecía haberse instalado cierta decepción, sin duda motivada por las expectativas creadas por las encuestas electorales. Confieso que a mí también me sorprendieron los resultados. Sin embargo, más allá de la impresión inicial, cabe preguntarse si hay motivos racionales para semejante estado de ánimo. ¿Acaso es Unidos Podemos una ilusión efímera que va a desvanecerse a las primeras de cambio? Yo, la verdad, no lo creo y en los párrafos siguientes trataré de argumentarlo poniendo en perspectiva los resultados electorales.

En contra de lo que suele afirmarse, Podemos no es, o no es sólo, el resultado de un discurso cuidadosamente elaborado por su dirección política, cuya intervención habría logrado aglutinar el descontento popular generado por la crisis. Podemos es, más bien, la traducción electoral de un gran movimiento social surgido al calor de la crisis y aguijoneado por la gestión prepotente de una élite política profundamente corrupta y al servicio del capital financiero. O, por expresar la idea con mayor claridad, Podemos no ha creado el movimiento social, sino que es éste último el que ha dado vida a Podemos. Lo cual, por cierto, no le resta ningún mérito a una dirección política que supo interpretar el momento histórico y construir un discurso capaz de sintonizar con las aspiraciones del movimiento real que se estaba gestando en nuestra sociedad. Otros no supieron ver la importancia e implicaciones de este nuevo espacio en términos electorales y han sido barridos por los acontecimientos.

Ahora bien, este movimiento es mucho más complejo de lo que suele reconocerse. Posee hondas raíces sociales y ha penetrado profundamente en la juventud, que percibe la necesidad de un cambio histórico para abrir el porvenir. El sustrato, por emplear la expresión de E. P. Thompson, es una cultura democrática labrada durante décadas y salpicada de episodios que han contribuido a la educación política de nuestro pueblo: entre otros y por citar sólo algunos, la lucha antifranquista, las movilizaciones contra la OTAN, la huelga general del 14 de diciembre de 1988 o las masivas protestas contra la invasión de Irak. Una tradición que no sólo ha condicionado el ejercicio del poder, neutralizando riesgos y amenazas de involución democrática sino que también, y fundamentalmente, ha inculcado a la ciudadanía una predisposición a defender los derechos democráticos a través de la acción colectiva y en abierta oposición al establishment. En medio de la vorágine, no está de más recordar que en los procesos históricos las continuidades siempre son más importantes que las discontinuidades.

Pues bien, es esta cultura democrática la que absorbe el impacto de la crisis económica y percibe la traición de una clase política controlada por la banca y obediente al diktat de Berlín. Los recortes sociales, la generalización del paro y la precariedad o el creciente autoritarismo político interaccionan con la conciencia democrática y sirven de levadura para una nueva actitud de oposición al poder y favorable al cambio progresista. Los jóvenes, pero no sólo los jóvenes, se enfrentan a una realidad extremadamente dura en la que predominan los trabajos precarios, la incertidumbre ante el futuro, la emigración, el desarraigo. Influidos por una experiencia de largo aliento, sectores cada vez más importantes de las clases populares sienten la identidad de sus respectivos intereses y constatan la hostilidad de la trama de poder político, económico y mediático que está expoliando el país. De fondo, la mirada vigilante del directorio europeo garantiza en última instancia la estabilidad del sistema. Corre el año 2011: la protesta está servida y no se hace esperar.

En efecto, el 15 de mayo de 2011 dio comienzo un nuevo ciclo de luchas populares en nuestro país. Aunque el año 2010 fue testigo de importantes movilizaciones sindicales, aquel domingo de mayo suele considerarse, con razón, el punto de partida de una gigantesca movilización social contra las políticas de austeridad que se prolonga hasta el presente y está lejos de haberse agotado. Como es lógico, la fisonomía del movimiento ha ido cambiando con el transcurso del tiempo y en función de las circunstancias imperantes en cada momento, transitando por diferentes fases o etapas: la ocupación de las plazas por el 15M, las mareas ciudadanas, las Marchas de la Dignidad… Pero el común denominador ha sido siempre la defensa colectiva de la democracia y los derechos sociales frente a una oligarquía especialmente cerrada y crecientemente aislada tras un muro de policías, políticos y periodistas. En definitiva, un bloque progresista cada vez más consciente y potencialmente hegemónico que pone en cuestión los consensos fundamentales del régimen del 78, como hemos podido ver estos años y se verá aún más en el futuro.

Podemos fue capaz de interpelar exitosamente a la ciudadanía crítica y ganarse la confianza de esta corriente social, convirtiendo la ola de protestas en la movilización sociopolítica más importante de Europa. Ciertamente, las elecciones del 26J no han arrojado el resultado esperado, sobre todo si lo comparamos con las encuestas, pero ello no debería llevar a conclusiones apresuradas sobre la consistencia política del movimiento. Resulta imposible obviar que el Brexit condicionó fuertemente los días previos a las elecciones, creando un clima de inquietud e incertidumbre que activó los resortes más conservadores de muchos votantes. Mal asunto para las fuerzas del cambio. Por el contrario, no hay datos que avalen la hipótesis que achaca el retroceso electoral al acuerdo entre Podemos e IU, por más que cierta prensa, especialmente el diario El País, se empeñe en que así sea. Es más, es muy probable que, por efecto del sistema electoral, la unión entre ambas fuerzas amortiguara el impacto de la pérdida de votos y les permitiera conservar el mismo número de diputados que obtuvieron por separado en las elecciones del 20D.

Avalada por la previsible abstención del PSOE, esta legislatura se prevé aún más dura que la anterior en términos de regresión social e involución democrática. El Banco de España ha anunciado la enésima reforma laboral; Rajoy ha prometido a Bruselas recortes por valor de 8.000 millones de euros y el estado de la hucha de las pensiones hace presagiar su futura privatización en beneficio de las instituciones financieras. Sin embargo, nuestro pueblo está en mejores condiciones que hace cinco años para afrontar este desafío. Ha adquirido experiencia y posee un liderazgo solvente, amén de una conciencia cada vez más clara sobre la auténtica naturaleza de los problemas a los que se enfrenta: recuperación de la soberanía, vertebración territorial y democratización de la economía. Las fuerzas del cambio deben estar cada vez más unidas en defensa de un proyecto de país que entronque con las demandas y aspiraciones de la mayoría social. Las alianzas actuales deben consolidarse y extenderse más allá del campo electoral. España está preñada de una gran transformación social, pero sólo unidos podremos hacerla.

Héctor Illueca Ballester es Doctor en Derecho e Inspector de Trabajo y Seguridad Social y profesor de la Universidad de Valencia.

Funte: http://www.cuartopoder.es/tribuna/2016/07/10/unidos-podremos/8816

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SOBRE LA GUERRA INCIVIL ESPAÑOLA DE 1936



Moscú revela documentos inéditos de Stalin sobre la guerra civil española

Rebelión
RBTH
13.07.2016

RBTH ha tenido acceso a los inéditos documentos de las Brigadas Internacionales que se conservan en el Archivo Estatal Ruso de Historia Político-Social (RGASPI) y serán presentados al público en noviembre de este año.

Con motivo del 80º aniversario del comienzo de la guerra civil española, el Archivo Estatal Ruso de Historia Político-Social (RGASPI, por sus siglas en ruso) prepara una serie de actos para presentar la colección digitalizada de documentos históricos que fueron trasladados clandestinamente de España a Moscú en camiones y barcos. Se trata de un gran archivo de las Brigadas Internacionales que los especialistas rusos esperan presentar a historiadores e investigadores españoles.
“La digitalización del archivo de las Brigadas Internacionales prácticamente ha terminado y estamos listos para presentarlo al público. Se puede decir, que es un regalo que hemos preparado a nuestros colegas de España y otros países europeos”, comenta a RBTH el director del RGASPI, Andréi Sorokin.
El proceso de digitalización ha durado varios años y para celebrar la finalización de este trabajo el director del RGASPI planea organizar una conferencia internacional dedicada a la Guerra Civil y una exposición que tendrán lugar a principios de noviembre.
En los fondos del RGASPI se han conservado documentos militares del ejército republicano que llevan el sello “secreto” y revelan las posiciones de las tropas republicanas y las del enemigo. El archivo contiene también los decretos firmados por Stalin, los telegramas secretos que se enviaban a Moscú desde el extranjero y una gran colección de cartas, periódicos, dibujos, caricaturas, álbumes y diarios personales de los voluntarios de más de 50 países que lucharon en España junto a las tropas republicanas.
“Estoy en contra de que los españoles condecoren a la gente de la URSS”Entre los documentos firmados por el líder soviético, está el decreto de agosto de 1936 sobre el suministro de petróleo a España:
“Considero necesario suministrar petróleo urgentemente a los españoles en condiciones preferenciales y, si hace falta, rebajar el precio. Si los españoles necesitan pan y otro tipo de alimentos hay que venderlos todo esto en condiciones preferenciales”, insistió Stalin.
Según Andréi Sorokin, los documentos conservados por el RGASPI, confirman el hecho de que durante los primeros meses de la Guerra Civil, la URSS intentaba distanciarse de este conflicto al máximo. “La URSS dosificaba su participación en la guerra limitándose, en un principio, a enviar ayuda humanitaria a España. Pero cuando las posturas de otros estados europeos se aclararon, la URSS no solo prestaba ayuda y concedía préstamos, sino también enviaba la técnica militar y a los militares”, comenta Andréi Sorokin.
Otro de los documentos que llama la atención es un telegrama enviado desde México el 31 de diciembre de 1936, en el que se le comunica al dirigente soviético que el Embajador de España en México tiene la intención de condecorar al presidente Lázaro Cárdenas del Río y a otros mexicanos con el Orden de la República Española.
Sin embargo, se dice en el telegrama, el Embajador de España “considera incómodo galardonar a los mexicanos ignorando la URSS” y , por lo tanto, pide la opinión de Stalin al respecto. La respuesta del dirigente soviético fue breve y rotunda: “Estoy en contra de que los españoles condecoren a la gente de la URSS”
Con entusiasmo y romanticismoEl archivo contiene multitud de cartas, dibujos y fotos de los voluntarios de Italia, Alemania, Francia, Checoeslovaquia y otros países que muestran el entusiasmo e incluso romanticismo con el que ellos percibían la guerra. Entre los documentos se encuentran también los que recogen la vida diaria de los voluntarios en los campos de trabajo en Francia y África, a donde fueron enviados tras la derrota del ejército republicano.
“El archivo contiene miles de documentos e información personal de las Brigadas Internacionales. Es imposible que esta cantidad de documentación no nos lleve a ningún descubrimiento histórico”, afirma el director del RGASPI.
Fuente: http://es.rbth.com/internacional/espana/2016/07/11/moscu-revela-documentos-ineditos-de-stalin-sobre-la-guerra-civil-espanola_610557

OJOS QUE NO VEN... ZAMARRAZO CONTRA EL SUELO QUE TE PEGAS




La urgente y necesaria movilización para salvar la escasa democracia que tenemos


Rebelión
Público.es
13.07.2016

Estamos viendo la masiva movilización del establishment político-mediático del país (detrás de la cual está el establishment financiero y económico) con el objetivo de asegurarse que el gobierno PP, liderado por el Sr. Rajoy, continúe gobernando en España, impidiendo así que haya un gobierno progresista que pueda sustituirlo. Parte de esta movilización es promover la imagen, a través de prácticamente todos los mayores medios de información, de que Rajoy ha ganado las elecciones y, por lo tanto, sería antidemocrático negarle la investidura. Algunas voces poderosas dentro del PSOE están añadiendo su voz a este coro mediático, utilizando también este argumento, alentando a la dirección de su partido –el PSOE- a que no obstaculice que el Sr. Rajoy pase de ser presidente en funciones a presidente con plenas responsabilidades para asumir tal cargo.
Detrás de este argumento hay otro objetivo, menos explícito, pero igual de claro: el de evitar por todos los medios posibles que Unidos Podemos pueda alcanzar una alianza con el PSOE que, aun cuando facilitaría la investidura del dirigente socialista Pedro Sánchez como presidente, tendría el riesgo de que pudiera significar la entrada de Unidos Podemos en el gobierno, lo cual es totalmente inaceptable. Los seis meses de campaña mostraron claramente que, para el establishment político y mediático, el enemigo número uno del país es Unidos Podemos, identificando “país” con sus intereses particulares, que sienten que están amenazados por tal formación política.

Y en su campaña anti Unidos Podemos, tales voces dentro de PSOE, incluyendo su dirección, han enfatizado que Podemos es el partido responsable de que Pedro Sánchez no haya sustituido a Rajoy como presidente, al haberse opuesto a la alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos, presentando tal alianza como la única alternativa que había para la investidura del candidato socialista. Este mensaje se ha ido transmitiendo machaconamente por tierra, mar y aire, con la activa colaboración de los mayores medios de información, en contra de Podemos entonces, y en contra de Unidos Podemos ahora. Y ha calado entre personas que votaron a Podemos en 2015, las cuales aceptaron el mensaje promovido por la dirección del PSOE de que Podemos había sido el responsable de mantener a Rajoy en el poder, tal como señalé en mi último artículo “El comportamiento antidemocrático del Estado y de los mayores medios y sus consecuencias en las elecciones”, Público, 05.07.16.

La gran falsedad de las voces conservadoras dentro del PSOE

Es fácil de ver que tal acusación es falsa. Siempre hubo otra alternativa que hubiera permitido investir a Pedro Sánchez como presidente de un gobierno de coalición, con mayoría de izquierdas, y con el apoyo del PNV. Sumando 90 escaños del PSOE con 71 de Podemos, sus aliados e IU, y los 6 del PNV, da un número de 167, superior al número que daba la suma del PP con Ciudadanos, 163. En la segunda votación es más que probable que los partidos nacionalistas ERC, CDC y Bildu no hubieran votado en contra de la coalición del PSOE, Podemos y sus confluencias, IU y PNV, permitiendo así la formación de un gobierno con mayoría de izquierdas que hubiera podido revertir el gran número de políticas reaccionarias que han hecho un gran daño al bienestar de las clases populares y que, debido a su intolerancia hacia la aceptación de la plurinacionalidad, han activado las tensiones entre los distintos pueblos y naciones de España, incluyendo el crecimiento del independentismo. El diálogo del gobierno central con las fuerzas que se han convertido al independentismo recientemente (como consecuencia de la intolerancia primordialmente del PP) es esencial para que se resuelva el mal llamado problema catalán. Y digo mal llamado porque es básicamente un problema grave español, creado primordialmente por el Estado español, exacerbado cuando ha gobernado el PP. Debido al gran antagonismo de ERC y CDC con el PP, tales fuerzas nunca habrían votado por la investidura de Rajoy y se habrían abstenido en la investidura de Pedro Sánchez. De ahí que la alianza del PSOE, Podemos y sus confluencias, IU y PNV hubiera permitido la investidura de Pedro Sánchez.

Las voces conservadoras del PSOE se opusieron, pues básicamente no querían aliarse con Podemos, utilizando el eterno argumento de “defender la unidad de España” (que nadie estaba amenazando en la coalición PSOE-Podemos-PNV) como justificación para no considerar dicha alternativa. El manoseado argumento de que no querían depender del voto de los independentistas (que nadie pedía, pues no se pedía el voto a tales fuerzas, sino su abstención) queda desacreditado, pues el PSOE ha colaborado con tales fuerzas aprobando conjuntamente muchas leyes en las Cortes. Es más, en Catalunya el PSC gobernó en coalición con ERC, siendo tal partido un componente leal del programa del tripartito (el mejor gobierno que ha tenido Catalunya), que no incluía ningún paso hacia la secesión de Catalunya de España.

¿Qué pasó en la fallida alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos?

Igualmente falsa es la acusación de que Podemos hizo fracasar el proyecto de alianza PSOE-Ciudadanos-Podemos. En esta acusación se manipula la información, pues no fue una propuesta de alianza tripartita, sino una alianza (en realidad, más que alianza, fue incluso un pacto) entre el PSOE y Ciudadanos a la cual, una vez ya se había firmado el pacto, se invitó a Podemos a añadirse, en una situación subalterna, pues el pacto PSOE-Ciudadanos era el punto de referencia. Es imposible que la dirección del PSOE no fuera consciente de que la manera como estaba diseñando el proyecto destinaba a este al fracaso, fracaso que muchas voces en el PSOE deseaban.

Podría haberse hecho un pacto PSOE-Podemos, y entonces invitar a Ciudadanos a sumarse. En caso de que este no se hubiera sumado, hubiera aparecido este, Ciudadanos, como el responsable de mantener a Rajoy en el gobierno. Pero esto no era lo que los conservadores en el PSOE deseaban, pues lo que querían era utilizar el pacto con Ciudadanos para mostrar que era Podemos el responsable del fracaso. Su objetivo era destruir a Podemos, al cual la dirección del PSOE continuó presentando como el adversario (cuando no el enemigo principal).

Pero de todas las falsedades, ahora la mayor es que Rajoy ganó las elecciones

Las mismas voces conservadoras del PSOE ahora acentúan que debe reconocerse que Rajoy ganó las elecciones de junio. Pero ello no es cierto. Rajoy no ganó las elecciones. Unas elecciones a un parlamento no son una liga de fútbol. En un sistema pluripartidista gana el que consigue más votos y escaños para que pueda formar gobierno, no el partido minoritario que consigue más votos. Es profundamente antidemocrático asumir que el partido minoritario que consiguió más votos es el ganador. Es un insulto a la mayoría del electorado que no votó a Rajoy (15.257.732 personas, que votaron a los otros partidos con representación en el Congreso) decir que este ganó y/o que los representa (con solo 7.906.185 de votos). Solo en una cultura democrática de tan baja calidad como la española (incluyendo la catalana) se puede presentar en base a estos datos que Rajoy ganó las elecciones. En realidad, tenemos ya evidencia de que la gran mayoría del electorado y de los españoles no desean que Rajoy (la derecha dura con ribetes franquistas) continúe de presidente. Así lo han indicado no solo Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, sino también Albert Rivera (que lo repitió machaconamente durante las elecciones) y los dirigentes de casi todos los otros partidos (PNV, ERC, CDC y Bildu). No puede ser, pues, que salga escogido presidente de España el que todos los demás no desean.

Este deseo generalizado en contra de Rajoy y su partido se debe a que la gente tiene memoria histórica y sabe qué es y lo que representa el PP, fundado por ministros de la dictadura, siendo hoy uno de los partidos más corruptos, más antidemocráticos y más reaccionarios que existen en la UE, continuador y sostenedor de la cultura franquista todavía extendida a lo largo de amplias áreas del territorio español. La gran mayoría de partidos políticos en las Cortes (excepto Ciudadanos) participaron en la lucha antidictatorial y se consideran antifranquistas. El PP nunca rompió con los lazos que le unen a sus fundadores, próximos, cuando no ligados, al anterior régimen. Es percibido como la ultraderecha dura, antidemocrática y corrupta, por la mayoría de fuerzas democráticas enraizadas en las formaciones que participaron en contra de la dictadura.

De ahí que se necesite una alianza de todas las fuerzas democráticas frente a los herederos de la dictadura. El hecho de que el Presidente Rajoy no haya condenado el comportamiento fascista del Ministro del Interior, el cual ha sido apoyado por el PP, además de mostrar su complacencia con la corrupción masiva en su partido, es indicador de su carácter antidemocrático. De ahí que, tal como hicieron en el año 1936, las fuerzas democráticas deben aliarse frente a la continuidad en el poder de los herederos del franquismo, bajo el mismo lema que utilizaron sus antecesores de “No pasarán”. Naturalmente que Ciudadanos, Podemos, En Comú Podem, En Marea, Compromís y otros partidos son partidos nuevos. Pero algunos están enraizados en fuerzas progresistas. Y otros han mostrado a lo largo de su corta vida un comportamiento democrático que se ha distinguido del del PP.

Hay todavía alternativas

Hay que señalar, tal como ocurrió en 2015, que hoy continúa habiendo alternativas al gobierno Rajoy, si pudiera establecerse una alianza de todas las fuerzas democráticas para evitar su permanencia en el poder. Los votos al PSOE y Unidos Podemos (10.474.443) suman más que los votos al PP (7.906.185). Y los escaños de PSOE-Unidos Podemos (156) suman más que los escaños del PP (137). Faltaría que Ciudadanos (que ha dicho repetidamente en la campaña electoral que nunca votaría o facilitaría la investidura de Rajoy) votara en contra de Rajoy y a favor de Pedro Sánchez, o se abstuviera en la investidura de este último para que Pedro Sánchez sustituyera a Rajoy. Es más, Unidos Podemos podría apoyar la investidura de Pedro Sánchez en base a una alianza, tomando como punto de referencia el programa electoral del PSOE, sobre el cual trabajar un acuerdo. Para ello se necesitaría que el PSOE dejara de considerar a Unidos Podemos como el adversario (casi el enemigo), viéndolo como un partido clave para poder proteger los logros alcanzados en las áreas sociales, e incluso expandirlos, impidiendo su retroceso. Y el otro requerimiento sería que Ciudadanos cumpliera sus promesas y que, por lo tanto, además de no votar a Rajoy permitiera que Pedro Sánchez gobernara, absteniéndose. Ciudadanos es, después de todo, el partido que ha perdido más escaños. En el caso de que este partido votara en contra de Pedro Sánchez, quedaría claro que es Ciudadanos el responsable de la permanencia de Rajoy en el gobierno.

Otra alternativa sería que la coalición PSOE-Unidos Podemos fuera apoyada por el PNV y ERC (170), que sí sumarían más escaños que la suma PP + Ciudadanos (169). Ello facilitaría la resolución no solo del tema social, sino del tema nacional, abriendo un muy necesario diálogo con las fuerzas nacionalistas.

¿Son tales alianzas posibles?

La respuesta de la dirección el PSOE a cada una de estas alternativas sería el test de si PSOE quiere o no gobernar en coalición o en alianza con Unidos Podemos. Soy escéptico en cuanto a que el PSOE aceptara ninguna de estas alternativas, permitiendo al final la permanencia del PP. Pero si renuncian a cualquiera de las alternativas, estará claro que, en 2016, tal como ya ocurrió en 2015, habrá sido el PSOE y no Podemos el responsable de la permanencia de Rajoy. Esta es la única manera de probar que no es Unidos Podemos, sino el PSOE, el responsable de que continúe gobernando Rajoy.

Si dice no a cada una de estas alternativas, es este partido el que claramente no quiere ninguna relación con Unidos Podemos, incluso a costa de mantener a Rajoy en el poder. Termino invitando a los dirigentes del PSOE a que consideren las consecuencias de su comportamiento. La clase trabajadora y las clases populares de España no pueden aguantar más el enorme dolor que están causando las políticas impuestas al pueblo español por el PP. El PSOE, el heredero de millones de personas, incluidos mis padres, que lucharon para defender el gobierno democrático de unidad popular durante la Segunda República para conseguir una España justa, democrática y plurinacional, no puede por activa o por pasiva hacer posible que continúe en el poder el heredero de aquellas fuerzas que impidieron la obtención de aquel objetivo. Y otra consecuencia que deberían considerar es que el triunfo de Rajoy será la agudización de lo que se llama el “problema catalán”, que es, en realidad, el “problema español”, que será enorme si sigue gobernando el PP. No hay duda de que la elección de Rajoy, heredero de las derechas que ganaron la Guerra Civil y establecieron la dictadura contra los “rojos” y “separatistas”, agudizará los problemas mal llamados territoriales. Y es más que seguro que el porcentaje de la población catalana que desea separarse de España (hoy el 48%) llegaría a ser la mayoría. Los que están pidiendo dentro del PSOE que no se dificulte que Rajoy gobierne serán responsables de todo ello.

Vicenç Navarro. Autor del libro ‘Ataque a la democracia y al bienestar’ (Anagrama, 2015)

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