martes, 18 de diciembre de 2012

Y ES QUE, ENTRE BANQUEROS, GRANDES CORPORACIONES, FMI, BC, REYES, OPORTUNISTAS, DEMAGOGOS, GRANDES MEDIOS DE COMUNICACION, SINVERGÜENZAS, DE MÁS BAGATELA Y POLITICOS SIN CONCIENCIA NI DIOS QUE LOS EMBOQUILLÓ, ANDA EL JUEGO.


 EL "EXPOLIO" SOCIAL DEL QUE NADIE HABLA

Vicenç Navarro 
Sociología Crítica
 Publicado en 2012/12/18 

Un argumento utilizado por los independentistas catalanes para defender la tesis de que Catalunya tendría más recursos si se independizara de España es que España está “expoliando” a Catalunya. No voy a entrar en este artículo en este tema, sobre el cual he escrito extensamente en varios artículos mostrando que el escaso desarrollo social de Catalunya no se debe al supuesto expolio nacional sino al enorme poder que las derechas catalanas y españolas han tenido y continúan teniendo a los dos lados del Ebro, situación responsable del subdesarrollo social de Catalunya y de otras partes de España, como documento en mi libro El Subdesarrollo social de España. Causas y Consecuencias, Anagrama. 2006. En este artículo quiero centrarme en la existencia de un expolio del cual ni los nacionalistas de los dos lados del Ebro ni nadie más están hoy hablando, ni en Catalunya ni en España. Es el expolio de una minoría -lo que solía llamarse la burguesía financiera e industrial- al resto de la población, y que está ocurriendo a lo largo de todo el territorio español, incluyendo Catalunya. Tal minoría no está contribuyendo al Estado (tanto central como autonómico) lo que contribuyen todos los demás. Si pagara al Estado lo que pagan todos los demás, la cifra resultante para toda España sería de más de 30.000 millones de euros al año, con lo cual podríamos haber evitado hacer todos los recortes de gasto público y social que están dañando de una manera muy acentuada el bienestar y calidad de vida de la mayoría de la población en general y de las clases populares en particular, tanto en Catalunya como en el resto de España. (Ver el informe del Observatorio Social de España, El impacto de la crisis en las familias y en la infancia. Ariel. 2012). 

Para entender la naturaleza de este expolio, hay que entender cuáles son las fuentes de ingreso más importantes al Estado que incluye, como he señalado en el párrafo anterior, no sólo el Estado central, sino los Estados autonómicos. Pues bien, cuatro son las fuentes más importantes: una son los ingresos derivados de los impuestos sobre las rentas, primordialmente del trabajo, o IRPF (que es un impuesto que paga la mayoría de la población trabajadora); la otra fuente son los impuestos sobre el capital que afectan a un grupo muy minoritario de la población (predominantemente los burgueses y los grandes empresarios); la tercera fuente son los impuestos sobre el consumo, IVA, que toda la población, independientemente de sus ingresos, paga cuando compra algo, y que es sumamente regresivo; una cuarta fuente son los impuestos especiales que, como su nombre indica, son impuestos para fines concretos; y, finalmente, otra categoría que se define como “otros impuestos”.

Pues bien, según el excelente informe de la Fundación 1º de Mayo de Comisiones Obreras (uno de los centros de estudios más rigurosos que publica periódicamente informes que cuestionan la credibilidad del conocimiento producido por los centros de estudios financiados por la Banca y la Gran Patronal, como FEDEA), escrito por el economista Manuel Lago (y del cual extraigo la mayoría de los datos que presento en este artículo), los ingresos derivados del IRPF en España, desde el último año antes de que se iniciara la crisis, 2006, hasta el año 2011, crecieron un 6%, pasando el Estado de ingresar 64.638 millones de euros a 68.557 millones. Los fondos públicos procedentes del impuesto sobre el consumo bajaron sólo ligeramente (-2%), pasando de 52.817 millones de euros a 51.580 millones. Los fondos que el Estado recogía vía los impuestos especiales crecieron muy poco (2%), pasando de 18.699 millones de euros a 19.025 millones, y la categoría de “otros impuestos” subió más (5%), pasando de 5.696 millones de euros a 5.971 millones. Estos fondos procedentes de tales impuestos derivan, en gran parte, de la mayoría de la gente que trabaja y consume (lo que la literatura sociológica definiría como clase trabajadora y clases medias). Y a lo largo del periodo 2006-2011 se han mantenido o han aumentado.

Ahora bien, si analizamos qué ha pasado con las rentas derivadas del capital y de sus diferentes componentes, tales como capital financiero (bancos, compañías de seguros y compañías de alto riesgo, entre otros), capital industrial (grandes corporaciones multinacionales) o capital de servicios (empresas de marketing y asesorías, entre otras) vemos que los ingresos al Estado derivados de la carga impositiva sobre el capital han bajado de una manera muy acentuada, casi espectacular (-68%), pasando de 41.675 millones de euros a 13.383 millones. Es decir, en otras palabras, el Estado ha dejado de ingresar 28.292 millones de euros. En realidad, el descenso total de ingresos al Estado, pasando de 183.525 millones de euros a 158.516 millones, procede mayoritariamente de gravar menos las rentas del capital, hecho que es el mayor responsable de la bajada de ingresos al Estado durante este periodo (14%). En total el Estado ha pasado a ingresar 25.009 millones de euros menos, que es una cifra muy cercana a los 28.292 millones que el Estado no ingresó como consecuencia del descenso de los ingresos procedentes de las empresas, es decir, del capital. Manuel Lago documenta con gran detalle los cambios que han ido ocurriendo en cada uno de estos impuestos y sus consecuencias en cuanto a los ingresos al Estado. Lo que les acabo de escribir es el resumen de cómo han evolucionado los ingresos. Y lo más llamativo es que los ingresos procedentes del impuesto de sociedades (que es el impuesto al capital), que representaban el 23% de todos los impuestos en el año 2006, han pasado a ser sólo un 8%. Sí, lo ha leído bien, sólo un 8%. El mundo empresarial contribuye mucho, mucho menos que la mayoría de la población, incluyéndole a usted, lector, y a mí.

Ni que decir tiene que los centros de estudios financiados por la banca y por la gran patronal han intentado explicar tal descenso de su contribución al Estado atribuyéndolo a la reducción de sus beneficios, resultado de la crisis económica. Manuel Lago muestra contundentemente que ello no es del todo cierto. La reducción de beneficios es sólo una pequeña parte de la causa del descenso de los ingresos al Estado procedente de las empresas. Tal descenso es mucho mayor que el descenso de beneficios, una situación que es particularmente acentuada entre las grandes empresas, llamadas multinacionales. En realidad, el descenso de su aportación al Estado es consecuencia de la gran cantidad de lo que llaman incentivos fiscales, incluyendo las enormes deducciones, y nuevos sistemas de ingeniería contable que hacen que lo que en teoría pagan las rentas del capital (35%, bajado más tarde a 30%) se haya reducido en la realidad a un 5%. Sí, repito, ha leído bien, a un 5%. Las otras empresas (que no son grandes empresas multinacionales y facturan menos de diez millones de euros) pagan menos que su tipo nominal, siendo el real 15,3%, más de tres veces más que las multinacionales.

El significado de estos datos y otros aportados por el informe es que, durante el periodo de la crisis 2007-2011, las empresas financieras, industriales y de servicios (es decir, el capital) declararon 851.933 millones de euros de beneficios, por los cuales tributaron 101.421 millones, es decir, un 11,9%. Si hubieran pagado el 28,5%, que es lo que la Agencia Tributaria considera como el tipo nominal medio, el Estado hubiera ingresado 242.801 millones de euros, es decir, 141.380 millones de euros más, unos 35.000 millones de euros más anuales (tomando las cifras de 2009), que es, por cierto, la cifra de recortes de gasto público que los sucesivos gobiernos han estado exigiendo a la población española, recortes que se están haciendo para compensar las enormes ventajas fiscales que se han hecho a las rentas del capital. Es el tamaño de lo que debería llamarse el expolio social, muchas veces superior al supuesto expolio nacional. Y, en cambio, el gran debate es sobre este último (entre aquellos que sustentan que hay un expolio nacional y los que señalan que no lo hay), y no sobre el anterior, que está perjudicando a las clases populares de toda España, incluida Catalunya. El hecho de que los establishments políticos y mediáticos españoles y catalanes se centren en el debate nacional y no en el debate social, se explica por el enorme poder que el capital tiene sobre tales establishments a los dos lados del Ebro. Así de claro. Incluso, descontando deducciones justificables y otras medidas, tal como Hace Manuel Lago, la cantidad continúa siendo respetable. Es más, si las rentas del capital se gravaran como las rentas del trabajo a la mayoría de la clase trabajadora que está en nómina (como algunos partidos han sugerido), la cantidad de 35.000 millones ascendería a muchos millones más. ¿No creen que hay algo injusto en ello? A las clases populares se les está imponiendo toda una serie de sacrificios, a fin de mantener enormes beneficios y privilegios fiscales al gran empresariado financiero y multinacional del país. Créanme que en España, incluyendo Catalunya, el que no está indignado es que no sabe lo que está pasando en su entorno. Así de claro. 

Vicenç Navarro. Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra, y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University 

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DE MAYOR QUIERO SER PAPA COMO BENEDICTO XVI, PARA PONERME HASTA LAS BOLAS DE INVENTAR. AVISO: MI PRIMER INVENTO CUANDO LO INVENTE: EL BOCADILLO DE PAN CON CHIROZO, PERO SIN CHORIZO, ¡CON DOS COJONES!


BENEDICTO XVI DESCUBRE LA LUCHA DE CLASES
(El Papa Benedicto XVI saludándome y diciéndome "Hola",  que es que entre inventores nos saludamos asi, de hola a hola. Así que no se hagan ilusiones que no le está saludando a ustedes. Lo siento mucho, otra vez será)

Julia Evelyn Martínez 
Rebelión
17-12-2012

Si algo no puede negársele al Papa Benedicto XVI es su sorprendentemente capacidad de descubrir cosas que al 99% de la humanidad la tienen sin cuidado. Recién llegado a su actual posición de máximo jerarca de la iglesia católica, dio a conocer al mundo su descubrimiento acerca de la inexistencia del purgatorio, según lo cual, las personas interesadas ahora pueden tener la certeza de que se pasa directamente al cielo o al infierno sin ningún tipo de escalas. Más recientemente, informó que había descubierto que al momento del nacimiento de Jesús no estaban presentes ni la mula ni el buey, con lo que se puso en entredicho la costumbre de incluirlos en los pesebres navideños. Afortunadamente para los fabricantes de pesebres y de textos litúrgicos, las noticias sobre estos descubrimientos no parecen viajar desde el Vaticano hasta el resto países con la rapidez esperada en la era de la globalización de la información. Hasta ahora los pesebres que se han colocado esta navidad en hogares y centros comerciales, mayoritariamente han incluido a los dos personajes de la discordia y, en los novenarios de muertos que aún se rezan en los pueblos de Latinoamérica, se continua intercediendo por las almas del purgatorio. 

 Sin embargo, la manía descubridora de Benedicto XVI ha dado un giro sorprendente. En ocasión de la presentación del texto del mensaje de la Jornada Mundial de la Paz 2013, ha descubierto algo que el 95% de la humanidad ya sabía pero que el 5 % se resiste a aún reconocer. Ha descubierto nada más ni nada menos que el capitalismo es un sistema económico que funciona en base a la codicia, que promueve el consumismo y la competencia, y que genera conflictos sociales (lucha de clases) por las desigualdades que provoca entre ricos y pobres.

 Según sus palabras: “Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado (…..) Para salir de la actual crisis financiera y económica – que tiene como efecto un aumento de las desigualdades – se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico. El que ha prevalecido en los últimos decenios postulaba la maximización del provecho y del consumo, en una óptica individualista y egoísta, dirigida a valorar a las personas sólo por su capacidad de responder a las exigencias de la competitividad”.

 ¿Qué tiene de novedoso el “descubrimiento” de Benedicto XVI de las injusticias y de la opresión que se derivan del capitalismo y de la responsabilidad del capitalismo en la lucha de clases?. De novedoso no tiene nada, pero sí tiene un gran significado en términos del debate político ideológico que está cobrando relevancia en la coyuntura actual sobre las causas de la crisis económica global y sobe las alternativas que se existen para promover una economía que esté en función del bienestar de toda la sociedad. Es decir, es importante que un conservador de la talla de Benedicto XVI, a quien nadie en su sano juicio acusaría a de ser un instrumento de grupos marxistas o de tener una ideología anti- sistema , le diga al mundo que la creciente conflictividad social o lucha de clases, está siendo alimentada por las injusticias que provoca el sistema económico capitalista.

Esperemos que los intelectuales orgánicos de las elites empresariales y políticas de nuestros países , que con tanta facilidad descalifican a priori cualquier opinión contraria al capitalismo y/o a los principios de lo que llaman el “libre mercado” o la “libre iniciativa”, se tomen el tiempo de leer en esta época, el mensaje de Benedicto XVI. A lo mejor descubren lo que hasta el Papa ha descubierto por fin: que el problema económico fundamental en la actualidad es la creciente desigualad entre ricos y pobres. Qué esta desigualdad es responsabilidad directa del capitalismo y de su racionalidad de muerte, y que no es posible pensar en solucionar los conflictos sociales o en promover la cohesión en una sociedad en torno a un proyecto de desarrollo nacional, mientras no se aborden las causas estructurales que le han dado origen a las brechas de desigualdad y a la exclusión social de amplios segmentos de la población. 

Porque deben saber que la lucha de clases no se la invento ni Marx ni Lenin y su existencia no depende de sí se está de acuerdo o en desacuerdo con ella. Ya lo dijo el multimillonario Warren Buffet en una oportunidad: “La lucha de clases sigue existiendo, pero es mi clase la que la dirige y la que la va ganando”.

 La autora es profesora de la escuela de economía de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) de El Salvador.
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