sábado, 29 de octubre de 2016

PP. CORRPCIÓN, CINISMO, VIOLENCIA, CADA CUAL HABLA DE LO QUE SABE


Mariano Rajoy después de alentar y animar por sms a Luis Bárcenas, un genio y figura del PP en la contabilidad b, c, h y j del mismo partido, reconoció haber mejorado mucho en el susodicho manejo del msm. No aclaró si la tal mejoría se debía a que al ser cazado en sus comunicaciones intimas con delincuentes, habría re alineado sus códigos de contacto, o bien ya no se comunicaba con ellos por estricta imposibilidad material, dado que un buen ramillete del alto personal que fue o son todavía del PP están declarando en el juzgado, y no es de recibo que se tenga que intervenir un interrogatorio porque mariano Rajoy llame al interrogado para animarlo, como hizo con Bárcenas, o para desanimarlo.

Nos hemos enterado que Mariano Rajoy, dice él, tiene un tractor, que por lo visto no es amarillo, y que este tractor se lo va a dejar al Aitor, un zagal con el que se quiere amigar, para que este se provea del grano que le pidió a Rajoy. O sea, que este Mariano, además de robar el dinero de las pensiones para entregárselo a los bancos; un traidor a la patria, por haberla vendido (junto con Zapatero) al capital extranjero, mediante la modificación del artículo 135 de la Constitución y haber dejado que tropas extranjeras, que se pasan el tiempo guerreando, anden por suelo español como Pedro por Morón de la Frontera, resulta que, también es un embustero, porque de qué va a tener el Tío Mariano un tractor escondido en la tribuna de oradores del Congreso para dejárselo al Aitor.

Si Mariano Rajoy hubiera dicho: “tengo un tractor amarillo, saca el guiski Cheli, que vamo a formá un guateque”, pues, sí. Esto habría tenido pase. ¿Pero un tractor de esos de trabajar…? Vamos, vamos, Mariano que no somos unos pardillos.

Y le preguntaba Mariano Rajoy al innombrable creador de todos los males patrios, pasados presentes y futuros (cuando gobiernen juntos en España Stalín, Maduro, Chaves, El Che, Fidel Castro, Evo Morales, Marx, Rafael Correa y como artista invitado, el chico de la Portera): Y qué pasaría, si usted, señor encoletado, que no tiene más que coleta, estuviera aquí en la tribuna de oradores, pidiendo por el amor de Dios que lo hicieran presidente, y ahí fuera (refiriéndose a la manifestación convocada en los aledaños del Congreso, para protestar por las consecuencias del puturrú de fuá que ha organizado Felipe González y Susana Díaz, para que se diera con la cabeza en el suelo el Secretario general del PSOE –que no quería ni en pintura a Rajoy-  a fin de que Marianico el Corto sea el presi del gobierno de España, con permiso de la troika) estuvieran unas moscas cojoneras manifestándose con el sonsonte de “Rajoy, contra la corrupción, democracia”. ¿Acaso, señor Coletas, usted no representa ni a los suyos que están ahí fuera, dale que te pego con el que te conocemos, Mariano, que no nos engañas?

Como no sabemos qué pasaría si en vez de estar uno en la tribuna de oradores rogándole a Dios que por lo que más quiera salga presidente estuviera otro, es una tontería perder tiempo dilucidando que podría pasar.

Lo que sí sabemos es de la somanta de palos que le pegaron al ex ministro de Zapatero, señor Bono, cuando asistía a una manifestación en la que participaba el PP a título benefactor político de ésa manifestación, y quizá por esta razón a Mariano-Aguirre-Casado-Hernando presupongan a los demás lo que ellos llevan dentro.
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(En 2005 al PP le gustaba más la calle que a un submarino y grifo de agua)

LOS MANIFESTANTES COREARON GRITOS CONTRA EL GOBIERNO Y A FAVOR DE PP

Carlos E. Cué /El País
Madrid 23 ENE 2005
La manifestación que discurrió ayer entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol de Madrid en apoyo a las víctimas del terrorismo, a la que asistieron 35.000 personas, según la policía, derivó en insultos al Gobierno y al PSOE, en la petición de dimisión del comisionado del Gobierno para las víctimas, Gregorio Peces-Barba, y en gritos a favor del PP y la unidad de España. Poco antes de llegar al kilómetro cero de la capital, el ministro de Defensa, José Bono, fue agredido e insultado por un grupo de manifestantes y tuvo que abandonar la marcha.
Poco antes de las 17.00 arrancó la manifestación silenciosa convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). En la cabecera, por delante de una pancarta que rezaba "Memoria, dignidad y justicia con las víctimas del terrorismo", marchaban decenas de familiares de víctimas y afectados. Varios metros por detrás, caminaba el ministro de Defensa, acompañado de la eurodiputada socialista Rosa Díez. A su paso ya fue insultado por varios manifestantes. Era el anticipo de lo que vendría unos metros más allá, donde fue vapuleado, insultado e incluso golpeado con una bandera de España.
En torno al ministro se concentró un nutrido grupo de personas, que le llamaron "asesino, pelota, demagogo, apóstata y mentiroso". Según los testigos de la agresión, varias personas le propinaron empujones y puñetazos hasta que sus guardaespaldas, la policía y miembros de la organización lograron sacarlo de la multitud. Incluso varios manifestantes llegaron a enzarzarse entre ellos por el incidente. Rosa Díez, que abandonó con el ministro la concentración entre lágrimas, lamentó lo sucedido.
La AVT reprochó a Bono que no anunciase su asistencia: ¿Cómo se le ocurre venir sin avisar?". Su presidente, Francisco José Alcaraz, tras la lectura del manifesto en el que pidió el endurecimiento de las penas para los terroristas y "que no se utilice a las víctimas como moneda de cambio", condenó los incidentes y mostró su "indignación y decepción". También el popular Ángel Acebes la condenó: "La actuación de unos pocos intolerantes no pueden desvirtuar el gran éxito de una manifestación".
Bono señaló más tarde a EL PAÍS: "Han estado durante 20 minutos empujándome por todas partes y algunos me han golpeado. Me he llevado un buen puñetazo en las costillas. En España son muy pocos, pero allí eran muchos. Desde la época de Franco, jamás había sentido en una manifestación que me podían agredir. Si no está allí la policía... los escoltas han hecho lo que han podido, pero era mucha gente, de todo tipo, también señoras que me insultaban y me llamaban apóstata, defensor de los maricones, asesino. He llegado a estar preocupado por mi hijo, sobre todo por la imagen que le quedará. No tengo cardenales, pero me han dado muchos golpes por la espalda, porque la policía protegía el frente". Bono añadió: "En ningún otro país puede acabar una manifestación contra la violencia de forma violenta. Algunos me defendieron, pero la mayoría me insultaba. Yo había acudido para honrar la memoria de los muertos y testimoniar a los asesinos que no van a vencer nunca. Antes tendrán que matarnos a los amantes de la libertad". Ana María Vidal Abarca, presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, abandonó la manifestación cuando vio la agresión a Bono.
Los aplausos y gritos de ánimo que recibió la cabecera de la manifestación se tornaron en un coro de insultos al paso de la segunda pancarta ("Comprometidos con las víctimas del terrorismo"). Tras ella caminaban los representantes políticos: en el centro, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que caminó varios metros agarrada del brazo del ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, y del socialista Rafael Simancas; el secretario general del PP, Ángel Acebes, el secretario de Justicia del PP, Ignacio Astarloa, el ex ministro Miguel Arias Cañete y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Durante la hora y media de la marcha, la caras de unos y de otros reflejaban su estado de ánimo ante la deriva que había tomado la marcha. El más serio, Jordi Sevilla, también el más vapuleado. Aguantó los improperios contra él y recogió también los que se lanzaban a otros miembros del Gobierno, sobre todo al presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Mientras, Aguirre y Acebes no perdieron la sonrisa en ningún momento. Durante la marcha se oyeron consignas como "¿Dónde está ZP?", "Peces Barba, dimisión", "Sinvergüenzas", "España unida, jamás será vencida", "Con asesinos no se negocia", "mentirosos, demagogos"; y "Acebes no mintió", "Acebes, Acebes", "Viva Esperanza". Los insultos personales incluso eran reprimidos por algunos miembros de la organización: "Señora, por favor, un respeto".
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