miércoles, 9 de junio de 2021

Valencia antigua. La Albufera, imágenes de 1944 y 1948

USA-CUBA. ¡Un momento…! Un momento que me estáis liando y a mí no me lía ni mi padre. ¿Pero esta va del capital USA y añadidos colateralmente y subsiguientes contra todo el pueblo de Cuba menos los fugitivos de riñón cubierto aparcados en Miami y otros sitios? O esto va de que los USA le meten candela a todo vicho viviente que se menea contra sus interés o que los cubanos, menos los fugitivos dichos y servidores pagados, dicen: ¿Mire, señor USA, que no nos dejamos pisar ni por usted ni por nadie, sabe usted. Se entera o no se entera, o prefiere que se lo diga cantando? Pues venga, ligerito, aclárenme esto, que tengo cosas que hacer. Y ahora que caigo, una recordativa como quien no quiere la cosa, como si se me cayera sin querer: ¿Recuerdan ustedes cuando el amigo USA intentó boicotear el Gaseoducto NORD STREAM 2 que vende a los europeos el gas a un precio menor que el que quería encasquetarnos por el alma la abuela el susodicho amigo USA pero que no pudo? Pues, eso. A ver si nos vamos aclarando.

 

“Frente a la nueva maniobra en el Parlamento europeo, salgamos a las calles el 23 de junio a pedir el fin del bloqueo a Cuba”

Diario octubre / 09.06.202:

Les ofrecemos este comunicado conjunto de las organizaciones de ambos movimientos en el Estado español: el de los colectivos de solidaridad con Cuba y el de la emigración cubana.

Un reducido grupo de miembros de las derechas del Parlamento europeo, en línea con la política de Washington y en coordinación con los grupos extremistas de la ultraderecha cubanoamericana, presentará en los próximos días, en la Asamblea Plenaria del Parlamento Europeo, un punto relativo a la Situación Política y los Derechos Humanos en Cuba, para lograr una condena institucional contra la Isla.

Es un nuevo intento de manipulación de la realidad cubana con un claro objetivo: enrarecer, entorpecer y hacer fracasar el actual Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación Unión Europea-Cuba, que tanto irrita a quienes apuestan por regresar al régimen de condicionamientos y sanciones de la extinta y fracasada Posición Común sobre Cuba de la UE.

Esta iniciativa se produce unos días antes de la previsible victoria de Cuba, el 23 de junio, en la Asamblea General de Naciones Unidas, y su fin es evidente: empañar el respaldo a Cuba de la Comunidad Internacional en pleno -en la última ocasión, el resultado fue de 187 votos contra tres- en la exigencia a EEUU de poner fin al bloqueo económico, financiero y comercial sobre la Isla.

El Movimiento de Solidaridad con Cuba y el de la Emigración cubana están haciendo llamados constantes a las instituciones de la Unión Europea, para que esta siga profundizando las relaciones con La Habana, mediante instrumentos como las Rondas de Diálogo sobre Derechos Humanos, que abordan, en igualdad, respeto y reciprocidad, la situación de DDHH en ambos enclaves.

Más de cien organizaciones solidarias que respaldan la campaña “Unblock Cuba!” presentan estos días una carta a la Comisión europea y a otros altos cargos de la UE, en la que les solicitan una interlocución activa con el gobierno del presidente Joseph Biden, para el levantamiento de las sanciones y el fin del bloqueo a Cuba, y les piden un reconocimiento de la cooperación médica solidaria de Cuba, desarrollada en territorio europeo durante la actual pandemia.

Además, cerca de 300 representantes de la sociedad civil europea han apoyado una petición para que la UE active ocho medidas concretas de cooperación con la Isla, en materia de inversión y desarrollo económico, intercambio científico, cultural y académico, y cooperación al desarrollo.

Instamos al citado grupo de miembros de la Eurocámara a que, con la misma celeridad que han orquestado esta maniobra, denuncien las violaciones sistemáticas, flagrantes y masivas de DDHH por parte de Israel contra la población palestina, por parte de Marruecos contra el pueblo saharaui, o por parte de EEUU en su territorio y en tantos otros lugares del mundo. A que apoyen la denuncia internacional por la represión en Colombia, causante de decenas de muertes y centenares de desapariciones, en las últimas semanas. Y a que no olviden que la Unión Europea tampoco es terreno inmaculado en materia de DDHH.

Y, si de verdad tienen algún interés en el cumplimiento de los DDHH en Cuba, activen todos sus mecanismos de influencia para poner fin al bloqueo que sufre el pueblo cubano, reforzado en los últimos cuatro años con 242 nuevas sanciones de asfixia a su economía, y que impacta de manera brutal en las condiciones de vida de la población civil.

Finalmente, hacemos un llamado a la ciudadanía para que el próximo día 23 de junio miércoles (el 19 en algunos lugares, como Catalunya), mientras en la ONU se produce la citada votación contra el bloqueo, acuda a las decenas de concentraciones que se han convocado en el Estado español y en otros lugares del mundo, para decir bien alto: “Biden, escucha al mundo: Unblock Cuba!”

Federación de Asociaciones de Cubanos Residentes en España “José Martí” (FACRE)

Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba (MESC)*

*Las organizaciones del MESC son, en estos momentos:

  1. Asociación Almeriense solidaria con el pueblo Cubano
  2. Asociación Andalucía – Cuba (puente de cooperación para el Desarrollo Sostenible)
  3. Asociación Camilo Cienfuegos Cuba-Aragón
  4. Asociación de amistad con Cuba Camilo Cienfuegos de Dénia
  5. Asociación de Amistad con Cuba Miguel Hernández de Alicante
  6. Asociación de Amistad Hispano Cubana Bartolomé de las Casas de Madrid
  7. Asociación de Amistad Hispano Cubana Bartolomé de las Casas de Sevilla
  8. Asociación de Amistad Hispano Cubana de Málaga
  9. Asociación de amistad hispano-cubana Julio Antonio Mella de Madrid
  10. Asociación de Amistad Rioja Cuba
  11. Asociación de amistad y cooperación con cuba La Gran Piedra de Granada
  12. Asociación de Amizade Galego-Cubana Francisco Villamil
  13. Asociación de Cultura Popular Estrella Roja
  14. Asociación de iniciativas solidarias  Alhucema de Morón (Sevilla)
  15. Asociación de Solidaridad con Cuba Vilma Espín San Lúcar de Barrameda (Cádiz)
  16. Asociación de Solidaridad Toledo-Cuba “Antonio Maceo”
  17. Asociación de Solidaridad y Cooperación al Desarrollo Ernesto Guevara de Torrejón de Ardoz
  18. Asociación Hispano Cubana Paz y Amistad de Avilés
  19. Asociación Lázaro Cárdenas
  20. Asociación Maximiliano Tornet de Huelva
  21. Asociación Pablo de la Torriente Brau de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes
  22. Asociación para la Cooperación Internacional Patrice Lumumba
  23. Asociación Provincial de Jaén Amistad con Cuba Indio Naborí
  24. Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí
  25. Associació d´amistat amb Cuba Pep Linares d’Alcoi
  26. Casa de Amistad Baleares-Cuba
  27. Casal Cubà de Sabadell
  28. Casal d’Amistat amb Cuba de Badalona
  29. Casal d’Amistat amb Cuba de Barcelona
  30. Casal d’Amistat amb Cuba de Lleida
  31. CESC de Madrid
  32. Colectivo 26 de Julio de Madrid
  33. Comité Antiimperialista de la Región de Murcia
  34. Comunistes de Catalunya
  35. Cosal-Murcia y Entrepueblos Murcia
  36. Defensem Cuba
  37. Euskadi Cuba
  38. Frente Antiimperialista Internacionalista
  39. Izquierda Unida (IU)
  40. Marx Madera
  41. MediCuba España
  42. Mollet amb Cuba
  43. Hermanamiento Nou Barris-El Cerro Cuba
  44. Partido Comunista de España (PCE)
  45. Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE)
  46. PCE (m-l)
  47. Plataforma de Solidaridad con el Pueblo Cubano de Granada
  48. Rincón Cubano Granma de Torrelavega (Cantabria)
  49. Sociedad Cultural Cubano Andaluza José Martí de Sevilla
  50. Sodepaz
  51. Sodepaz Andalucía

*++

¡Izquierda, ja´mía! Despierta que camarón/camarona que se duerme se lo lleva la corriente. ¿Pero bueno, que coño hago yo aquí hablando de izquierda si no existe? Es imprescindible y más en estos momentos, pero no existe. Perdonénme este lapsus, que ha sido sin querer, que lo que mola es el centro del centro del centro, pero de centro. Vamos, como quien dice centro.

 

Antes de que sea demasiado tarde (del

 15M al 14M)

Lo llaman resiliencia; y no lo es. La herencia recibida es una tragedia a la española. Pero nunca un destino manifiesto. Si no se nos pasó el amor.

Por Rafael Cid 

KAOSEN LA RED

Publicado el 9 Jun, 2021


<<No es una crisis; es que ya no te quiero>>

(Pancarta en la Puerta del Sol. Mayo 2011)

Camino del ocaso, y cuando se cumple un decenio del alumbramiento de la comunidad moral que cobijó el 15-M, la memoria viva de aquella radiante experiencia podría ayudar a neutralizar la distopia total que proyecta la nueva normalidad de la era covid.

Diez años después de la irrupción de la multitudinaria protesta de los indignados en la España urbana, siguiendo la estela de las movilizaciones ciudadanas surgidas en otras latitudes, la perspectiva ha cambiado radicalmente de rumbo. Donde antes había camaradería física y emocional; alegría de vivir; solidaridad orgullosa; creatividad social; esperanza en la mejora; percepción de autoestima, autonomía de la experiencia; empatía intergeneracional; y afectos y cuidados entre propios y extraños; hoy domina un revés de perfil deshumanizador, ingrato y receloso, que se articula sobre un sentimiento de profunda inseguridad y dependencia ajena. De aquella utopía que casi acariciábamos con la punta de los dedos hemos pasado a la inquietante sima de un infortunio que nos mortifica como la peste. Los lodos de 2020 no provienen de los vientos de 2011. Estamos ante la crónica de un fracaso jamás anunciado. Un agujero negro cuyo turbio enigma conviene descifrar para saber si solo nos encontramos ante una década perdida, una recaída coyuntural, o ante el doloroso parto de una regresión caníbal que ha venido para quedarse.

Empecemos sin rodeos, por la necesaria autocrítica. Para deslindar la inevitable tendencia a la autocomplacencia que implica la posición interesada del observador sobre lo observado (su punto de vista). En términos absolutos, el anarquismo organizado fue una nota marginal durante el estallido del 15M de 2011, y tampoco se superó en mérito frente a los innumerables y bárbaros estragos del 14M de 2020. No así en términos relativos. Porque en ambos ciclos han sido notorios los comportamientos de estima, cooperación, asistencia y apoyo mutuo desplegados por la gente (personas y grupos) ante los acontecimientos sobrevenidos. Incluso cabría decir que ni falta que hacia ese protagonismo libertario, porque lo importante era precisamente lo que devino espontáneamente. Que fuera la dinámica de la misma ciudadanía, sin tutelas ni tonsuras, la que se abriera al magma solidario. Pero si creo que la escasa incidencia de la Idea debe atribuirse a procesos mentales disfuncionales respecto a lo que la ética emancipadora exigía.

Falló en el movimiento quincemayista, quizá porque una cierta <<superioridad moral>> mal entendida (Gabriel Kuhn dixit) hizo recelar de un activismo antiautoritario que había ganado las calles sin tributar a ninguna primogenitura. Y en el caso de los idus de marzo, por esa amalgama identitaria (un cierto aire de familia) que porta el anarquismo militante en el fondo de su mochila. Un tropismo ideológico que le hace sentirse de izquierda, sin más atributos que afirmarse en el combate contra todo lo que huela a lo contrario, derecha o asimilados. Esa pulsión subliminal de pertenencia obró como freno a la hora de disputar la estrategia del poder porque, al fin y al cabo, ahora en el gobierno están <<unos de los nuestros>>. Una lógica que opera solo en oposiciones binarias, jibarizando la natural complejidad de las políticas habilitantes (ergo clichés tipo: <<el enemigo de mi amigo es mi enemigo >> y <<o estás conmigo o estás contra mí>>).

Así contemplado el escenario bifronte de ambas experiencias, la conciencia inconformista devino en asistente involuntario de un bloquismo que procedió como reemplazo del viejo bipartidismo. El aleteo de mariposa de una ambiciosa sociedad civil, al margen del Estado y del Mercado, preñada de oportunidades aunque falible por su humana condición, arrumbó en una mediocre y mezquina reivindicación del fetichismo estatal como refugio existencial. Y el inicial impulso de superación sobre las contingencias de aquella realidad impostada por los rituales de la dominación omnívora fue otra vez reseteado por la amarga severidad de la primaria lucha por la vida. La distancia social de obligado cumplimiento; la profiláctica ocultación del rostro y de sus facciones expresivas; el confinamiento de madriguera y sus dadivosas cuarentenas; los aspavientos sobre las bondades de una comunidad de rebaño; la vacunación obligatoria como viático; el pasaporte sanitario de los circuncidados en la fe como arancel biomédico; el teletrabajo y el e-commerce inserto en la cadena panóptica del neofeudalismo electrónico; el legislar por decreto ley del nuevo despotismo de emergencia con morriña del antiguo plasma; el sentimiento de orfandad colectiva propiciado por el ambiente hostil y depresivo, y el retorno de la jerarquía y lo piramidal en el terreno baldío donde antes crecía la transversalidad y lo horizontal; propiciaron la reconstrucción urbi et orbi del individualismo posesivo y con ello del Leviatán digital en la reserva. Y todo ello se actuó en un contexto tan traumático que casi nadie tuvo noción de pérdida ni gesto de piedad que no viniera predeterminado desde las altas instancias del poder subsumido como ogro filantrópico.

Sociedad pecera

Aunque ni de lejos podemos prever dónde acabara la mutación epocal en marcha, un somero balance de lo ya vivido podría aproximarnos la dimensión de la tragedia en ciernes y a su socaire los valores a los que deberíamos aferrarnos para contener el diluvio que nos hará transitar del Arca de Noé (para un elenco de elegidos) a la infinita pecera donde vegetará en holograma la inmensa mayoría (prescindible) que encarna el mito iniciático de la nueva normalidad. Formas de representación a control remoto que harán olvidar la necesidad de la acción ciudadana para el fortalecimiento de las demandas de una democracia que el Estado y el Mercado, en disciplinado acople, boicotean y reducen a un mero simulacro. Estragados en ese líquido amniótico, resultará prácticamente imposible propiciar espacios de movilización y cercanía al margen de los canales y plataformas de cooptación política, franquiciados desde el podio gubernamental y patrocinados por sus consortes tecnológicos de la inteligencia artificial. El reino de <<no hay alternativa>> acechaba tras la deflagración de la pandemia, y nada indica que la vacuna ofertada suponga un verdadero antídoto que reponga el tiempo de la memoria insumisa y su calor humano. Es la antítesis de El final de la historia y el último hombre que Francis Fukuyama aventuró como definitivo avance civilizatorio en el mejor de los mundos posibles con el triunfo de una democracia estabulada.

En un escalofriante texto publicado al comienzo de la crisis sanitaria, titulado El virus y el mundo del mañana, el ensayista surcoreano Byung-Chul Han alertaba sobre lo que entrañaría el futuro diseñado tras la <<cuarta revolución industrial>>, donde la norma sería el estado de excepción y el asalto a la razón y a las sentimientos vendrían inoculados desde un población zombi satisfecha de su gravidez virtual. Todo ello poniendo como modelo de referencia pionera a la China capitalista-comunista de los dos sistemas (una hybris de la gestión público-privada). La revancha del modo de producción asiático, versión 5G, en el siglo XXI, que se erige como banco de pruebas global para la era poscovid, merecía estos sombríos apuntes por parte del autor citado: <<En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación. Se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad en las redes sociales […] Nadie se enoja por el frenesí de las autoridades para recopilar datos […] En el vocabulario de los chinos no existe el término “esfera privada” […] Si uno rompe clandestinamente la cuarentena, un dron se dirige volando a él y le ordena regresar a su vivienda […] A la vista de la pandemia deberíamos redefinir incluso la soberanía. Es soberano quien dispone de datos […] Los peligros no acechan hoy desde la negatividad del enemigo, sino desde el exceso de positividad, que se expresa como exceso de rendimiento, exceso de producción y exceso de comunicación […] De algún modo cada uno se ocupa solo de su propia supervivencia>>. El coronavirus ha servido en bandeja la <<doctrina del shock>> para implementar el big data como primera naturaleza, pero el problema hunde sus raíces en la introspección de la servidumbre voluntaria como placebo. Lo señalaba el propio Byung-Chul a comienzos del 2018, un año antes de la expansión de la epidemia: <<Ahora uno se explota así mismo y cree que está realizándose>>.

A caballo de ese distanciamiento autista sujeto-objeto, que toma la forma de alienación simbiótica, se metaboliza una manera de ser y estar ciega y sorda ante las agresiones que el comportamiento personal inflige en el entorno. Con el resultado perverso de obviar la propia responsabilidad en algunos de los problemas que se padecen. Víctimas y verdugos al unísono, el bucle así generado opaca cualquier posibilidad de rectificación de la falsa percepción. La neurosis contemporánea se sublima con recursos de índole supersticiosa utilizando como válvula de escape la experiencia diferida. Bien sea, delegando su ejercicio en representantes (autoridades, gobiernos, partidos, sindicatos, iglesias, influyentes de todo tipo y ralea; etc.) o en un más allá que proveerá la catarsis armonizadora. Eso explicaría, la necia ignorancia acerca de los efectos perversos de los sistemas extractivos y degradantes de producción; la compulsión de un consumo banal; la contaminación de los ríos y los océanos; la destrucción exponencial de los bosques y los territorios vegetales; o la polución atmosférica. Una conculcación que es fruto de la homologación de un concepto de progreso centrado en esquilmar todo lo que contenga valor de cambio y que conlleva de correlato una existencia solipsista.

Derechos con deberes

Al no reconocer más que derechos para sí y obligaciones hacia los que mandan, y casi nunca deberes, mengua la capacidad para valorar la dote recibida al nacer y la necesidad de dejar un legado mejorado al morir. Todo gira en un disfrute entre dos nichos, alfa y omega en las antípodas. La misma desenfadada disposición de la deuda pública, dilapidada como gasto corriente, es un reflejo hormonal de ese desprecio a los que habrán de venir, condenados a sufragar una carga financiera que no han originado. Dinero traído del futuro. Aunque pueda parecer anacrónico, un ejemplo de la condición unidimensional de eso que llamamos <<progreso>> lo encontramos en la decadencia del factor humano entre amplios sectores de la tradicional clase trabajadora. Sin ánimo de simplificaciones ni caricaturizar la realidad, podemos decir que se ha pasado de una Primera Internacional que ponía al mismo nivel derechos y deberes en su declaración de principios (<<No más deberes sin derechos ni más derechos sin deberes>>) a un estamento social que, en buena medida, prima los valores materiales y cuantitativos (económicos, salariales, patrimoniales, sacralización del trabajo forzado, etc.), alimentando el darwinismo social del enemigo. Parafraseando a Bakunin: deberes sin derechos es esclavitud y brutalidad; derechos sin deberes, privilegio y concesión. De ahí la dificultad para construir una alternativa real al sistema de dominación, exclusión y explotación vigente.

No nos enfrentamos a una sutil amenaza, sino a la realidad que troquelará el inmediato porvenir si nadie lo impide. Pero antes hay que <inspirar>> ese alguien. Y en ese sentido la memoria del 15M se muestra todavía como un baluarte ante la barbarie naciente. Lo primero y esencial es establecer los mecanismos de veracidad capaces de alumbrar la indignación y con ella de la esperanza, clausurando ese tórrido periodo de duelo en que nos hemos abismado, para así servir de partera a futuros acontecimientos. El cisne negro, lo que ocurre cuando nadie lo espera. Hoy contamos con la ventaja de haber identificado nuestras limitaciones y los códigos para constituirnos en agentes del cambio social; encarnar la legitimación de la rebelión; despertar significados en mentalidades entumecidas; y traducir la cultura de la libertad y la equidad en consensos de mayorías. Porque, como afirma Manuel Castellls: <<el big bang de un movimiento social comienza con la transformación de la emoción en acción>> (Redes de indignación y esperanza, pág. 30). Para democratizar la democracia.

Lo que ocurre es que el tiempo social no pasa en balde. Nadie se baña dos veces en el mismo río, ni siquiera una, porque mientras uno lo hace deja de ser el mismo río. Tampoco basta con volver a las fuentes. Además, hay que localizar el kayros que haga posible un nuevo punto de ignición, sin perder de vista el potencial del arraigo nómada de aquel 15M pero con los pies en el tipo de sociedad espectral (panóptica y algorítmica) destapada por este pandémico 14M. Nunca como en estos momentos, con un gobierno de coalición de izquierdas, la juventud ha sido tan maltratada y nunca ha estado tan resignada. Los mileniales, una acotación arbitraria para designar a la primera generación pertrechada de habilidades tecnológicas que frisó la mayoría de edad con el siglo, son los que más han sufrido el impacto de la crisis (excepción hecha, en el otro extremo de edad, de los miles de ancianos analógicos que fueron abandonados a su suerte en apartheids de mayores). Sin embargo, con un 40,9% de paro juvenil sobre sus espaldas, la mayor tasa de desempleo de la Unión Europea (UE) incluida la tres veces rescatada Grecia, su indignación no está ni se la espera. Al contrario, con frecuencia se sitúa a la generación JASP (Jóvenes Aunque Sobradamente Preparados) en la diana del vandalismo callejero y los comportamientos egoístas. Bien sea por sus airadas protestas contra la represión de libertades o por hacerla responsable del descontrol de los contagios por las juergas, fiestas y botellones, contribuyendo con esas críticas a la dramatización de la disidencia.

Cuesta entender cómo los grandes perjudicados de ayer que prendieron la protesta del 15M aceptan hoy permanecer pasivos ante una situación aún más desfavorable. Pero como en la obra de Pirandello <<así es si así parece>>. La sociología convencional sostiene que esa parálisis es debida a que aquella crisis señalaba culpables claros y directos, mientras que la actual no se puede personalizar, porque de una pandemia nadie es responsable. Non e vero ma e ben trovato. Es cierto que la pandemia ha venido y nadie sabe cómo ha sido. Pero una cosa es la pandemia y otra muy distinta la gestión de la pandemia. Y ahí si existen autores intelectuales y materiales: quienes tienen el poder y los recursos del mando. No solo porque durante la primera ola España fue uno de los países del mundo con más víctimas, infectados y sanitarios afectados. Es un copia y pega. Según un informe del Banco Central Europeo (BCE), también hemos sido los que menos dinero gastamos contra la crisis de toda la zona euro. Un 1,3% del PIB contra un 4% de media de sus 19 miembros, en su inmensa mayoría gobiernos liberales o conservadores, y casi cinco veces menos que Lituania y Austria. Sin embargo, entre enero y julio de 2020, las autorizaciones de venta de armas aumentaron un 650%, por importe de 22.544,8 millones de euros, más que la suma de 2018 y 2019 juntos (21.493).

Lo llaman resiliencia; y no lo es. La herencia recibida es una tragedia a la española. Pero nunca un destino manifiesto. Si no se nos pasó el amor.

(Nota: Este artículo se ha publicado en el último número de Libre Pensamiento)

*++

 

Para leer al atardecer.

 

Tal día como hoy de 1870 moría el gran escritor Charles Dickens. En su epitafio de Westminster puede leerse: "Fue un simpatizante del pobre, del miserable y del oprimido, y con su muerte el mundo ha perdido a unos de los mejores escritores ingleses".


Para leer al atardecer

 

©Charles Dickens por Nora MacPhail.

 Charles Dickens

El Viejo Topo

9 junio, 2021 

Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Eran cinco.

Cinco correos sentados en un banco en el exterior del convento situado en la cumbre del Gran San Bernardo, en Suiza, contemplando las remotas cumbre teñidas por el sol poniente, como si se hubiera derramado sobre la cima de la montaña una gran cantidad de vino tinto que no hubiera tenido tiempo todavía de hundirse en la nieve.

Este símil no es mío. Lo expresó en aquella ocasión el más vigoroso de los correos, que era alemán. Ninguno de los otros le prestó más atención de lo que me habían prestado a mí, sentado en otro banco al otro lado de la puerta del convento, fumándome mi cigarro como ellos, y también como ellos contemplando la nieve enrojecida y el solitario cobertizo cercano en donde los cuerpos de los viajeros retrasados iban saliendo, y desaparecían lentamente sin que pudiera acusárseles de vicio en aquella fría región

Mientras contemplábamos la escena el vino de las cumbres montañosas fue absorbido; la montaña se volvió blanca; el cielo tomó un tono azul muy oscuro; se levantó el viento y el aire se volvió terriblemente frío. Los cinco correos se abotonaron lo abrigos. Como un correo es el hombre al que resulta más seguro imitar, me abotoné el mío.

La puesta de sol en la montaña había interrumpido la conversación de los cinco correos. Era una vista sublime con todas las probabilidades de interrumpir una conversación. Pero ahora que la puesta de sol había terminado, la reanudaron. Yo no había oído parte alguna de su discurso anterior, pues todavía no me había separado del caballero americano que en el salón para viajeros del convento, sentado con el rostro de cara al fuego, había tratado de transmitirme toda la serie de acontecimientos causantes de que el honorable Ananias Dodger hubiera acumulado la mayor cantidad de dólares que se había conseguido nunca en un país.

-¡Dios mío! -dijo el correo suizo hablando en francés, lo que a mí no me parece, tal como les suele suceder a algunos autores, una excusa suficiente para una palabra pícara, y sólo tengo que ponerla en esa lengua para que parezca inocente-. Si habla de fantasmas…

-Pero yo no hablo de fantasmas -contestó el alemán.

-¿De qué habla entonces? -preguntó el suizo. -Si lo supiera -contestó el otro-, probablemente sería mucho más sabio.

Pensé que era una buena respuesta y me produjo curiosidad. Por eso cambié de posición, trasladándome a la esquina de mi banco más cercana a ellos, y así, apoyando la espalda en el muro del convento, los escuché perfectamente sin que pareciera estar haciéndolo.

-¡Rayos y truenos! -exclamó el alemán calentándose-. Cuando un determinado hombre viene a verte inesperadamente, y sin que él lo sepa envía un mensajero invisible para que tengas la idea de él en la cabeza durante todo el día… Cómo le llama a eso, cuando uno camina por una calle atestada de gente, en Frankfurt, Milán, Londres o París, y piensa, que un desconocido que pasa al lado se asemeja al amigo Heinrich, y luego otro desconocido se parece a tu amigo Heinrich, y empiezas a tener así la extraña idea de que vas a encontrarte con tu amigo Heinrich… y eso es exactamente lo que sucede, aunque unos creían que su amigo estaba en Trieste… ¿cómo le llama a eso?

-Tampoco eso es nada infrecuente -murmuraron el suizo y los otros tres.

-¡Infrecuente! -exclamó el alemán-. Es algo tan común como las cerezas en la Selva Negra. Es algo tan común como los macarrones en Nápoles. ¡Y lo de Nápoles me recuerda algo! Cuando la vieja marquesa Senzanima lanza un grito con las cartas de la uija -y fui testigo, pues sucedió en una familia mía bávara y aquella noche estaba yo a cargo del servicio-, digo que cuando la vieja marquesa se levanta de la mesa de cartas blanca a pesar del carmín y grita: «¡mi hermana de España ha muerto! ¡He sentido en mi espalda su contacto frío!»… y cuando resulta que la hermana ha muerto en ese momento… ¿cómo le llama a eso?

-O cuando la sangre de San Genaro se licúa porque se lo pide el clero… como todo el mundo sabe que sucede con regularidad una vez por año, en mi ciudad natal -añadió el correo napolitano tras una pausa con una mirada cómica-. ¿Cómo llama a eso?

-¡Eso! -gritó el alemán-. Pues bien, creo que conozco un nombre para eso.

-¿Milagro? -preguntó el napolitano con el mismo rostro pícaro.

El alemán se limitó a fumar y lanzar una carcajada; y todos fumaron y rieron.

-¡Bah! -exclamó el alemán un rato después-. Yo hablo de cosas que suceden realmente. Cuando quiero ver a un brujo pago para ver a un profesional, y que mi dinero merezca la pena. Suceden cosas muy extrañas sin fantasmas. ¡Fantasmas! Giovanni Baptista, cuente la historia de la novia inglesa. Ahí no hay ningún fantasma, pero resulta igual de extraño. ¿Hay alguien que sepa decirme qué?

Como se produjo un silencio entre ellos, miré a mi alrededor. Aquél que pensé debía ser Baptista estaba encendiendo un cigarro nuevo. Enseguida empezó a hablar y pensé que debía ser genovés.

-¿La historia de la novia inglesa? -preguntó-. ¡Basta! Uno no debería tomarse tan a la ligera una historia así. Bueno, da lo mismo. Pero es cierta. Ténganlo bien en cuenta, caballeros, es cierta. No todo lo que brilla es oro, pero lo que voy a contarles es verdad.

Repitió esa misma frase varias veces.

-Hace diez años, llevé mis credenciales a un caballero inglés que estaba en el Long’s Hotel, en Bond Street, Londres, quien pensaba viajar durante uno o quizá dos años. El caballero aprobó mis credenciales, y yo lo aprobé a él. Quería hacer unas investigaciones y el testimonio que recibió fue favorable. Me contrató por seis meses y mi acogida fue generosa. Era un hombre joven, de buen aspecto, muy feliz. Estaba enamorado de una hermosa y joven dama inglesa, de fortuna suficiente, e iban a casarse. En resumen, lo que íbamos a emprender era viaje de bodas. Para el reposo de tres meses durante el clima caluroso (estábamos entonces a principio de verano) había alquilado un viejo palacio en la Riviera, a escasa distancia de la ciudad, Génova, en carretera que conducía a Niza. ¿Conocía yo el lugar? Cierto, le dije que lo conocía bien. Era un palacio viejo con grandes jardines. Era un poco desértico, algo oscuro y sombrío, pues los árboles lo rodeaban desde muy cerca, pero resultaba espacioso, antiguo, imponente y muy cercano al mar. Me dijo que así lo habían descrito exactamente, y le complacía que yo lo conociera. En cuanto a que estuviera algo deprovisto de muebles, así sucedía con todos los lugares de alquiler. Y en cuanto a que fuera un poco sombrío, lo había alquilado principalmente por los jardines, y él y su amada pasarían a su sombra el tiempo veraniego.

»-¿Todo bien entonces, Baptista? –preguntó.

»-Indudablemente; muy bien.

»Para nuestro viaje contábamos con un carruaje que acababan de construir para nosotros y que en todos los aspectos resultaba conveniente. El matrimonio ocupó su lugar. Ellos estaban felices. Yo me sentía feliz viendo que todo era brillante, viéndolo tan bien situado, dirigiéndome a mi propia ciudad enseñándole mi lengua mientras viajábamos a la doncella, la bella Carolina, cuyo corazón era alegre y risueño, y que era joven y sonrosada.

»El tiempo volaba. Pero observé -¡y les ruego que presten atención a esto (y en ese momento el correo bajó el volumen de su voz)-, a veces observé que mi señora se encontraba meditabunda, de una manera muy extraña, de una manera que daba miedo, de una manera desgraciada, y percibí en ella una vaga sensación de alarma. Creo que empecé a darme cuenta de ello cuando ascendía colina arriba al lado del carruaje y el amo iba por delante. En cualquier caso, recuerdo que quedó grabada en mi mente una noche, en el sur de Francia, cuando me pidió que llamara al amo; y cuando éste vino y caminó un largo trecho hablando con ella afectuosamente, poniendo una mano en la ventanilla abierta para sujetar la de ella. De vez en cuando se reía alegremente, como si se estuviera burlando de ella por algo. Al cabo de un rato, ella reía y entonces todo iba bien de nuevo.

»Aquello me resultó curioso y le pregunté a la hermosa Carolina. ¿Se encontraba mal el ama? No. ¿Desanimada? No. ¿Temerosa de los malos caminos o los bandidos? No. Pero lo que me resultó más misterioso fue que la bella Carolina no me mirara directamente al darme la respuesta, sino que contemplara la vista.

»Pero un día me contó el secreto.

»-Si deseas saberlo -dijo Carolina-, he descubierto, escuchando aquí y allá, que el ama está hechizada y obsesionada.

»-¿Y cómo?

»-Por un sueño.

»-¿Qué sueño?

»-El sueño de un rostro. Durante tres noches antes de la boda vio un rostro en sueños… siempre el mismo rostro, y sólo ése.

»-¿Un rostro terrible?

»-No. El rostro de un hombre oscuro de muy agradable aspecto, vestido de negro, con el cabello negro y mostacho gris… un hombre guapo, salvo por un aire reservado y secreto, jamás había visto el rostro, ni otro que se le pareciera. En el sueño no hacía sino mirarla fijamente, desde la oscuridad.

»-¿Volvió a tener ese sueño?

»-Nunca. Lo único que le preocupa es recordarlo.

»-¿Y por qué le preocupa?

»Carolina sacudió la cabeza.

»-Eso es lo que quiere saber el amo -contestó la bella-. Ella no lo sabe. Ella misma se pregunta la razón. Pero la oí decirle a él anoche mismo que si encontraba un cuadro de ese rostro en nuestra casa italiana (y tiene miedo de que así suceda) piensa que no sería capaz de soportarlo.

»Puedo jurar (siguió diciendo el correo genovés) que después de esto tuve miedo de llegar al viejo palazzo, no fuera a encontrarse allí aquel malaventurado cuadro. Sabía que había muchos cuadros, y conforme nos fuimos acercando al lugar deseé que toda la galería de pintura hubiera caído en el cráter del Vesubio. Para empeorar las cosas, cuando por fin llegamos a aquella parte de la Riviera hacía una noche lúgubre y tormentosa. Tronaba, y en mi ciudad y sus alrededores los truenos son muy fuertes, pues se repiten entre las altas colinas. Los lagartos salían y entraban por las hendiduras del muro roto de piedra del jardín, como si estuvieran asustados; las ranas burbujeaban y croaban a gran volumen; el viento del mar gemía y los árboles húmedos goteaban; y los relámpagos… ¡por el cuerpo de San Lorenzo, qué relámpagos!

»Todos sabemos cómo es un palacio antiguo en Génova o sus cercanías… cómo lo han manchado el tiempo y el aire del mar… cómo las pinturas de las paredes exteriores se han ido cayendo dejando al descubierto grandes trozos de escayola… que las ventanas inferiores están oscurecidas por barras de hierro oxidado… que el patio exterior está cubierto de hierba… que los edificios exteriores están en ruinas… que todo el conjunto parece dedicado al olvido. Nuestro palazzo era uno de los auténticos. Llevaba cerrado varios meses. ¿Meses…? ¡Años! Olía a tierra, como a tumba. De alguna manera se había introducido en la casa, sin ser capaz de salir de nuevo, el aroma de los naranjos de la amplia terraza trasera, y de los limones que maduraban en la pared, y de algunos matorrales que crecían por alrededor de una fuente rota. En todas las habitaciones había un olor a vejez, que había crecido con el confinamiento. Penetraba en todos los armarios y cajones. En las pequeñas salas de comunicación que había entre las habitaciones grandes, aquello resultaba sofocante. Si dabas la vuelta a un cuadro, por volver al tema de los cuadros, allí estaba ese olor, aferrándose a la pared detrás del marco, como una especie de murciélago.

»Las persianas enrejadas estaban cerradas en toda la casa. Sólo vivían allí, para atenderla, dos ancianas de aspecto horrible y cabellos grises; una de ellas con un huso, sentada en el umbral dándole vueltas y murmurando, y que antes habría dejado entrar al diablo que al aire. El amo, el ama, la bella Carolina y yo recorrimos el palazzo. Yo fui el primero en entrar, aunque habría preferido ser el último, abriendo las ventanas y persianas, y quitándome de encima las gotas de lluvia, las manchas de argamasa, y de vez en cuando un mosquito durmiente, o una monstruosa, gruesa y manchada araña genovesa.

»Cuando había encendido la luz en una habitación, entraban el amo, el ama y la bella Carolina. Mirábamos entonces todos los cuadros, y pasaba yo a la habitación siguiente. Secretamente el ama tenía un gran miedo a encontrarse con un cuadro que se asemejara a aquel rostro… todos lo teníamos; pero no estaba. La Madonna y el Niño, San Francisco, San Sebastián, Venus, Santa Catalina, ángeles, bandidos, frailes, iglesias en el ocaso, batallas, caballos blancos, bosques, apóstoles, dogos, todos mis antiguos conocidos tantas veces repetidos… así es. Pero no había un hombre guapo y oscuro vestido de negro, reservado y secreto, de cabellos negros y mostacho gris que mirara al ama desde la oscuridad; ése, no existía.

»Después de haber pasado por todas las habitaciones, contemplando todos los cuadros, salimos a los jardines. Estaban hermosamente cuidados, pues habían contratado un jardinero, y eran grandes y sombríos. En un lugar había un teatro rústico a cielo abierto; el escenario era una pendiente verde; los bastidores, con tres entradas por un lado, eran pantallas de hojas aromáticas. El ama movió sus ojos brillantes, incluso allí, como si esperara ver el rostro saliendo a escena; pero todo estaba bien.

»-Bien, Clara -dijo el amo en voz baja-. Ya ves que no hay nada. ¿Eres feliz?

»El ama se sentía muy animada. Enseguida se habituó a aquel feo palacio y empezó a cantar, a tocar el arpa, a copiar los viejos cuadros y a pasear con el amo bajo los árboles verdes y los emparrados el día entero. Ella era hermosa. Él se sentía feliz. Solía echarse a reír y me decía, montando a caballo por la mañana antes de que apretara el calor:

»-¡Baptista, todo va bien!

»-Así es, signore, gracias a Dios, todo va muy bien.

»No recibíamos visitas. Llevé a la bella al Duomo y a la Annunciata, al café, a la ópera, al pueblo de Festa, a los jardines públicos, al teatro diurno, a las marionetas. La hermosa estaba encantada con todo lo que veía. Y aprendió italiano milagrosamente. ¿Se había olvidado totalmente el ama de ese sueño?, le preguntaba a veces a Carolina. Casi, contestaba la bella… casi. Estaba olvidándolo.

»Un día, el amo recibió una carta y me llamó.

»-¡Baptista!

»-¡Signore!

»-Se me ha presentado un caballero que cenará hoy aquí. Dice llamarse signore Dellombra. Dispón que cene como un príncipe.

»Era un nombre extraño que yo desconocía Pero últimamente había muchos nobles y caballeros perseguidos por los austriacos por sospechas políticas y algunos habían cambiado de nombre. Quizá éste fuera uno de ellos. Dellombra era para mí un nombre tan bueno como cualquier otro.

»Cuando llegó a cenar el signore Dellombra (contó el correo genovés en voz baja, tal como había hecho en otra ocasión), lo llevé hasta la sala de recibir, el gran salón del viejo palazzo. El amo le recibió con cordialidad y le presentó a su esposa. Al levantarse ésta le cambió el rostro, lanzó un grito y cayó desmayada sobre el suelo de mármol.

»Entonces volví la cabeza hacia el signore Dellombra y vi que iba vestido de negro, que tenía un aire reservado y secreto, que era un hombre oscuro de muy buen aspecto, de cabellos negros y mostacho gris.

»El amo levantó a su esposa en brazos y la llevó al dormitorio, donde yo envié inmediatamente a la bella Carolina. Ésta me contó después que el ama estaba aterrada mortalmente, y que se pasó toda la noche pensando en el sueño.

»El amo se encontraba molesto y ansioso… más colérico, pero muy solícito. El signore Dellombra era un caballero cortés y habló con gran respeto y simpatía del hecho de que el ama se encontrara tan enferma. El viento africano llevaba soplando algunos días (así se lo habían dicho en su hotel de la Cruz de Malta), y él sabía que a menudo era dañino. Deseaba que la hermosa dama se recuperara pronto. Pidió permiso para retirarse y renovar su visita cuando pudiera tener la felicidad de saber que su esposa estaba mejor. El amo no se lo permitió y cenaron a solas.

»Se retiró pronto. Al día siguiente llegó a caballo hasta la puerta para preguntar por el ama. En aquella semana, lo hizo en dos o tres ocasiones.

»Lo que yo observé por mí mismo, unido a lo que la bella Carolina me contó, me bastó para comprender que el amo había decidido curar a su esposa de su caprichoso terror. Era todo amabilidad, pero se mantuvo sensato y firme. Razonó con ella que estimular esas fantasías era provocar la melancolía, cuando no la locura. Que tenía que ser ella misma. Que si lograba enfrentarse a su extraña debilidad y recibir felizmente al signore Dellombra tal como una dama inglesa recibiría a cualquier otro invitado, habría vencido su fantasía para siempre. Para abreviar, el Signore regresó, y el ama lo recibió sin que se le notara ninguna preocupación (aunque todavía con ciertas limitaciones y aprensiones), por lo que la noche pasó serenamente. El amo estaba tan complacido con este cambio, y tan deseoso de confirmarlo, que el signore Dellombra se convirtió en un invitado constante. Era muy entendido en cuadros, libros y música, y su compañía habría sido bien recibida en cualquier palazzo triste.

»Muchas veces observé que el ama no se había recuperado del todo. Delante del signore Dellombra bajaba la mirada e inclinaba la cabeza, o lo contemplaba con una mirada aterrada y fascinada, como si su presencia tuviera sobre ella una influencia o un poder malignos. Pasando de ella a él, solía verlo en los jardines sombreados, o en la gran sala iluminada a medias, podríamos decir que «mirándola fijamente desde la oscuridad». Pero lo cierto es que yo no había olvidado las palabras de la bella Carolina al describir el rostro del sueño.

»Tras su segunda visita, oí decir al amo:

»-¡Ya ves, mi querida Clara, ahora todo ha terminado! Dellombra ha venido y se ha ido, y tu aprensión se ha roto como si fuera de cristal.

»-¿Volverá… volverá de nuevo? -preguntó el ama.

»-¿De nuevo? ¡Claro, una y otra vez! ¿Tienes frío? -le preguntó al ver que ella se estremeció.

»-No, querido; pero ese hombre me aterra: ¿estás seguro de que tiene que volver otra vez?

»-¡El hecho mismo de que me lo preguntes hace que todavía esté más seguro, Clara! -contestó el amo alegremente.

»Pero ahora el amo estaba muy esperanzado en la recuperación completa de su esposa, y cada día que pasaba lo estaba más. Ella era hermosa y él se sentía feliz.

»-¿Va todo bien, Baptista? -me preguntaba de vez en cuando.

»-Así es, signore, gracias a Dios; todo va muy bien.

»Para el carnaval nos fuimos todos a Roma (dijo el correo genovés forzándose a hablar un poco más alto). Yo había pasado fuera el día entero con un siciliano amigo mío, también correo, que se encontraba allí con una familia inglesa. Al regresar por la noche al hotel encontré a la pequeña Carolina, que nunca salía de casa sola, corriendo aturdida por el Corso.

»-¡Carolina! ¿Qué sucede?

»-¡Ay, Baptista! ¡Ay, en el nombre del Señor! ¿Dónde está mi ama?

»-¿El ama, Carolina?

»-Se fue por la mañana… cuando el amo salió a su paseo diurno, me dijo que no la llamara, pues estaba fatigada por no haber descansado durante la noche (había tenido dolores) y se quedaría en la cama hasta la tarde, para levantarse así recuperada. ¡Pero se ha ido!… ¡Se ha ido! El amo ha regresado, ha echado la puerta abajo y ella ha desaparecido. ¡Mi bella, mi buena, mi inocente ama!

»Así lloraba, desvariaba y se debatía para que yo no pudiera sujetarla la hermosa Carolina, hasta que acabó desmayándose en mis brazos como si le hubieran disparado. Llegó el amo; en su actitud, su rostro y su voz no era ya el amo que conocía yo: se parecía a sí mismo tanto como yo a él. Me cogió, y después de dejar a Carolina en su cama del hotel al cuidado de una camarera, me condujo en un carruaje furiosamente a través de la oscuridad, cruzando la desolada Campagna. Cuando se hizo de día y nos detuvimos en una miserable casa de postas, hacía doce horas que todos los caballos habían sido alquilados y enviados en distintas direcciones. ¡Y fíjense bien en esto! Habían sido alquilados por el signore Dellombra, que había pasado por allí en un carruaje con una asustada dama inglesa acurrucada en una esquina.

Tras emitir un prolongado suspiro, el correo genovés dijo que nunca había oído que nadie la hubiera vuelto a ver más allá de ese punto. Lo único que sabía es que se desvaneció en un infame olvido llevando a su lado el temible rostro que había visto en su sueño.

-¿Y cómo llaman a eso? -preguntó con tono triunfal el correo alemán-. ¡Fantasmas! ¡Ahí no hay fantasmas! ¿Cómo llaman a esto que voy a contarles? ¡Fantasmas! ¡Aquí no hay fantasmas!

»En una ocasión (siguió diciendo el correo alemán) me contraté con un caballero inglés, anciano y soltero, para recorrer mi país, mi Patria. Era un hombre de negocios que comerciaba con mi país y conocía la lengua, pero que no había estado nunca allí desde su adolescencia… y por lo que yo consideré que debían haber transcurrido unos sesenta años.

»Se llamaba James y tenía un hermano gemelo llamado John, que era también soltero. Un gran afecto unía a esos hermanos. Tenían un negocio común en Goodman’s Fields, pero no vivían juntos. El señor James habitaba en Poland Street, esquina a Oxford Street, en Londres; y el señor John residía cerca de Epping Forest.

»El señor James y yo íbamos a partir para Alemania en una semana. El día exacto dependería de un negocio. El señor John llegó a Poland Street (cuando yo habitaba ya en la casa) para pasar esa semana con el señor James. Pero al segundo día le dijo a su hermano:

»James, no me siento muy bien. No es nada grave, pero creo que estoy un poco gotoso. Me iré a casa para que me cuide mi ama de llaves, que me entiende bien. Si mejoro, regresaré para verte antes de que te vayas. Si no me pongo bien como para proseguir la visita donde la dejé, tú puedes venir a verme antes de partir.

»El señor James dijo que por supuesto que así lo haría, y se estrecharon las manos, las dos manos, tal como hacían siempre, tras lo cual el señor John pidió que le trajeran su carruaje, ya anticuado, y se fue a casa.

»Dos noches después de eso, es decir, el día cuarto de la semana, me despertó de un profundo sueño el señor James, entrando en mi dormitorio con un camisón de franela y una vela encendida. Se sentó junto a mi cama y me dijo, mirándome:

»-Wilhelm, tengo razones para pensar que he cogido una extraña enfermedad.

»Me di cuenta entonces de que había en su rostro una expresión inusual.

»-Wilhelm -añadió-. Ni me asusta ni me avergüenza decirte lo que podría tener miedo o vergüenza de decirle a otro hombre. Vienes de un país sensible en el que se investigan las cosas misteriosas y no se rechazan hasta haber sido sopesadas y medidas, o hasta que se descubre que no pueden sopesarse ni medirse, o en cualquier caso hasta que se ha llegado a una solución aunque para ello se necesiten muchos años. Acabo de ver ahora al fantasma de m hermano.

»He de confesar (dijo el correo alemán) que al oír aquello sentí que la sangre me hormigueaba en el cuerpo.

»Acabo de ver ahora mismo al fantasma de mi hermano John -repitió el señor James mirándome fijamente, por lo que pude darme cuenta de que sabía lo que estaba diciendo-. Me encontraba sentado en la cama, sin poder dormir, cuando entró en m habitación vestido de blanco, me miró fijamente, pasó a un extremo de la habitación, contempló unos papeles que había en mi escritorio, se dio la vuelta y sin dejar de mirarme mientras pasó junto la cama, salió por la puerta. No estoy loco en absoluto, y en modo alguno estoy dispuesto a conferir a ese fantasma una existencia externa fuera de mí mismo Creo que es una advertencia de que estoy enfermo, y que sería conveniente que me sangraran.

»Salí inmediatamente de la cama (contó el correo alemán) y empecé a vestirme rogándole que no se alarmara, y diciéndole que yo mismo iría en busca del doctor. Estaba ya dispuesto a hacerlo cuando oí que en la puerta de la calle llamaban tocando el timbre y golpeando con fuerza. Mi habitación estaba en un ático de la parte trasera, y la del señor James se encontraba en el segundo piso, por el lado de la fachada, por lo que acudimos a su habitación y levantamos la ventana para ver qué sucedía.

»-¿Está el señor James? -dijo el hombre que se encontraba abajo, retrocediendo en la acera para poder vernos.

»-Así es -contestó el señor James-. ¿Y no eres tú Robert, el sirviente de mi hermano?

»-Así es, señor. Lamento decirle, señor, que el señor John está enfermo. Está muy mal, señor. Incluso se teme que pueda estar al borde de la muerte. Quiere verlo, señor. Tengo aquí un calesín. Le ruego que venga a verlo sin pérdida de tiempo.

»El señor James y yo nos miramos el uno al otro.

»-Wilhelm, esto es muy extraño -me dijo-. ¡Me gustaría que vinieras conmigo!

»Lo ayudé a vestirse, en parte en la habitación y en parte ya en el calesín; y corrimos tanto que las herraduras de hierro de los caballos marcaron la hierba entre Poland Street y el Forest.

»¡Y ahora, presten atención! (Añadió el correo alemán). Fui con el señor James hasta la habitación de su hermano, y allí vi y oí lo que voy a contarles.

»Su hermano estaba acostado en la cama, en el extremo superior de un dormitorio alargado. Allí se encontraban su anciana ama de llaves y otras personas. Creo que había tres más, si no cuatro, y llevaban con él desde primera hora de la tarde. Estaba vestido de blanco, como el fantasma, pero evidentemente aquello era necesario porque tenía puesto el camisón. Se parecía al fantasma, necesariamente, porque miró ansiosamente a su hermano cuando vio que entraba en la habitación.

»Pero cuando el hermano llegó al lado de la cama, se incorporó lentamente, y mirándolo con atención dijo estas palabras

»-¡James, ya me has visto esta noche… y ya lo sabes!

»Y después murió.

Cuando el correo alemán dejó de hablar, presté atención para conocer algo más de esta extraña historia. Pero nadie interrumpió el silencio. Miré a mi alrededor y los cinco correos habían desaparecido tan silenciosamente que era como si la montaña fantasmal los hubiera absorbido en sus nieves eternas. Para entonces no me encontraba en absoluto con un estado de ánimo suficiente para permanecer sentado a solas en aquel horrible escenario, mientras caía sobre mí solemnemente el aire helado; o si quieren que les diga la verdad, no tenía ánimos para estar sentado a solas en ninguna parte. Por eso volví a entrar en el salón del convento y encontré al caballero americano, que estaba todavía dispuesto a contarme la biografía del honorable Ananias Dodger, y yo a escucharla.

Fuente: Blog Ciudad Seva.

*++

 

Movilizarse ante las denuncias de fraude contra Castillo. [La derecha, o sea, los grupos de capitales que la mantienen y dirigen, son igual en toda tierra de garbanzos. Y en la tierra que no hay garbanzos también. Si gana las elecciones bien, bien, bien. Si las pierde, al pataleo y a revolver Roma con Santiago]

 

Movilizarse ante las denuncias de fraude contra Castillo

 

 César Zelada | 08/06/2021 | América Latina y Caribe

 


Fuentes: Rebelión

Según la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe), al 96% de actas contabilizadas, el profesor cajamarquino ocupa el primer lugar al obtener 50,280%, mientras que la representante de Fuerza Popular registra un 49,720%, de apoyo, manifestando la polarización política que vive Perú.

Los votos en blanco disminuyeron al 0,60% de los votos emitidos mientras que el viciado al 5,67% de los votos emitidos. El ausentismo fue de aproximadamente 5 millones. Es un lugar común que en este resultado la división del movimiento antifujimorista fue funcional a la candidata naranja.

Al dar su primer avance de resultados, Piero Corvetto (responsable de la Onpe y amigo del brazo derecho de Keiko, Piere Figari) antes de la primera vuelta hizo una visita inusual al local de Fuerza Popular lo que fue denunciado por la prensa independiente (Hildebrant en sus Trece, 28/5). Este jefe de la Onpe, sin embargo, declaró que estos todavía “son los resultados de los avances de los locales más cercanos a nuestros 104 centros de cómputo”. “Son urbanos. Falta procesar lugares rurales y el voto en el exterior”, (La República, 7/6).

Según versiones, el voto de los peruanos en el exterior (PEX) lo estaría ganando Keiko. Y el voto rural, bien que beneficia a Castillo, da también guarismos más importantes de lo que se esperaba para Keiko Fujimori. Los medios afirman que, de desarrollarse esta tendencia, la victoria de Keiko Fujimori estaría definida.

Declaraciones de Castillo y Keiko

Pedro Castillo, al conocer el conteo a boca de urna, declaró: “quiero… decirles que hay que mantener la calma, hay que ser prudentes. El pueblo es sabio, sabe lo que hace, es inteligente. Compañeros, hermanos, queridos compatriotas que están al interior del país, llamo a la más amplia cordura, lo que hemos escuchado no es nada oficial”.

Por su lado, Keiko Fujimori desde su local partidario, declaró que “esta campaña ya culminó y es fundamental tender puentes y diálogos”. “Los resultados [del boca de urna] se han recibido con alegría, pero es fundamental mantener la prudencia. […] Pido a los personeros que defiendan el voto hasta el final” (El Comercio, 7/6).

Fraude y macartismo contra Castillo

El proceso electoral se ha desarrollado con denuncias de fraude y provocaciones (la policía detuvo a personeros de Keiko y Castillo con cédulas marcadas en Tumbes y Lambayeque, respectivamente). Pero, además, redoblando una campaña macartista fenomenal contra el candidato de la centroizquierda acusándolo desde el principio de “terrorista”, “comunista”, “que quiere expropiarle sus casas a la gente”, “que no está preparado para gobernar”, “que no tiene equipo técnico”, “que quien va a gobernar es Vladimir Cerrón (sentenciado por corrupción)”, etc. Esto a pesar que Castillo es solo un invitado del partido Perú Libre (PL), pertenece a una congregación religiosa y reza con su familia antes de almorzar.

Toda esta ofensiva derechista (incluso con llamados del excandidato de ultraderecha Rafael López Aliaga a “matar a Castillo y Cerrón”) semiparalizó y puso a la defensiva a Castillo y su aparato político (sin visión estratégica e inconsistente en los debates electorales, donde se mantuvo a la defensiva tratando de desmentir cualquier política de cambios radicales). Cuestión que se expresó en el deslinde que hizo del “comunismo” y la firma de todos los pactos de “garantías” habidos y por haber con las Iglesias (Proclama Ciudadana, etc. junto a Keiko Fujimori), creando desmovilización y confusión en los electores indecisos que lo podían ver como “una opción de cambio”, pero confusa.

Un 90% de la población demanda un cambio del “modelo neoliberal”

De hecho, uno no puede comprender el voto obtenido por la izquierda “progresista” si no es porque canalizó el anhelo de cambio del “modelo neoliberal”. Según Hernán Chaparro, jefe del Instituto de Estudios Peruanos, el 90% de la población demanda un cambio del “modelo” (un tercio quiere un cambio radical y el 60% un cambio moderado). En otras palabras, Castillo fue una manifestación deformada de la irrupción de masas que tumbó al presidente golpista Manuel Merino en noviembre pasado y de la aspiración popular a un cambio del “modelo neoliberal”. La propia Keiko tuvo que cambiar su slogan de campaña por el de “un cambio hacia adelante”.

Es así como de los 20 puntos de ventaja que le llevaba Castillo a Keiko, esta última lograría convertirse en tendencia ascendente. En esta tendencia, Keiko tuvo una campaña más enfocada en el voto de conquista de bolsones electorales concretos. Para disputar la base electoral rural de Castillo, prometió invertir el 40% del Canon Minero en esas regiones o duplicar los programas sociales como Pensión 65, etc.

La élite vio a Castillo como un advenedizo que no le garantizaba un gobierno de “contención de masas”

A estos factores, habría que agregar que la élite capitalista y el monopolio de los medios de comunicación apoyaba a Keiko. Castillo hacía “buena letra” con las clases dominantes (por eso no cuestionaba su poder económico planteando que la banca privada pase al poder público o que los monopolios mineros fuesen estatizados). Pero esta “élite” vio en este a un candidato “advenedizo”, que no le garantizaba un gobierno de “contención de masas” ya que su estructura partidaria es débil. Todo lo contrario, a Lula Da Silva, en Brasil, que tiene al PT y toda una estructura poderosa detrás de él o a Alberto Fernández en la Argentina que cuenta con el respaldo del kirchnerismo y de las históricas burocracias sindicales.

Observadores internacionales denuncian

Carlos Ramírez, observador electoral y concejal de la ciudad de Chicago (Estados Unidos) por Socialistas Democráticos, condenó el trato que se le dio a la candidata a la primera vicepresidencia de Perú Libre, Dina Boluarte, en los debates. Dijo: “nos resulta llamativo la apropiación de consignas generales, de las instituciones democráticas de Perú por parte de una de las candidaturas, como si fuesen expresión de su fuerza política. Se observa una clara desigualdad en el tiempo y la forma con la que cada uno son tratados” (La República, 6/6). También hubo denuncias a militares por inducir el voto a favor de Keiko, así como el veto a observadores internacionales como Jeremy Corbyn y Rafael Correa, mientras que Cancillería permitió el ingreso del derechista venezolano Leopoldo López.

Por otro lado, Perú Libre está demandando a la Onpe y el Ministerio Público que “pedimos el escaneo de las actas para comprobar, una por una, el conteo de votos que realizarán y revisarán los personeros de ambos partidos políticos… solicitamos la presencia del fiscal de prevención del delito” (Expreso, 6/6).

La votación por regiones

No obstante, en la cuna de PL, Junín, Keiko obtuvo 41% de los votos contra 58% de la centroizquierda, una votación relativamente alta para una región donde PL es la primera fuerza política y que expresaría un desgaste político para Cerrón. En Cajamarca, la tierra de Castillo, donde se esperaba que este arrase, Keiko, obtiene el 28% contra el 71%. En Arequipa (la segunda ciudad más importante económicamente), Keiko obtuvo el 36% frente al 66% de Castillo. En la región más turística de la selva, Loreto, Keiko se impone con el 56% contra el 43%.

Así las cosas, el fujimorismo se impone en toda la costa norte ganando con holgura (entre 25% y 30%), incluido Lima (64% contra 35%). E incluso en Ica (donde se desarrolló la gran huelga obrera rural de diciembre del 2020), Keiko gana con el 53% contra el 43%; mientras que Castillo gana en las regiones del mundo andino (aunque en Tacna, que se caracteriza históricamente por ser contestataria y de izquierda, Keiko obtiene el 27% de los votos).

Perspectivas

De imponerse Keiko, esta no tendría “luna de miel” y podría detonar una rebelión popular. Y es probable que las protestas sociales la acorralen desde el primer día de su mandato. Además, debería formar un gabinete “amplio” (como juró frente al Premio Nobel, Mario Vargas Llosa), dado que la primera vuelta arrojó una gran atomización y ninguna fuerza cuenta con mayoría en el parlamento, lo cual no la eximiría de ir a una mayor confrontación con las masas (aprobaron en el Congreso una ley para que los privados puedan armar a los Comités de Autodefensa), lo que podría generar tendencias a una nueva rebelión popular. También podría convocar a una reforma constitucional con el fin de descarrillar las protestas, ya que se opuso a una constituyente durante su campaña electoral.

La imposición de un fraude, como señalamos líneas arriba, puede generar un desborde popular. Es necesario organizar la salida a la calle no solo en Lima, sino en todo el país, para presentar las denuncias de fraude existentes. Y hay llamados por parte de PL a manifestaciones como lavad de banderas, etc. Pero se necesita una convocatoria más decidida conformando una gran Coalición contra el Fraude electoral.

Durante toda la campaña de esta segunda vuelta electoral, PL se limitó a hacer una campaña tradicional de acuerdos sociales y mítines con “portátiles” (militancia afín) llenando las plazas (en el caso de Lima), en vez de convocar a las masas a movilizarse contra los ataques de la derecha y por las reivindicaciones de las masas trabajadoras. A pesar de que el gobierno siguió golpeando apelando al Tribunal Constitucional para observar leyes como la devolución de aportes de la ONP (Oficina de Normalización Previsional), Fonavi (Fondo Nacional de Vivienda), etc. a los trabajadores.

De ganar Pedro Castillo tendrá una gran presión popular para que haga las reformas que prometió en campaña, pero con una mayoría parlamentaria adversa, que podría plantear su vacancia presidencial, lo que produciría un escenario de movilización popular por una Asamblea Constituyente soberana, la única carta bajo la manga que tendría el líder magisterial de izquierda.

*++