jueves, 27 de marzo de 2008

VAYA, VAYA CON EL REY (HAY TOMATE)

(2)
La cosa del negocio inmobiliario Casa Real-Comercializadora Peninsular de Viviendas (CPV) es como sigue:
El Rey y dos hermanas suyas, Pilar y Margarita, venden una finca en Madrid (4.230 metros cuadrados) heredada de su padre a CPV por 2,7 millones de euros que cobran en tres cheques al portador en Febrero de 2002. Por esta venta y por hacer de intermediarios entre ellos, dos familiares borbónicos Bruno Alejandro Gómez Acebo y Marcos Gómez Acebo, cobran como comisión la friolera de 1,5 millones de euros, o sea, mas de un tercio del valor de la compra (para tontos no está nada mal), al fin y al cabo l acosa va de tontos, porque CPV también paga más de lo que vale la finca, en total 4,2 millones, cuando en realidad el Rey y hermanas se conforman con los 2,7 millones cobrados.
Meses después de la compra (Diciembre 2002) con implicación de una estafa de pro medio, el Juzgado numero 9 de Primera Instancia de Madrid declara la quiebra de Comercializadora Peninsular de Viviendas (CPV), lo cual no parece muy descabellado dados los meneos que le da a la caja, y a partir de aquí, se lía la manta un tanto.
La finca del Rey y familia que compra CPV y paga, estando en quiebra la vende a Nesgo, S.L. en junio de 2006, pero sin salirse de la órbita de la tontería, esta vez con la Caja de Ahorros de Cataluña, que se vuelve tonta de remate y sobre un bien que vale 2,7 millones de euros, lo cobrado por el Rey y familia, establece una hipoteca de 5 millones de euros, con cuya cantidad de dinero ajeno Nesgo, S.L. puede comprar l afinca. ¡Así, sí, así cualquiera!
En la declaración de quiebra por el Juzgado de Madrid se decretó “deshacer” operaciones de las realizadas hasta el 1 de enero 1999, en base a la cual, los borbónicos comisionistas Bruno Alejandro y hermano Marcos Gómez Acebo, tendrán que aflojar la guiíta y devolver el 1,5 millones de euros que con tanto sudor y esfuerzo se llevaron. Poquito más y el mismo Juzgado podría haber incluido en su Decreto deshacer toda la operación para que el Rey y familia tuvieran que devolver también los 2,7 millones de euros cobrados, porque el resultado final de todo este zancocho del negocio de tontos y hasta este punto, es que la finca sobre la que se ha montado el tenderete y trasiego de millones van millones vienen “presenta a día de hoy claros signos de abandono.”
[1]
Pero todo este negocio de tontos no acaba aquí, la cosa sigue, hay tomate.
*
[1] 20 Minutos, 26/03/08, hoja 8.

VAYA, VAYA CON EL REY (AQUÍ HAY TOMATE)

(1)
Mi pueblo es Patria, o sea, que es de España. He dicho. Y en mi pueblo el más tonto hace relojes de madera. Verbigracia: en España el más tonto hace relojes de madera, de donde no es difícil deducir que, si es mucho más complejo y dicifil hacer de un cacho de palo un reloj que un negocio, puede afirmarse que también el más tonto de mi pueblo es capaz de hacer un negocio de esos de meter la mano y llevarse, y por extensión, cualquier tonto de España.
Sin embargo, cuando el negocio es de zaragata, o sea, de dar un zaragatazo y empaquetarse de un millón de euros hacia arriba, la cosa ya pinta de otro color. Se hace necesario un selecto ramillete de delincuentes que asesoren en apuntes contables-silenciosos-madeja-sociedades-y-de-opinión-publica-oculta, al tonto que da el zaragatazo, porque delinquir no pagando impuestos a la Hacienda Pública, que más parece privada o corrala de Paquita la Mondoñera que pública, tiene su cosa. Exige sus asesoramientos, comidas, bebidas, dormideras y toda la pesca, etc.
Ahora bien, el tonto sigue siendo tonto, dado que es tonto porque así lo quiso Dios por siempre jamás, y no puede Dios estar todos los días deshaciendo lo que con tanto amor hizo.
Y así, por este camino del zaragatazo llegamos a toparnos no con la Iglesia, sino con la Casa Real, con la Monarquía española, con Don Juan Carlos I, Rey que reina sobre sus súbditos españoles, que somos todos mas majos que las pesetas.
Nos topamos, pues, con que “Comercializadora Penimsular de Viviendas” (CPV), implicada en una estafa que afectó a 1,200 personas fue declarada en quiebra el 5 de Diciembre de 2002(*), cuya Comercializadora Penimsular de Viviendas pago al Rey de España y varios familiares de su dinastía una comisión de 1,5 millones de euros. No parece ilógico, pues, que Comercializadora Penimsular de Viviendas haya quebrado y estafado a 1.200 personas pagando semejantes comisiones. Es que dos pellizcos como ese que le de Su Majestad al Moncayo nos quedamos sin monte, y no es eso tampoco.

*
(*) 20 Minutos, 26/03/08, Hoja 8.