domingo, 18 de diciembre de 2022

Los «votos perdidos» de la izquierda alternativa en nuestro sistema electoral

 

Electoralmente, la izquierda alternativa ha sufrido de forma notable el fenómeno de los “votos perdidos”, votos que no tienen traducción en escaños. Ante el próximo periodo electoral es necesario reflexionar sobre cómo no desperdiciarlos.


Los «votos perdidos» de la izquierda alternativa en nuestro sistema electoral


Miguel Guillén

El Viejo Topo

18 diciembre, 2022 


Hay quien habla de la posibilidad de que el PSOE y el proyecto que teóricamente liderará Yolanda Díaz (¿Sumar?) en las próximas elecciones generales compartan candidaturas en determinadas circunscripciones provinciales, seguramente pensando en aquellas en que la izquierda alternativa lo tiene prácticamente imposible para alcanzar representación y sus votos se acaban “perdiendo”. La hipótesis sería que, si estos votos de Sumar que no tendrán ninguna utilidad se sumasen a los del PSOE, se podría ayudar a que “la izquierda” obtuviese un mayor número de escaños en el Congreso, escaños que a su vez no obtendrían las derechas. Hay incluso quien desde determinados sectores de la izquierda ha llegado a difundir información de dudoso origen según la cual Díaz estaría valorando unirse en coalición al PSOE para apelar al voto útil contra la derecha y la ultraderecha. Incluso se ha llegado a decir, con mucha mala intención, que la dirigente gallega es la “candidata de Felipe González”. Más allá del contaminante “fuego amigo” y el exasperante ruido existente en el seno de la izquierda alternativa, para valorar la conveniencia política (sobre todo para Sumar) de este eventual pacto con el PSOE es interesante repasar la historia de los “votos perdidos” por esta izquierda alternativa desde las elecciones generales de 1977.

Como se sabe, los electores votamos a los candidatos de nuestra provincia, a través de la papeleta que introducimos en la urna de las elecciones al Congreso de los Diputados, con las listas bloqueadas y cerradas que presentan los diferentes partidos o coaliciones. Y aquí, como también es ampliamente conocido, el reparto de escaños que se asigna a cada circunscripción provincial no es proporcional a su población, lo que provoca que el voto de todos los españoles “no valga lo mismo”. Y no, la culpa no es de la tan manoseada Ley D’Hondt. Para que se entienda: en las últimas elecciones al Congreso (noviembre de 2019), cada diputado que enviaba Madrid a la cámara baja (37 en total) “costaba” unos 95.000 votos, mientras que cada diputado de Soria (2) costaba unos 23.000. No es el objetivo de este artículo abordar esta cuestión, pero a nadie se le escapa que existen determinados intereses políticos tras estas exageradas diferencias entre la representación que tienen unas personas en el Congreso respecto a otras en función de la provincia en que están censadas. Para profundizar en la cuestión, creo que son interesantes los artículos que ha publicado Jorge Urdánoz en Ctxt, así como sus propuestas concretas para un sistema electoral igualitario y que tuviese en cuenta también el fenómeno de la “España vaciada”, que sin duda nos ayudarían a acercarnos a aquel anhelo radicalmente democrático que hoy en día no se cumple en España, y que reza así: “Una persona, un voto”.

Desde la recuperación de la democracia, la izquierda alternativa ha sufrido de forma especialmente notable el fenómeno de los “votos perdidos”, es decir, aquellos votos que no tienen ninguna traducción en escaños, porque se emiten en provincias donde no se obtiene ningún tipo de representación. En este artículo analizo el espacio político que primero representó el PCE-PSUC, luego Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya, y más recientemente Podemos y Unidas Podemos, teniendo en cuenta también aquellas candidaturas que, a pesar de no formar parte de la misma coalición en los últimos años, sí podrían hacerlo en los próximos comicios, bajo el paraguas de Sumar y el liderazgo de Yolanda Díaz.

En el siguiente gráfico se puede observar la evolución, en número de votos y escaños, de los resultados electorales en las elecciones al Congreso de lo que podríamos denominar “izquierda alternativa”:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/area-de-descargas/)


En porcentaje de voto, la evolución ha sido la siguiente:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/area-de-descargas/)


Si nos fijamos en la evolución del número de escaños, este es el gráfico obtenido:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/area-de-descargas/)


Pero lo que interesa mostrar en este artículo es qué ha ocurrido con los llamados “votos perdidos” en este espacio político de la izquierda alternativa. Los datos obtenidos son estos:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/area-de-descargas/)


Como se puede observar, en todas las elecciones al Congreso de los Diputados son muchos los miles de votos que el espacio político analizado ha “perdido”. En las cinco primeras elecciones, alrededor de medio millón de votantes del PCE o Izquierda Unida veían como su voto no servía para enviar un diputado al Congreso, y que éste se “perdía”. Entre 1993 y 2011, Izquierda Unida (Iniciativa per Catalunya en las cuatro provincias catalanas, a excepción del año 2000, en que ICV e EUiA iban por separado), el número de “votos perdidos” se situaba entre los 650.000 y los casi 800.000, una auténtica sangría, ya que en no pocas provincias era materialmente imposible que una tercera candidatura (en este caso IU) pudiese conseguir diputados que estaban “reservados” al PSOE y el PP.

La tendencia se rompe en 2015, con la aparición de Podemos y los excelentes resultados que la izquierda alternativa alcanzó en aquellos comicios, en los que Podemos e Izquierda Unida concurrían por separado. Aquí Podemos sí que consiguió alcanzar representación en provincias donde ni el PCE ni IU lo consiguieron nunca, y eso hizo que se consiguiera un resultado excepcional. Aquí, cabe resaltar el digno resultado de la Izquierda Unida de Alberto Garzón, que a pesar de conseguir solamente dos diputados por la provincia de Madrid (caso aparte merecen Cataluña y Galicia, donde Podemos e IU sí se presentaron en candidaturas unitarias), “perdió” muchos miles de votos en todas aquellas provincias donde no se alcanzó ningún escaño, como había pasado tradicionalmente. La “repetición electoral” de 2016, ahora sí, con Podemos e Izquierda Unida bajo una única candidatura, Unidos Podemos, hizo pensar en el “sorpasso” al PSOE, pero como sabemos, éste no se produjo y el espacio político obtuvo un millón de votos menos que pocos meses antes. Al respecto, publiqué en un artículo en julio de 2017 en el diario Público en el que efectuaba un breve análisis de esta cuestión. Lo que sí debo resaltar aquí es que la “unidad” entre Podemos e Izquierda Unida sí que tuvo un claro efecto sobre los llamados “votos perdidos”: mientras que en 2015 éstos fueron más de un millón, el llamado “Pacto de los Botellines” lo redujo hasta los 258.456 (solamente un 5% de los votos obtenidos, cuando en los años 2004 y 2008 se alcanzaron porcentajes por encima del 60%, una auténtica barbaridad). En las dos convocatorias de 2019, el porcentaje de voto obtenido por Unidas Podemos bajó notablemente respecto de los resultados de 2015 y 2016, si bien el número de “votos perdidos” se situó entre los 657.067 y los 744.403, cifras nada desdeñables.

Para ir finalizando, es interesante echar un vistazo al siguiente gráfico, en el que aparece la evolución del porcentaje de “voto perdido” respecto del total de votos obtenidos por la izquierda alternativa en las elecciones al Congreso de los Diputados:

Elaboración propia a partir de datos del Ministerio del Interior (https://infoelectoral.interior.gob.es/opencms/es/elecciones-celebradas/area-de-descargas/).

Como se puede observar, los años en que existió una mayor proporción de “voto perdido” son aquellos en que el espacio político de la izquierda alternativa obtuvo unos resultados más modestos, y, por tanto, más dificultades tuvo para obtener representación en forma de escaños en la mayoría de las provincias, más allá de Madrid, Barcelona y otras con cierta tradición de voto. Los buenos resultados de 2015 y 2016, y singularmente la “unidad” en estos últimos comicios, hizo que se “perdieran” menos votos y fueran menos los electores de izquierdas que no estuvieran representados en el Congreso. La solución, si se me permite una breve y concisa reflexión, quizá no consista en sumar esfuerzos con el PSOE, que representa un espacio político ciertamente diferenciado y que puede crear rechazo en no pocos votantes potenciales, sino que pasará por conseguir presentar candidaturas unitarias de la izquierda alternativa en el mayor número de provincias posibles, con vocación mayoritaria y no como complemento o muleta de ninguna otra candidatura. Y, a poder ser, generando el menor ruido posible de cara al elector, que poco o nada interesado está en las tradicionales e incesantes peleas cainitas que se producen en la izquierda. Porque por muy difícil que sea para determinadas personas, el valor de lo colectivo, los intereses de las clases populares, deberían prevalecer sobre los personalismos, los egos y los intereses particulares más mundanos.

Fuente: Mientras Tanto.

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Entrevista a Juan Miguel Font, nuevo secretario general de CGT-Valencia


«La CGT ha de aumentar su influencia en sectores precarizados, como los de limpieza, construcción y hostelería»

 


Por Enric Llopis

Rebelion / España

 | 17/12/2022 |

 

Fuentes: Rebelión [Imagen: CGT]

Solidaridad de clase, apoyo mutuo y acción directa. Son tres principios que definen –según su página Web- al sindicato CGT. Desde el pasado 27 de octubre, ejerce como secretario general de la Federación Local de Valencia de la organización anarcosindicalista, Juan Miguel Font (Segorbe, 1976).

Milita en la CGT desde hace 14 años; antes de acceder al cargo actual, tuvo responsabilidades en la Secretaría de Acción Social también en la Federación valenciana de CGT.

En el ámbito profesional, Font trabaja en el sector de las nuevas tecnologías y aplicaciones multimedia. Se caracteriza como “trabajador autónomo y precario”. La entrevista se realiza antes del comienzo de las Jornades Llibertàries de CGT-Valencia, tituladas Ara és el moment. Alternatives anarquistes al col·lapse del capitalisme, que se celebran entre el 12 y el 16 de diciembre en el Centre Octubre de Valencia.

-P: ¿Qué líneas básicas orientan al nuevo Secretariado Permanente de CGT-Valencia?

-R: En primer lugar, entrar en el mayor número posible de empresas, participar en las elecciones sindicales y la obtención de delegados en esas empresas. Creemos que es la única forma de luchar contra la precariedad laboral. Además, formar a los delegados y delegadas electos en las candidaturas de CGT, para que sepan el tipo de sindicato en el que están, el trabajo que han de desempeñar, de qué modo nos organizamos en la Confederación y otras cuestiones básicas.

(CGT-Valencia destaca los resultados que ha logrado, en fechas recientes, en las elecciones sindicales de empresas como Prevención de Incendios y Seguridad Aplicada –PREVINSA-, de Valencia; el Colegio de Técnicos y Administrativos de la Universitat de València; el comité de empresa de SRG Global, en el municipio de Llíria; y en STURM 2000, de residencias de mayores, en el municipio de Estivella. Nota del entrevistador).

-¿Qué cambios se introducirán en la Federación Local respecto a la etapa anterior?

Para nosotros continúa siendo básica la participación en las elecciones sindicales y la formación, como la jornada formativa a distancia para comités, delegados y órganos de representación en la empresa, organizada por el sindicato en mayo de 2021. Todo ello dejó de hacerse bastante por el impacto de la pandemia, que nos cortó esta línea de actuación  y parece que después nos está costando recuperar; retomar las calles –después de la separación entre las personas por la pandemia- es otra prioridad.

-Entre las numerosas movilizaciones en el sector del Transporte, el 10 de septiembre de 2021 la Plataforma de Defensa del Ferrocarril de CGT convocó, con el apoyo de las plataformas Indignats amb Renfe y de Usuàries del tren valencià, una concentración ciudadana y del personal ferroviario en la Estación del Norte de Valencia (Por un servicio público ferroviario de calidad). ¿En qué sectores tiene mayor fuerza el sindicato?

Tenemos mucha fuerza en el Transporte, por ejemplo en RENFE; también se está realizando muy buen trabajo en la Empresa Municipal de Transportes (EMT), autobuses urbanos del Ayuntamiento de Valencia; el sindicato lleva tiempo denunciando a la EMT, y ganando en los tribunales, por la cesión ilegal de trabajadores, también por  las externalizaciones y las condiciones laborales de la plantilla subcontratada.

Por otra parte, el sindicato de Metal, Energía, Minería y Químicas de CGT-Valencia ha tenido una importante representación en las elecciones sindicales de 2021.

En los sectores en los que más habría que influir es en los que existe mayor precariedad, como las empresas de la limpieza, la construcción y la hostelería. Se trata de sectores muy precarizados.

-¿Qué diferencias subrayarías entre la CGT y otros sindicatos?

Nos consideramos un sindicato totalmente horizontal, en el que las asambleas marcan los acuerdos que adoptamos y, de algún modo, señalan el camino que hay que recorrer. Pero sobre todo somos una organización honesta, incurrimos en errores porque somos trabajadores y no profesionales del sindicalismo. Ha de quedar claro que las personas que nos presentamos a los cargos de coordinación o representativos de la CGT no cobramos un duro; y esto es por una cuestión de militancia, y de creer en un proyecto como el de nuestro sindicato.

-En un comunicado del pasado 30 de noviembre, el sindicato informó sobre la movilización de las trabajadoras de CGT en las puertas de la empresa automovilística Autoliv BKI, en La Pobla de Vallbona (Valencia); las empleadas se concentraron en la fábrica contra la “flexibilización no compensada a la que han sido sometidas desde hace más de una década”; ¿qué acciones o campañas destacadas ha promovido la CGT?

El compañero Ferrandis y otros militantes trabajan desde hace más de una década en la iniciativa Por un ferrocarril público y social; asimismo destacaría la campaña Quienes están se quedan, de apoyo a los trabajadores interinos de las administraciones públicas, en contra del abuso de la temporalidad y el fraude de ley en la contratación; además apoyamos la reivindicación de los derechos de las empleadas del hogar; y la lucha de las Kellys o camareras de piso de los hoteles.

Hemos denunciado los recortes de personal en Salvamento Marítimo para el rescate de las personas migrantes. Y en octubre, lanzamos la campaña Rompe con las horas extras, por su contenido insolidario y estar al servicio de los intereses empresariales.

Lo más próximo es el 17 de diciembre. En la Federación Local de Valencia organizamos un autobús gratuito a Madrid, para participar en la manifestación convocada por el sindicato “contra la subida asfixiante de los precios” y por la recuperación del poder adquisitivo.

-¿Cómo es la relación de la CGT con otras organizaciones anarcosindicalistas?

-La relación en Valencia es fría, básicamente porque la CGT tiene entre sus objetivos que haya un trabajo continuo durante todo el año, que cuando se produzcan despidos nos apoyemos unos a otros para así coincidir en algún momento en la calle.

Respecto a Comisiones Obreras y UGT, hay una brecha importante, nos diferencian  muchísimas cosas. No existe una relación. Nosotros soportamos una gran represión en las empresas, simplemente por presentarnos a las elecciones por CGT. Vemos entonces que no hay un apoyo de otras organizaciones, que también defienden los derechos de los trabajadores (o eso dicen).

-El 8 de diciembre la Secretaría de Relaciones Internacionales informó de que había remitido una carta al Gobierno de Marruecos; en la misiva se reivindicaba la puesta en libertad del activista de derechos humanos rifeño Nasser Zefzafi, condenado a 20 años de prisión y actualmente encarcelado…

CGT es internacionalista, tal como se establece en el Artículo 1 de los Estatutos. Nos ha vinculado una relación estrecha con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), desde que tuvo lugar el levantamiento revolucionario del 1 de enero de 1994 en Chiapas (México). En septiembre de 2021, presentamos la iniciativa Bus violeta al Sáhara, promovida por la CGT-Valencia en colaboración con las asociaciones Ananda Maytrella y Balloona Matata; el objetivo del proyecto, que está ya en funcionamiento, es que las estudiantes saharauis de enfermería en los campamentos de refugiados puedan desplazarse a sus centros de estudios.

-¿Y en cuanto a los movimientos sociales?

Siempre los hemos apoyado; por ejemplo la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH) de Valencia celebra actualmente asambleas en nuestra sede de la Avenida del Cid. Hemos participado en las movilizaciones organizadas por la COESPE (Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones); también el sindicato forma parte de la Comissió Ciutat-Port, que lucha contra el proyecto de ampliación del Puerto de Valencia; o respaldamos la campaña por el cierre del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores.

-Por último, ¿qué espacios/herramientas de difusión de las ideas anarcosindicalistas resaltarías?

Además de la Biblioteca libertaria Ferrer i Guàrdia, que se halla en la tercera planta de nuestra sede, hemos celebrado esta semana la XXIV edición de las Jornadas libertarias; en la primera sesión de las jornadas, presentamos la guía jurídica sobre Planes de Igualdad, publicada por el sindicato; y en la última sesión se realizó una presentación cómico-musical de tres obras del ilustrador Rubén Uceda.

Otra iniciativa de interés es La Distri, distribuidora de libros, cómics, merchandising, camisetas, documentales y películas de la Confederación. Entre las novedades figura la biografía Amparo Poch y Gascón. La vida por los otros. Guerra y exilio de una médica libertaria, de Antonina Rodrigo (Ed. La Linterna Sorda); o Noam Chomsky. Lucha de clases. Conversaciones con David Barsamian (Ed. Crítica). También el sindicato emite en Radio Klara (104.4 FM) una vez a la semana el programa CGT en Acción, con dos horas de información laboral, social y feminismo libertario. 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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