miércoles, 27 de marzo de 2019

PENSIONES. EL DINERO ES DE LOS TRABAJADORES, Y ESTÁ MUY BIEN, GUAY Y MARTINETAS, QUE NOS LO QUIERAN ROBAR LOS BANCOS, CONPAÑIAS DE SEGUROS, FONDOS DE INVERSIONES, ETC. PERO OIGA, CARAMBA, CARAMBITA CARAMBÉ, ES QUE ENCIMA AUTORIZAMOS A NUESROS REPRESENTANTES POLITICOS PARA FACILITAR EL ROBO DE NUESTRAS PENSIONES. ESTO POR LO MENOS ES GUAY, A QUE SÍ?



Pensionistas: retos y límites

26.03.2019

Recientemente, la Unión Europea ha dado luz verde a los Planes Paneuropeos de Pensiones Privadas (PEPP). El objetivo es fomentar el ahorro de las familias y derivarlo al mercado de capitales. En lugar de garantizar pensiones públicas suficientes en los estados, y eliminar desgravaciones fiscales a fondos de pensión privados, se aprueban más medidas para sustituir los sistemas públicos de reparto y solidaridad entre generaciones a favor de la capitalización privada. 

Este poder político de bancos, aseguradoras, y fondos de inversión, esta detrás, también, de las reformas del sistema de pensiones aprobadas en 2011 y 2013. Revertir estas reformas es nuestro primer reto, porque lenta y progresivamente están minando el sistema público de pensiones . La reforma de 2011 aumentó la edad de jubilación hasta los 67 años, alargó hasta los 25 años el periodo para el cálculo, y restringió las jubilaciones parciales y anticipadas. La reforma de 2013 suprimió la revalorización según la carestía de la vida, e introdujo el factor de sostenibilidad que reduce la cuantía de las pensiones a medida que aumenta la esperanza de vida. 

El segundo reto, es el de regular por ley que las pensiones se actualicen según el IPC, y que su financiación no se utilice como excusa para empeorar el sistema, porque, en realidad, no hay un coste real para el estado, dado que la inflación aumenta el gasto pero también los ingresos. En lugar de tomar toda la vida laboral para rebajar las pensiones, o retrasar la edad real de jubilación, se puede eliminar la base máxima de cotización sin modificar las prestaciones, eliminar las actuales bonificaciones a las cotizaciones de la Seguridad Social, suprimir ayudas fiscales a fondos privados de pensiones, o financiar parcialmente las pensiones mediante la imposición fiscal. 

El tercer reto, es reducir la profunda brecha de género. Toda una generación ha trabajado desde niñas combinando el trabajo productivo, sin protección ni cotización, con los trabajos reproductivos y de cuidados, que nunca han sido reconocidos. La precariedad y los contratos parciales tienen nombres de mujer. Además, las trayectorias laborales discontinuas, en ausencia de políticas compensatorias, son determinantes, por el embarazo, cuidado de menores, y lagunas de cotización. Y la brecha generacional, porque la obligación de jubilarse a los 67 años afectará mas a trabajadores con menor renta, justo el sector que tiene menor esperanza de vida real, y bloquea el acceso al empleo de los más jóvenes. 

La movilización sostenida en el tiempo, desde hace más de un año, esta siendo efectiva. Se están revalorizando las pensiones según el IPC, algo más las mínimas, se ha retrasado la aplicación del factor de sostenibilidad, facilitado el aumento del salario mínimo, o popularizado los 1.084 euros que la Carta Social Europea considera el umbral de la pobreza. Y lo más importante, expresamos la oposición frontal a convertir el actual sistema público de pensiones en un modelo asistencial de subsistencia. 

Pero lo que esta claro es que sin trabajo decente no se puede mantener el sistema, porque las cotizaciones son su fuente principal de financiación. Este vínculo entre los intereses de los pensionistas y los del conjunto del movimiento obrero debe expresarse en un programa común, que incluya la derogación de la reforma laboral del 2012, que ha tenido un impacto decisivo en el déficit de la seguridad social. Una reforma que ha debilitado la negociación colectiva, y agravado la precariedad laboral y la depreciación salarial. Hoy día, la regulación del trabajo a tiempo parcial es la principal fuente de fraude a la seguridad social, junto con la falta de control de los 7 millones de horas extras semanales que no se cotizan. Se esta dando la paradoja de que aumenta la afiliación a la seguridad social mientras caen los ingresos del sistema. 

Un vínculo que es especialmente necesario en Euskadi, donde la movilización ha sido significativamente mayor y más unitaria, pero donde hay más fondos privados de pensiones. Un 45% de los trabajadores, incluidas las plantillas de las administraciones públicas, participan en EPSV de empleo, en las que la empresa aporta una parte del salario diferido a cambio de que el trabajador aporte una cantidad igual. Son aportaciones que, al no cotizar, no van a un fondo común sino a un fondo privado, y cuentan con significativas ayudas fiscales, reduciendo los ingresos para las pensiones públicas. Es contradictorio reclamar un Sistema Público Vasco, al margen del sistema estatal, mientras en la práctica se construye un Sistema Privado Vasco financiado con recursos públicos. 

Como decía Gabriel García Márquez: “No es cierto que la gente deja de perseguir sus sueños porque envejecen, envejecen porque dejan de perseguir sus sueños.” Los próximos días 13 de abril y 11 de mayo, toda la clase trabajadora esta convocada a defender un empleo digno y con derechos, y una pensión suficiente al final de la vida laboral, una tarea común que hay que coordinar en el marco europeo.

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Venezuela: autoridades desmantelan célula terrorista

ESPAÑOLES QUE TIENEN QUE SALIR DE ESPAÑA




Diez años de exilio: la población residente en el extranjero crece un 73% en una década

Cuarto Poder
Rebelión
26.03.2019

Sobre las cifras totales del país, supone que 3 de cada mil personas residentes en España durante el año 2018 lo han abandonado para trasladarse a otro país


2.545.729 personas de origen español viven actualmente en el extranjero -registradas como tal. Supone un 2,5% más que la cifra del año 2018 y un 73% más que hace una década, cuando 1.471.691 personas estaban registradas como residentes en otro país distinto a España. La realidad de la marcha de España a otros países para encontrar un futuro laboral o personal sigue presente. También el retorno de la población migrante a sus países de origen y la migración de personas de origen extranjero a otros países tras su paso por España. 

Sobre las cifras totales del país, supone que tres de cada 1.000 personas residentes en España durante el año 2018 lo han abandonado para trasladarse a otro país. Si la vista baja al plano provincial, las cifras son mucho más negativas para algunas zonas: en Ourense, por ejemplo, 12 de cada 1.000 habitantes de la provincia se registraron como residentes en el extranjero durante 2019. A la provincia gallega le siguen Santa Cruz de Tenerife, con siete de cada 1.000 habitantes y Melilla, con la misma cifra.

Diez años de exilio 

Sin embargo, el registro de población en el extranjero no ha sido igual si echamos la vista atrás diez años. En ese caso tenemos provincias donde, diez años después, el número de residentes en el extranjero se ha más que duplicado.

La peor cifra la ostenta Girona, donde en 2009 solo contaban con algo más de 10.000 residentes en el extranjero. En el año 2019 la cifra supera las 27.000 personas. Le sigue Islas Baleares, con un 113% de variación porcentuales en la última década, Las Palmas, con el 152% y Guadalajara, con el 146%.

No existe ninguna provincia donde las cifras se hayan mantenido en la última década o incluso hayan descendido. Algunas zonas gallegas, castellanas y leonesas y Extremadura son los lugares que registran variaciones variaciones menores en cuanto a registros de habitantes en el extranjero.








Retorno de migrantes 

Sin embargo, un rastreo a los datos de origen de aquellos que migran desvela una realidad: el 67% de los emigrados desde España son nacidos en el extranjero, bien porque retornan a sus países de origen, bien porque España ha sido un lugar de paso antes de migrar a otro país.

Las proporciones más altas son de aquellos que han migrado a Cuba: el 98% de aquellos registrados como residentes en el extranjero son de nacionalidad extranjera, seguidos de Gambia (91%) y Guatemala (89%).

Las tornas cambian cuando se trata de la emigración a otros países como Qatar, Andorra, China o los Emiratos Árabes Unidos. En el caso de estos países el porcentaje de personas de origen extranjero que se registran como residentes tras pasar por España es ínfimo y se sitúa en una tercera parte.

Datos relevantes ante las elecciones 

Los datos publicados no solo revelan las características de origen de los emigrados al extranjero como su nacionalidad, sino que también desgrana los datos por grupos de edad. Cerca del 80% de los emigrados desde España que habitan en el extranjero son potenciales votantes (mayores de 18 años). Más, en un año de citas electorales continuas, con las elecciones generales, europeas, autonómicas y municipales en un lapso de tiempo de apenas dos meses.

Las altas cifras de población en edad de votar que reside en el extranjero, unidas a las dificultades de solicitar el voto rogado, han provocado que este año vuelvan a ser noticia las colas de españoles apostados a las puertas de embajadas y consulados solicitando su documentación para poder votar.

(*) Nota de la autora: Que una persona se registre como residente en el extranjero no significa que viva en el extranjero desde ese año, puesto que es un trámite que no tiene por qué ser de inmediato registro. Por tanto, puede ocurrir que personas que se han registrado en el extranjero durante el último año, lleven viviendo más años en el país de referencia.


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PERDONÁME SAN JUAN CRISTO BENDITO POR MIS PECADILOS, YA SABÉIS, ESAS PUTADAS QUE DIGO A LOS PIADOSOS LADRONES QUE DISO GUARDE EN SU GLORIA, POR LO QUE NO ME DEJAN PUBLICAR DESDE ESTE BLOG A LOS DIFERENTES GRUPOS EN LOS QUE HABITUALMENTE LO HAGO, PERDONADME PUES, SAN JOSÉ BENDITO Y AMÉN, AMÉN

CHALECOS AMARILLOS: LOS FRANCESES CONTRA EL GOBIERNO QUE ELLOS MISMOS PAGAN

 

¿Dónde está tu mente?

La pregunta del millón para la pretendida izquierda. Aunque la respuesta no está en el viento, precisamente. Su mente son las instituciones, los sillones. La calle les produce urticaria. Pero la calle canta el Ave María esperando la luna nueva, levantando los adoquines para buscar la playa y llenando las semanas de esperanza.


¿El caos sin sentido? No, la ira, la rabia, el rechazo a una Europa donde los parlamentos son una mierda y gobierna la tecnocracia de Bruselas, donde se hunde la esperanza de los pueblos (Grecia como paradigma), el rechazo al lujo, a la ostentación frente a la miseria cotidiana. El rechazo al capitalismo va adquiriendo forma cada vez más clara y combativa.

El sistema ha dado un paso más, el último ya visto que la represión no está funcionando: el Ejército. Aunque en el Acto XIX no ha ocurrido nada, el Ejército tiene orden de disparar. Es decir, se acepta que tiene que correr la sangre para mantener el orden. Ya no hay vuelta atrás. Y no hay que hacerse ninguna ilusión “democrática”. El gobierno francés considera cómplice de los violentos a todos los participantes en las manifestaciones de los “chalecos amarillos”. Hay que devolver el argumento y considerar como cómplices de la represión a todos quienes defienden la necesidad de estar en las instituciones. Eso incluye a la pretendida “izquierda”, aunque en este Acto XIX se ha visto a Melenchon (el dirigente de La Francia Insumisa) entre los manifestantes en un gesto raro de apoyo.

A pesar de las amenazas, de las sanciones, de las prohibiciones (en muchas ciudades se ha pretendido impedir las manifestaciones y en algunas se ha logrado) el ánimo no decae. Al igual que la policía paramilitar conocida como Guardia Civil en el Estado canalla (más conocido como España) registró los autobuses de independentistas catalanes que se dirigían a una manifestación en Madrid hace un par de semanas, la policía francesa registraba coches y mochilas en busca de chalecos amarillos (por cierto, en una de esas la policía robó las camisetas de un equipo de fútbol, el París Saint Germain). Pero la intimidación no ha dado resultado. La represión continúa, pero la determinación de continuar resistiendo y combatiendo, también.

Así se han protegido los comercios de lujo y los bancos atacados el sábado pasado.




Y así continúa actuando la muy democrática policía contra peligrosos y violentos alborotadores.



Se llama Genevieve y tiene 73 años. Tiene rotos el cráneo y el oído interno derecho. Otra víctima más a sumar a la ya larga lista de casi 3.000 heridos en la “cuna de la democracia”, esa que abandera Europa y da lecciones a Cuba y Venezuela, por ejemplo.
Los “chalecos amarillos” de Francia siguen siendo la esperanza de la moribunda Europa. Son la vanguardia del futuro. Son los espartanos de las Termópilas, los numantinos de Numancia. Los comuneros de la Comuna de 1871. Están haciendo frente a la apisonadora neoliberal contra el movimiento social y tal vez lo hacen cerrando las calles, pero claramente están abriendo el camino.

El Lince

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DEUDA PUBLICA: YO LA ENTIENDO, PERO EL CABALLO DE ABASCAL NO. HAGAMOS LO POSIBLE PARA QUE LA ENTIENDA EL CUADRUPEDO DE ABASCAL, Y DE PASO TODOS LOS TRABAJADORES, A VER SI LOGRAMOS QUE NADIE LE VOTE, EXCEPTUANDO EL LEÓN DE SUS FINANZAS, EL ESPNOSA DE LOS MONTEROS


LA ESTAFA DE LA DEUDA PÚBLICA 




Vicenç Navarro
Sociología Crítica
31.10.2012

Según el pensamiento dominante en los establishments financieros, políticos y mediáticos que configuran la sabiduría convencional en el conocimiento económico, la deuda del Estado español (aproximadamente un 90% del PIB) se debe al excesivo gasto público realizado en el país durante los años de bonanza en los que se despilfarró el dinero público. Y para confirmar tal aseveración se citan casos como el del AVE, que en muchas partes de España apenas tiene pasajeros, o las carreteras que no llevan a ninguna parte y muchos otros ejemplos de derroche de dinero público que –según la sabiduría convencional- nos han llevado a la crisis actual. Un indicador de tal crisis es la elevada prima de riesgo que el Estado español tiene que pagar para poder conseguir dinero de la banca, pues ésta (conocida como los mercados financieros) está dejando de tener la confianza en la capacidad del Estado en poder pagar los intereses de su deuda pública. De ahí la necesidad de recortar gasto público a fin de disminuir el déficit y la deuda pública y recuperar así la famosa “confianza de los mercados”, la frase más utilizada en la narrativa oficial de los gobiernos español y catalán para justificar sus recortes presupuestarios.

La gran estafa

El crecimiento de la deuda pública, sin embargo, tiene muy poco que ver con la supuesta exuberancia del gasto público. En realidad, el gasto y empleo público español, incluyendo el catalán, son los más bajos de la UE-15. Sólo un adulto de cada diez trabaja en el sector público en España (en Catalunya no se llega ni a este ratio). En Suecia, es uno de cada cuatro. La hipertrofia del sector público, que según el dogma neoliberal dominante está ahogando la economía española, es una de las falsedades más notorias que se transmite con mayor frecuencia en los mayores medios de información. Los datos, fácilmente accesibles, muestran precisamente lo contrario. El Estado en España (y en Catalunya) es uno de los más pobres de la Unión Europea de los Quince, UE-15. Ahora bien, los economistas de FEDEA, los gurús mediáticos –como Xavier Sala i Martín y otros- continuarán, contra toda la evidencia existente, subrayando que la raíz del problema que tiene España, incluyendo Catalunya, es su excesivo gasto público, que –según ellos- ha generado el gran crecimiento de su deuda pública.

La causa real del crecimiento de la deuda

La causa más importante (y más silenciada por los medios) de la elevada deuda pública en España ha sido el dominio de la banca –y muy en especial de la banca alemana- y de las fuerzas neoliberales que ésta promueve en el diseño del euro y su sistema de gobierno. Veamos los datos. Tales fuerzas establecieron un Banco Central que no era un Banco Central, sino que era un enorme lobby de la banca. Lo que hace un Banco Central en un país es imprimir dinero y con este dinero compra deuda pública a su Estado, de manera que si los intereses de sus bonos se disparan porque el Estado tiene dificultad para venderlos, el Banco Central entra y compra muchos bonos, con lo cual los intereses bajan. El Banco Central está ahí para defender a su Estado frente a la especulación de los mercados financieros. En contra de lo que se dice y de lo que se escribe, los intereses de la deuda los decide un Banco Central, no los mercados financieros.

Ahora bien, cuando se estableció el euro, el Estado español perdió tal capacidad de imprimir dinero y comprar deuda pública. Se delegó tal autoridad al Banco Central Europeo, que sigue imprimiendo dinero pero no para prestarlo al Estado español (la compra de deuda pública, en la práctica, es un préstamo al Estado), sino para prestarlo a la banca privada a unos intereses bajísimos (menos de un 1%). Y es esta banca privada la que compra deuda pública a unos intereses elevadísimos (un 6% o un 7% en el caso español o italiano). Es un negocio redondo para la banca. El chanchullo del año. La banca, incluyendo la banca alemana, se ha forrado de dinero durante todos estos años. Nunca les había ido tan bien. Chupaban la sangre  (los altos intereses de la deuda pública) al Estado, y cuando éste parecía que iba a desmayarse o morir, entonces (y sólo entonces), el Banco Central Europeo le prestaba dinero al Estado, es decir, le compraba deuda pública para que continuara viviendo, a fin de que la banca privada, como sanguijuela, pudiera continuar chupándole la sangre (es decir, su dinero).

Este entramado, en el que el BCE da dinero a la banca privada a unos intereses bajísimos, se justifica con el argumento de que así se garantiza el crédito necesario para las familias y para las empresas medianas y pequeñas (que crean la mayoría de puestos de trabajo). Pero el crédito ni está ni se le espera. En realidad, a pesar de que el BCE ha dado desde diciembre de 2011 más de un billón de euros (sí, un billón de euros) a la banca privada (la mitad de este billón fue a la banca privada española e italiana), el crédito continúa escaso, pues la banca tenía otras inversiones (como comprar deuda pública) mucho más rentables que la de ofrecer crédito.

Cualquier persona normal y corriente se preguntará, ¿por qué el BCE no prestó este dinero a los Estados de la Eurozona en lugar de prestarlo a la banca para poder financiarse sin necesidad de pagar unos intereses tan elevados a la banca privada? Por extraño que parezca, nadie en la estructura de poder que gobierna la Eurozona se planteó, hasta hace muy poco, esta pregunta. Y ello, como resultado de estar imbuidos en el dogma neoliberal, que es la ideología promovida por el capital financiero, es decir, por la banca (además de las compañías de seguro, fondos de alto riesgo y un largo etcétera).

Si el BCE hubiera prestado el dinero al Estado español, en lugar de éste tener que pedirlo a la banca privada, el Estado hubiera ahorrado muchísimo dinero. El Estado, en lugar de pagar unos intereses al 6%, hubiera pagado al 1% (como pagan los bancos para obtener dinero del BCE), ahorrándose muchísimo, pero muchísimo dinero, sin que hubiera aparecido el problema de la deuda pública, y sin que se hubiera necesitado hacer ningún recorte de gasto público. Hoy, uno de cada cuatro euros que el Estado se gasta va para pagar su deuda pública, predominantemente a los bancos. Si hubiera recibido dinero directamente del BCE no habría habido ninguna necesidad de hacer recortes.

El economista Eduardo Garzón ha calculado (en su artículo “Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública”) lo que el Estado español tendría como deuda pública (desde 1989 a 2011) si hubiera tenido un Banco Central que le hubiera prestado dinero al 1% de interés, sin tener que recurrir a la banca privada pagando los elevadísimos intereses que ha pagado. Pues bien, la deuda pública sería hoy un 14% del PIB (sí, ha leído bien, un 14%) en lugar de un 90%. Este es el enorme coste al Estado español de haber tenido el sistema de gobernanza del euro tal como ahora existe, sistema de gobernanza que se diseñó para optimizar los intereses de la banca a costa de los intereses de la población y de su Estado. Hoy España, incluyendo Catalunya, no tendría los problemas que tiene si hubiera tenido un Banco Central propio digno de su nombre, o hubiera tenido un Banco Central Europeo que hubiera sido un Banco Central.

Las injusticias del sistema actual

El sistema de gobierno del euro es, además de sumamente ineficiente, profundamente injusto, pues está originando un proceso redistributivo enormemente regresivo en el que la gran mayoría de la población está pagando con impuestos el pago de los intereses de la deuda pública del Estado, y con ello está transfiriendo a los súper ricos (que compran los bonos a través de los bancos) dinero para pagarles lo que el Estado les debe al haber comprado deuda pública. Esta transferencia de dinero se realiza también a nivel de la Eurozona, de manera que los países que tienen que pagar intereses de la deuda más altos (los países del Sur) los pagan a los bancos del Norte (que han invertido cantidades muy significativas de su capital en comprar deuda pública de tales países que generan unos intereses exuberantes, alcanzando unos beneficios estratosféricos). Alemania tiene 200.000 millones de euros en tal tipo de inversiones en España. En realidad, los famosos 100.000 millones de euros que la Unión Europea puso al alcance de España para “salvar sus bancos” era, en realidad, dinero (aprobado por el Parlamento Alemán) para salvar a los bancos alemanes (tal como han reconocido varios economistas asesores del gobierno alemán) que estaban con el agua al cuello debido a la deuda pública y privada española, ya que tenían pánico a que no les pudieran pagar. Será el pueblo español el que pagará los 40.000 millones que el Estado ha pedido para pagar tal deuda, situación que es profundamente injusta. Si después de leer este artículo usted, lector, no está indignado, es señal de que, o bien es usted parte del problema o es que no me he explicado bien. En este caso, le aconsejo lea el libro de Juan Torres y yo, Los Amos del Mundo. Las armas del terrorismo financiero donde expandimos lo que brevemente presento en este artículo. Pero créame que hay causas para estar más que indignado. Hoy se está desmantelando el escasamente financiado Estado del bienestar en España, incluyendo en Catalunya, para que los bancos puedan comprar su deuda pública, la cual consiguieron diseñando un sistema en que sus beneficios, que afectan a un sector superminoritario (lo que los indignados estadounidenses Occupy Wall Street movement llaman el 1%) se realice a costa de la miseria de todos los demás. Así de claro. Léase el libro y lo verá.

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