lunes, 2 de agosto de 2021

América Latina podría convertirse en líder mundial de la ciencia abierta no comercial

 

América Latina podría convertirse en líder mundial de la ciencia abierta no comercial


Por Fernanda Beigel 

Rebelión

02/08/2021 

Fuentes: theconversation.com

Para hacer frente a los retos del próximo siglo –desde las pandemias hasta el cambio climático, pasando por la automatización y el big data–, la ciencia debe estar abierta a todas las personas del mundo. La ciudadanía deben tener el mismo acceso a la información que los investigadores, y estos necesitan acceder a repositorios de conocimiento de alta calidad e interconectados para avanzar en nuestra comprensión del mundo que nos rodea.

Estos son algunos de los principios rectores del movimiento de la ciencia abierta. La sostenibilidad y la inclusión son vitales para que este proyecto se haga cada vez más real lo que puede fomentarse mediante prácticas compartidas, infraestructuras y modelos de financiación que garanticen la participación equitativa de instituciones y países menos favorecidos en la búsqueda del conocimiento y su avance.

Tenemos que garantizar que los beneficios de la ciencia se compartan entre la academia y el público en general, sin restricciones. Pero, ¿cómo lograrlo? Parte de la respuesta está en la construcción de sistemas nacionales de ciencia capaces de compartir y potenciar una diversidad de conocimientos.

El nacimiento de los Sistemas Actualizados de Información de Investigación (CRIS)

Uno de los principales obstáculos para la ciencia abierta es la falta de integración entre las bases de datos existentes –desde las bibliotecas públicas hasta los conjuntos de datos gubernamentales y los archivos universitarios-, que se construyeron en épocas diferentes utilizando sistemas diversos y que no están vinculados entre sí.

Por ejemplo, los repositorios institucionales, que crecieron gracias al esfuerzo de los bibliotecarios durante generaciones, suelen estar desconectados de las bases de datos curriculares. No tienen identificadores ni enlaces permanentes a los metadatos, un elemento indispensable para compartir la información. En los últimos años, se ha hecho cada vez más necesaria la creación de sistemas de información nacionales capaces de recoger la información de investigadores, instituciones, repositorios de producción y datos abiertos, proyectos de investigación y de ciencia ciudadana.

Sésamo abierto. Sergey Nivens

Para satisfacer esta necesidad, en la década de 1990 surgieron en Europa las bases de datos conocidas como Sistemas Actualizados de Información de Investigación (CRIS, por sus siglas en inglés), que se expandieron principalmente a nivel institucional, dentro de las universidades. En 2002 se fundó la Organización Europea para la Información sobre Investigación Internacional (EuroCRIS), y a raíz de esto, empezaron a crecer sistemas similares en otras partes del mundo.

El caso de América Latina

América Latina tiene una larga tradición en el uso de catálogos y centros de documentación al servicio del desarrollo. Desde los años 60, surgieron índices bibliográficos, repositorios y bibliotecas regionales gestionados por grandes universidades públicas e instituciones regionales. En los años 90, nacieron nuevos repositorios y bases de datos que se convertirían en pilares de una sólida infraestructura de comunicación científica de acceso abierto.

Con el lanzamiento de las bases de datos de revistas de acceso abierto como LatindexSciELO y Redalyc se dio un impulso a la digitalización de las revistas científicas y se otorgó un sello de calidad a las investigaciones publicadas bajo criterios estrictos de indización. Con una fuerte impronta pública, estos repositorios actuaron como trampolín para el desarrollo del entorno de acceso abierto no comercial que hoy es el sello de la región.

América Latina cuenta ahora con las condiciones óptimas para crear una infraestructura de ciencia abierta que capitalice estos esfuerzos anteriores. Y hay dos ejemplos de sistemas integrados nacionalmente que destacan.

El BrCris de Brasil fue desarrollado por el Instituto Brasileiro de Informação em Ciência e Tecnologia junto a los más importantes organismos públicos nacionales. Brasil es un país inmenso, con un sistema científico y tecnológico profesionalizado que ha producido muchas bases de datos a escala nacional, lo que hace que la integración sea un gran reto. Algunos ejemplos son el Portal de Datos Abiertos, la Plataforma Lattes y el directorio de grupos de investigación de CNPQ.

La arquitectura de BrCris prevé no sólo integrar estas grandes bases de datos existentes, sino también garantizar una infraestructura de ciencia abierta compatible con la Red de Repositorios de acceso abierto a la ciencia (LA Referencia), que reúne repositorios de diez países de la región. BrCRis también pretende repatriar datos brasileños de todo el mundo.


Brasil ha puesto su riqueza de conocimientos científicos a disposición de los investigadores. Nido Huebl/Shutterstock

El segundo caso es el de la plataforma PerúCRIS. Se ideó por primera vez cuando Perú aprobó su Ley de Acceso Abierto en 2013. Entonces surgió la necesidad de integrar tres plataformas de información científica: el directorio de investigadores, el directorio nacional de instituciones y la red nacional de repositorios. La nueva plataforma también incluye todas las tesis de pregrado y posgrado.

Hoy, PerúCRIS tiene cinco directorios –talento humano, producción científica, proyectos, instituciones e infraestructura– y está pensado no sólo para la comunidad científica sino para la sociedad en su conjunto. Permite al público descubrir nuevas tecnologías, participar en la ciencia ciudadana o encontrar ideas creativas para generar oportunidades de inversión.

El hecho de que los proyectos piloto CRIS latinoamericanos sean nacionales y no institucionales, como en Europa, se debe a la forma en que se financian. La mayoría de las universidades que contribuyen a la investigación científica y tecnológica en la región son públicas y participan en los sistemas nacionales de información. Dada su dependencia de los fondos públicos, estas instituciones rara vez cuentan con los recursos necesarios para financiar un sistema CRIS institucional, y mucho menos para adquirirlo como paquete a las grandes empresas que ofrecen estos servicios.

Estos proyectos de sistemas CRIS nacionales que surgen en la región en el dominio público son una fortaleza para el camino de la ciencia abierta en el mediano y largo plazo. Los software abiertos como dSPACE, utilizados como base de la plataforma de Perú por ejemplo, garantizan que la información científica cumpla la promesa de la ciencia abierta, ofreciendo a la vez un camino fructífero para luchar contra las asimetrías en la circulación el conocimiento o la exacción de datos por parte de grandes compañías con fines de lucro.

Nuevas formas de colaboración

Los casos de Brasil y Perú demuestran que un CRIS nacional puede promover una verdadera integración de todas las plataformas y organizaciones científicas existentes en un país o incluso en una región. Estas bases de datos pueden utilizarse para la evaluación de la investigación, ya que cuentan con un registro completo de personas, instituciones, producciones y proyectos en el país.

Así, las bases de datos CRIS latinoamericanas darán visibilidad a los diferentes estilos de publicación y a los diversos perfiles de los investigadores, a la vez que potenciarán nuevas formas de colaboración científica, especialmente las devaluadas por las tendencias dominantes en la evaluación académica.

Este enfoque abre el camino a una ciencia cada vez más inclusiva y socialmente relevante, al tiempo que participa activamente en la conversación de la ciencia abierta con el resto del mundo.

* Fernanda Beigel es investigadora del CONICET, Directora del Centro de Estudios de la Circulación del Conocimiento (CECIC, Universidad Nacional de Cuyo), Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO)


El movimiento de la Ciencia Abierta ha surgido de la comunidad científica y se ha extendido rápidamente por las naciones, reclamando la apertura de las puertas del conocimiento. Académicos, editores, bibliotecarios, estudiantes, funcionarios y ciudadanos se están sumando a este llamamiento. La UNESCO está preparando un instrumento normativo y promoviendo marcos políticos sobre la ciencia abierta en sus Estados miembros.

Este artículo forma parte de la serie “Grandes historias de la ciencia abierta”, publicada con el apoyo del Ministerio francés de Enseñanza Superior, Investigación e Innovación. Para saber más, visite Ouvrirlascience.fr.

Fuente: https://theconversation.com/america-latina-podria-convertirse-en-lider-mundial-de-la-ciencia-abierta-no-comercial-164774

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Bilbao, España. Tras 95 días de lucha ejemplar, UTE BILBOKO ARGIAK finaliza la huelga con mejoras laborales

 

¿Sí, se puede? Pues sí, así sí. ¡Con la huelga sí!

Tras 95 días de lucha ejemplar, UTE BILBOKO ARGIAK finaliza la huelga con mejoras laborales


DIARIO OCTUBRE / 31.07.2021

Pese a que el Ayuntamiento de Bilbao dio la espalda a la plantilla, consiguieron la readmisión de Gabriel, su compañero despedido.

 

Por  LAB Sindikatua

Tras varios meses de conflicto y 95 días de huelga la plantilla de Bilboko Argiak ha llegado a un acuerdo y de este modo se pone punto final a la huelga.

La apuesta de la plantilla de Bilboko Argiak, de mantenerse firmes y llevar una lucha lo mas activa posible, es lo que ha obligado a la Dirección a dejar su falta de voluntad de negociar a un lado, dando como resultado un acuerdo en el que se mejoran sustancialmente las condiciones laborales de la plantilla y contiene la reivindicación principal: la readmisión del compañero despedido.

A parte de la actitud intransigente y prepotente de la Dirección, LAB también quiere denunciar el papel que en este conflicto ha jugado el Ayuntamiento de Bilbo, y concretamente el equipo de Gobierno capitaneado por el PNV. Queremos recordar que UTE BILBOKO ARGIAK es una subcontrata del Ayuntamiento de Bilbo. El Ayuntamiento de Bilbao se ha mantenido de perfil y ha dado la espalda a los y las trabajadoras de UTE BILBOKO ARGIAK una vez más.

Desde LAB tenemos claro que la lucha es el único camino que tiene la clase trabajadora para defender sus puestos de trabajo, sus condiciones de trabajo y en consecuencia una vida digna. La lucha llevada a cabo por la plantilla de Bilboko Argiak ha sido ejemplar y en esta lucha ha sido clave la alianza surgida entre diferentes empresas en lucha; ITP, TUBACEX, PETRONOR, H&M… hemos realizado diferentes manifestaciones conjuntas en Bilbo con un amplio respaldo social y además nos hemos apoyado unas a otras en movilizaciones puntuales. A todas ellas queremos darles las gracias por el apoyo recibido y desde LAB, especialmente, queremos transmitir a las plantillas de ITP y TUBACEX que seguiremos peleando junto a ellas hasta que todas las personas despedidas vuelvan a sus puestos de trabajo con todas las garantías.

Por último, desde LAB queremos trasmitir a la plantilla nuestra alegría por el gran acuerdo alcanzado y por haber podido recorrer con ellos este camino GORA LANGILEON BORROKA!!!

VÍA:ecuadoretxea.org

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Felicidad y abundancia frugal como arte de vivir

 

Incluimos aquí la Introducción al último libro de Latouche, “La abundancia frugal como arte de vivir”, en el que el veterano defensor del decrecimiento postula un nuevo estilo de vida, más simple pero no por ello peor, incluida la alimentación.

Felicidad y abundancia frugal como arte de vivir


Serge Latouche

El Viejo Topo

2 agosto, 2021 

«Una intolerancia demente nos rodea. Su caballo de Troya es la palabra felicidad. Y creo que eso es mortal».
René Char[1]

Si bien la felicidad está asociada generalmente a la abundancia, nunca lo ha sido a la frugalidad. La ideología de la felicidad se desarrolló, efectivamente, al mismo tiempo que el progreso, con la modernidad. «Nadar en la abundancia», según la expresión popular, es vivir en el confort y la riqueza material, en medio de una acumulación de objetos que se supone generan el bienestar. Por el contrario, la frugalidad, sin ser necesariamente austera, puede ser feliz, a pesar de hacer innecesaria la economía consumista. La frugalidad solo implica una autolimitación voluntaria de nuestras necesidades, pero no excluye ni la convivialidad ni una cierta forma de hedonismo. La gastronomía, entendida como el arte del buen comer gracias a una cocina sana, refinada, sin ser ascética ni orgiástica, forma parte de ese arte de vivir preconizado por el decrecimiento.[2] Es evidente que el decrecimiento no pretende constituirse en el único ingrediente de la alegría de vivir en la frugalidad y la convivialidad. La asociación del epicureísmo al decrecimiento no es para contrariar a los «objetores del crecimiento» –Epicuro es considerado, en efecto, como un precursor–.[3] De todas maneras, se trata de una referencia a su filosofía auténtica y no a la deformación vulgar que se ha hecho de ella…

Las paradojas de la felicidad aparecen de forma sorprendente, si se reflexiona sobre el contraste entre las ambigüedades de la expresión «el decrecimiento feliz» que se me ha atribuido erróneamente, y que fue propuesto por Maurizio Pallante como título de un manifiesto, y la famosa expresión de Saint-Just (1767-1794): «La felicidad es una idea nueva en Europa». Está claro que si Pallante lanzó su manifiesto con ese título, no fue porque la felicidad sería una idea nueva ligada al programa de la modernidad, que dará nacimiento a la sociedad de crecimiento, o sea, la mayor felicidad para el mayor número de personas, sino porque la felicidad parece una aspiración compartida por todos, a la vez universal y transhistórica.[4]

Tenemos, concretamente, una infinidad de testimonios según los cuales la felicidad sería una aspiración congénita de la naturaleza humana, si aceptamos sin crítica las traducciones de autores antiguos o extranjeros. Séneca, en su De vita beata, escribió, por ejemplo: «Todos quieren vivir felices pero no saben ver qué hace la vida feliz». Agustín, en un texto con el mismo título, a pesar de que preconizaba la austeridad, estaba en la misma línea: «El deseo de felicidad es esencial en el hombre; es el móvil de todos nuestros actos». También Spinoza en la Ética (1677): «El deseo de vivir feliz o de buen vivir, de bien actuar es la esencia misma del hombre». Y Pascal (1670) lo dice de forma más explícita aún: «Todos los hombres buscan la felicidad. Eso es así, sin excepciones, aunque empleen medios diferentes. Todos tienden a ese objetivo. Lo que hace que unos vayan a la guerra y que los otros no vayan es el mismo deseo que está en ambos, acompañado de diferentes puntos de vista. La voluntad no hizo nunca otra acción que dirigirse hacia ese objetivo. Es el motivo de todas las acciones de los hombres, incluso de aquellos que se ahorcan. («El bien soberano», en Pensamientos). John Locke, en su ensayo sobre la comprensión humana, habla del instinto de «la búsqueda de la felicidad». «La más alta perfección de una naturaleza razonable –escribía– reside en la búsqueda cuidadosa y constante de la felicidad auténtica y firme, así como la preocupación de que no tomemos una felicidad imaginaria por una felicidad real, ese es el fundamento necesario de nuestra libertad». De todas maneras, reserva importante, para las teologías medievales, de acuerdo a San Agustín, solamente la vida de asceta y la abstinencia propugnada por el cristianismo permiten alcanzar la «beatitud», aunque casi únicamente post morten.

Si se toma muy seriamente la declaración de Saint-Just, lo que surge, en vísperas de la Revolución Francesa, es una aspiración diferente a la beatitud celestial y felicidad pública anteriores.[5] El contenido de la felicidad beata había cambiado profundamente. Desde ese momento se trata de un bienestar material e individual, antecámara del PIB (Producto Interior Bruto) per cápita de los economistas cuya dimensión ética es débil, incluso nula. Por lo tanto, es necesario preguntarse por el escándalo semántico: las palabras, al mismo tiempo que nos permiten comunicarnos y entendernos, son también trampas, fuentes de malentendidos. Si es difícil, en primera aproximación, sostener que la búsqueda de la felicidad no aparece hasta los siglos xvii y xviii, está claro que la eudemonía buscada por los griegos, algo así como la vida buena y la ciudad feliz, no tiene mucho que ver con la felicidad (happiness) de Locke y Bentham. Convendría, como mínimo, hablar de una felicidad antigua y de una felicidad moderna, como Benjamin Constant habla de una libertad de los Antiguos y una de los Modernos.

Podemos hacer la hipótesis de que existe en todas las comunidades humanas y para cada uno de sus miembros, el anhelo a una vida «buena». Podemos presuponer, para las necesidades de la investigación (y ciertamente de forma equivocada), que la expresión «vida buena» constituye un término neutro y sin connotación para designar ese anhelo pluriversal y transhistórico que se traduce en diferentes idiomas, culturas y épocas, mediante conceptos diferentes tales como: felicidad, Glückbonheurfelicitàhappiness, etc. y también como bamtaare (pular), sumak kawsay (quechua), etc. Conservaremos todas esas expresiones por eso que el filósofo y teólogo indocatalán Raimon Panikkar llamó equivalentes homeomórficas de la «buena vida».[6] La «felicidad», en sus diferentes variantes lingüísticas europeas, pero sobre todo en el sentido francés del término bonheur, constituyó ciertamente la forma de la «buena vida» de la naciente modernidad.

A pesar del gran interés de tal investigación, aquí no nos interesaremos en saber cómo la buena vida primero se personificó en la beatitud medieval, sino solamente en el doble movimiento de reducción e involución que se produjo desde el siglo de la Ilustración hasta nuestros días: desde el surgimiento de la felicidad a su reducción economicista como «Producto Interior Bruto per cápita», luego de la crítica de los indicadores de la riqueza al nacimiento del anhelo reencontrado del buen vivir, de la abundancia frugal, de la sobriedad feliz, en un contexto de «prosperidad sin crecimiento», para expresarlo como Tim Jackson.[7] Finalmente, si tomamos al pie de la letra la sentencia de René Char citada como introducción al texto, la palabra «felicidad» debería agregarse a la lista de «palabras tóxicas» realizada por Ivan Illich, al lado de desarrollo, medio ambiente, igualdad, ayuda, mercado, necesidad, etc. debido a las confusiones que genera y a los malentendidos que vehicula.[8]

Notas:

[1] René Char, Indagación de la base y de la cima, traducción de Jorge Riechmann, Editorial Árdora, Madrid, 1999.

[2] Al concederme el premio Pelegrino Artusi, del nombre del célebre gastrónomo italiano (1820-1911), autor del más famoso tratado de la cocina italiana, el jurado de Forlimpopoli, su ciudad natal, no se equivocó. Ese jurado comprendió la relación entre la Ciencia en la cocina y el Arte de comer bien [La Ciencia en la cocina y el arte de comer bien, libro de Pelegrino Artusi, editorial Alba, Barcelona, 2010] y el decrecimiento. Ese libro que, incluso durante la vida de su autor, tuvo innumerables reediciones, fue durante mucho tiempo el único libro que poseían los pobres, con el que generaciones de italianos aprendieron a leer. Ofrece, en efecto, recetas útiles para todas las clases sociales y participa, sin ser consciente, sin duda, de un arte de vivir frugal.

[3] Véase Étienne Helmer, Épicure ou l’économie du bonheur, Le Passager clandestin, coll. «Les précurseurs de la décroissance», Neuvy-en-Champagne, 2013.

[4] Maurizio Pallante, La decrescita felice. La qualità della vita non depende dal PIL. Mondadori, Ediz. per la Descrecita Felice, 2011.

[5] Beatus expresa el estado de imaginación de aquel que tiene lo que él desea, mientras que felix expresa el estado del corazón dispuesto al placer. Beatitudo, latín, en castellano beatitud, traducido también por felicidad (bonheur, diccionario de De Wailly), el término latino se utiliza en francés para designar felicidad en el sentido religioso, en italiano beatitudinegodimento interiore (gozo interior)

[6] «Los equivalentes homeomórficos no son simples traducciones literales, ni tampoco traducen simplemente el rol que pretende tener la palabra original, sino que tienen por objetivo una función equivalente (análoga) al rol supuesto de la filosofía. Por lo tanto se trata de un equivalente no conceptual, sino funcional, o sea una analogía de tercer grado. No se busca la misma función, sino la función equivalente a la que ejerce la noción original en la cosmovisión correspondiente (Raimon Panikkar, «Religión, filosofía y cultura», en Ilu. Revista de ciencias de las religiones, nº 1, 1996, pp. 125-148.

[7] Tim Jackson, Prosperidad sin crecimiento: economía para un planeta finito, Icaria Editorial, Barcelona, 2011.

[8] Wolfgang Sachs, ed. Diccionario del Desarrollo, una guía del conocimiento como poder. Editado por Wolfgang Sachs, PRATEC. Proyecto Andino de Tecnologías Campesinas, 1996 para la presente edición. Descarga en: Presentacion.p65 (estudioscriticosdesarrollo.com).

Fuente: Introducción a La abundancia frugal como arte de vivir.

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