miércoles, 5 de julio de 2017

HAY QUE DEFENDER CON UÑAS, DIENTES, BOLÍGRAFOS Y ORDENADORES A CUALQUIER MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE, CON PERMISO DE HERRERA CARLOS, LOCUTOR DE USTEDES DE LA CADENA COPA PARA ESTAR INFORMADOS Y DE MI PACO, PACO, PACO QUE TE QUIERO PACO



Al Jazeera, la televisión insurgente con la que Arabia Saudí quiere acabar

Rebelion
The Guardian / El Diario (España)
05.07.2017

El canal de noticias ha creado conciencia política en todo Oriente Medio. No es de extrañar que los enemigos conservadores de Qatar la quieran cerrar.


Plató principal de la redacción de Al Jazeera en Qatar.
Plató principal de la redacción de Al Jazeera en Qatar. WITTYLAMA CC
Arabia Saudí y sus aliados han extendido 48 horas su ultimátum a Qatar para que cumpla su lista de 13 exigencias, entre las que se encuentra el cierre de la cadena Al Jazeera. El canal fue proclamado en su momento como el faro de los medios árabes libres que rompió la hegemonía de las cadenas occidentales y que revirtió el flujo de información de este a oeste por primera vez desde la Edad Media.

El 23 de junio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Bahréin y Egipto impusieron a Qatar unas sanciones económicas y diplomáticas sin precedentes, seguidas de un agresivo bloqueo y amenazas de nuevas acciones si Qatar no cumple la lista de 13 exigencias.

Si Doha se rinde, y no hay indicios de que eso vaya a ocurrir, ello supondría una pérdida efectiva de su soberanía y su transformación en un Estado vasallo de Arabia Saudí y de EAU. Aun así, desafiar los plazos impuestos por Arabia Saudí podría llevar a un cambio de régimen en Qatar. O incluso a la guerra.

Pase lo que pase, es un motivo de orgullo para Al Jazeera que, 21 años después de su lanzamiento, la cadena siga siendo tan molesta y desafiante para aquellos en el poder. Muy pocos medios pueden presumir de ser tan influyentes. Pero Al Jazeera no es como el resto de cadenas. Es un fenómeno único que, desde que empezó a emitir en 1996, ha revolucionado los medios árabes y en 2010 jugó un papel principal en el estallido de una verdadera revolución política en buena parte del mundo árabe.

Antes de que Al Jazeera empezase a emitir, las cadenas de noticias árabes eran simplemente palabrería totalitaria. Las noticias se centraban principalmente en lo que el jeque, emir o presidente estaba haciendo ese día, algunas noticias sobre su heredero y una pieza rápida sobre lo afortunada que era la nación de tener tales figuras de autoridad. Al Jazeera acabó con eso, dando voz a todo tipo de voces anteriormente vetadas, desde israelíes y Muamar Gadafi a rebeldes chechenos, los talibanes y Osama bin Laden.

En sus días de gloria, las ciudades árabes quedaban en silencio cuando empezaba el programa La dirección opuesta, de Faisal al Qassem. La cadena tiene un largo historial de exclusivas, incluida su cobertura de la Operación Zorro del Desierto en Irak en 1998, una entrevista con Bin Laden después del 11S y la invasión estadounidense de Afganistán, cuando Al Jazeera era la única cadena de televisión presente en el país y se convirtió durante semanas en agencia de noticias para el mundo.

Al Jazeera fue el primer canal árabe en introducir periodismo de investigación y el primero en recibir en sus programas a todo tipo de invitados anteriormente vetados con los que abordaba asuntos polémicos como los atentados suicidas y la existencia de Dios. Esa actitud rebelde destruyó tabúes sociales, políticos y religiosos y creó una nueva forma de informar en la región. Introdujo conceptos como democracia y derechos humanos y rechazó drásticamente los límites de la libertad de expresión.

También molestaba a otros gobiernos en la región, dado que ninguno de ellos, a excepción del Túnez posrevolucionario, goza de un mandato popular democrático y tienen miedo de cualquier cosa que pueda debilitar su control sobre el poder.
Al Jazeera ha recibido muchas críticas por su cobertura de la guerra siria, que ha sido claramente favorable a los grupos insurgentes.
Al Jazeera ha recibido muchas críticas por su cobertura de la guerra siria, que ha sido claramente favorable a los grupos insurgentes.
Han surgido una serie de interminables crisis diplomáticas entre Qatar y todos y cada uno de los países de la región excepto Omán, así como muchos otros países no árabes. La miríada de enemigos de la cadena ha utilizado todos los trucos posibles para intentar cerrarla: desde el arresto de sus corresponsales y el cierre de oficinas a la deportación de familiares de empleados, el acoso a potenciales anunciantes, la interposición de demandas frívolas y, en el caso de EEUU, atacando sus oficinas en dos ocasiones y matando a miembros de su personal.

Una cadena, dos caras
Tras años de fracasos, los gobiernos árabes se dieron cuenta finalmente de que la única forma de lidiar con Al Jazeera era derrotarla en su propio juego. Por eso en 2003 Arabia Saudí lanzó Al Arabiya TV, archienemiga de la cadena qatarí. A falta de información fiable, no se puede saber seguro cuál de las dos cadenas es hoy en día más popular. A pesar de que Al Jazeera está actualmente prohibida en Egipto, el país árabe de mayor población, se puede decir que sigue siendo Al Jazeera, pero lógicamente Al Arabiya lo rebate.

Es importante recordar que Al Jazeera no es el único motivo de discordia entre Qatar y sus vecinos. Arabia Saudí y Qatar son los dos únicos Estados wahabíes, pero también tienen numerosas diferencias históricas e ideológicas, como lo demuestra la lista de 13 exigencias. Al Jazeera está en la lista porque es un poderoso símbolo de Qatar y la manifestación más visible de sus políticas. Pero hay una razón más profunda, que para que Occidente lo entienda debe saber que Al Jazeera tiene dos caras, una en árabe y otra en inglés, y es la cara árabe la que crea todos los problemas en el vecindario de Qatar.

La cara en inglés de Al Jazeera es la cara familiar para Occidente: el canal de Al Jazeera en inglés y su página web, sus noticias de alta calidad y sofisticados documentales centrados en el mundo en desarrollo. Comparada con otros canales de noticias internacionales en inglés, como BBC World, CNN International, France 24 y Russia Today, la mayoría está de acuerdo en que Al Jazeera English puntúa bien.

Además de ser un canal de noticias 24 horas, Al Jazeera árabe es una criatura muy diferente al canal en inglés en relación al lenguaje utilizado, el contenido y los marcos de referencia. Esto no es sorprendente, ya que tienen por objetivo audiencias completamente diferentes.

Lo que incomoda a los vecinos de Qatar sobre el canal árabe es su éxito en la creación de una nueva conciencia política entre los árabes y en el planteamiento de cuestiones como la justicia social y los derechos humanos. Lo que les resulta más repugnante es la visión ampliamente difundida, y compartida con el liderazgo de Qatar, de que antes o después grupos islamistas como los Hermanos Musulmanes y Hamás llegarán al poder en toda la región, ya sea mediante elecciones o revolución.

Como esto también es motivo de preocupación para Israel y muchos otros países en Occidente, es algo en lo que los vecinos de Qatar se han centrado. Aun así, Hamás no ha sido mencionado en la lista de exigencias por su popularidad entre la opinión pública árabe.

Dado que en las pocas ocasiones en que los países árabes suníes han podido celebrar elecciones libres y justas los partidos islamistas han sido habitualmente los ganadores, aunque a menudo no se les permite tomar el control durante mucho tiempo, la suposición de Qatar de que algún día llegarán al poder es realista. Pero para sus vecinos, es una herejía.
Los regímenes árabes que persiguen hoy a Qatar –el eje contrarrevolucionario de la región– son todos vulnerables a ser derrocados por una revolución popular y sustituidos por grupos islamistas. Por ello, ver a estos mismos grupos en Al Jazeera presentados como oposición política legítima y en donde se les permite agitar por el cambio político, representa una clara amenaza existencial.

El eje contrarrevolucionario gasta una importante cantidad de recursos demonizando y reprimiendo a muchos de los mismos individuos y grupos –“terroristas”– a los que Al Jazeera da voz. El problema para ellos es que Qatar parece estar en el lado correcto de la historia.

Qatar, por supuesto, también es un gobierno autocrático, pero dado que es tan pequeño y rico, no se aplican las normas habituales. Por eso no ha mostrado ninguna señal de ceder ante las demandas que se le imponen.

Hugh Miles es autor del libro 'Al Jazeera – How Arab TV News Challenged the World', publicado en 2005.

Traducido por Javier Biosca Azcoiti

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FRANCIA: CRÓNICA ANTICIPADA DE LA CRÓNICA


El ultimo cartucho. Por qué Macron fracasará

Rafael Poch
Sociología Crítica
04.07.2017
2017/07/04
          



Este texto está publicado en Diario de París, el blog de Rafael Poch en La Vanguardia.
2 DE JULIO DE 2017

Grandes ambiciones, enérgico voluntarismo y poco apoyo popular. Son la base sobre la que el nuevo presidente de Francia quiere aplicar, con una nueva imagen, todo lo que ha fracasado en las últimas décadas. Para llegar a su engañosa victoria electoral, el joven Macron ha tenido que abolir la alternancia y casi el pluralismo institucional en Francia. Para hacer su tortilla ha incendiado la cocina. Esta victoria, que se va a defender con métodos autoritarios, será, seguramente, su mayor factor de derrota a medio y largo plazo.

Kremlinología en el Elíseo
Los gobiernos franceses suelen estar llenos de ministros que quieren ser presidentes. Personajes que conspiran y maniobran para ello desde sus cargos. Con François Hollande había unos cuantos cuyas ambiciones eran manifiestas; Arnaud Montebourg, Manuel Valls y el propio Emmanuel Macron, el más listo y discreto de todos ellos que acabó haciéndose con el trono. En el gobierno de Macron no hay rastro de esos “conspiradores ambiciosos”. El presidente se ha vacunado contra el papel que él mismo jugó como ministro de Hollande. Si se exceptúa a Bruno Le Maire, un peso ligero de la derecha al frente de la economía (por si acaso, Macron le ha puesto como segundo a su más fiel colaborador Benjamin Griveaux), en el nuevo gobierno francés no hay políticos.

Solo tecnócratas obedientes.
En la foto de grupo que Macron se hizo el miércoles con sus ministros en el jardín del Elíseo, el presidente rompió la tradición y se colocó no al frente, sino en medio de ellos. Parece más democrático, pero no es más que una cuestión de imagen: todo el mundo tiene claro quién es ahí “el jefe”, como se le llama en su entorno. Macron quiere ser un presidente “total”. Mandar mucho y hablar poco (“La palabra presidencial será rara”, ha dicho). Sus ministros serán disciplinados, no se admitirán filtraciones y si las hubiera serán sancionados. “Este gobierno tiene vocación de durar”, dijo después de la foto.
MACRON QUIERE SER UN PRESIDENTE “TOTAL”. MANDAR MUCHO Y HABLAR POCO. SUS MINISTROS SERÁN DISCIPLINADOS, NO SE ADMITIRÁN FILTRACIONES Y SI LAS HUBIERA SERÁN SANCIONADO
Los medios de comunicación, en un 80% en manos de magnates que le apoyan, no han prestado gran atención al hecho de que han bastado treinta días para que el nuevo gobierno “irreprochable y ejemplar” sufriera su primera crisis: cuatro ministros salpicados por irregularidades económicas que han saltado de sus cargos. Pese a la corrupción estructural en la que están sumidos, a los medios de comunicación franceses les encanta derribar los ídolos que ellos mismos contribuyeron a crear. ¿Cuánto durará en su actual forma esta corrupta indulgencia mediática?

Programa y objetivos
Presentado como innovador y original, a menudo con fórmulas “nórdicas” y sofisticaciones conceptuales para camuflar simples y viejas políticas neoliberales de recorte social, el programa de Macron no tiene gran cosa de original: se trata de aplicar de una vez por todas en Francia el catálogo completo de Bruselas/Berlín.

La narrativa habitual afirma que esa involución socio-laboral nunca se ha podido aplicar en Francia, país “conservador” con “exceso de Estado” y de funcionarios, y que esas ‘reformas’, “liberarán las energías del país”. En realidad se trata de imponer a la fuerza un recorte de pensiones del 20%, una bajada de salarios, un recorte de la función pública (120.000 funcionarios menos) y una “flexibilidad” que de alas a la precariedad.

“Es el político anglófono y filogermano que Europa necesita”, dijo de él la revista Foreign Affairs. “Su ascenso pinta bien para los accionistas y empresarios que piden una reestructuración urgentemente necesaria del mercado laboral francés”, señala un comentarista de la agencia Bloomberg. “El salvador de Europa” delira en portada The Economist con un punto de interrogación. Y detrás de ellos, la habitual cacofonía de todo un ejército de papagayos.

El objetivo es emular el “modelo alemán”, incrementando la franja de salarios bajos que en Alemania afecta al 22,5% de los asalariados (7,1 millones) y en Francia solo al 8,8% (2,1 millones). Con estas fórmulas se podrá llegar a los “satisfactorios” niveles de desempleo alemanes. El paro en Alemania es del 3,9% según Eurostat, y del 5,8% según la oficina federal de estadística alemana, que usa una contabilidad diferente a la europea. Pero desde hace años se conoce que, gracias a diversos trucos contables que barren debajo de la alfombra a sectores enteros de la población laboral, la cifra real de paro es bien superior, del 7,8% actualmente. Es decir, solo dos puntos menos que en Francia y con más precariado entre los asalariados y más pobreza entre los jubilados, un problema apenas existente en Francia. Alemania, que tiene una demografía languideciente, no es un modelo para Francia con su dinámica tasa de natalidad y su mayor necesidad de servicios públicos.

Que Francia no ha hecho reformas en esa dirección forma parte del mito. La intentona de Macron es la radical culminación de treinta años de hegemonía neoliberal en la política y en los medios de comunicación de Francia, algo que comenzó en 1974 Valéry Giscard d’Estaing, fue proseguido por Mitterrand (traicionando su programa inicial en 1983) y continuado desde entonces por todos los presidentes de ‘izquierda’ y de derecha que ha conocido el país. La globalización quiere destruir una tradición nacional de Estado fuerte particularmente apreciada por los franceses y que económicamente funciona mucho mejor de lo que se dice.

En términos generales el modelo político de Macron es la “marktkonforme Demokratie” (la democracia adecuada al mercado) de la señora Merkel, incluida la marginalización de la oposición parlamentaria. La empresa y la meritocracia nunca habían estado tan presentes en el gobierno. Los sectores privilegiados nunca habían pesado tanto (por encima del 70%) en el cuerpo de diputados.

Ideológicamente Macron es, según la definición del fundador de Attac Peter Wahl, “una mezcla programática de relato liberal de izquierda-verde-alternativo (cuestiones de género, minorías sexuales, medio ambiente, europeísmo y cosmopolitismo), modernismo start-upista digital en la línea “Uber para todos”, un subidón make France great again, y un neoliberalismo casi a la Margaret Thatcher con rostro humano”.

Su hoja de ruta es “gaidarista” (por Yegor Gaidar, el autor de la “terapia de choque” rusa): introducir rápidamente y por decreto una involución socio-laboral a partir del verano, y contener la contestación social que seguirá mediante la introducción en el derecho común, a partir del otoño, de los preceptos liberticidas de las medidas de excepción contenidas desde noviembre de 2015 en el “Estado de urgencia” aún vigente.
SU HOJA DE RUTA ES “GAIDARISTA”: INTRODUCIR RÁPIDAMENTE Y POR DECRETO UNA INVOLUCIÓN SOCIO-LABORAL A PARTIR DEL VERANO, Y CONTENER LA CONTESTACIÓN SOCIAL
En Rusia, la “terapia de choque” de Gaidar (1991) precisó de un golpe de estado (1993). Francia no es Rusia, pero Macron tiene muchas posibilidades, y todas las posiciones, para ser el presidente autoritario de Francia.

También tiene muchas posibilidades de fracasar, por su política socio-laboral errada e impuesta, y porque su base social y electoral (la Francia de los de arriba y el voto del 16% del censo) es reducida. La suma de ambas cosas arroja una legitimidad débil (que contrasta mucho con su aplastante mayoría absoluta en las instituciones y medios de comunicación) y convierte en temeraria su autoritaria ambición de enderezar a Francia acabándola de destrozar.

Las ambiciones y los riesgos
Solo un joven de 39 años, convencido de su propia genialidad y de que no debe nada a nadie, y que desconoce el fracaso, puede aunar tal explosiva relación entre ambiciones y riesgos. La devaluación salarial y de pensiones del 20% que se busca, fracasará porque hundirá la demanda interna y aumentará el paro en Francia. Macron debería incrementar los salarios, pero incluso si quisiera no podría, porque está aprisionado por el esquema alemán que domina Europa. Su consigna europea, “La Europa que protege”, está en contradicción directa con el programa neoliberal, es decir con el proyecto europeo. La situación de las cuentas públicas francesas, para cumplir con el dogma alemán del 3% de déficit y los otros requisitos, se anuncia complicada. En el remoto supuesto de que el macronismo intentara una política alternativa en Europa, debería renegar del actual proyecto europeo. Si no hace nada, continuará alimentando todo eso que hoy hace soberanistas a más de la mitad de los franceses. El ministro de Economía francés, el peso ligero Bruno Le Maire, es totalmente incapaz de enfrentarse al peso pesado alemán Wolfgang Schäuble.

Macron tiene grandes ambiciones. Dice que su presidencia supondrá, “un renacimiento de Francia y espero que de Europa”. La simple realidad es que su fracaso sembrará el caos en Francia, donde la indignación tomará el relevo a la indiferencia y a la sorda decepción actuales, y por extensión agravará la situación en esa Unión Europea que busca salidas a su complicado embrollo en la militarización y el belicismo, la “Europa de la defensa”.

El primer adversario de Macron será una repetición, aumentada, de lo que se vio la pasada primavera: una alianza de la juventud y del sindicalismo radicalizado que podría empujar hacia una gran revuelta. Para valorar si eso puede dar lugar a serias convulsiones, basta comprender una cosa: que la situación actual no tiene alternativa institucional.

Para llegar a donde ha llegado, Macron y las fuerzas oligárquicas que lo auparon en el último ciclo electoral han tenido que dinamitar la alternancia y casi el pluralismo institucional en el país (el incendio de la cocina). En las instituciones francesas ya no hay más que un solo partido. El conglomerado macronista, ampliado a sus satélites (socialistas y conservadores “constructivos” hacia el presidente), tiene el 80% de los diputados cuando obtuvo el voto real del 16% de los franceses.

Esta victoria, será a medio y largo plazo su mayor factor de derrota, porque esa abolición condena a la oposición a un estatuto “antisistema”: cualquier fuerza social que se oponga al macronismo tendrá que cambiar el régimen. Un escenario muy ruso, que recuerda al drama de la autocracia, pero en Francia.

El autoritarismo macronista que se anuncia es el último cartucho del establishment para disolver/cambiar Francia. Su fracaso no tendrá alternativa en el actual marco institucional, la V República y, probablemente, tampoco en el actual sistema. A partir de este pronóstico, se admiten todas las apuestas…
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Este texto está publicado en Diario de París, el blog de Rafael Poch en La Vanguardia.
AUTOR
Rafael Poch

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EE.UU. PARA NIVELAR Y TOCAR LOS COJONES SE DA UN GARBEO EN BARCO POR EL MAR DE CHINA, COMO SI MORÓN DE LA FRONTERA FUERA UN BARRIO DE GUACHINTÓN



       

Pekín: El buque de guerra de EE.UU. en el mar la China Meridional es una "seria provocación"

Equipo de RT

https://es.rt.com/57q4

3 jul 2017 00:30 GMT
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China desplegó buques militares y aviones de combate para advertir al destructor USS Stethem que había entrado en sus aguas territoriales.
                       
Pekín: El buque de guerra de EE.UU. en el mar la China Meridional es una "seria provocación"
Reuters Staff / Reuters


            
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China ha declarado que el buque de guerra estadounidense que invadió las aguas territoriales del país frente a las islas Paracelso representa "una seria provocación política y militar", recoge Xinhua News.

El portavoz del organismo, Lu Kang, indicó en un comunicado difundido este domingo que Pekín desplegó buques militares y aviones de combate para advertir al destructor USS Stethem que había entrado en sus aguas territoriales en el mar de la China Meridional.

Parte inherente del territorio nacional

Las islas Paracelso son una parte inherente del territorio nacional, insistió el funcionario, señalando que de acuerdo con la Ley de la República Popular de China sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua, el Gobierno chino promulgó la frontera del mar territorial frente a las islas en 1996.
"La relevante legislación china tiene reglamentos explícitos sobre la entrada de buques militares extranjeros en el mar territorial de China", aseveró Lu Kang.

La "libertad de navegación"

China Daily CDIC / Reuters

Sin embargo, bajo el pretexto de la "libertad de navegación", la parte estadounidense envió una vez más un buque militar a las aguas territoriales de China cerca de las islas Parcelso sin la aprobación de Pekín, según apuntó el diplomático.

"Su comportamiento ha violado las leyes chinas y el derecho internacional, ha atentado contra la soberanía del país, ha alterado la paz, la seguridad y el orden de las aguas correspondientes y ha puesto en peligro las instalaciones y el personal de las islas chinas", reza el comunicado.

Una región que aspira a la estabilidad

China y los Estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés) han calmado y han mejorado la situación en el mar de China Meridional, según Lu, mientras que Estados Unidos deliberadamente agita los problemas en una región que ―según sus palabras― aspira a la estabilidad, la cooperación y el desarrollo.

"La parte china insta a Estados Unidos a que ponga fin de inmediato a este tipo de operaciones provocativas que violan la soberanía de Pekín y amenazan su seguridad", agregó el portavoz y concluyó afirmando que su país seguirá tomando todas las medidas necesarias para defender la soberanía y seguridad nacional.

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