Este domingo el diario El País profundizó en la información que el pasado mes de diciembre ya abordó ElPlural.commusulmanes financiaron el 80% de la campaña de Vox de 2014.
Financiación que ya reconoció en su día el gerente de Vox, Enrique Cabanas. Y es que en las primeras elecciones a las que se presentaron, las europeas de 2014, los ultras de Vox se financiaron en gran parte gracias a unas curiosas donaciones. Miembros de una organización de exiliados iraníes, el Consejo Nacional de Resistencia Iraní (CNRI), realizaron “miles de aportaciones de entre 200 y 5.000 euros” al partido de Abascal.
La financiación de  más de medio millón de euros (pudo llegar a casi 800.000 euros, según los últimos cálculos) a través de un 'pitufeo' de la oposición iraní llama poderosamente la atención, no sólo por el discurso abiertamente racista de los ultraderechistas, sino por las conexiones internacionales de esa organización.
El CNRI es un grupo opositor del régimen de los ayatolás iraníes que ha contado tradicionalmente con su propio brazo armado. El Muyahidin-e Jalq (PMOI) ha sido considerado como grupo terrorista islamista por los grandes organismos occidentales hasta que, hace menos de 10 años, realizaron una campaña política para convencer a Washington y Bruselas de que habían abandonado la lucha armada. De hecho, podemos afirmar que consiguieron su objetivo cuando en 2012 la CIA les sacó de su listado de organizaciones terroristas a pesar de haber asesinado a unos 17.000 iraníes y participar en la guerra siria.
El PMOI habría nutrido sus cuentas gracias a los fondos de países ‘moralmente dudosos’ como Arabia Saudí o la Irak de Saddam Hussein, pero también del lavado de dinero negro procedente del fraude o de la venta ilegal de armas.
Es más, la cadena estadounidense NBC conectaba la financiación del CNRI y la obtención de su armamento directamente con Israel. Unos lazos políticos entre neofascismo y sionismo que llega a España, con pleno reconocimiento de Vox, pero que tiene bastante tradición en otros países como EEUU.

Vox miente

El secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, ha admitido las donaciones pero ha asegurado que todas las donaciones para su campaña electoral europea fueron “legales y totalmente transparentes”, tal y como avaló el Tribunal de Cuentas.
Pero este último extremo no es cierto. Vidal-Quadras no consiguió el escaño y por tanto Vox no entró en las instituciones, por lo que el Tribunal de Cuentas no tenía como obligación auditar la financiación.
Pese a ello, el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha insistido este lunes la legalidad de las cuentas de su formación política, volviendo a asegurar que fueron auditadas por una empresa privada y depositadas en el Tribunal de Cuentas, y por lo tanto están "absolutamente tranquilos con esa cuestión”.
En este sentido, ha explicado que las donaciones obtenidas por grupos opositores iraníes tienen que ver con la relación que tenía con ellos el que fuera candidato del partido en las elecciones europeas de 2014, Alejo Vidal-Quadras, ya desvinculado de Vox.

Lo prohíbe la Ley Electoral

La Junta Electoral Central deja claro que ninguna persona o entidad extranjera puede financiar partidos o agrupaciones electorales, de acuerdo con el artículo 128.2 de la LOREG.
En concreto, la ley estipula que "queda prohibida la aportación a las cuentas electorales de fondos procedentes de Entidades o personas extranjeras", a excepción de la subvenciones de instituciones europeas otorgadas para financiar las elecciones al Parlamento europeo.
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