domingo, 11 de agosto de 2019

EL QUE ME ROBA ES USTED. CIERTO: HE VOTADO AL CIRILO, JUANITO ES UN SINVERGÜENZA Y LUEYO YA VIENE QUE SI LA ABUELA FUMABA, QUE SI ÉCHATE PAYÁ QUE TE VOY A PISAR, PERO QUE EL QUE ME ROBA ES USTED, SABE? QUE YO NI HE VOTADO AL CIRILO, NI SE COMO ES JUANITO, Y LO DE LA ABUELA A MI COMO SI SE LA MACHACA, QUE LO QUE LE DIGO ES QUE EL QUE ME ROBA ES USTED. ¿QUÉ DE QUÉ COLOR SON LOS COJONES NEGROS DEL CABALLO BLANCO DE ABASCAL? YO QUÉ SÉ. SI LO QUE LE DIGO YO ES QUE EL QUE ME ROBA ES USTED. Y SABE QUÉ LE DIGO, ADEMÁS? QUE YA NO LE VOY A VOTAR MÁS



De negociaciones, gobiernos, socios y negocios


10.08.2019



Hemos asistido, como si de tragicomedia griega se tratara, a las negociaciones para formar gobierno entre PSOE y Unidas Podemos (UP), con un resultado final que sabe a triunfo para unos y a tragedia para otros. Para quienes entiendan algo de negociaciones, por haber dedicados numerosos años de vida a tan antiguo medio de resolver controversias, la forma, fondo y escenificaciones que se dieron en las negociaciones entre PSOE y UP hacían prever, casi a bombo y platillo, su fracaso. Algo normal cuando, una y otra vez, se violan reglas básicas y elementales de la negociación, en el caso, vale aclarar, de que las partes quieran realmente alcanzar un acuerdo, que es la cuestión medular. Si no se desea tal acuerdo -o una no lo desea-, puede hacerse de la negociación un circo mediático y hacer con ella juegos malabares. Veamos las reglas. 
 1.- Regla Uno: las negociaciones deben ser discretas, y cuanto más importantes, mayores los niveles de discreción. En las de PSOE-UP poco faltó para que usaran carteles circenses. Se anunciaban decisiones en entrevistas televisivas o radiales, en pasillos y mentideros; los líderes apenas hablaban entre ellos; sus delegados decían unos una cosa, otros, otra... ¿Qué era eso? ¿Cómo se puede llevar una negociación seria -repetimos, seria- entre faralaes y micrófonos? A esos burlescos se recurre cuando hay poca voluntad real de negociar y el propósito de la negociación no es tanto llegar a un acuerdo con la otra parte, como impedir que se logre el acuerdo y cargarle el mochuelo del fracaso al otro. Más que negociación, a ratos era un duelo a muerte en el OK corral. Tome el lector de ejemplo de discreción el restablecimiento de relaciones entre China y EEUU. Cuando el gobierno de Richard Nixon decidió -para clavar una daga a la URSS- reconocer a la república popular como única China verdadera, envió una delegación de pingpong, como tapadera del inicio de contactos. Todo el proceso se llevó en el máximo secreto hasta que, firmados los acuerdos, ambos países anunciaron el restablecimiento de relaciones. Tómese, ahora, el ejemplo opuesto: las ‘negociaciones’ entre Donald Trump y Kim Jong Un, para el desarme nuclear de Corea del Norte. Fueron un circo mediático, de principio a fin y, al final del espectáculo, no se acordó nada, nada, nada. Lo había escrito Baltasar Gracián: “Jugar a juego descubierto ni gusta ni es útil”.

2.- Regla Dos: Negociar es ceder, intercambiar concesiones. Es un do ut des, un doy para que me des. Un quid pro quo, dar algo a cambio de algo. Entendámonos, no dar cualquier cosa o lo que se nos ocurra, que es negociación, no dádiva ni limosna, ni plato caliente en un comedor de Caritas. Un algo proporcional a lo que uno quiere y el otro pide. En ese sentido, la posición de UP era no sólo razonable, sino, digamos, ‘la reglamentaria’. “Queremos un porcentaje en el gobierno proporcional a la fuerza política que representamos”. Ese planteamiento es de manual básico de negociaciones. Equivale a decir “mi moneda vale diez talentos y pido al menos un contravalor equivalente a ocho talentos”. Ofrecer menos, peor aún, ofrecer contraprestaciones simbólicas es invitar al otro a que deje la mesa. EEUU tenía un interés inmenso en restablecer relaciones con Beijing; pero Beijing sabía que el interés de EEUU no era tanto China, como golpear a la URSS en su flanco más débil. El precio que exigió China fue inversiones y dinero en abundancia. EEUU lo dio, a chorros (si alguien quiere buscar el origen de la eclosión económica, comercial y científico-técnica de China les dejamos esta pista). Quien quiere algo de verdad está dispuesto a pagar el precio de ese algo, como hizo EEUU con China. Aquí, en la España cañí, se pedía el des y se negaba el do. Pero rompe el punto de equilibrio negociador pedir el todo y ofrecer casi nada. Una negociación encarrilada en esos términos acaba convertida en imposición –“aquí está el plato de lentejas, lo tomas o lo dejas”-, lo que constituye la negación del nudo axial de toda negociación: do ut des

3.- Regla Tres: una negociación debe llevarse de buena fe. En la vida, la buena fe lo llena todo. En Derecho es una regla esencial (pacta sunt servanda). Sea en las relaciones internacionales, personales, comerciales o políticas, lo primero que solemos pedir es que haya buena fe. “La buena fe supone la existencia de una relación entre personas y se refiere fundamentalmente a la confianza, seguridad y credibilidad que otorga la palabra dada”, ha dicho el Tribunal Constitucional. Como señaló la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la buena fe implica “una obligación de confianza recíproca, de cooperación para conseguir el acuerdo”. Y, como la CIJ indicó en sentencia de 1998, en una negociación “no cabe ser un frontón que devuelva todas las pelotas que propone la otra parte, sistemática e inmotivadamente”. España, patria del frontón, lo vio en abundancia. Desde vetar líderes (¿cómo? ¿vetar al líder de la fuerza política con la que queremos alcanzar un acuerdo?) a un zigzagueo permanente en las ofertas y contraofertas que hicieron de la negociación un frontón que devolvía las pelotas de la otra parte, hasta que se agotó el tiempo. Como decía Baruch Spinoza, sin orden, sin método, sin voluntad, jamás se llega al triunfo, y no se llegó. Terminó como rosario de una aurora desarbolada y amargada. 

4.- Regla Cuatro: Sentido común, aunque sea el menos común de los sentidos. Para no enredar las cosas, nos quedamos con la definición que da la Real Academia de la Lengua: modo de pensar y proceder como lo haría la generalidad de las personas. En la cuestión que nos ocupa, el sentido común recomienda determinar quién era -o es- la parte más interesada en un acuerdo. El sentido común indica que los más interesados, al ser los que más ganaban, eran Pedro Sánchez y el PSOE. El primero quiere ser presidente de gobierno; el segundo, convertirse en el partido gobernante. Esta cuestión es esencial, pues la lógica indica que quien más quiere y más gana debe poner más de su parte. El segundo interesado es UP, tanto porque quiere hacer posible el gobierno más social y progresista de la historia de España, como porque aspira -con todo derecho- a ser parte del gobierno del reino. Tocaba, por tanto, a los principales beneficiarios del acuerdo crear las condiciones necesarias para alcanzar un acuerdo satisfactorio para todos, no sólo para ellos. Porque, hablando de sentido común, los números no mienten. Contando con sólo 123 diputados, el PSOE necesitaba el apoyo de UP, no sólo por sus 42 diputados, sino porque del acuerdo con UP dependían los votos de otros partidos que, vía apoyo o vía abstención, permitían a los socialistas alcanzar la mayoría relativa. No hubo acuerdo y no hubo investidura. Quien necesita 53 votos debe esforzarse en ganarlos y, para hacerlo, debe ganar amigos, no repartir garrotazos, pues, como decía Gracián, “hablar y portarse de buen modo resuelve cualquier situación difícil”. Alguien perdió, en algún momento, el sentido común y hay ahora la necesidad de recuperarlo (o de llamar a nuevas elecciones, que son como el estrecho de Escila y Caribdis: se podrá pasar por él, pero nadie sabe de previo el peaje que cobrarán los míticos monstruos). 

5.- Regla Cinco: Una negociación seria requiere de tiempo, y cuanto más seria, más tiempo será requerido, que “lo que se hace de prisa, de prisa se deshace” (Gracián otra vez). Socialdemócratas y democristianos, en Alemania, pasaron negociando seis meses su gobierno de coalición. En Italia, la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas negociaron intensamente tres meses. En España, las elecciones municipales fueron el 26 de mayo y las generales el 28 de abril. ¿Por qué razón no se iniciaron las negociaciones entre PSOE y UP cuando menos en junio de 2019 si, como decía el PSOE, UP era el “socio preferente”? No se ha dado ninguna explicación al por qué se dejaron para última hora, sabiendo todos que la negociación no sería fácil. No puede argüirse desconocimiento o inexperiencia. Es bien sabido, cuanto más tiempo hay, más posibilidades existen de alcanzar un acuerdo. Ahora bien, rectificar es de sabios y tiempo queda si ganas hay.

Aquí dejamos el manual básico de negociación, para quien quiera entender un poco lo que ha pasado y lo que podría venir. Cuando se quiere negociar en serio, se siguen estas cinco reglas básicas, que son como el Catecismo de la negociación, cualquiera que sea, entendiendo que, cuando no hay voluntad negociadora, todas las reglas sobran. No decimos más. Cada quien es libre de alcanzar sus conclusiones, aunque no parece que UP haya cometido pecados capitales, salvo el de la ingenuidad, que, en política, equivale a pecado capital. Quedan, ahora, tres caminos, tres: restablecer la negociación PSOE-UP, tirando del manual del buen negociador; organizar un gobierno PSOE-C’s, como piden la CEOE y el Financial Times, o convocar a nuevas elecciones. Sólo la primera opción es de izquierdas. Las otras dos, un tributo a la derecha y al dinero, poderoso caballero. 

Augusto Zamora R. es autor de Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos (Akal, 3ª edición, 2018) y Réquiem polifónico por Occidente (Akal, 2018). Fue negociador en los procesos de paz de Contadora, Esquipulas y Sapoá, en Centroamérica.

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AL PAN ZANAHORIA Y A LA ZANAHORIA PAN. ¿PERO EL ORIGEN DE TODA VIOLENCIA NO ESTÁ EN EL ORDEN DE VALORES MORALES Y SOCIALES IMPUESTOS POR EL MODO DE PRODUCCIÓN CAPITALISTA QUE PARTEN DE LAS RELACIONES DE FUERZA Y EXPLOTACIÓN EN QUE SE BASA LA PRODUCCIÓN CAPITALISTA? PORQUE SI EL HOMBRE ES MALO POR NATURALEZA AL REY HAY QUE ECHARLO PORQUE ES MALO POR NATURALEZA



Manipulación de la violencia de género
 
Al pan pan... y a la violencia de género maltrato

Rebelión
www.eldiario.es
10.08.2019

La casualidad nunca es inocente, de manera que si una campaña contra la violencia de género no habla de violencia de género, no es una campaña contra la violencia de género.

La casualidad nunca es inocente, de manera que si una campaña contra la violencia de género no habla de violencia de género, no es una campaña contra la violencia de género. Lo será contra otra cosa o frente al concepto que se utilice, pero al hacerlo de ese modo lo más probable es que el resultado sea contrario a su objetivo, y una violencia contra las mujeres, que ya está ocultada, normalizada e invisibilizada, al no ser nombrada de manera directa continuará en ese lado oscuro de la realidad.
 
Y no es casualidad que una campaña del Gobierno andaluz contra la violencia de género haya renunciado a llamarla por su nombre, y la haya presentado bajo la referencia genérica de "malos tratos", si no la consecuencia del pacto con la ultraderecha que ha impuesto que no se hable de "violencia contra las mujeres" ni de "violencia de género", sino de "violencia intrafamiliar".

A partir de esa referencia sobre el concepto de la campaña podremos criticar lo que se considere oportuno, como habitualmente ocurre en todas las campañas, en las que nunca hay unanimidad respecto al foco ni al mensaje. Por lo tanto, que sea una campaña "en positivo", que aparezcan mujeres sonriendo como señal de superación, que se trate de actrices o de fotos de bancos de imagen… es algo que se puede cuestionar, pero no es la esencia del problema.

El objetivo principal de esta campaña a raíz de su diseño y planteamiento es político, no social. El objetivo social se cubre en la forma, pero no aporta nada nuevo a campañas como la última que hizo el PP desde el Gobierno de la nación con su "Hay salida", o a las que han insistido en la denuncia. El verdadero logro de esta campaña de la Junta de Andalucía es mandar el mensaje político de "no hablar de violencia género" allí donde lo haya decidido la ultraderecha con sus pactos. Una idea que no han parado de repetir desde el principio y en la que aún insisten, para de ese modo apartar la construcción cultural del machismo de la violencia contra las mujeres.

La responsabilidad política, por tanto, es doble. Por un lado, por no cumplir con el objetivo de generar la necesaria concienciación sobre la realidad de la violencia de género en un momento en el que aumentan los casos y el clima que la propicia se intensifica, tal y como se observa en las redes sociales y en algunas opiniones a través de los medios de comunicación. Y por otro, por elevar a acción política (en activo y en pasivo), ese mensaje negacionista y de "con-fusión" que busca mezclar la violencia contra las mujeres con otras violencias que pueden compartir algunos de los escenarios donde se producen.

El Gobierno de la Junta de Andalucía debería saber que antes de la Ley Orgánica 1/2004, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, ya existía el "delito de malos tratos" en el Código Penal, y que hablar hoy de "malos tratos" para referirse a la violencia de género es retroceder 15 años en el tiempo y muchos más en la mentalidad, situación que supone mantener y consolidar las referencias del machismo. Un machismo que maltrata a 600.000 mujeres cada año, que asesina a más de 60 de media, y que a pesar de la gravedad de la situación consigue que el 80% de las mujeres asesinadas nunca hayan denunciado antes la violencia que termina con sus vidas. 

¿Creen desde la Junta de Andalucía que la sociedad es consciente de la gravedad y del significado de la violencia de género, para poder referirse a ella como "malos tratos"? ¿Tendría sentido decir ante el homicidio de una mujer que ha sido asesinada por malos tratos? Claramente no. Y si son asesinadas por violencia machista o por violencia de género, la forma de tomar conciencia sobre la situación de riesgo que viven es llamar a la violencia que sufren las mujeres por su nombre, y referirse a ella como violencia de género para hacer entender que se trata de una "violencia cíclica de intensidad creciente", y que irá aumentando su gravedad hasta poder llegar al homicidio de la mujer y de sus hijos e hijas.

El nivel de distorsión que genera la cultura machista es tal, que el 44% de las mujeres que no denuncia no lo hace porque refiere que la violencia que sufren "no es lo suficientemente grave" (Macroencuesta, 2015). Cuando la violencia se minimiza y se normaliza, entre otras formas llamándola "malos tratos", ni las mujeres que la sufren, ni sus entornos, ni muchos profesionales que las atienden creen que se trata de una situación grave, y no actúan.

No creo que el Gobierno de Andalucía haga una campaña contra el paro refiriéndose a él como "cese temporal de la relación laboral", ni contra el tráfico de drogas como "comercio ilícito de sustancias perjudiciales para la salud". Quien tiene las ideas claras y los objetivos definidos actúa en consecuencia, hoy mismo, por ejemplo, se puede ver una noticia de la agencia EFE del 8-6-19 bajo el titular "Se buscan: una treintena de etarras, en el foco de las fuerzas de seguridad", y el desarrollo de la información se refiere a ellos como "terroristas". Curiosamente, los mismos que niegan la violencia de género no permitirían que se hablara de los terroristas como de una "treintena de delincuentes violentos".

Quienes hemos tenido la responsabilidad de poner en marcha una campaña de concienciación sabemos las numerosas reuniones, cuestiones, matices, correcciones… que hay detrás del proceso. No queda espacio para la improvisación ni para la confusión, y si la campaña de la Junta de Andalucía habla de "malos tratos" y no de "violencia de género" es porque su mensaje es ese, "no hablar de violencia de género", por eso es una campaña más política que social coherente con todo el planteamiento que hace la ultraderecha. Nada es casual, la "otra sabiduría popular y ciudadana" lo dice bien claro cuando afirma lo de "al pan, pan, y al vino, vino".



Foto de uno de los carteles de la Campaña 2019 del gobierno de derechas Andaluz sobre la VG

Fuente: https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/pan-violencia-genero-maltrato_6_928517146.html

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