martes, 6 de junio de 2017

PUBLICADO EN CRÓNICA DE ARAGÓN

Empleo, el cohetillo político de la “recuperación” económica

6. junio 2017 | Por | Categoria: El ojo atípico, Magazine, Opinión 
           


Es evidente que desde el punto de vista del capital, la economía se está recuperando (lo cual no es en absoluto representativo de que se esté saliendo de la crisis, ni que se vaya a salir de ella) dado que los capitales están creciendo. El santo y seña, esencia y Dios entero y verdadero del capitalista es acrecentar sus capitales.

Esta recuperación que para el capital resulta beneficiosa, puesto que crecen los capitales, para el trabajo es perniciosa, dado que los salarios son cada vez más bajos y las condiciones de contratación peores, y esto evidentemente repercute en el empeoramiento de las condiciones de vida del trabajador.

La recuperación económica capitalista, que en esencia no es más que crecimiento económico (y crecimiento económico no es necesariamente desarrollo económico) no lleva aparejado necesariamente el bienestar social.

Hacer coincidir crecimiento económico con bienestar social es la argucia político-ideológica con la que los representantes de los grandes capitales a través de los denominados grandes medios de comunicación intentan engañar (y en muy buena medida lo está consiguiendo) diariamente a la opinión pública, a la sociedad, a los trabajadores.

Si nos atenemos a los datos objetivos, los que están en la realidad (no en mi cabeza ni en lo que a mí me pueda parecer), y por tanto pueden ser extraídos de ella y comprobados, vemos que 1.400 familias en España1, es decir, el 0,0035% de su población, controla más del 80% de la riqueza del Estado.

Esta es la exigua minoría social de los grandes capitales a los que beneficia la recuperación económica. Por el contrario, perjudica al 99,9965% de la población del Estado español. Esta es, pues, la recuperación económica de la que habla el gobierno, la que recomienda “Bruselas” y la que convierten en mala propaganda política todos los voceros a su servicio, o cuando menos, inconscientes: que los capitales crezcan, pero claro, este crecimiento del capital no se hace y no se puede hacer más que a través de bajar salarios mediante sus múltiples formas, entre otras, con la fórmula mágica de la productividad: producir más por menos dinero, que a esto en esencia se reduce la productividad.

Cuando se nos hace ver que hay que consolidar y aumentar el crecimiento económico, porque ello es el requisito indispensable para salir de la crisis y que su salida beneficie a todos, lo que se hace en realidad es tratar de convencernos que tenemos que comulgar con ruedas de molino, o dicho en otras palabras, que los que vamos a ser ahorcados pidamos con alegría que la cuerda que nos van a poner en el pescuezo sea resistente y de buena calidad, porque el crecimiento económico para unos poquitos, como los datos demuestran, significa la miseria para la inmensa mayoría.

Puede no verse, que de hecho no se ve a niveles generales, pero de las reformas, de la sustitución del gobierno del PP (que es urgente, necesario e imprescindible, solamente desde el punto de vista higiénico de la dignidad personal) por cualquier otro que se limite a eso, a cambiar un gobierno por otro por mucho ritmo de bombo y platillo con el que vaya acompañado, no se puede esperar una mejora social efectiva de la inmensa mayoría de la población.

El origen del paro, de la corrupción económica, de la corrupción política y de la corrupción ideológica se halla en la esencia de las relaciones de explotación capitalistas, y son estas las que hay que cambiar y no remozarlas y fortalecerlas.

Juan Moscoso del Prado en su artículo “Los trabajadores pobres” (El País, 01-06-2017) decía que todos los indicadores muestran que el empleo que se está generando es de peor calidad que el que destruyó la crisis. El nuevo empleo es tan precario que en España y en toda Europa se ha generalizado una nueva categoría laboral: la de los trabajadores pobres, a imagen de los tristemente célebres working poor estadounidenses”. Esta afirmación se puede comprobar en la realidad.

Efectivamente, durante el pasado mes de mayo se han creado 111.908 nuevos puestos de trabajo, pero con qué salarios y por cuánto tiempo.

Lo que sabemos a ciencia cierta es que cada 90,5 de cada cien de estos nuevos puestos de trabajo son precarios, y que en el Estado español el 14,5% de los trabajadores viven por debajo del umbral de la pobreza, superando a Grecia e Italia que tienen el 13,6% y el 11,5% respectivamente.

Estas son las consecuencias de las tan cacareadas políticas tomadas por los correspondientes gobiernos a instancia de “Bruselas” para salir de la crisis, y las que sigue cacareando (puesto que dicen se va por el buen camino) el gobierno del PP apoyado por el PSOE y Ciudadanos.
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1) Revista Solidaria con los empobrecidos de la Tierra. Febrero-marzo 2012. Nº 92

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REINO UNIDO, TERRORISMO, POLÍTICA Y EL QUÉ DEL QUÉ QUE HAY QUE SABER: ¿CUADRA QUE EL TERRORISMO ISLÁMICO Y SU DESEO DE QUE GOBIERNEN LOS DE DERECHAS? ¿POR QUÉ, PARA QUÉ Y CÓMO ARABAI SAUDÍ, ESTADOS UNIDOS Y OTROS APOYARON, FINANCIARON Y ARMARÓN A LOS TERRORISTAS ISLÁMICOS?


Reino Unido
El programa del Partido Laborista



Max Shanly/ Roman Burtenshaw
Viento Sur
06.06.2017
 
El Partido Laborista nunca ha sido un partido socialista, pero siempre ha tenido socialistas, y por primera vez están en el asiento del conductor. Esto se ha reflejado en el manifiesto-programa del partido de 2017. Con el título “For the Many, Not the Few” (Para la Mayoría, No la Minoría)*, representa el máximo logro del corbynismo hasta la fecha y ofrece al pueblo británico la primera oportunidad en una generación de votar por políticas que significarían un cambio fundamental hacia la izquierda.

Aunque moderadas en el lenguaje, las propuestas programáticas son radicales; basándose en las promesas de las dos campañas de primarias de Jeremy Corbyn, sostiene una visión que pondría fin a la era de la austeridad y daría forma a un nuevo marco económico, que acercaría la riqueza y el poder del capital a los trabajadores.

Todo indica que este programa es extremadamente popular. La semana en la que se lanzó el manifiesto completo de 128 páginas, se convirtió en viral en la red, compartido decenas de miles de veces. Fue mucho mejor recibido que el equivalente conservador y ha catapultado al Partido Laborista en algunas encuestas a cinco puntos del partido gobernante. Después de dieciocho meses de dificultades, el trabajo de Corbyn ha encontrado terreno firme por primera vez. Pero, ¿qué propone el manifiesto y cómo puede realizarse su propuesta?

La promesa

El manifiesto tiene tres ejes fundamentales: nacionalizar las principales empresas de servicios públicos cuya privatización ha aumentado el coste de la vida; reformar las condiciones laborales, deteniendo el proceso de degradación en términos y condiciones; y construir una economía social en la que los elementos básicos necesarios para vivir una vida digna - desde la educación y la vivienda hasta la asistencia social y las ayudas sociales - mejoren y, en muchos casos, sean de libre acceso.

El Partido Laborista propone revertir en propiedad pública no sólo el ferrocarril sino también el servicio postal, la energía y el suministro de agua. Aumentaría el salario mínimo a diez libras por hora, aboliría los contratos de cero horas, prohibiría las prácticas no remunerados, otorgaría a la gente autónoma los mismos derechos que a las personas empleadas y otorgaría a los sindicato el derecho de acceder a los centros de trabajo.

Bajo el gobierno laborista se construirían un millón de viviendas, la mitad de ellas de propiedad pública. Se introducirían controles de alquiler. Los gastos de matrícula de las universidades serían desechados, habría guardería gratis a partir los dos años, comedores escolares gratuitos durante la etapa de primaria y un servicio de educación nacional que invertiría 6 300 millones de libras en mejorar las escuelas. El Servicio Nacional de Salud sería renacionalizado, eliminando los servicios privatizados, y los hospitales ya no cobrarían por el aparcamiento de coches. Las personas mayores tendrían garantizada la pensión y se invertirían dos mil millones de libras en atención social. Se invertirían los recortes en bienestar.

Para lograr este programa de transformación social, el manifiesto vuelve al viejo principio de la tradición laboralista y socialdemócrata: la redistribución de la riqueza. Los 52 500 millones de libras esterlinas necesarios para financiarlo vendrían de los impuestos sobre las empresas y de quienes ganan más de 80 000 libras al año, así como de propuestas como una campaña contra la evasión fiscal y el fraude, el impuesto Robin Hood sobre las instituciones financieras y un impuesto sobre las tasas de la escuela privada. La gran mayoría de la gente británica se beneficiaría de un programa pagado por el 5 % que más gana. De la minoría para la mayoría.

A diferencia de los manifiestos de otras campañas en las últimas décadas, "Para la Mayoría, No la Minoría" es un giro a la izquierda en las propuestas del partido. En los dos años transcurridos desde las últimas elecciones, la política laborista ha avanzado desde el objetivo de suavizar los efectos del neoliberalismo, a querer reformarlo y, ahora, a derrotarlo. Si Ed Miliband se comprometió a limitar los precios de la energía (una política denunciada como marxista en aquel momento), Corbyn se compromete a intervenir directamente en el mercado de energía a través de la creación de empresas energéticas controladas regionalmente, junto con la renacionalización del National Grid (la red nacional). Hace dos años, Miliband y Balls trataron de acabar con los contratos de cero horas que eran "injustos". Hoy, Corbyn y McDonnell buscan su completa abolición. El Labour entró en la elección general de 2015 prometiendo reducir las tasas de matrícula para la universidad, pero ahora están comprometidos con la educación superior gratuita.

Si el Brexit apareció como un vago y contradictorio llamamiento a "retomar el control", el programa del Partido Laborista es el camino para lograrlo, recuperando una alternativa enterrada por el Thatcherismo. Se inspira en el aspecto más radical de la política socialdemócrata, la desmercantalización, y apunta a sacar del mercado los productos básicos de la vida cotidiana, haciéndolos públicos, universales y libres en el punto de acceso.

Al hacerlo, el programa del partido reduciría radicalmente el costo de vida, poniendo a la gente trabajadora bajo menos presión para ceder a la exigencia de sus jefes de trabajar más tiempo por menos salario. Recuperaría la idea de derechos contra la que el Partido Conservador ha luchado tan duro y pondría frenos a un desplazamiento hacia una economía en la que incluso los bienes públicos se proporcionan sobre la base del pago por el servicio. También podría cambiar la forma en que la gente se relaciona con la provisión de las cosas necesarias, desafiando la idea de que deba hacerse sobre la base del intercambio, donde lo que se recibe siempre se relaciona con lo que se pueda pagar.

Durante cuarenta y un años, Gran Bretaña ha estado gobernado, tanto por Tories como por New Labour, sobre la base de que el mercado lo es todo, y que la creciente mercantilización de la vida pública era un desarrollo natural. Al tratar de subordinar el mercado a los intereses del pueblo, el trabajo de Corbyn ha desafiado en lo fundamental la lógica impuesta al partido por el Fondo Monetario Internacional en 1976. Una lógica que llevó al entonces primer ministro, James Callaghan, a declarar en la conferencia del partido celebrada en el mismo año, que la opción socialdemócrata "ya no existe".

La norma

En esta campaña electoral Jeremy Corbyn ha confundido a sus críticos. Casi dos años de constantes ataques de la prensa británica y una guerra interna llevado a cabo por la derecha de su propio partido lo colocaban muy atrás en las encuestas (a 14 puntos) al comienzo de la campaña electoral.

En esas mismas encuestas Jeremy Corbyn quedaba a unos 52 puntos por detrás de Theresa May en las calificaciones de aprobación personal. Sin embargo, el día previo al ataque terrorista en Manchester a principios de este mes, logró cerrar esa brecha casi completamente, situándose solo dos puntos de la primera ministra. Ahora es el político laborista más popular del país, superando cómodamente a cualquier rival potencial para el liderazgo.

Este cambio asombroso se debe en gran parte al manifiesto-programa, que ha demostrado ser enormemente popular. Una encuesta reciente de ComRes muestra que el 52 por ciento del electorado está a favor de la renacionalización de los ferrocarriles de Gran Bretaña, con sólo 22 por ciento en contra. La misma encuesta muestra el apoyo de exactamente la mitad del electorado para que la Royal Mail (correos) vuelva a ser de propiedad pública. Otro 71 por ciento apoyaban que los contratos de hora cero sean ilegales, y el 64 por ciento apoya la petición del Partido Laborista de aumentar el impuesto sobre la renta para los que ganan más de 80 000 libras al año. La única medida encuestada por ComRes que no contaba con el apoyo de una mayoría absoluta era la promesa de publificar la industria energética, pero aun así la propuesta gozaba de un 49 por ciento de apoyo y solo un 24 por ciento en contra.

Pero no sólo resulta popular el manifiesto sino que también está siendo un éxito la política comunicativa utilizada. Durante meses, el corbynismo intentó construir una política radical desde los pasillos de Westminster [Parlamento], jugando el juego de la alta política en el que sus enemigos son más expertos. En esta campaña, el equipo de Corbyn se ha liberado de los grilletes de ese ambiente, organizando grandes mítines en todo el país, compartiendo escenario con activistas de una amplia gama de causas sociales, llevando la política socialista a la gente, a quienes son sus sujetos. Esta dinámica de campaña de base ha ayudado a transformar la percepción pública de Corbyn y a involucrar a miles de personas en su proyecto de transformación social. También ha desenmascarado a Theresa May, que ha pasado de aparecer como la personalidad necesaria para guiar a buen puerto el Brexit, a no sólo ser incapaz de comunicar su visión política al pueblo, sino que aparece incompetente en la cuestión de la salida de Reino Unido de la UE. Probablemente su negativa a debatir cara a cara con Corbyn dañará más aún su ya terrible campaña.

Nada de esto podría haber ocurrido si la batalla hubiera permanecido confinada en un escenario tan orquestado como el Westminster, con guiones escritos por la prensa convencional y Corbyn disfrazado de un inadecuado traje de respetabilidad. Es con una política de masas como la izquierda puede ganar; lo que también es cierto para llevar a cabo este manifiesto-programa, en caso de ganar las elecciones.

Ningún programa significativo de redistribución de la riqueza y del poder puede lograrse solo a través del parlamento. Incluso si el Partido Laborista ganara el 8 de junio, su manifiesto se enfrentaría a una oposición significativa: de la derecha del Partido Laborista, del imperio de la prensa, de los aparatos del Estado y de la clase empresarial. La única manera de implementarlo sería mediante la organización más allá del parlamento: a través de los movimientos sociales que exigen sus propuestas, de los sindicatos que luchan por ellas en los centros de trabajo y de un Partido Laborista revitalizado que se convierta en un vehículo para el poder popular a nivel local así como a nivel nacional.

Finalmente, si el Partido Laborista es derrotado en las elecciones, la derecha del partido argumentará, sin dilación, que fue porque el liderazgo de Corbyn ha sido demasiado izquierdista. Pero ahora sabemos que esto no es cierto. La inmensa mayoría del país apoya las políticas de izquierda, es la derecha laborista y sus aliados en la élite política, empresarial y mediática los que están en minoría. La próxima batalla será defender el programa de estos ataques.

Por primera vez en décadas, podemos estar seguros de lo que pretende hacer un gobierno izquierdista del Partido Laborista. Hay una oportunidad real para construir un proyecto que a lo largo de los años podría mejorar la vida de millones de personas. Es responsabilidad de la izquierda, a lo largo y ancho de Gran Bretaña, mantener este horizonte –sea cual sea el resultado el 8 de junio– y luchar para hacerlo realidad.

Traducción: viento sur

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TERRORISMO: QUÉ JEFES DE LOS QUE ESTÁN SIEMPRE A SALVO DEL TERRORISMO LO PREPARAN? ¿CÓMO SE BENEFICIAN LOS JEFES A COSTA DE NUESTRA SANGRE Y NUESTRO MIEDO? ¿A TRAVÉS DE QUÉ BANCOS, FONDOS DE INVERSIÓN O PARAÍSOS FISCALES CIRCULA EL CAPITAL PARA FINANCIAR EL TERRORISMO QUE NOSOTROS SUFRIMOS?, POR EJEMPLO


Por qué el ataque terrorista en Londres ocurrió ahora

Rebelión
06.06.2017
www.jonathan-cook.net


Uno tiene que preguntarse por qué terroristas como los que golpearon anoche en Londres, y antes en Manchester, lanzaron sus ataques ahora. Es difícil no inferir que su violencia fue programada para influir en las elecciones del jueves en el Reino Unido. Quienes están detrás del ataque −ya sea los que lo llevan a cabo o los que despachan a los terroristas− quieren tener un efecto. El terrorismo es el uso de la violencia indiscriminada con fines políticos. Tiene una lógica, aun cuando la mayor parte de las veces no nos importe comprenderla.

Entonces, ¿qué esperan lograr estos terroristas?

Basados en la experiencia previa, asumirán que al golpear ahora pueden aumentar el miedo y la ira entre la población británica, intensificando la retórica anti-musulmana, justificando respuestas más severas de "seguridad" del Estado británico, y desplazando el apoyo político hacia la derecha. Eso es bueno para su causa, porque radicaliza a otros jóvenes musulmanes desilusionados. En resumen, gana reclutas.

El Islam no es excepcional en este sentido. Esto no es un problema específicamente de la religión. Como han señalado repetidamente los expertos, los jóvenes desilusionados, frustrados, enojados (y principalmente varones) adoptan ideologías existentes que les interesan, y luego buscan los elementos que pueden ser desvirtuados para justificar su violencia. El impulso violento existe y buscan una ideología para racionalizarlo.

Una vez el cristianismo −la religión de poner la otra mejilla− fue utilizado para justificar pogromos e inquisiciones. En Estados Unidos, los supremacistas blancos −el Ku Klux Klan, por ejemplo− utilizaron la Biblia para justificar la difusión del terror entre la población negra del Sur profundo. Los supremacistas blancos continúan esporádicamente usando el terror en Estados Unidos; de manera notable, por ejemplo, Timothy McVeigh, quien fue responsable del atentado en Oklahoma en 1995.

Los terroristas también pueden explotar ideologías seculares, tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda. Pensemos por ejemplo en la banda Baader Meinhof y en el Ejército de Liberación Simbionés, en los Setenta. Este último tuvo una conversa famosa en Patty Hearst, nieta del magnate de un imperio editorial, William Randolph Hearst (alias Ciudadano Kane). Después de ser tomada como rehén, adoptó rápidamente el pensamiento del grupo e hizo suya su violencia.

Los terroristas islamistas de nuestro tiempo creen en un choque violento −y de suma-cero− de civilizaciones. Esto no debería sorprender, ya que su ideología refleja la ideología dominante −el neoconservadurismo− en la política exterior de los ‘establishments’ occidentales. Ambos lados están encerrados en una aterradora danza de la muerte. Ambos creen que existen dos "civilizaciones" que son incompatibles, que están en una lucha a muerte, y que cualquier medida se justifica para lograr la victoria, porque la lucha es existencial. Nosotros utilizamos drones e "intervención humanitaria" para desestabilizar sus sociedades; ellos usan coches, armas, cuchillos y bombas para desestabilizar las nuestras.

La danza tiene lugar principalmente porque ambos lados la sostienen. Y no será fácil librarse de ella. Nuestra intromisión en Medio Oriente se remonta a más de un siglo −especialmente desde que la región se convirtió en una gigantesca espita de petróleo para nosotros. Los tentáculos de la interferencia occidental no surgieron en 2003, sea lo que sea que optemos por creer. A la inversa, un mundo globalizado implica inevitablemente que el campo de batalla colonial de un siglo de duración puede fácilmente volverse para atormentarnos a las puertas de nuestras casas.

La solución, compleja como tendrá que ser, ciertamente no puede incluir el uso de la misma violencia indiscriminada de nuestra parte, más "intervención" en Medio Oriente, o más chivos expiatorios musulmanes. Requerirá dar un paso atrás y considerar cómo y por qué nosotros también somos adictos a esta danza de la muerte.
Jonathan Cook es un premiado periodista y analista británico residente en Nazaret.
Publicado el 4 de junio en su blog. Traducción: María Landi.

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¿TERRORISMO? OK, TERRORISMO. PERO, ¿TERRORISMO, TERRORISMO? OK, OK, TERRORISMO, TERRORISMO. PERO EL TERRORISMO ISLÁMICO NO FUE PREPARADO Y FINANCIADO Y ARMADO POR ARABIA SAUDÍ, ESTADOS UNIDOS Y OTROS? OK, OK, PETRÓLEO, PETRÓLEO. PERDÓN, PERDÓN, TERRORISMO, TERRORISMO



Cómo el pequeño Catar enfureció a sus vecinos: Preguntas y respuestas sobre la crisis en el golfo

               
https://es.rt.com/55jz
Publicado: 5 jun 2017



Este 5 de junio, varios países han roto relaciones diplomáticas con Doha por supuestamente apoyar y financiar a organizaciones terroristas.
            
Este lunes, seis países árabes, Mauricio y Maldivas han roto relaciones diplomáticas con Doha por supuestamente apoyar y financiar a organizaciones terroristas. En este artículo, intentamos resolver todas las dudas que les podrían haber surgido con respecto a este tema.

¿Qué países han roto las relaciones con Catar?

Los primeros en anunciar la ruptura de las relaciones han sido Baréin, Arabia SauditaEgipto y los Emiratos Árabes Unidos. A la decisión se han sumado más tarde Yemen, LibiaMaldivas y Mauricio. Varias aerolíneas de los citados países han anunciado la suspensión de la comunicación aérea con Catar a partir del martes, entre otras medidas, que incluyen también la expulsión de ciudadanos cataríes de sus territorios o el cierre de fronteras.

¿Qué dice Catar?

Las autoridades cataríes han calificado de "injustificadas" y "basadas en afirmaciones infundadas" las medidas adoptadas en su contra, que han asegurado que "no afectarán la vida de la gente común y de los residentes del emirato". Sin embargo, los cataríes han empezado a comprar masivamente alimentos y agua por miedo a un posible desabastecimiento. 

¿Qué ha causado la crisis diplomática?

En gran parte, la crisis ha sido causada por las discrepancias en torno a Irán, un país con el que Catar, a diferencia de la mayoría de las naciones del golfo Pérsico, sigue manteniendo buenas relaciones.

Las tensiones aumentaron a finales de mayo después de un escándalo de 'hackeo' y noticias falsas: la Agencia de Noticias de Catar, presuntamente 'hackeada', divulgó unas polémicas frases del emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, quien supuestamente criticó el creciente sentimiento antiiraní en la región e hizo comentarios negativos sobre Arabia Saudita.

Jonathan Ernst / Reuters

Si bien Doha rechazó vehementemente la autenticidad de esas palabras argumentando que la agencia fue 'hackeada', los medios de comunicación de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Al Arabiya y Sky News Arabia, entre otros, reprodujeron las declaraciones y le dieron una amplia cobertura, lo que enfureció a las autoridades cataríes. La tensión aumentó aún más después de que el jeque Tamim llamara por teléfono al presidente iraní, Hasán Rohaní, durante el fin de semana, un gesto considerado como un desafío hacia los sauditas.

¿Por qué ahora?

La crisis se produce después de la visita de Donald Trump a Riad a finales de mayo. Según indica Bloomberg, días después de que el presidente de EE.UU. y el rey saudita Salmán ben Abdelaziz señalaran a Irán como el principal patrocinador mundial del terrorismo, Arabia Saudita y los EAU acusaron a Catar de intentar socavar los esfuerzos para aislar a la República Islámica. Diferentes medios, clérigos e incluso celebridades atacaron al jeque Tamim de Catar. El diario Al Jazirah, basado en Riad, lo acusó de "apuñalar a sus vecinos con la daga de Irán".

¿Qué dice Irán?

Irán ha señalado que la ruptura de las relaciones diplomáticas entre varios Estados árabes y Catar no hace otra cosa que "llevar a una desestabilización" de la situación en la región, en palabras del jefe adjunto de la Administración presidencial iraní, Hamid Abutalebi. "El tiempo de las acciones de represalia ha pasado. La ruptura de las relaciones diplomáticas y el cierre de las fronteras no son una salida para la crisis", ha afirmado Abutalebi.

¿Cómo han reaccionado los mercados?

El mercado del petróleo no ha tardado en reaccionar a la crisis diplomática con Catar. El costo de los futuros de agosto de petróleo Brent en la Bolsa de Valores de Londres ha aumentado en 63 centavos de dólar hasta alcanzar los 50,58 dólares por barril. El precio de los futuros de petróleo WTI para julio en la Bolsa de Nueva York de materias primas (NYMEX) ha subido 61 centavos de dólar hasta los 48,27 dólares por barril.

Por otra parte, las acciones de las trece principales empresas de Catar han caído drásticamente después de la noticia de la ruptura de las relaciones diplomáticas.

¿Qué opinan los analistas?

Elena Supónina, asesora del director del Instituto Ruso de Estudios Estratégicos, opina que la ruptura de las relaciones diplomáticas con Catar por parte de varios países árabes es culpa del presidente estadounidense, Donald Trump, y en concreto, de su retórica contra Irán.

Jonathan Ernst / Reuters

Para la experta, esta crisis pone de manifiesto la imposibilidad de crear la denominada 'OTAN árabe', cuyos supuestos países miembros "han discutido incluso antes" de comenzar a crear la alianza. Asimismo, la analista asevera que la crisis en Oriente Medio debilitará la lucha contra el terrorismo en la región.

¿Son las discrepancias con Catar algo nuevo?

No. En 2014, Arabia Saudita, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos retiraron temporalmente a sus embajadores de Catar, debido a su apoyo a la organización Hermanos Musulmanes, que está prohibida en la mayoría de los Estados del golfo Pérsico.

¿Por qué esta crisis puede ser diferente?

Mehran Kamrava, director del centro de estudios internacionales y regionales de la Universidad de Georgetown en Catar, ha explicado a Bloomberg que, si bien  "las diferencias y los desacuerdos internos no son nada nuevo", lo interesante ahora es "el momento y el nivel de presión sin precedentes", en referencia a la reciente visita de Trump a la capital saudita. Según el experto, Arabia Saudita y los EAU "no quieren otra cosa que una completa sumisión de Catar".

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