sábado, 20 de octubre de 2012

LA TRAINERA DE BOQUILLA DEL REY NO FUNCIONA Y LAS POLITICAS EN DEFENSA DE LOS MAS RICOS NOS EMPOBRECEN CADA VEZ MAS (O SEA, QUE SON UNOS HIPOCRITAS Y UNOS CRIMINALES A LOS QUE HAY QUE ECHAR DEL PODER Y JUZGARLOS)


 LA POBREZA VISTA A TRAVES DE LOS OJOS DE LOS NIÑOS QUE VIVEN EN ELLA

 ( Maribel, abrazando a su hija Ariana. http://www.20minutos.es/noticia/1617047/0/pobreza/ojos/ninos/ )

por A. Larrañeta 
Kaosenlared 
Viernes, 19 de Octubre de 2012 13:00 

 Sentado en un banco de Puente de Vallecas (Madrid), Emilio —14 años y tres desahucios vividos— opina que la crisis "es un problema que nos está dejando sin trabajo y hace que cada vez escasee más la comida... 

 La familia de Emilio —padres en el paro desde hace años con seis hijos (tres menores y tres mayores de edad, que ni estudian ni trabajan)— viven en un piso que no quieren enseñar. Lo encontraron de chiripa tras el último desalojo a la carrera en junio. "Es pequeño como un cuarto trastero", pero ha evitado su huida a un escondite de "piso de patada" (okupa) donde los Servicios Sociales pierden el rastro de los niños. "Es desesperante verte en la calle", confiesa la madre de Emilio, "y que te puedan quitar a tus hijos. No es miedo, es pánico lo que se siente". 

Emilio ha bajado a este banco de la calle a explicar qué significa habitar en el interior de la estadística de 2.267.000 niños en situación de pobreza en España. Grandullón y tierno, no se ve pobre, se ve "normal", porque "pobre es el que no tiene donde alojarse, ropa para cambiarse, ni comida. Hay gente peor"... y la congoja le quiebra la voz. Sus confesiones hoy son el fruto del esfuerzo de su madre porque sus seis hijos —"sin engañarles, que no se puede"— no sientan que en sus vidas falta lo básico. Han vivido en pisos sin agua y sin luz, donde las paredes "eran humedades". Y no salen las cuentas con ocho bocas a alimentar si por la puerta entran 512 euros de una renta de inserción y la calderilla 'en B' de las chapuzas del padre de familia. 

Responsables de las ONG que escrutan la pobreza en España aseguran que aquí "no se pasa hambre", pero María del Pino hay veces que no come para repartir las lentejas —"a lo pobre, solo con agua y sal"— que saca a la mesa por tercer día consecutivo. Y si los niños protestan ella dirá que se ha pasado en cantidad. Más "rabia" le da no tener dinero para comprar unas zapatillas de deporte que impidan que a Emilio le apoden el "marginado" en el colegio. 

Cuesta explicar a los hijos que son pobres. Más que pedir ayuda. Emilio es adolescente, pero no inconsciente. Si pudiera elegir el regalo de su próximo cumpleaños sería un perro, "que se liga mucho sacándolo a pasear", o "una Play". Aterriza en este banco de Vallecas y añade: "Aunque tal y como está la cosa, mejor comprar comida".

 La crisis está acabando con la familia

La madre de Emilio tiene una teoría: "Esta crisis está acabando con las familias". Muchas a su alrededor se rompen y "llegan a las manos". Falta dinero, sobran estrés y violencia, insiste poniendo esa mirada de haberlo visto de cerca. Afortunadamente no es su caso, cuenta, y se lleva la mano al pecho. "Nosotros seguimos juntos, nos apoyamos, y eso es como tener un tesoro", se despide. 

En España hay 760.000 hogares como el de Emilio, en los que todos los adultos de la casa están en el paro. En 2007 eran 324.000. A Gabriel González, coautor del último informe sobre pobreza infantil de Unicef, le escandaliza que cada vez haya más pobres y que los que eran pobres todavía lo sean más. 

Ismael no quiere salir en la foto del periódico. A sus 15 años no le gustaría que sus compañeros del instituto de una localidad al sur de Madrid supieran que el sofá de su casa está cojo (parcheado con un gato de coche) o que los muelles de su colchón le dejan marcas en la espalda.

Su madre, Susi, parada y separada, casi ningún mes junta íntegros los 650 euros que los padres de sus tres hijos están obligados a pasarle para su manutención. Hace unos meses el Ivima casi le quita el piso después de acumular 13.000 euros de impagos. Con la ayuda de vecinos y padres del cole reunió lo suficiente para frenar el desahucio y firmó una moratoria para la deuda. 

Ismael quiere unas zapatillas nuevas y no pasa el día en que le recuerde que cambie el colchón. "Son críos y piden cosas y cuando les digo que no podemos permitírnoslo se enfadan. Les digo que no hay trabajo, que sus padres no ayudan, que por no haber ya no hay ni becas y que si entonces un día nos comemos el colchón o las zapatillas".

Susi llora a menudo por su mala suerte, sobre todo después de otra entrevista de trabajo fallida. Si sus hijos la descubren, les oye decir "venga mami, que de esta salimos". Ellos son su motor y su ancla. 

El peor año, con diferencia

La ONG Save The Children tiene un centro de día en Vallecas (Madrid) donde lleva a cabo desde 2005 el programaCaixaProinfancia, de ayuda a familias con niños en proceso de atención social que tienen necesidades no suficientemente cubiertas. Silvia, la psicóloga del centro, resopla afirmativamente a la pregunta de si este es el peor momento de la crisis.

"Con tanto paro y la retirada de las ayudas públicas, becas de comedor o libros, estamos viendo cosas y situaciones impensables". Según Silvia, "al centro vienen madres que abren la nevera y solo tienen una naranja podrida; o madres que cogen cualquier trabajo -a cualquier hora, a cualquier precio- y se ven obligadas a dejar a sus hijos solos. Es la pescadilla que se muerde la cola: si ellas no trabajan, sus hijos no comen". 

Susi es una de las que tira de vecinos para que le echen un ojo a sus hijos cuando le sale un trabajillo. No tiene para pagar una cuidadora. Y ahora que está en litigio la custodia de su pequeño, tiene miedo. "Son mis hijos, ¿sabes? Me los he parido yo y me los estoy criando. No tendrán para jamón, pero chorizo no les falta", reivindica. 

Durmiendo junto a una maleta

Evelyn tiene 14 años y duerme pegada a un maleta negra. Cada mañana saca la ropa que se va a poner para ir al colegio. Entre los jerséis asoman fotos y recuerdos. Evelyn guarda todo lo que no quiere dejar atrás en el desahucio inminente que le quita el sueño a la familia Alomoto, ecuatorianos en España desde 2000. 

Mario y Jenny Alomoto tenían que haber entregado al banco las llaves de esta casa de Entrevías el 28 de septiembre. La compraron en 2005 y la dejaron de pagar en 2010, cuando los cheques sin fondos y las nóminas impagadas llevaron a Mario a la ruina. El matrimonio y sus tres hijas —Evelyn de 14 años, Karen, de 13, y la pequeña Paula, de 3— no tienen a dónde ir. "Cada noche me acuesto con el miedo en el cuerpo y me pregunto si al día siguiente será cuando vengan a echarnos", dice el padre. Este conductor de hormigonera en paro hace lo posible porque sus hijas no noten los problemas económicos que padecen, pero Evelyn sabe de sobra qué es un desahucio. "Es cuando no puedes pagar tu casa y el banco te la quita", explica tímida ante la atenta mirada de su hermana Karen, mientras Paula, de 3, juega en el suelo con un juguete que recita una letanía de números. 

Evelyn y Karen afrontan la misma amenaza de expulsión de forma dispar. Karen ni piensa en empaquetar sus cosas por adelantado, más bien le hace gracia ver la maleta de Evelyn. Eso sí, ya le ha dicho a su mejor amiga que igual un día deja de ir al colegio. Evelyn, de puertas para fuera, no habla del desahucio. "Prefiero no hacerlo. Con mis amigas hablo de las asignaturas y de otras cosas".

 Secuelas en los niños

La psicóloga de Save The Children, Silvia, explica que son muchas las secuelas que la pobreza deja en los niños, tanto físicas como psicológicas. "Están peor alimentados y tienen problemas de salud, sufren fracaso escolar y el estrés que viven en sus casas se plasma en su comportamiento, a veces incluso violento contra sus progenitores. Algunos niños, además, expresan que se sienten culpables de la situación que atraviesan". 

Las familias numerosas, los inmigrantes y las familias monoparentales padecen en mayor proporción la pobreza, aunque cada vez haya más en la exclase media española. 

Maribel es madre soltera e inmigrante. Su hija Ariana, de 12 años, está en la cama "pachucha", por una gripe asociada a la enfermedad degenerativa que sufre, esclerodermia sistémica, de la que no le gusta hablar. Gracias a la caridad Maribel puede ponerle a Ariana las cremas que necesita para que su piel no se desgaste y sus músculos no se atrofien. Y pagar las medicinas. Todas las familias coinciden en que los servicios sociales están desbordados, las trabajadoras sociales -a las que conocen por su nombre de pila y consideran como de la familia- no pueden hacer más por ayudarles, pues con los recortes "tienen las manos atadas". Sí, las parroquias y las ONG han suplido al Estado. 

A las carencias de Emilio, Ismael, Evelyn o Ariana se añade otra peculiaridad de la pobreza y es que esta se hereda y forma barreras que impiden la igualdad de oportunidades, según los expertos. "Se puede pasar una temporada en la pobreza, pero si se prolonga, se interioriza y se pasa de padres a hijos", explican. Romper esa cadena es bien difícil. Si le preguntamos a Emilio, sentado en el banco de Vallecas, en qué quiere trabajar de mayor, responde: "¿Trabajar? Lo tendré muy crudo".  Maribel, abrazando a su hija Ariana. http://www.20minutos.es/noticia/1617047/0/pobreza/ojos/ninos/ 

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LA CAPATAZA DEL CAPITAL ALEMAN, AMA DE RAJOY Y SEÑORA FEUDALA MIA QUIERE MAS CHUPE

El diario alemán 'Bild' ha hecho el cálculo 

(Angela Merkel, enemiga social pública de todos los pueblos trabajadores, incluido el alemán)


 ALEMANIA ADMITE QUE SE BENEFICIA DE LA CRISIS

teinteresa.es
 03/08/2012

 • Berlín ha prestado a Grecia 46.100 millones de euros, pero al mismo tiempo se ha ahorrado gracias a la crisis 60.000 millones de su propia deuda. • 
• El diario ‘Bild’ ha hecho el cálculo, que es destacado este viernes por la prensa francesa. 
Alemania reconoce que se está beneficiando de la crisis en Grecia. Si no admite su Gobierno, al menos sí la prensa. El diario 'Bild' ha hecho cálculos sobre qué ventajas saca el país germano de los rescates a los llamados países periféricos. Y pone cifras. 

La prensa francesa se hace eco de esta información. Berlín ha prestado 46.100 millones de euros a Grecia, pero también se ha ahorrado por la situación de crisis unos 60.000 millones de su propia deuda. ¿Cómo? 

 La clave está en la confianza que los inversores tienen hacia el país germano. Parece que les gusta más la austeridad como ortodoxia y ponen trabas a países como España e Italia. El resultado es que Alemania se beneficia de tasas de interés muy bajas. 

Según los cálculos de la publicación alemana, basándose en el análisis de expertos, la caída de las tasas de interés supone para Alemania un ahorro anual de 60.000 millones de euros. El país puede colocar deuda a diez años a un interés del 2%, cuando antes de la crisis la rentabilidad era del 4%.  
Con menores tasas de interés puede pedir préstamos orientados a la inversión empresarial, es decir, a seguir activando su economía. 

El diario ‘Le Monde’ cuenta que Alemania no es el único país que se aprovecha de las diferencias entre las primas de riesgo de los países. El interés de los préstamos en Francia a diez años llegaron el 2% el miércoles, el mínimo histórico. 

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¿ HACIA DONDE NOS CONDUCE EL FIN DEL CAPITALISMO?

Quien se beneficia del rescate es Alemania, no Grecia 


 LA TERAPIA MORTAL DE BRUSELAS

Por Ludwig Greven 
 PressEurop,15/02/2012 

El Eurogrupo, que debía reunirse el 15 de febrero, ha aplazado su decisión sobre una nueva ayuda a Grecia, a falta de “garantías políticas” sobre la aplicación del plan de austeridad adoptado por Atenas. Pero en lugar de los recortes brutales impuestos por Bruselas, el país necesita una reestructuración. Y en lugar de la estigmatización por parte de sus socios, lo que necesita es su solidaridad. 

Últimas noticias sobre la Europa dividida: por primera vez, las exportaciones alemanas superan el billón de euros. El país pasa por un buen momento, aumentan los ingresos fiscales, el paro se reduce, [el sindicato] IG Metall, ante los buenos resultados de las empresas, reclama una subida del 6,5 % de los sueldos. Alemania es la isla de los bienaventurados. 

Pasemos ahora a Grecia, un país en plena conmoción, que se precipita hacia el abismo. El Gobierno de transición, presionado por la troika (UE, BCE, FMI), decide imponer una nueva serie de medidas de ahorro draconianas. Los sueldos deberán bajar entre un 20 y un 30 %. Se tendrá que despedir a 150.000 personas de aquí a 2015 en el sector público. La economía se hunde y este año debería retroceder al menos un 8%. Y el país aún no está a salvo de la quiebra. 

 Sin embargo, el segundo plan de reflote de la UE, cuya cantidad asciende a 130.000 millones de euros, se ha congelado. Los ministros de Finanzas de la eurozona dudan de que el Gobierno de Papademos logre aplicar las medidas de austeridad anunciadas. Y con razón. Porque los recortes ya decretados no funcionan y lo único que se consigue es agravar los problemas. Y porque los griegos se oponen con una resistencia salvaje al programa de empobrecimiento y de decadencia de su país.

 Grecia, un protectorado de Bruselas 

¿Es esta la perspectiva de una Europa unida? La tierra del origen de la cultura y de la democracia occidental, convertida en protectorado de Bruselas, sin esperanzas de mejora. Un continente en el que crece cada vez más la división entre el Norte rico y el Sur que sufre la miseria, donde la gente ya no sabe realmente cómo ganarse el pan de cada día. Y mientras, en Alemania, la coalición en el poder se plantea seriamente reducir los impuestos.

Sin embargo, no podemos quedarnos indiferentes ante lo que ocurre en el resto del continente. Y no sólo porque aumenta el riesgo de una radicalización política y del regreso del nacionalismo, algo que podremos constatar en las próximas elecciones en Grecia. 

También deberíamos preocuparnos porque esta situación que trae graves consecuencias y que claramente fomenta Berlín pone en peligro nuestro propio modelo de éxito. La economía alemana únicamente prospera porque nuestras empresas hacen negocios en detrimento de los países más débiles. 

Pero ¿quién podrá seguir comprando productos alemanes en el futuro? ¿Ya no necesitamos a los Estados en crisis con el pretexto de que nos cuestan dinero? 

Quien más se beneficia del rescate es Alemania

Quien piense así se equivoca. Grecia no es la que más se beneficia de los programas de rescate del euro: es Alemania. Si Grecia quiebra, los bancos alemanes (también) perderán miles de millones, a costa del contribuyente alemán. Si se volviera al marco alemán, se sobrevaloraría de forma dramática. El precio de los productos alemanes aumentaría un 40%. Sería el fin del modelo de crecimiento alemán basado en las exportaciones. 

En el sur de Europa, y no sólo en Grecia, reina un ambiente amenazador, que se vuelve en contra sobre todo de Alemania. Casi setenta años después del fin de la guerra, vuelve a percibirse como una potencia enemiga. Ya se escuchan voces que hacen un llamamiento para adoptar medidas radicales ante la hostilidad de Bruselas y de Berlín. 

¡Quién podría culpar a la gente arrastrada a la miseria! ¿Están obligados a quedarse de brazos cruzados mientras pisotean su modesto modelo de prosperidad y relegan a sus políticos a un segundo rango? Y todo para que los bancos y los especuladores no tengan que amortizar totalmente sus créditos, que se apresuraron a conceder a los países débiles con jugosos tipos de interés. 

No, así no puede ser la Europa en la que deseamos vivir. Una Europa en la que los bancos y los fondos especulativos deciden qué países pueden sobrevivir y cuáles no.

La desintegración europea, el precio por la austeridad

La política de austeridad impuesta unilateralmente por los actores financieros y por Angela Merkel tiene un precio: la desintegración de Europa. Además de una larga depresión que, tarde o temprano, acabará alcanzando a Alemania. 

Grecia necesita nuestra solidaridad, que se elimine su deuda y se le proponga un programa de desarrollo en lugar de incesantes paquetes de medidas que alternan el reflotamiento y la austeridad. Para que el país, de aquí a diez o veinte años, tenga la oportunidad de levantarse por sí mismo y vuelva a ser un miembro de pleno derecho de la Unión. 

Y un proyecto de desarrollo europeo así no costará más dinero, si se ofrecen nuevas perspectivas a la gente de Grecia y de Europa. Este es uno de los motivos por los que merece la pena luchar por ella. Y no por excluir a Grecia de la eurozona ni por acabar con la ayuda mutua europea. Necesitamos a Grecia, como prueba de que Europa recuerda cuál es su identidad. 

Debate: la crisis griega: ¿mercado de ingenuos o diálogo de sordos?

En las páginas de Le Figaro, el especialista en geopolítica de origen griego Yorgos Prevelakis se plantea si las debilidades de la sociedad griega (“el Estado sobredimensionado, el clientelismo, la corrupción, la incompetencia de la administración y la falta de competitividad”) son únicamente culpa de los propios griegos: 

 “¿No se ha tolerado, incluso promovido, el clientelismo y la distribución de la renta europea para evitar decisiones políticas tomadas en solitario que hubiesen podido amenazar el papel de Grecia en el dispositivo militar occidental? ¿Quién puede creer que las redes de corrupción al más alto nivel dentro del Estado griego no han gozado de la complicidad de los europeos? ¿No hay una relación entre la instigación periódica de un consumo para ostentar y los grupos de presión de los países exportadores de vehículos de lujo? ¿No ha contribuido al aumento del déficit comercial el hecho de que grupos europeos hayan adquirido industrias griegas, interesados únicamente en recuperar la red de distribución de las mismas? […] 

Resulta muy fácil pretender que sólo los griegos se han beneficiado del laxismo que imperaba en su país.” 

Las soluciones previstas por Europa (“tutela, es decir, poner la democracia entre paréntesis”) constituirían, según Prévélakis, “un paso más hacia la deriva post–democrática de Europa. Sería olvidar que la identidad griega se construye alrededor del tema de la resistencia, considerar ingenuamente que las amenazas, las humillaciones y las presiones podrán contener una ira popular que hoy en día se manifiesta a través de un anti–occidentalismo agudo. Las primaveras árabes no están tan lejos”. 

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