miércoles, 13 de septiembre de 2023

 

PACO AZANZA TELLETXIKI. Allende, el presidente marxista que repudiaba el sistema que sólo asigna valor al dinero

 

INSURGENTE.ORG / 13.09.2023  

 


Salvado Allende nació en Valparaíso el 26 de junio de 1908. Como todo el mundo sabe, el presidente legítimo de Chile fue derrocado y asesinado por el golpe fascista de Augusto Pinochet, sicario y lacayo (interesado, por supuesto) del gobierno de los Estados Unidos. Era el 11 de septiembre de 1973 y, cumpliendo su palabra, el presidente murió combatiendo a los traidores en defensa de la causa del pueblo. Esto sucedió, pues, hoy hace 50 años.

Allende se graduó de medicina en 1933 y, siendo vicepresidente de la Federación de Estudiantes de Chile, participó activamente contra la dictadura de Carlos Ibáñez (1927-1931).

Encarcelado durante casi seis meses, al año siguiente, junto a Eugenio Matte Hurtado, Oscar Schnake, Eugenio González y Marmaduque Grove, fue fundador del Partido Socialista de Chile (PSCh); impulsando en 1936 la creación del Frente Popular (FP), coalición de socialistas, comunistas y radicales.

En 1938, el FP logró la presidencia del país con Pedro Aguirre Cerda, asumiendo Allende, en septiembre de 1939, la cartera de Salubridad.

En 1952 contaba con 44 años, y el Frente del Pueblo lo postuló para presidente, pero perdió los comicios.

Seis años después, postulado en esta ocasión por el Frente de Acción Popular (formado por la Unión Socialista Popular, el Partido Socialista de Chile y el Partido Comunista), volvió a perder las elecciones frente al conservador Jorge Alessandri.

En 1959, con la Revolución Cubana ya triunfada, viajó a La Habana y se entrevistó con Fidel y con el Che. Junto a éste último, en 1961 denunció el carácter demagógico de la Alianza para el Progreso. La denuncia fue expresada durante la reunión de la OEA celebrada en Punta del Este, Uruguay.

Más adelante, en 1964, volvió a ser designado candidato a la Presidencia, pero también salió derrotado. En esta ocasión por el democratacristiano Eduardo Frei Montalva, candidato que había contado con todos los recursos de las clases dominantes y, según documentos desclasificados del Senado de los Estados Unidos, con dinero de la CIA para financiar su campaña.

A pesar de los reveses electorales sufridos, Allende no se sumió en la desesperanza, y su actividad revolucionaria nunca se detuvo.

El 22 de enero de 1970, la Unidad Popular, que integraba a comunistas, socialistas, radicales, PADEMA, MAPU y Acción Popular Independiente, proclamó a Allende como candidato a los comicios del 4 de septiembre de ese mismo año.

Entonces sí ganó las elecciones. En aquella ocasión, la maquinaria imperialista no pudo impedir al pueblo su ansiada victoria.

Asumiendo el cargo el 3 de noviembre de 1970, Salvador Allende (contaba entonces con 62 años) se convirtió en el primer presidente marxista de la política mundial llegado al poder mediante las urnas.

Pronto se dio a la tarea de poner en marcha su programa político, el de la Unidad Popular, mejorando notablemente las condiciones de vida de la población y, sobre todo, procurando a ésta la dignidad que siempre se le había negado.

Obviamente, aquellas liberadoras medidas chocaron rápidamente con los imperiales intereses de los Estados Unidos que, de manera más agresiva, si cabe, arreciaron sus ataques contra el nuevo gobierno socialista; hasta que, finalmente, éstos devinieron en el conocido y sangriento golpe de estado.

Salvador Allende sigue reconocido y recordado como el honesto presidente que ofrendó su vida por un mundo más humano y justo, donde las relaciones sociales entre sus pobladores, además de iguales y amplias, sean desprovistas de la codicia que promueve y necesita el capitalismo.

Sus últimas palabras fueron las siguientes:

“Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor.

¡Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores!

Estas son mis últimas palabras, teniendo la certeza de que el sacrificio no será vano. Tengo la certeza que por lo menos, habrá una sanción moral que castigará la felonía, la cobardía y la traición”.

Marxista convencido (repudiaba el sistema que sólo asigna valor al dinero), Salvador Allende sigue vivo en el sueño de los oprimidos, en la esperanza de los pueblos; llamando, como siempre, a la unidad de todos los proletarios de Chile, de América…, como herramienta indispensable para alcanzar la victoria frente al capitalismo opresor (en todas sus formas) en el inicio creador de un mundo nuevo, urgente y necesario.

Hoy la socialdemocracia latinoamericana y europea le reivindica, pero es una reivindicación hipócrita, oportunista. Como he señalado, Salvador Allende era marxista convencido y confeso. Él siempre quiso e intentó superar el capitalismo. Los gobernantes progresistas latinoamericanos y europeos continúan facilitando las ingentes e insultantes ganancias al gran capital, reservando para el pueblo las migajas del pan que siempre se lo comen los mismos. Esta es la esencia de la socialdemocracia, parte fundamental del sistema capitalista que se dedicada a desactivar todo movimiento u organización revolucionaria que, en verdad, lucha por el socialismo.

Salvador Allende fue otra cosa. Por eso sigue siendo; por eso continúa vivo en el corazón latiente y ardiente de los pueblos.

 

Baraguá / @maceobaragua

 

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§  «Allende en su laberinto», película chilena de 2014, dirigida por Miguel Littí:

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Podcast con Mario Amorós

 

En este mes de septiembre se han cumplido 50 años del golpe de Estado contra Salvador Allende. Mario Amorós, biógrafo del Presidente, nos habla de aquel funesto día en que se cercenó en Chile la democracia.


Podcast con Mario Amorós


Entrevistas / Andreu Llabina

El Viejo Topo

13 septiembre, 2023 

 



En este mes de septiembre se han cumplido 50 años del golpe de Estado contra Salvador Allende. Mario Amorós, biógrafo del Presidente, nos habla de aquel funesto día en que se cercenó en Chile la democracia.

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Andalucía es nación en la España plurinaciona

 

Andalucía es nación en la España plurinacional


Por Asociación Andalucía y Democracia 

Rebelion /  España

09.09.2023


Fuentes: Ctxt


Los autores sostienen que sin el pueblo andaluz no será posible el proceso de “neoconstitucionalización” demandado por el lehendakari Urkullu.

Señor Urkullu, con Andalucía, todo. Sin Andalucía, nada. Su artículo del pasado 31 de agosto en El Paístiene el mérito de abrir el interesante proceso para un acuerdo territorial de largo alcance. Las propuestas del PNV son inteligentes, oportunas y de gran calado para el avance y la profundización democrática.

No obstante, nuestra crítica constructiva a la propuesta de Urkullu es dura y muy relevante para los intereses del pueblo andaluz. El lehendakari Urkullu sugiere explorar “un nuevo pacto utilizando la vía de la ‘actualización de los derechos históricos’, tal y como establece la disposición adicional primera de la Constitución”. 

Para el pueblo cultural y político andaluz, para nuestra institucionalidad política, el argumento de los derechos históricos no puede ser válido con la exclusión de Andalucía. La condición de nacionalidad histórica fue conquistada desde las calles el 4 de diciembre de 1977 y, en las urnas, el 28 de febrero de 1980, algo que no se le pidió a Galicia, Cataluña y Euskadi. Aquel referéndum del 28F imponía condiciones muchísimo más duras que las exigidas a Quebec o Escocia en sus respectivos referéndums de independencia.

La línea de exclusión de Andalucía en la propuesta de Urkullu es dolorosamente expresa, aunque no explícita. El lehendakari otorga para su propuesta la condición de nacionalidades históricas exclusivamente a aquellas reconocidas en la II República: Galicia, Cataluña y la propia Euskadi. Excluye u olvida que la nacionalidad histórica andaluza iba a ser reconocida en septiembre de 1936. Urkullu admite así el dictado del fascismo franquista para dejar a Andalucía fuera de su propuesta “neoconstituyente”.

Las nacionalidades otorgadas no pueden estar por encima de aquella que conquistó la misma condición política en las calles y en las urnas. Nos sorprende que el lehendakari apele a viejos fueros otorgados por los reyes de Castilla y a exclusiones impuestas por el franquismo. Pedir un avance soberanista en base a históricos servicios prestados a la monarquía es una legitimación de un régimen que deberíamos superar abriendo una vía republicana.

Añadimos que la “convención constitucional” que propone Urkullu ya tuvo un mal precedente en los llamados padres de la Constitución, que pretendieron relegar a Andalucía a autonomía de segunda categoría. La actual realidad del Estado de las Autonomías no es la que configura el Título VIII de la CE, sino el fruto del acuerdo de los partidos para frenar el impacto de Andalucía tras el 28F de 1980 en el mapa autonómico, que pasó por amputar su Estatuto. También se aprobó la LOAPA (Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico) que generalizó las instituciones a los diversos trozos en los que se dividió Castilla, provincias diversas y ciudades autónomas para rebajar el calado de una España con 4 nacionalidades que hubieran sumado la mitad de su población. El origen andaluz de la mutación constitucional de 1981, con Manuel Clavero Arévalo como oficiante del café para todos, obliga a Andalucía a estar dentro de cualquier nueva propuesta de avance plurinacional para garantizar su buen fin e impedir su tergiversación posterior.

Al PNV le interesa la profundización democrática en España, cierto que para remover los obstáculos para sus demandas soberanistas, pero no menos cierto que para reformar un estado federal/confederal, cuya unidad no va a poner en cuestión en el contexto geopolítico global y europeo que vivimos, a cuyo modelo territorial le crujen los pilares y las vigas maestras, debido a la continua y persistente deriva centralista y centralizadora, bajo las interpretaciones restrictivas de la CE, en particular de su título VIII, tanto por los dos partidos de régimen, PSOE y PP, como por las altos tribunales judiciales y el propio Tribunal Constitucional.

El Partido Nacionalista Vasco ha puesto sobre la mesa elementos de negociación para decidir su voto en la posible investidura para esta XV legislatura que apuntan con decisión hacia la profundización y la transparencia democrática. Utilizará su fuerza parlamentaria para que la judicatura española pueda investigar crímenes de genocidio y de lesa humanidad, modificar la ley de secretos oficiales para disminuir el tiempo de ocultación de determinadas acciones de Estado, acabar con la inviolabilidad del rey cuando ejerza como jefe del Estado de acuerdo con la CE, eliminar el recurso previo de inconstitucionalidad contra los estatutos de autonomía y el carácter ejecutivo de las sentencias de su tribunal de Garantías, y modificar las normas que regulan el CNI para evitar casos de espionaje político como el Pegasus.

Reconocemos como legítima la aspiración a la negociación bilateral efectiva de las naciones de la España plurinacional con el Estado. Sin embargo, la bilateralidad en un estado plurinacional alberga una contradicción en su seno, pues si se reconoce que hay un Estado llamado España, que contiene pueblos con aspiración a tener su propio estado, cualquier punto de acuerdo bilateral afecta a las otras bilateralidades. Es indiscutible que las comunidades con reconocimiento constitucional de sus derechos forales, Euskadi y Navarra, con sus exclusivos conciertos económicos, son las que tienen mejores indicadores sociales y económicos. Consiguientemente, cualquier negociación para avanzar requiere imprescindiblemente de la plurilateralidad, en la que Andalucía, el pueblo andaluz, deviene imprescindible por sí y por el resultado óptimo.

Andalucía no puede, no se va a dejar, seguir siendo la pagafantas de los acuerdos bilaterales financieros, fiscales, de reindustrialización o de cualquier otro tipo entre clases dominantes de los distintos territorios. Y no lo va a ser porque amparan y crean las condiciones para la desigualdad territorial y de clase. Andalucía no lo va a permitir.

Los datos en este sentido son tozudos. La desigualdad es el resultado del dominio político y económico centralista, principalmente de raíz madrileña, que mantiene, conserva y hace crecer las causas estructurales del sometimiento de Andalucía. Andalucía y Democracia lo ha expuesto en textos colectivos anteriores que se pueden encontrar en este enlace, y explícitamente en un reciente texto con el título 28F de 2023, Andalucía colonia interior, que proponemos releer. Los datos demuestran que, independientemente de las mejoras objetivas en la calidad de vida en Andalucía desde la transición hasta la actualidad, como en el resto de autonomías, la desigualdad comparada con el resto de territorios ha aumentado.

Advertimos que sin Andalucía no será posible dar naturaleza constitucional al estado plurinacional. Andalucía es el pueblo cultural e histórico que tiene más necesidad de soberanía. Por población y tamaño, Andalucía podría ser la decimosexta nación de la Unión Europea. El funcionamiento de Andalucía como colonia interior de otros territorios de España, fundamentalmente Madrid, se manifiesta en la economía extractiva a la que nos ha condenado la evolución centralista del modelo bipartidista surgido de la CE del 1978. 

El extractivismo colonial se manifiesta en el frente ambiental, que relega a Andalucía al papel de almacén de residuos, minería e industria contaminante, al turismo intensivo en manos de operadores ajenos a nuestra tierra, a la ocupación del territorio para el urbanismo de segundas residencias, a la destrucción y gentrificación de los núcleos urbanos e históricos y a la agricultura antiecológica. Todo ello con el consiguiente expolio de recursos hídricos, escasísimos en tiempos de cambio climático con consecuencias catastróficas claras.

Pero no solo. El extractivismo colonial se manifiesta también en la ausencia de sedes sociales de grandes empresas, en la emigración permanente de mano de obra cualificada (capital humano) produciendo en las familias duras fracturas emocionales. Se manifiesta en la práctica entrega de la banca andaluza y sus cajas de ahorros a entidades que tienen sus sedes sociales fuera de Andalucía. Hay un sangrante extractivismo cultural que nos expolia la identidad para usarla como símbolo de España ante el mundo (el flamenco a la cabeza), despreciando internamente los acentos y las raíces mestizas del territorio (Al–Andalus) en que se dio el primer renacimiento europeo.

Todo ello agravado en los últimos años por el contexto europeo de dominio neoliberal y por las posiciones belicistas en la Unión Europea y de los partidos del régimen, PP y PSOE. En coherencia con lo que ocurre con otros pueblos colonizados, nuestra condición de subalternidad da argumentos a las posiciones centralistas o “bilateralistas” para acusar a Andalucía de comunidad subvencionada y receptora de miserables subsidios para la supervivencia de las clases más desfavorecidas.

En esta legislatura se va a hacer visible la confrontación política entre dos bloques. Uno reaccionario de raíz franquista formado por el Partido Popular y Vox, bajo el amparo del rey Felipe VI. Lo hemos visto al señalar al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, como primer candidato a la investidura tras las elecciones generales del 23 de julio. El bloque reaccionario se autodenomina constitucionalista, aunque son centralistas y monárquicos. El bloque democrático vendría a estar formado por los que defienden la plurinacionalidad del Estado y se sitúan en el campo feminista y de los derechos sociales y ambientales. El PSOE no tiene más remedio que situarse en el bloque progresista. No obstante, como en la legislatura anterior, lo hará agarrado al freno de mano.

Ante todo lo anterior, aventuramos que un pacto para la “actualización de los derechos históricos” que excluya a Andalucía provocará una reacción emocional contraria y activará el sentimiento andalucista. Sentimiento sometido en las últimas décadas gracias a la ingestión de somníferos administrados por el PP y el PSOE. El bloque reaccionario utilizará a Andalucía –ya lo está haciendo– para una supuesta “defensa de la igualdad entre todos los españoles”. En realidad, lo que busca es obstruir cualquier proceso legítimo de emancipación territorial, aunque sea a costa de enfrentarnos –como hicieron con el “a por ellos”– a pueblos que legítimamente demandan soberanía.

Aviso para navegantes: sin el pueblo andaluz no será posible el proceso de “neoconstitucionalización” demandado por Urkullu. Sólo será viable con Andalucía y bajo la premisa de una plurinacionalidad que beneficie a todos los pueblos de España, se sientan nación o no. El pueblo andaluz no va a consentir quedar relegado a segunda categoría. Por eso es clave que Urkullu y todos los que le acompañen se abran a reconocer que, por derecho propio, Andalucía es una nación en la España plurinacional. Como la que más.

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Mario Ortega Rodríguez, presidente de la asociación Andalucía y Democracia; Pilar Cuevas López, vicepresidenta; Salvador Soler García, secretario, abogado Stop Desahucios y derechos humanos; Antonia Agudo González, abogada; Iván Casero Montes, ingeniero y agroecólogo; Adelina Sánchez Espinosa, profesora Universidad de Granada, coordinadora Erasmus Mundus Estudios de Género; Rubén Pérez Trujillano, jurista profesor de la Universidad de Granada; Carmen Reina López, arquitecta; José Bejarano López, periodista, vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Sevilla; Elisa Cabrerizo Medina, médica forense del comité investigación restos Valle de los Caídos; Manuel Machuca González, escritor y farmacéutico; Blanca Parrilla Muñoz, maestra y antropóloga; Francisco Garrido Peña, profesor de la Universidad de Jaén; Marcos García Mariscal, abogado laboralista, Manuel Rodríguez Alcázar, técnico municipal; Francisco Calvo Miralles, ingeniero industrial; Juan Manuel Sanz Marín, empresario; José Luis de Villar Iglesias, doctor en Historia y Profesor de Derecho de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Raúl Solís Galván, periodista.

Fuente: https://ctxt.es/es/20230901/Firmas/44009/carta-abierta-urkullu-pueblo-andaluz-andalucia-plurinacional-espanya-madrid-pnv-andaluces-constitucion.htm

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