martes, 27 de febrero de 2024

El 23 F y la OTAN

 

¿Qué ocurrió el 23 de febrero de 1981?


El 23 F y la OTAN

 

Por Pedro Barragán

Rebelion / España

26/02/2024 

 


Fuentes: Rebelión


Para una gran parte de la opinión pública en España, el 23F constituye un episodio de militares ultras que trataron de impedir la democracia dando un golpe de estado contra la Transición.

A partir de esta posición, el imaginario colectivo construye teorías sobre si Juan Carlos I estuvo implicado en el golpe, sobre a qué hora salió en TVE, etc., etc.

Nada más ajeno a nuestra realidad histórica que esta versión popularizada por los medios de comunicación.

Hoy podemos conocer con detalle lo ocurrido en aquellos acontecimientos. Y la mejor forma de entenderlo es enmarcarlo en el curso histórico previo que dio lugar a los sucesos. La digitalización de las fuentes permiten su consulta inmediata por parte de las personas interesadas. Para entender lo ocurrido el 23 de febrero de 1981 en España es necesario enumerar sus antecedentes y la resistencia da Suárez a entrar en la OTAN.

Del rechazo occidental al ingreso de España en la OTAN por sus carencias democráticas, al abrazo del neutralismo por Suárez y su renuncia al ingreso

España, desde los Gobiernos de Carlos Arias Navarro, había tratado de incorporarse a la OTAN, siendo rechazada su adhesión por varios países europeos por sus carencias democráticas, fundamentalmente por el Reino Unido, Dinamarca, Holanda y Noruega. Para argumentar nuestra petición de incorporación, se utilizó la Alianza Militar existente con EEUU. “Se están considerando las alternativas posibles con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, con el convencimiento de que la decisión que se adopte deberá contar con un análisis previo de los compromisos que nuestra eventual participación en los esquemas de dicha Alianza traería consigo” (Discurso de investidura como Presidente de Gobierno de Arias Navarro el 28 de enero de 1976).

También en los primeros Gobiernos de Adolfo Suárez se mantuvo el intento de adhesión como respaldo de los países democráticos europeos a la Reforma Política de Suárez. Sin embargo, Suárez evoluciona hacia el neutralismo. En 1978 visita a Fidel Castro (fue el primer presidente de Europa occidental en visitar Cuba) titulando El País el día siguiente (10/9/1978) “Fidel Castro aplaudió a Suárez mientras descendía del avión”. En 1979 España participa en calidad de país “invitado” en la cumbre del Movimiento de Países No Alineados (Fidel Castro destacó públicamente la postura española por “no dejarse manejar por la OTAN y mantenerse independiente ante el imperialismo norteamericano”). Y en septiembre de 1979 vuelve a ser el primer Presidente europeo que recibe a Yasser Arafat, después de los sucesos de 1972.

Esta posición neutralista de Suárez culmina en la reunión de Washington con el Presidente Jimmy Carter (abril del 80), donde éste le da su apoyo a la adhesión de España a la OTAN y Suárez lo rechaza. En realidad, Jimmy Carter ya había acordado con sus socios europeos de la Alianza la entrada de España, que no se produjo por la negativa de Suárez. Esta reunión marca un punto culminante del enfrentamiento de Suárez con los intereses norteamericanos y el ingreso esperado de España en la OTAN.

Estados Unidos moviliza sus influencias en España

El 25 y 26 de junio de 1980 Jimmy Carter visita España y además de reunirse con Adolfo Suárez y el Rey, también se reúne con Felipe González.

A la pregunta de la Agencia EFE, en la entrevista que le hace, “¿Cómo valora usted en estos momentos las relaciones entre Estados Unidos y España y qué papel ve usted para España en Europa y en el mundo occidental?”, Carter respondía: “Prevemos con ilusión una acrecentada cooperación con España en muchos terrenos en los que podemos laborar juntos para afrontar los desafíos a nuestros intereses comunes”. A pesar de ser un tema de total actualidad en aquel momento no hay en la entrevista ninguna pregunta directa sobre la OTAN y España. (El País, 25 de junio de 1980).

Pocos días antes de la llegada de Carter a Madrid el Ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja realiza una entrevista en El País, titulada por el medio como “Marcelino Oreja: Podemos adherirnos a la OTAN en corto plazo«, donde afirma que el Gobierno es favorable al ingreso en la OTAN (“El Gobierno es totalmente favorable a la pronta incorporación de España a la Alianza Atlántica”) (El País 15/6/1980). Suárez remodela ese verano su Gobierno y el 8 de septiembre de 1980 Marcelino Oreja es destituido como Ministro de Asuntos Exteriores.

Para entender la posición de Suárez es importante también reseñar que, en 1980, tras haber presentado España su candidatura en 1977 para entrar en la Comunidad Económica Europea (CEE) (la actual Unión Europea-UE), esa entrada se está retrasando fundamentalmente por la posición de algunos países. Podría entenderse una posición negociadora española negando la entrada en la OTAN para forzar la admisión en la CEE, pero también podría entenderse, tal y como hace la prensa de la época, un retraso en la adhesión a la CEE para forzar a España a entrar en la OTAN. Sirva de ejemplo la primera pregunta que El País le hace a Marcelino Oreja en la entrevista citada: «¿No es ello –el retraso en la adhesión a la CEE- consecuencia … de la confusión que aparenta incluir una política exterior española pendulante hasta ahora entre el atlantismo y la no alineación?»

A partir de septiembre de 1980 se produce la desestabilización sistemática y prolongada de la UCD y el acoso a Adolfo Suárez. Un hito importante sería la pérdida de apoyo de Suárez por su grupo parlamentario, espoleado contra el Presidente por el diputado de la UCD Miguel Herrero de Miñón. Comienza en ese momento la campaña oficial de desestabilización y derribo de Suárez a la que los poderes fácticos intentarán aglutinar a todos los sectores. Suárez no va a integrar España en la OTAN y la única solución es sacar a Suárez de la Moncloa.

Ronald Reagan sucede a Jimmy Carter en la Casa Blanca y los acontecimientos se aceleran en España

En noviembre de ese año 1980, Ronald Reagan gana las elecciones americanas y sustituye con una política mucho más agresiva y militarista al demócrata Jimmy Carter.

A partir de ese momento, con la OTAN como trasfondo, se profundiza el proceso de desestabilización de la UCD y arrecian las presiones que culminan con la dimisión del Presidente Adolfo Suárez el 29 de enero de 1981. En el mensaje televisivo afirmó: “No quiero que el sistema democrático sea, una vez más, un paréntesis en la Historia de España”.

Washington está impaciente por que España ingrese en la OTAN y el Rey tiene que ver a Reagan a mediados de febrero”, decía a continuación El País el 1 de febrero de 1981.

Pocos días después, entre el 6 y el 9 de febrero de 1981, se celebró el 2º Congreso de la UCD en Palma de Mallorca. Un Adolfo Suárez acosado y dimitido consigue resurgir de las cenizas y, con la ayuda de Agustín Rodríguez Sahagún, ganar el Congreso contra todo pronóstico. Como indicó la prensa extranjera: «Suárez, después de un corto período, volverá a la cabeza del partido y del Gobierno«. (El País, 11 de febrero de 1981).

Pero era evidente que las posiciones de Adolfo Suárez y de una parte de la UCD, hacían inservible ya este partido para los intereses norteamericanos que exigían la entrada inmediata de España en la OTAN.

El 23 de febrero de 1981

El 23 de febrero de 1981 se produce el golpe de estado organizado por EEUU y los poderes fácticos para desmantelar la UCD, situar a los socialistas en el Gobierno y meter a España en la OTAN.

La participación de los socialistas en la preparación del golpe está ampliamente documentada y difundida, a partir de la archiconocida reunión celebrada en Lérida entre Enrique Múgica y el general Armada. Igualmente está bien conocida la relación entre Alfonso Armada y Juan Carlos I, eran amigos y Armada padrino de Juan Carlos y Secretario de la Casa Real durante años.

El documento “Panorámica de las Operaciones en marcha” remitido por el CESID a Suárez en noviembre de 1980 detallaba las opciones para destituirle que estaban analizando los poderes fácticos con el partido socialista y cómo, tras descartar las de menos consenso socialista (moción de censura en el Congreso de los Diputados o golpe de un militar al estilo de Gaulle), se preparaba la solución Armada presidiendo un gobierno de concentración nacional con todos los partidos excepto los nacionalistas.

La participación de EEUU también quedó de manifiesto en el juicio. Como puede leerse en el Archivo de la Transición, el capitán Gómez Iglesias, condenado por el golpe, detalló la reunión del comandante José Luis Cortina (uno de los cerebros del golpe) con el embajador norteamericano en Madrid Terence Todman días antes del golpe.

Con posterioridad y a través de las memorias publicadas por el coronel Arturo Vinuesa, hemos conocido la reunión en Logroño, el 14 de febrero de 1981, del general Armada con el embajador norteamericano en Madrid Terence Todman. El anfitrión de esta reunión entre Armada y el embajador norteamericano sería poco después ampliamente recompensado en el gobierno de Felipe González.

¿Qué pasó entonces el 23F para que Armada no fuese Presidente del gobierno?

Fue el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero quien al inicio de la tarde del 23 de febrero de 1981 entró en el Congreso de los Diputados, tomó el edificio con un numeroso cuerpo de guardias civiles y situándose en el hemiciclo con la pistola en la mano y disparando gritó a los diputados el famoso “¡Todos al suelo!”. Una cámara de TVE quedó encendida y todo el mundo pudo ver el vergonzoso espectáculo que Tejero representó en el hemiciclo.

Cuando el general Armada llega al Congreso para presentar su proyecto de concentración nacional, en el camino al hemiciclo le relata a Tejero la composición del nuevo gobierno. Tejero, atónito, le replica a Armada que él no había dado un golpe para poner a los comunistas en el gobierno, impidiéndole que entre en el hemiciclo y que se dirija a los diputados.

Refugiado Armada en el Hotel Palace frente al Congreso van pasando las horas sin que Tejero decline en su actitud hasta que, ya entrada la noche, alguien decide seguramente desde Washington que ya se ha hecho suficientemente el ridículo y se suspende la operación. Lo que ocurre a partir de ese momento nos lo han contado muchas veces, la alocución del Rey, etc., etc. Menos recordado es que tardarían hasta el día siguiente en llegar a un acuerdo con Tejero para su salida del Congreso.

Este es el relato que, aquellos días, hizo el diario español ABC de la entrada del general Alfonso Armada al Congreso de los Diputados tras pronunciarle el “santo y seña” “Duque de Ahumada” al teniente coronel Tejero en la puerta: “Armada no sube al podio del Parlamento para hacer el “pronunciamiento”, como Tejero tenía previsto …Se entrevistan ambos militares en un despacho. Y justo en esa conversación salta la controversia: el “golpe” de Tejero no es el “golpe” de Armada. “Para que Carrillo se siente en el Gobierno no he dado yo este golpe” dirá el vehemente coronel de los poblados mostachos. No hay acuerdo” (ABC. Pilar Urbano. 27/2/1981). (La puerta estaba abierta y la conversación a gritos fue escuchada por la doctora Carmen Echave que anotó en su agenda los nombres de los ministros que proponía Armada).

El gobierno de concentración nacional para el que el general Armada no pudo pedir la investidura el 23 de febrero de 1981

Alfonso Armada, Presidente del Gobierno
Felipe González, Vicepresidente para Asuntos Políticos
José Mª López de Letona (banquero), Vicepresidente Asuntos Económicos
Gregorio Peces-Barba (PSOE), Justicia
Enrique Múgica (PSOE), Sanidad
Javier Solana (PSOE), Transportes
Jordi Solé Tura (PCE), Trabajo
Ramón Tamames (PCE), Economía
Manuel Fraga (AP), Defensa
Pío Cabanillas (UCD), Hacienda
José Luis Álvarez Álvarez (UCD), Obras Públicas
Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón (UCD), Educación
Agustín Rodríguez Sahagún (UCD), Industria
Carlos Ferrer Salat (Presidente de la CEOE), Comercio
Luis María Ansón (Director de la Agencia EFE), Información
Antonio Garrigues Walker (abogado), Cultura
José María de Areilza, Asuntos Exteriores
José Antonio Sáenz de Santamaría (general del ejército), Autonomías
Manuel Saavedra Palmeiro (general del ejército), Interior.

Pero, a pasar de todo, el golpe triunfó y España entró en la OTAN

El mismo 25 de febrero de 1981 Leopoldo Calvo Sotelo lo anunció en su discurso de investidura y España, antes de acabar el año, comunicó a la Alianza su intención formal de adherirse al Tratado de Washington. El ingreso se realizó el 30 de mayo de 1982.

Suárez salió de UCD y fundó el Centro Democrático y Social (CDS). La UCD pasó en las elecciones de 1982 de 168 a 11 diputados.

Cuatro años más tarde, gobernando ya los socialistas, se celebró el Referéndum de la OTAN. El diseño trampa de la pregunta y la utilización por el gobierno de la única televisión existente en la época (TVE) se enmarcaron dentro de las múltiples irregularidades cometidas por el partido socialista de Felipe González para mantener a España en la OTAN.

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La victoria en Ucrania coloca a Rusia como interlocutor principal en Asia central

 

La victoria en Ucrania coloca a Rusia como interlocutor principal en Asia central

 


DIARIO OCTUBRE / febrero 27, 2024

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La victoria de Rusia en la Guerra de Ucrania ha aumentado su credibilidad como proveedor de seguridad para Asia central. A los países de la región no se les escapa que, por sí sola, Rusia ha humillado a la OTAN.

Es un momento decisivo, al que se debe sumar el compromiso diplomático que Rusia mantiene con los talibanes.

Ya hemos expuesto que Moscú ha quitado sus ojos de occidente y busca buenas relaciones con otros vecinos que no son los europeos. Además, uno de los mantras de la propaganda occidental ha desaparecido: el de que la influencia de Rusia en Asia central está en declive y que los estados de Asia central están saliendo de la sombra de Rusia y afirmando su independencia de una manera no vista desde el colapso de la URSS en 1991, como dice el Financial Times.

El año pasado la región creció a una tasa del 4,8 por cien y los gobiernos saben que Rusia contribuyó a ello. La recuperación de la economía rusa y su crecimiento del 3,6 por cien el año pasado crearon oportunidades de negocio para los países de Asia Central.

Pero el gran bocado llegó con la Guerra de Ucrania y las sanciones económicas, que provocaron la salida de empresas occidentales del mercado ruso, lo que creó nuevas oportunidades para los estados regionales. Al mismo tiempo, las sanciones impulsaron a las empresas rusas a trasladar sus negocios a la región.

Los estados regionales adoptaron una postura oficial de neutralidad en la guerra, pero los empresarios de Asia central han permitido a Rusia sortear las sanciones y se han lucrado abasteciendo de bienes y tecnología occidentales al mercado ruso. El 9 de mayo del año pasado se produjo en Moscú un acontecimiento ilustrador: todos los presidentes de Asia central se unieron a Putin en las ceremonias de la Plaza Roja por el Día de la Victoria. Fue un gesto masivo de apoyo.

A lo largo del año pasado los diplomáticos de las potencias occidente viajaron a Asia central para que los gobiernos locales sostuvieran las sanciones contra Rusia. Biden y Scholz organizaron dos cumbres históricas en el formato C5+1 en Washington y Berlín respectivamente. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el presidente Macron, estuvieron presionando en la región.

Fracasaron estrepitosamente. Los países de Asia central no son como los bálticos, o Polonia, o Alemania. No padecen el síndrome del Hermano Mayor. El homólogo kazajo de Blinken le dijo que el gobierno de Astana “no siente ninguna amenaza ni riesgo por parte de la Federación Rusa”. Las declaraciones conjuntas emitidas después de las dos cumbres ni siquiera mencionaron a Ucrania.

El miércoles se celebró en Kazán una cumbre de Tayikistán, Uzbekistán y Kazajistán con Rusia. El presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, le deseó éxito a Putin “en todo lo que haga” y le pidió “nervios de acero”. El presidente kazajo, Kassym Jomart Tokayev, subrayó que “bajo su distinguida dirección [la de Putin], Rusia ha logrado éxitos notables e impresionantes. De hecho, sus declaraciones y acciones están dando forma a la agenda mundial”.

Fue una ducha de agua fría, ya que los imperialistas tenían puestas todas sus esperanzas en que Tokayev jugaría el papel de Zelensky en Asia central.

Los esfuerzos de Rusia para forjar buenos vínculos con los talibanes han acabado por conquistar el ánimo de los gobiernos de Asia central, al reducir la sensación de amenaza por parte de Moscú.

En el Kremlin han cambiado de táctica. Hasta ahora en Asia central la clave consistía en aislar a los países de la región de Afganistán, lo cual iba seguido automáticamente del rearme y la intimidación. La diplomacia rusa adoptó un enfoque diferente al colaborar constructivamente con los talibanes, a pesar de que siguen siendo una organización proscrita en Rusia.

Moscú estima que el gobierno talibán ha estabilizado la situación en su país y que les conviene contribuir a ello, logrando que los países de Asia central cierren las puertas al Califato Islámico y otros grupos respaldados por occidente para que no obtengan ningún tipo de refugio.

Por su parte, los talibanes han agredecido el apoyo de Rusia destinado a fortalecer el Estado afgano. Recientemente, boicotearon una conferencia patrocinada por la ONU sobre Afganistán los días 18 y 19 de febrero en Qatar que, en realidad, era un intento por parte de Estados Unidos de volver a involucrar a los talibanes en un supuesto “diálogo interafgano” que, esencialmente, significaba el regreso a Kabul de los lacayos afganos de occidente que viven en el exilio en Europa y Estados Unidos. Dicho regreso favorecía los planes imperialistas para reconstruir sus redes de inteligencia y sabotaje en Afganistán.

Los talibanes pusieron como condición para participar en la conferencia de Doha el reconocimiento de su estatuto como únicos representantes de Afganistán en la reunión. También se opusieron al nombramiento de un enviado especial de la ONU, cuya principal tarea sería la de promover el “diálogo interafgano”.

En un comunicado previo a la reunión de Doha, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los talibanes acusó a las potencias occidentales de “imposiciones, acusaciones y presiones unilaterales”. Lo más interesante de la pantomima que se desarrolló en Doha fue que, a petición de los talibanes, la delegación rusa se negó a reunirse con los llamados “representantes de la sociedad civil afgana”. Rusia había comenzado a trabajar con los talibanes como gobernantes de facto de Afganistán.

Los Estados de Asia central están entusiasmados por la iniciativa diplomática de Rusia para fortalecer la estabilidad regional. El nivel de confianza de la región frente a los gobernantes talibanes ha llegado a tal punto que en la reunión de Kazán, el presidente uzbeko Mirziyoyev planteó la “importante cuestión” de si Uzbekistán y Rusia seguirán adelante con la construcción de un nuevo ferrocarril a través de Afganistán conectando Asia central con el mercado mundial.

—https://www.indianpunchline.com/russias-victory-in-ukraine-resonates-in-central-asia

FUENTE: mpr21.info

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