martes, 19 de julio de 2022

Ola de incendios en Europa, la anomalía que será la norma. [Esta situación no provienen de la nada ni ha sido creada por la maldad natural del hombre (lo cual es una tontería como la copa de un pino grande) ni porque sea alto, bajito o mediano de estatura. La ha creado un modo determinado de producir; un modo determinado de distribuir lo producido y un modo determinado de interpretar la realidad. Y este modo es el modo de producción capitalista que, una vez cumplida la función histórica que tenia encomendada, cual era el desarrollo de todas las fuerzas productivas, pero que al llegar al máximo grado de desarrollo que puede ser alcanzado como elemento de progreso histórico y social, hecho que lo marca la crisis de 2008, se convierte en elemento de freno y de regreso social (como bien se puede comprobar desde 2008 a esta parte), frente al cual surge como necesidad material histórica (no por farfollina política creada por la propaganda política) de tener que ser sustituido por un modo de producción más desarrollado y perfecto como es el socialismo, lo que no es sinónimo de la perfección perfecta de la perfección. Mientras más tardemos los trabajadores en tonar conciencia de esta situación y de la alternativa real que le corresponde (que no se dirime únicamente en ganar unas elecciones generales) peor para todos]

 

Ola de incendios en Europa, la anomalía que será la norma

 

Por Víctor Resco de Dios

Rebelion

 19/07/2022


Fuentes: The conversation [Imagen: Incendios activos (en rojo) entre el 16 y el 17 de julio de 2022. NASA]


Desde Faro hasta Marsella, una nueva oleada de incendios se está ensañando con el suroeste de Europa. Estamos frente a lo que los bomberos llaman incendios de quinta generación: una simultaneidad de grandes incendios que ponen en jaque a los sistemas de extinción, llegando en algunos casos a amenazar a núcleos urbanos.

Lo que está pasando estos días en Europa es algo extremadamente inusual. Lo preocupante es que apenas estamos viviendo un previo de lo que ocurrirá en unos años. Lo que ahora consideramos anómalo, en breve será la nueva normalidad. Cuando dentro de dos o tres lustros recordemos a la campaña actual, seguramente nos parecerá leve por comparación.

Por qué es una campaña inusual

El año pasado publicamos un estudio donde caracterizamos, por primera vez, las diferencias entre las pirorregiones europeas. Esto es, estudiamos cómo y por qué varía espacial y temporalmente la temporada de incendios en la Europa mediterránea. Los resultados que obtuvimos nos permiten determinar por qué la campaña actual de incendios es extremadamente anómala:

– Incendios fuera de estación. Ni en Portugal ni en muchas zonas del sur de Francia es habitual observar grandes incendios en la primera quincena de julio. El estrés hídrico estival alcanza su máximo a finales de agosto, por lo que los incendios al principio del verano no eran frecuentes ni extremos.

Hasta ahora, los grandes incendios en la primera quincena de julio solo eran comunes en el levante peninsular: zonas más áridas donde la vegetación se vuelve antes inflamable.

Europa se está aridificando, a raíz del cambio climático y del abandono rural, lo que homogeneiza el paisaje y lo vuelve uniformemente seco, enrasando por abajo. Esta es la causa del avance en la estación de incendios.

– Intensidad creciente de los incendios. Los incendios actuales ya no se pueden extinguir. Mueren por inanición (han quemado todo lo que había por quemar) o porque llueve. Son incendios que liberan la misma energía que una, o más, bombas atómicas y toda la tecnología de extinción se queda corta frente a ellos.

Los grandes incendios son cada vez mayores. Es decir, el tamaño medio de los incendios que escapan a la contención aumenta, y eso pasa porque está aumentando la intensidad de los incendios.

En el momento de escribir este artículo, se estima que uno de los incendios en Gironda (Francia) rondaría las 8 000 ha. Estaríamos hablando del incendio de mayor extensión de los últimos 30 años en Francia y el tercero desde que empezó el registro galo en 1973. Algo parecido ocurría en el incendio en la sierra de la Culebra (Zamora) hace unas semanas: rozó el tamaño de los incendios más extensos registrados en España.


El número de grandes incendios (los de más de 500 hectáreas) ha disminuido con respecto de la década de los 80 porque se invierte más en medios de extinción. Sin embargo, el tamaño medio de los grandes incendios va en aumento, lo que indica que aumenta la intensidad y, por tanto, la virulencia de estos grandes incendios. Víctor Resco, a partir de la Estadística General de Incendios Forestales del MITECO., Author provided

– Simultaneidad de incendios de alta intensidad. No es la primera vez que nos encontramos frente a un escenario de fuegos de quinta generación. En los años 1978 y 1985, por ejemplo, se sucedieron más de 150 grandes incendios en España. Lo inusual de la temporada actual no es el número de grandes incendios, sino la simultaneidad de incendios muy intensos.

Además, la simultaneidad de incendios no se está dando a escala nacional, sino subcontinental: el suroeste de Europa está en esa situación. Y se espera que el Reino Unido entre en ola de calor, lo que podría llevar los grandes incendios también a las lluviosas islas británicas.

Un problema de salud pública

Por desgracia, sabemos que la frecuencia y la fiereza de las olas de calor aumentará con el cambio climático. Durante estos episodios, la mortalidad aumenta porque el organismo se descompensa, afectando sobretodo a personas mayores o con patología previas.

Durante las olas de calor empeora también la calidad del aire notablemente debido a los incendios forestales. Las imágenes del Meteosat nos mostraban, por ejemplo, cómo el humo de los incendios en las Landas francesas llegaba hasta la costa cantábrica española.

La inhalación de humos es otro factor que contribuye al exceso de mortalidad en olas de calor; se le considera responsable de 417 muertes en los incendios de Sídney de 2019.

Imagen del 15 de julio de 2022 del satélite Meteosat donde se aprecia al humo de los incendios en las Landas (Francia) llegar hasta la costa cantábrica española. Meteosat


El peligro de las olas de calor continuadas

Durante las olas de calor aumenta el potencial desecante de la atmósfera y nos encontramos con que muchas plantas se secan, por lo que liberan más energía al quemar.

Disminuye también la humedad en la hojarasca, facilitando la ignición y propagación del incendio. Aquellas zonas más húmedas que normalmente actuarían de cortafuegos, tales como los fondos de valle, se vuelven tan secas como las de su alrededor. Es decir, el paisaje se torna uniformemente seco.

La atmósfera desecante aumenta también el arrojo de los incendios forestales, lo que de nuevo intensifica su comportamiento. Esto es, la columna de convectiva del incendio puede ascender hasta grandes alturas por la atmósfera, lo que puede aumentar las corrientes y el transporte de pavesas.

Las plantas se secan durante olas de calor, como vemos en las jaras (derecha) o pinos (izquierda). Víctor Resco, Author provided


Qué cabe esperar en el futuro

El cinturón de los incendios se está expandiendo en latitud y en altitud. Los grandes incendios en zonas de Europa donde hasta ahora eran raros, como el Reino Unido y Escandinavia, son cada vez más comunes. Las zonas de montaña, como los Alpes y los Pirineos, son cada vez más inflamables.

La época en la que los incendios se apagaban con agua se ha acabado. Estamos viendo el resultado de décadas de dejadez en la gestión del territorio y de inacción climática. Estamos viendo el tráiler de la película del futuro que les estamos dejando a nuestros hijos y a nuestros nietos.

Víctor Resco de Dios. Pofesor de ingeniería forestal y cambio global en PVCF-Agrotecnio, Universitat de Lleida

Fuente: https://theconversation.com/ola-de-incendios-en-europa-la-anomalia-que-sera-la-norma-187150

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Rusia pone en marcha una fase más agresiva de la guerra en Ucrania

 

Rusia pone en marcha una fase más agresiva de la guerra en Ucrania

 

DIARIO OCTUBRE / julio 19, 2022

El sábado Shoigu llegó a Ucrania para inspeccionar a los militares rusos desplegados en el país vecino. El jefe del departamento militar ruso dio las instrucciones necesarias para aumentar aún más las acciones de los militares rusos en todas las áreas operativas con el fin de excluir la posibilidad de que el gobierno de Kiev inflija ataques masivos de misiles y artillería a la infraestructura civil y a la población civil del Donbas y otras regiones.

 

En el puesto de mando, el General de Ejército Shoigu escuchó los informes de los generales Serguei Surovikin, Comandante del Grupo Sur, y Alexander Lapin, Comandante del Grupo Central, y de otros comandantes sobre la situación actual, la naturaleza de las acciones del enemigo y el progreso de las misiones de combate de las fuerzas armadas rusas.

La orden del ministro de Defensa ruso podría marcar el inicio de una gran ofensiva de las fuerzas dirigidas por Rusia en la región de la ciudad de Donetsk. Es una de las zonas más fortificadas, donde el avance ruso ha sido más lento. Las fuerzas armadas ucranianas desplegadas cerca de la ciudad de Donetsk bombardean a diario a los civiles que viven en la zona, lo que aumenta el número de víctimas.

Moscú ha advertido que su ejército aún no ha puesto toda la carne en el asador, sino que estaba llevando a cabo una operación especial con medios y fuerzas limitadas. Al mismo tiempo, el Kremlin subrayó que estaba dispuesto a negociar desde el principio de la intervención rusa.

“Hoy escuchamos que quieren derrotarnos en el campo de batalla. Bueno, qué puedo decir aquí, que lo están intentando”, dijo Putin el 7 de julio. El Presidente ruso añadió que “todavía no hemos empezado nada”.

Putin dijo que Moscú no abandonaba las conversaciones de paz, “pero los que se niegan deben saber que cuanto más se prolongue, más difícil será negociar con nosotros”, advirtió.

Al mismo tiempo, Putin aseguró que el ejército ruso no movilizará fuerzas adicionales. Rusia no ha declarado la guerra a Ucrania. Si las unidades rusas estacionados en el Donbas y otras regiones de Ucrania no son reforzadas con tropas adicionales de refresco, es difícil que el ejército ruso pueda llevar a cabo la orden de Shoigu.

(*) https://www.nytimes.com/2022/07/16/world/europe/russia-ukraine-donbas-shoigu-pause.html

FUENTE: mpr21.info

 

Gabe Abrahams, de Monzón a Sariñena (1.000 millas por Aragón 2018)

 

 

Gabe Abrahams, de Monzón a Sariñena (1.000 millas por Aragón 2018)

  • Del 20 de abril al 22 de mayo de 2018, nuestro colaborador Gabe Abrahams caminó 1.000 millas por Aragón.

TERCERA INFORMACION / 17.07.2022


Del 20 de abril al 22 de mayo de 2018, caminé 1.000 millas por Aragón. Más allá de conseguir la plusmarca mundial de la distancia de Caminata Rápida (Speed Walking), disfruté mucho conociendo lugares y viendo paisajes de gran belleza.

Para completar las 1.000 millas, recorrí en cinco ocasiones un circuito de 320 km que iba desde Monzón a Zaragoza y de Zaragoza a Monzón.

Siguiendo el recorrido de Monzón a Zaragoza, el presente artículo y otro posterior describen aquellos lugares que conocí y que más me impactaron.

De Monzón a la Línea del Cinca

La ciudad de Monzón era el punto de partida del circuito que utilicé para recorrer 1.000 millas por Aragón en el año 2018. Monzón pertenece a la provincia de Huesca y es la capital de la comarca del Cinca Medio. Cuenta con unos 17.000 habitantes. La ciudad se encuentra situada bajo un castillo de origen árabe y en una zona de cerros. El río Sosa atraviesa su centro y el río Cinca transcurre por su territorio.

El circuito de las 1.000 millas empezaba en la plaza Mayor de Monzón, la cual tiene la sede de su ayuntamiento, un bonito palacio de arquitectura renacentista de los siglos XVI y XVII. Y, tras partir de la plaza Mayor, daba una pequeña vuelta por la zona medieval de la ciudad, recorriendo las calles San Antonio y Joaquín Costa hasta la plaza Santa María y la calle de Arriba.

En esa zona medieval de Monzón, se encuentran su castillo de origen árabe en las alturas, la catedral y una parte de la judería. La judería de Monzón está ubicada en las faldas del castillo, entre las plazas de Santa María y San Juan. En su apogeo, contó con 700 hebreos y, desde 2015, está señalizada con tótems informativos y placas, para que los visitantes sepan los lugares donde se ubicaron la sinagoga, la escuela, el cementerio y el mercado, así como el barrio hebreo en su conjunto.

Tras abandonar la zona medieval de Monzón por la calle Juan de Lanuza y el puente sobre el río Sosa, el circuito recorría el paseo de San Juan Bosco, el cual se transforma en la carretera N-240 en dirección a Selgua.

El paseo San Juan Bosco vertebra una zona de Monzón que guarda relación con tiempos más actuales. El paseo tiene grandes edificios en un lado y el Parque de la Azucarera en el otro. Desde mitad del siglo XIX, Monzón creció y se industrializó, en parte gracias a su azucarera, la cual se encontraba en los terrenos que ocupa el parque.

Tras salir de Monzón, el circuito recorría la carretera A-1223, una carretera solitaria y propia de mediados del siglo XX como tantas y tantas de Aragón, pasaba por Selgua y llegaba hasta el cruce situado en las afueras de Ilche, para continuar por una carretera comarcal camino de Barbastro.

La carretera A-1223 tiene en ese tramo los restos republicanos de la Línea del Cinca, una línea de resistencia republicana de la Guerra Civil Española (1936-1939). Recuerdo haber visto en una de las varias ocasiones que pasé por la carretera durante la caminata un autocar situado a un lado de la misma y un grupo de personas que acudían a visitar los restos de la Línea del Cinca. De lejos, me sorprendió ver al grupo, porque en las solitarias carreteras de Aragón no se ve prácticamente a nadie, salvo algún coche o tractor de vez en cuando.

De Barbastro a Sariñena

Una vez llegaba el circuito a Barbastro, se adentraba hasta el paseo del Coso, la calle Romero, la calle General Ricardos y la calle Corona de Aragón. Finalmente, el circuito daba media vuelta y deshacía el camino, regresando a Ilche y a la carretera A-1223. ¿Qué decir de Barbastro?

Barbastro pertenece a la provincia de Huesca y es la capital de la comarca del Somontano de Barbastro. Al igual que Monzón, cuenta con una población de unos 17.000 habitantes.

A poca distancia del paseo del Coso de Barbastro por el que pasaba el circuito, se encuentra la catedral de la ciudad, la denominada Catedral de Santa María de la Asunción. Y a pocos metros de ésta, el Palacio Episcopal de Barbastro y el Palacio de los Argensola, una casa solariega de los siglos XVI y XVII.

La calle Romero, por la que transcurría después el circuito, cruzaba la plaza del Mercado, plaza porticada con unos edificios dignos de la mayor atención.

La calle General Ricardos, la siguiente calle del circuito, llevaba a la zona más bella de Barbastro. Esta calle destaca por sus edificios, algo similares a los de la plaza del Mercado, y por su emblemática cafetería El Cortés. Esta cafetería es una maravilla. Pertenece a otro tiempo. Está decorada en su interior como lo estaban los cafés de principios del siglo XX. Repleta de imágenes antiguas, uno puede conocer el viejo Aragón de primera mano. Barbastro tiene un encanto decadente.

Tras regresar a Ilche desde Barbastro y retomar la carretera A-1223, recuerdo que la carretera permitía ver desde la lejanía la siguiente población por la que pasaba el circuito: Berbegal. Sobre una atalaya de más de 500 metros de altura, de día bajo el sol y de noche bajo la luna y el cielo aragonés repleto de estrellas, Berbegal me impactaba.

A pesar de ser una pequeña población de unos 300 habitantes, Berbegal cuenta con una serie de monumentos y restos de interés: la Iglesia de Santa María la Blanca, la Ermita de San Gregorio, la Ermita de Santa Águeda, restos de la calzada romana… Por Berbegal, pasaron los íberos, los romanos, los musulmanes, el Cid Campeador.

Entre sus personajes ilustres, hay uno especial. Su nombre: Mariano Bielsa y Latre, el Chistavín de Berbegal. Corredor pedestre y pionero del deporte, consiguió derrotar en 1882, en la plaza de toros de Zaragoza, al campeón italiano Achilles Bargossi. Tras vencerle, Chistavín se convirtió en un héroe de su época.

Tras dejar atrás Berbegal, el circuito retomaba una vez más la carretera A-1223, camino de Peralta de Alcofea, Venta de Ballerías, San Lorenzo del Flumen y Sariñena. La llegada a Sariñena se producía por una carretera de otro tiempo, una carretera de asfalto antiguo y gastado, de postes eléctricos de madera, con unas vistas irrepetibles del lejano Pirineo. No la olvidaré jamás.

Sariñena, capital de la comarca de los Monegros (Huesca), supera los 4.000 habitantes. El topónimo proviene de la voz iberovasca tza-ara-agan-en-na (Saragnena) que significa “la que tiene más cantidad de tierras de cultivo de panizo”.

Ya en el núcleo urbano de Sariñena, el circuito transcurría por la carretera A-131 (llamada avenida de Huesca y de Fraga en su recorrido urbano), la calle Eduardo Dato, la calle Ugarte, la plaza El Salvador y la Ronda San Francisco, saliendo de la población finalmente por la carretera A-230 rumbo a San Juan del Flumen.

La carretera A-131 que recorre Sariñena destaca por sus cafeterías, restaurantes y hoteles, los cuales son apropiados para hacer una parada. Recuerdo que durante la caminata pasé por esa carretera con sol, lluvia, niebla, viento, es decir cierzo. Una muestra del tiempo cambiante de esa zona de Aragón.

Del resto del recorrido del circuito por Sariñena, no puedo dejar de mencionar la plaza de San Salvador por su Iglesia de San Salvador y la Casa Penén-Paraled.

La Iglesia de San Salvador es un importante templo neoclásico de inicios del siglo XIX. La Casa Penén-Paraled es una casa señorial construida en el siglo XVIII que presenta elementos clasicistas de gran belleza. Durante la Guerra Civil Española, la casa fue un hospital militar republicano, porque Sariñena fue el centro de las comunicaciones y de las operaciones del ejército republicano en Aragón.

Tras salir de Sariñena, el circuito seguía por la carretera A-230 camino de San Juan del Flumen, dando la vuelta a la imponente Laguna de Sariñena.

En ese emblemático pueblo de colonos, quedamos citados para el segundo artículo dedicado a las 1.000 millas por Aragón de 2018.

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España en guerra. [Trabajador que trabas y que de tu trabajo deberías vivir, que se te están comiendo el pan por debajo de la manta y no te enteras. Es más, parece que haces esfuerzos para no enterarte. Lo primero primerito de todo es lanzarse de cabeza contra una estantería libros (oye, si del cabezazo contra los libros tiras la pared, que se joda la pared, que ya haremos otra) para ir viendo qué es eso de la manta y del pan, y después empezar a hablar con el más cercano para ver como se le puede meter mano a eso de la manta y el pan, y después después y así después sucesivamente, pero no te quedes quieto, hombre, porque como te quedes quieto te van a quitar hasta el aliento, eso sí, democráticamente representado, y beben y beben los peces en el río y vuelven a beber]

 

La población española sigue ajena a la tormenta que se alza en el horizonte. Las decisiones de la cumbre de la OTAN en Madrid (atizar aún más las guerras en África) no han merecido atención. El Sahel será el nuevo escenario bélico próximamente.


España en guerra


Eduardo Luque

El Viejo Topo

19 julio, 2022 



España está en guerra. No es una frase exagerada ni un ejercicio retórico. El suministro de armas a Ucrania para combatir a terceros (las milicias del Dombass y el ejército ruso) nos pone en la mira de los misiles y armas rusas. No ha habido declaración de guerra formal ni siquiera debate parlamentario. El gobierno del PSOE sabía que contaba, si hubiera sido necesario, con el apoyo de la derecha y la ultraderecha; los grupos de izquierda, sin rumbo, sin propuesta alternativa, apabullados por la campaña publicitaria y temerosos de perder su espacio institucional, lanzan frases hueras o simplemente callan como hizo Yolanda Díaz y dan por buena la situación. El añorado Domenico Losurdo hablaría de esa “izquierda ausente”.

La población española sigue ajena a las nubes de tormenta que se alzan en el horizonte. Las decisiones tomadas en la cumbre de la OTAN en Madrid (atizar aún más las guerras en África) no han merecido atención. La prensa nos entretiene con banalidades: los grandes temas de la reunión fueron las indumentarias y los menús de los invitados. Lo anecdótico oculta las graves decisiones que se toman. Pocas cosas han trascendido a la opinión pública. El movimiento anti-OTAN aunque ha conseguido movilizarse ha estado plagado, como casi siempre, de sectarismos y divisiones. La llamada “izquierda institucional” ha intentado controlar y amordazar la protesta. El peso de los cargos en el ejecutivo hace ser muy circunspectos a esos dirigentes políticos, antaño muy críticos con la OTAN y que hoy la justifican como mal menor. El desarme ideológico de la izquierda es en parte responsable de la actual situación de confusión en la ciudadanía.

El conflicto ucraniano no acabará con la tensión OTAN-Rusia; será, cuando acabe esta guerra, un episodio más al que seguirán otros. No volveremos a la situación anterior al 24 de febrero.

La sumisión del actual gobierno “progresista” a los dictados de EEUU nos debería avergonzar como país; tanto es así que el presidente Biden sólo informó al ejecutivo español de que iba a ampliar la base de Rota para dar cabida a dos nuevos destructores. Insisto, sólo informó. UP afirmó que el presidente español ni los había consultado. Pedro Sánchez ha utilizado la cumbre de la OTAN en Madrid como plataforma política personal; se trataba de ofrecerse para otros cargos si llegaba la ocasión. Nos quiso vender que  Ceuta y Melilla quedarían bajo el amparo de la organización a través del artículo 5; Jens Stoltenberg, el Secretario General de la organización atlántica, lo corrigió rápidamente, aclarando que la supuesta intervención no sería automática sino que estaría en función de los acuerdos políticos entre países (es decir de los intereses de EEUU).

En ese contexto se entiende la posición de sumisión promovida por Pedro Sánchez y su ministro de Exteriores José Manuel Albares y las acciones posteriores, es así como se explica la traición perpetrada por este gobierno al Pueblo Saharaui. Y por si no fuera poco el ministro de exteriores se ha encargado, con sus declaraciones, de acentuar la enemistad con Argel. El penúltimo exabrupto del diplomático ha sido acusar a Rusia de la “agresión que habíamos recibido por parte de Argelia”. Pero hay más: la toma de posición a favor de la monarquía alauita nos arrastrará a una guerra más que probable en el Sahel. La tensión argelino-marroquí ha subido de tono desde la última cumbre de la OTAN.

El Sahel africano será el nuevo escenario bélico en los próximos meses. La visita del ministro de exteriores a Rabat a comienzos del mes de julio apunta a definir el apoyo de España en caso de conflicto. Si hace pocas semanas fueron las tropas de la OTAN las que hicieron maniobras militares en el reino de Marruecos con la participación de Israel (las denominadas African Lion 22), ahora son las tropas rusas las que anuncian ejercicios militares conjuntos con Argel. Para detener el ansia belicista marroquí que cree que su posición es de fuerza, Argel corresponde con un enorme desfile militar, mostrando su armamento más sofisticado. Mientras, la prensa fantasea con la posibilidad de que Rusia esté interesada en una base naval en Oran. Es evidente que la tensión en la frontera se ha agudizado desde que Argel y Marruecos rompieron sus relaciones diplomáticas el año pasado. En este momento el control militar está sellando zonas fronterizas donde el contrabando entre los dos países era una forma de vida.

Las inadmisibles declaraciones del presidente de Gobierno sobre la matanza de inmigrantes en Melilla muestran, por si quedaban dudas, nuestra sumisión a los intereses de EEUU. Marruecos es la potencia  regional en la zona a expensas de nuestro país. Las declaraciones de Pedro Sánchez, defendiendo a la gendarmería marroquí, han provocado un profundo rechazo en el conjunto de la sociedad española. No es, como se ha pretendido justificar después, un problema de interpretación.

El actual gobierno muestra los límites de su “progresismo” y, parafraseando al poeta, el gobierno PSOE-UP se afana en ser “blando con las espuelas y duro con las espigas”. La apuesta decidida por la guerra (incrementando en 1000 millones de aquí al final de año el presupuesto en Defensa), el abandono de la reforma fiscal, el recorte las pensiones mediante la privatización y el posible pacto de rentas dibujan los límites de la acción de gobierno. Pedro Sánchez se muestra incapaz de arbitrar soluciones factibles a la crisis social que se avecina. La devastación social en la izquierda, provocada por una política que quiere paliar con gestos lo que son políticas neoliberales, abre camino a la futura victoria de la derecha. Pedro Sánchez ya asume que su destino personal no es renovar mandato en el palacio de la Moncloa sino, tal vez, ocupar los despachos de la OTAN en Bruselas.

Mientras, el ministro Albares nos muestra que es un triste hombre, aunque ignoro si es un hombre triste. Olvidado en la cumbre Atlántica de hace unas semanas, (obviamente su jefe lo eclipsó) nadie parece haber prestado atención a las declaraciones del ínclito ministro de exteriores español. Nadie prestó atención al señor Albares porque nuestra posición de vasallaje nos invisibiliza en el concierto internacional.  Para hacerse notar y, como si la situación no fuera ya suficientemente explosiva, nuestro jefe de embajadores se permite echar más gasolina al fuego. La arrogancia del personaje es inversamente proporcional al peso específico que tiene como diplomático. Hace pocos días nos enemistaba con Mali con unas declaraciones amenazantes. En plena cumbre de la OTAN en Madrid (claro anuncio de la orientación de las futuras relaciones con el Sahel), amenazó con la intervención militar en ese país. Sus palabras, recogidas por las agencias, son enormemente imprudentes. Afirmó que «no se descarta una intervención de la OTAN en Mali si fuera necesario», «Si es necesario y la situación constituye una amenaza para nuestra seguridad, lo haremos«. Queda solo una duda, si se refería a los grupos yihadistas, (por cierto, financiados como sabemos por Occidente) o a los militares rusos de la compañía privada Wagner. Sin duda estará satisfecho; alguien lo tiene en cuenta. Nuestro ministro se comporta, si me permiten la comparación, como esos pequeños perrichuelos que suplen su falta de talla con sus ladridos. Las declaraciones no son casuales: coinciden con la adopción por parte de la Alianza Atlántica del nuevo concepto que considera al Sahel como zona de “interés estratégico”. No ha sido sólo una baladronada de Albares. El actual incidente se enmarca en el deterioro creciente de las relaciones diplomáticas españolas con los países del Sahel y el Norte de África.

Mali llamó inmediatamente a consultas al embajador español en Bamako.  El hombre fuerte del país ha puesto al ministro en su sitio. El coronel Assimi Goïta denunció públicamente que, desde la intervención de la OTAN en Libia en 2011, el terrorismo ha ido expandiéndose por toda la zona. Se puede apreciar, desde esa perspectiva, que hay una relación de causa efecto entre las intervenciones militares de Occidente y el desarrollo de grupos terroristas. La aparición de estas organizaciones, como en el caso de Siria, es la excusa perfecta para invocar la necesidad de las guerras humanitarias. Es un recurso ampliamente utilizado en las últimas décadas: primero invadir un país para imponer la “democracia” y eliminar al “dictador” de turno que molesta; después quedarse para defender al país de los terroristas que los “defensores” han creado, al tiempo que se lo depreda. Es el caso de Irak, Siria o Libia.

Malí es un ejemplo. Los grupos terroristas, afincados durante décadas en zonas cada vez más amplias del territorio, han contado con armamento superior al del ejército. Unas fuerzas armadas con graves problemas de corrupción que han sido apoyadas por las potencias coloniales, en este caso Francia. Mali, como otras antiguas colonias francesas, sigue en un estado de postración social y económica que sólo se explica porque la antigua metrópoli sigue parasitando la riqueza de esta nación.

El ejército francés, que había desplegado durante décadas unos 5500 efectivos, comenzó a retirarse del país el 31 de enero. Acababa para los franceses la operación Takuba Task Force, entre grandes muestras de alegría por parte de la población. Su hueco ha sido ocupado por unos 2500 soldados de la compañía rusa Wagner que conjuntamente con el ejército maliense han conseguido muy buenos resultados en la lucha contra los yihadistas. El enfado francés es mayúsculo. Emmanuel Macron y el presidente de Senegal, hace pocas fechas, pedían la retirada de los Wagners de la zona.  La marcha del ejército francés provocará, a su vez, el fin de la operación europea EUTM-MALI, donde España. Alemania y otros países mantenían una fuerte presencia militar (nuestro país tiene unos 600 militares en la zona).  También el programa Minusma diseñado por la ONU para estabilizar políticamente el país y que contaba con 13289 militares y 1920 policías fenecerá a medio plazo.

La intervención de la ONU, tal y como se ha llevado a cabo hasta el momento, supeditaba los intereses del país africano, como ocurre en otros muchos, a los designios de las antiguas potencias coloniales. Nuestro gobierno, por otra parte, nos implica en más conflictos sirviendo a los intereses de terceros países. Nuestro papel en los nuevos escenarios es un triste papel. Así nos va.

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