lunes, 18 de diciembre de 2023

El oscuro reino financiero

 

El oscuro reino financiero

 


Por Alejandro Marcó del Pont

Rebelion

18/12/2023 



Fuentes: El tábano economista


Los compromisos de deuda son oscuros hechizos empobrecedores

Quienes hayan leído el imaginativo libro Los mayores extorsionadores de la historia, sabrán que existe un sombrío capitulo llamado “Bancos” con un solo componente en el índice “La Danza de las Deudas Oscuras, el interés compuesto”, posiblemente uno de los más devastadores relatos del mundo económico.

Según cuenta el texto, en un rincón olvidado del Reino Financiero, existía un lugar sombrío conocido como el Valle de las Deudas Oscuras. Aquí, astutos prestamistas con diferentes caras realizan sus maldades. Algunos los llaman Organismos Internacionales, otros simplemente Banco de la Avaricia, pero la organización en sí, es conocida como sistema financiero, la misma nuclea a todos los usureros. El sistema extiende sus garras sobre aquellos países necesitados de fondos. En este valle, las deudas no son simples compromisos financieros, no, son mucho más, son hechizos oscuros que empobrecían a los deudores mientras enriquecían a los acreedores y abridores de puertas.

Para poder obtener un préstamo es necesario avalar y permitir consejos del prestamista, como Drácula, que no podía ingresar a la casa de sus víctimas si estas no lo invitaban a pasar. Por eso hay fuertes debates acerca del conocimiento y la conveniencia para los locales en los beneficios de permitir su ingreso. En cualquier caso, en una ocasión un joven país se aventuró en el Valle en busca de un préstamo para financiar el sueño de su establishment de expandir sus ganancias. El gerente Avaricia, con su sonrisa le ofreció un trato aparentemente generoso. El país acepto permitiendo al prestamista monitorear sus finanzas, sin comprender las trampas ocultas en los términos del préstamo. Cada pago que el país realizaba, por más que intentara cubrir la deuda original, alimentaba un oscuro hechizo de interés compuesto que el Señor Avaricia había tejido en el acuerdo.

Los intereses acumulados, como sombras hambrientas, devoraban la mayor parte de los ingresos del país. Mientras tanto, el Banco Avaricia observaba desde las sombras, deleitándose con la espiral descendente del país. Cada nueva deuda y cada pago insuficiente fortalecía sus arcas, permitía condicionalidades aberrantes, lo que volvía el sueño del país en una pesadilla financiera, atrapado en la danza oscura de las deudas, cada vez más empobrecido. Sus esperanzas de prosperidad se desvanecían mientras el Banco cosechaba los frutos de la desesperación. Los bienes, alguna vez valiosos, terminaron en manos del astuto prestamista y de sus socios locales.

La moraleja de esta historia es un recordatorio sombrío de cómo, en algunos casos, los términos abusivos de los préstamos y el interés compuesto pueden convertirse en cadenas que empobrecen a los deudores mientras enriquecen a los acreedores sin escrúpulos. La prudencia y la comprensión completa de los acuerdos financieros son esenciales para evitar caer en las trampas de las deudas oscuras, pero lo central es tratar de detener o quitarles validez a quienes los dejaron entrar; el problema está en casa, no afuera, mientras los intereses compuestos hacen su trabajo.

Como se ve, los bancos tienen varias funciones, pero desde hace un tiempo han apuntado su cañones a la los datos biométricos, billeteras virtuales, monedas virtuales de bancos centrales, con la idea de tener el control y el disciplinamiento de la población, sobre todo la de menores recursos. La idea de bancarizar a las personas y que utilicen todo de manera digital tiene varios caras, pero quizás la más importante, la más oscura imaginada desde el Club Bilderberg proponiendo, el gran reinicio en el foro de Davos, es la ciberseguridad. La idea es nuclear la menor cantidad de bancos posibles cerca del Banco Central, y esto debe quedar claro, pocos pero grandes, ahí funcionarán los datos biométricos.

Daremos un ejemplo de cómo esta idea, aunque en principio parecería descabellado, se está probando más asiduamente y avanza de manera sostenida. Christina Alexandra Freeland se volvió conocida no por ser la viceprimer ministra de Canadá, sino por llevar al congreso de su país a un nazi ucraniano de 98 años que recibió una ovación de pie en la Cámara de los Comunes de Canadá después de un discurso del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. El invitado, Yaroslav Hunka, durante la Segunda Guerra Mundial integró una unidad militar nazi, compuesta por voluntarios ucranianos, que cometió numerosas atrocidades, entre las que se incluyen masacres de judíos. 

Pero esto no es lo que más nos importa en realidad, sino el currículo de la viceprimer ministra. Descendiente de un criminal de guerra ucraniano, el caso más destacado es su  abuelo quien durante años fue retratado como una víctima de la guerra en lugar del propagandista nazi que era. Colaborador en la edición del único periódico nazi durante la ocupación de la Ucrania soviética. Que la señora sea una férrea anticomunista tampoco nos interesa, aunque deja entrever los pliegues de sus ideas.

Las protestas de los camioneros en Canadá, más conocidas como el ‘Convoy de la libertad’, llevaron al gobierno del país a adoptar medidas de excepción a través de la Ley de Emergencias, aplicada solo una vez en tiempos de paz. El 9 de febrero del 2022, la Casa Blanca advirtió que grupos antivacunas en Canadá, que mantienen cerrado el paso en el Convoy de la libertad, podrían tener serias repercusiones económicas para la industria automovilística estadounidense. Por ahí transitan a diario unos 8.000 camiones, el 25 % de todo el comercio entre Canadá y Estados Unidos. ¿Cuáles son las medidas que se intentaban tomar, según Chrystia Freeland? Contemplaba congelar las cuentas bancarias de los manifestantes, sin necesidad de que un juez lo ordenara. Es decir, no poder pagar con billetera virtual, ni mover fondos, pero no solo de los manifestantes desequilibrados antivacunas, sino también de sus familiares.

La idea no prosperó, pero la imagen de la vigilancia virtual y el disciplinamiento siguen su juego. Dos años después, el 14 de diciembre del 2023, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich explicó el «Protocolo para el Mantenimiento del Orden Público ante el corte de vías de circulación», o sea, imposibilidad de manifestarse. «Por instrucción del presidente de la Nación, y aplicando el concepto de “dentro de la ley todo, fuera de la ley nada”, es decir, que la democracia y la constitución nacional están fuera de la ley, se incluyen sanciones a quienes organicen y participen de las movilizaciones callejeras. Es el blanqueo de las cuentas: «El que corta no cobra».

Más allá de la idea de «se usará la fuerza proporcional a la resistencia”, lo importante es que los beneficios sociales que gozan los más desprotegidos de la población, como asignaciones familiares (casamiento, embarazo, nacimiento o adopción de un hijo o hija, escolaridad, etc.), asignación universal por hijo o hija, Programa Fomentar Empleo o para terminar el secundario, entre otros, no se cobrarán si se manifiestan contra el gobierno. Los bancos como instrumento de premios y castigos.

Un reciente estudio, “Supervivencia de los más grandes. Grandes bancos y crisis financieras”, revisa un conjunto de datos recientes de balances anuales de más de 11.000 bancos comerciales en 17 economías avanzadas desde 1870. Esta información permite investigar la estructura de la industria bancaria y la dinámica a nivel bancario antes, durante y después de las crisis bancarias. Muestra que los bancos más grandes de un país (es decir, los cinco principales por activos) normalmente ganan participación de mercado en las crisis, ya que los bancos pequeños quiebran con mayor frecuencia o son absorbidos.

Lo que hace que los bancos más grandes sean aún más dominantes después de las crisis de los últimos 150 años, es que la concentración del sistema bancario en cinco o menos bancos gigantes lleva a una creciente inestabilidad financiera y a severas crisis, en las que los grandes bancos salen ganando en tamaño y poder. El estudio muestra que las crisis explican el 40% del incremento de los activos de los cinco bancos más grandes a lo largo de la historia y que las intervenciones regulatorias para paliar las crisis han beneficiado especialmente a los más grandes. Las crisis ayudan a la concentración y los datos y las cuentas en ellos, ayudan al disciplinamiento o, al menos, lo vuelven más operativo.

Aunque parezca extraño, el mega fondo de inversión global BlackRock y los caminos de la Argentina se cruzan desde hace años, hasta llegar al poder, como bien lo describe el artículo El poder detrás de Milei. A principios de marzo 2019, BlackRock tenía 7.4% de BBVA; 6.2% del Banco Santander; 3,09% de Grupo Galicia; 2,61% de Banco Macro. El grueso de la deuda de letras del tesoro que los libertarios iban a desarmar por ser, según ellos una de las principales causas de la inflación (Leliq, notaLiq, pases pasivos etc)  en más del 60% está en manos de 10 bancos: Santander, BBVA, Galicia, Macro, Credicoop, Citi, HSBC, Patagonia, Supervielle, ICBC donde el fondo Común de Inversión BlackRock tiene acciones en los primeros cuatro bancos, lo que  obligo a replantear la ley de la salva, a veces no sirve porque puede ser peor, en este caso hasta arreglar el negocio.

Nada es coincidencia, ni siquiera la falta de dinero. La historia de bancos y las deudas muestran la estrategia  de condicionar, sobre todo a políticos empleados a sueldo de los grandes conglomerados trasnacionales y de los grupos locales que facilitan la contratación de deuda. Que a esta altura le abramos la puerta a Drácula para dejarnos nuevamente sin sangre parecería una idea muy trillado, pero no, el mismo saqueo tantas veces repetido, ahora  se llama libertario.

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2023/12/17/el-oscuro-reino-financiero/

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Un fantasma recorre Europa, el fantasma de Sahra Wagenknecht

 

La izquierda “de toda la vida” anda haciendo aguas, también en Alemania. Centrada en luchas identitarias –respetables, pero desarticuladas– se han ido separando de los de abajo, a los que intentan echar el lazo las derechas extremas.


Un fantasma recorre Europa, el fantasma de Sahra Wagenknecht


Pascual Serrano

El Viejo Topo

18 diciembre, 2023 

 


Pasó muy desapercibida en España una noticia del pasado 23 de octubre que puede ser relevante para la izquierda europea. Nueve eurodiputados, liderados por la diputada alemana Sahra Wagenknecht, abandonaban el partido político Die Linke, lo que supone perder el grupo parlamentario en el Bundestag. Los diputados escindidos crean un nuevo partido, que se llamará Alianza Sahra Wagenknecht por la Razón y la Justicia (BSW en alemán), con el que se presentarán a las próximas elecciones europeas, el año que viene.

En el documento en el que anuncian su salida dan algunas razones:

Acusan a la izquierda institucional actual de “centrarse en los entornos urbanos, jóvenes y activistas” y alejarse de los “votantes tradicionales”. Es decir, obreros, sindicalistas y población rural. Lo que, en su opinión, ha dado “como resultado que el partido ha tenido cada vez menos éxito entre los votantes”

También denuncian “el rumbo militar del gobierno alemán”, apoyado por la izquierda institucional: “La política exterior alemana provee de munición a guerras en lugar de buscar soluciones pacíficas”.

Consideran que en la estructura actual de su partido de la izquierda institucional existe una clara “estrechez de los canales de opinión aceptados”. Y que este partido “ya no aparece como una oposición claramente reconocible, sino como un partido aguado de “sí, pero…””.

De ahí que dan un paso hacia la creación de “una nueva fuerza política, una voz democrática por la justicia social, la paz, la razón y la libertad”.

Aunque el debate y la noticia ya era un secreto a voces, el documento en el que anunciaban su salida y razones se publicaba en el diario Junge Welt, el histórico periódico de la juventud comunista de la antigua Alemania del Este, lo que mostraba la clara línea de izquierda del nuevo proyecto. No olvidemos que Wagenknecht se crio en la República Democrática Alemana y escribió su tesis sobre la interpretación de Hegel de un joven Karl Marx.

Que haya una escisión en la izquierda no es nada excepcional, lo novedoso de esta es que la salida se hace hacia la izquierda, la lideran políticos tan carismáticos como la diputada Sahra Wagenknecht (fue vicepresidenta del partido y es esposa del histórico líder de izquierda Oskar Lafontaine) y las encuestas le dan una intención de voto de hasta el 14%, lo que supondría el cuarto puesto, tan solo por detrás de los democristianos de la CDU, los ultras de AfD y pisándole los talones a los socialdemócratas del SPD. Dos de cada diez alemanes dicen que se pueden imaginar dándole su apoyo. Die Linke no llegó al 5% en las pasadas elecciones generales de 2021 y ahora acaba de perder todos sus diputados en las elecciones de Hesse y Baviera.

El documento de salida y las numerosas declaraciones y posicionamientos de Wagenknecht permite apreciar que su ideario supone una ruptura con los elementos de la actual izquierda urbana y joven que domina el panorama institucional europeo y en gran parte de América Latina: guerras culturales identitarias, discusiones sobre género y orientación sexual, ideario woke, aceptación de las políticas militaristas de la OTAN en Ucrania, simpatías a Biden y buenismo a una emigración de refugiados provocados precisamente por las guerras y agresiones que esa izquierda no critica (o incluso apoya) en Libia, Siria, Líbano o Yemen.

Ante todo ello, el nuevo movimiento alemán propone una vuelta a los valores tradicionalmente de izquierdas, centrados en la defensa de los trabajadores y la redistribución de la riqueza, la clara oposición a la OTAN y al envío de armas a Ucrania, el fin de las sanciones a Rusia y una política migratoria mucho más restrictiva, porque entienden que no es la forma de mejorar el futuro de los países de los que proceden ni de los trabajadores alemanes. Es por todo esto, que sus apoyos beben de todo el espectro político alemán, desde sus excompañeros de Die Linke, a la ultaderecha de AfD, pero también de los grandes SPD y CDU. Para las elecciones europeas de dentro de seis meses, las encuestas le dan el 20% de los votos, toda una revolución.

Hay que reconocer que a Wagenknecht se lo están poniendo fácil en Alemania. Su economía se encuentra en recesión desde mediados de 2023 y apenas ha recobrado su PIB prepandemia con motivo de las sanciones impuestas a Rusia, que le han dejado sin fuentes de energía al precio que tenía antes y, por tanto, han dejado tocada su competitividad industrial. Solo en los últimos días han saltado las noticias de que Bosch despedirá a 1.500 trabajadores y Michelín otra cifra similar. La prensa española hasta ha recogido la grave situación de los hijos de los emigrantes españoles que llegaron a Alemania en los sesenta y setenta, y que ahora están siendo despedidos. A todo eso se añade que Alemania ha sido el país más abierto a la recepción de refugiados de las guerras provocadas por la OTAN y Occidente (Siria, Libia o Afganistán), algo que muchos obreros, caladero tradicional de la izquierda, han interpretado como una oferta de mano de obra que empujaba a la baja sus condiciones laborales.

A ello añadir las actuales guerras, donde Alemania es uno de los países más implicados y perjudicados, sin que los ciudadanos alemanes puedan comprender el motivo de su participación, más allá de un humillante seguidismo a Estados Unidos. Tan humillante como el sabotaje de los gasoductos Nord Stream, que proporcionaban energía barata rusa a la industria alemana y que a nadie se le escapa la mano del “amigo” estadounidense detrás con el silencio sumiso de los gobiernos alemanes. Y para más inri, el liderazgo alemán en el envío de armamento a Ucrania, incluso ahora con más diligencia que Estados Unidos. Muy astutamente, Wagenknecht ha relacionado los problemas de fabricación y suministro de medicamentos en Alemania al desvío de los recursos industriales a armamento para Ucrania: “Qué tipo de política perversa es esta, que está causando el abandono de los niños y el cáncer, pero la producción europea de armas mortales con miles de millones de euros sí es necesaria inmediatamente. Creo que finalmente deberíamos cuidar de un sistema de salud que ponga el cuidado decente de los enfermos en el centro y que construya la producción de medicina doméstica, en lugar de prolongar una terrible guerra incumplidamente con el suministro de armas y municiones”.

Algo similar ha sucedido con la guerra de Gaza, donde el gobierno alemán, en su obsesión de méritos proisrrealíes ha llegado a prohibir las manifestaciones pacíficas de solidaridad con los palestinos e incluso el land de Sajonia-Anhalt anunció que será obligatorio firmar un documento que reconozca expresamente “el derecho a existir de Israel” para lograr la residencia alemana. De nuevo políticas internacionales de seguidismo a otros países que solo consiguen despertar el sentimiento de humillación de los alemanes.

Es lógico que con esos mimbres gubernamentales, el nuevo partido de Sahra Wagenknecht despierte adhesiones en una población que vive olas de refugiados tras intervenciones de la OTAN, se les implica en dos guerras que no les incumben y que solo les destrozan la economía y, todo ello, aceptado por su izquierda institucional, que limita sus campañas a guerras culturales e identitarias.

Cualquier europeo observará muchas similitudes entre este panorama alemán y el de su país. Quizá es solo cuestión de tiempo que vayan apareciendo Sahras Wagenknecht en otros países. Ya lo ha señalado un investigador del Real Instituto Elcano: “aunque su propuesta se dirige a inquietudes típicamente alemanas, también refleja problemas compartidos con el resto de la Unión Europea. Si BSW prospera, no tardará en desarrollar imitadores a lo ancho y largo de la UE”. Quizás sea ese el nuevo fantasma que recorra Europa, 175 años después del fantasma comunista que anunciaron también desde Alemania Marx y Engels. O eso, o será la ultraderecha la que coseche la indignación… y los votos.

Fuente: Globalter.

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