jueves, 29 de enero de 2009

LA LETRA PEQUEÑA DE SAN BOTIN EL BANQUERO

(Emilio Botin tocando la esquila)

Emilio Botin, banquero de pura sangre, citado en el propio Parlamento como ejemplo de ejemplo a seguir por Zapatero en su incansable camino de fe pegotera que ha emprendido este último, ha obrado nuevo milagro: el dinero que desapareció por la estafa de Madoff a unos ricos señores, ahora lo ha hecho aparecer.
Por motivos comerciales, ha dicho Botin que lo hace. La ciencia milagrera bancaria tiene eso, que lo mismo que hace desaparecer el dinero, en un tris tras lo hace aparecer nuevamente.
Los clientes ricos, pobretes míos, que penita y que dolor, que perdieron su dinero con Madoff por mediación del Banco de Santander, van a recibir de este mismo banco idéntico importe a sus dineros desaparecidos mediante un abra cadabra bancario, esto es, una especie de obligaciones del Santander que este les va a dar por el mismo importe del dinero estafado por Madoff, y por las que cobraran el dos por ciento durante diez años, al cabo de los cuales, el Santander, si quieres ellos, se los volverá a recomprar. Vale. Entre ricos no hay problemas, se puede aceptar, al fin y al cabo, terminarán cobrando sus dineros.
Esta maniobrabilidad milagrera de Botin se ha presentado como una machada, a través de la cual los estafados por Madoff recuperarán sus dineros. Luego de esto viene la letra pequeña.
Y es ella que los dineros que han perdido los fondos de inversión, los fondos de pensiones y las compañías de seguros por el mismo procedimiento: por la estafa de Madoff, Botin ha dicho que le vayan dando y que bien perdido está, que ellos ya sabían a que se exponían. ¿Y los ricos a los que Botin hace que recuperen sus dineros no lo sabían?
Queda por saber qué ricos pajaritos ricos van a recuperar sus dineros y qué fondos de inversión y de pensiones han perdido los suyos. Pero esto ya no pertenece al campo de la ciencia milagrera bancaria, sino al control político y económico sobre los bancos que los que dicen ser nuestros representantes deberían haber hecho y que no han hecho. Estaban meando, con un lapsus mental en sus bolsillos. Nadie es perfecto.

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MIS AMOS VERSION PP SE ESPIAN. YO AMO A MIS JEFES

(Estan de acuerdo. ¿cual de ellos me la colará más pronto y mejor?)

Yo soy un súbdito, así que menos bromas con eso del ciudadano libre, que luego pasa lo que pasa. Es más. Soy un súbdito de fe, un traga piedras de molino, porque si Zapatero me dice que tenga fe y que comulgue con ruedas de molino, allá que te voy con los ojos cerrados y la boca abierta, mas contento que unas pascuas, a que me eche lo que quiera, que para eso Zapatero es mi amo también. Y además un amo con mucho talante. Socialista no, pero de talante, todo el que ustedes sean capaz de adjudicarle. Incluso mucho más.
Así, pues, si en Madrid mis amos se espían los unos a lo otros y los otros a los unos, gastando para ello dineros públicos, a mi plím, yo dormía en Pikolín (un colchón de puta madre de bueno).
Ha de entender el lector, porque así lo entiendo yo, que ya digo, soy súbdito, que si mis jefes se espían para chantajearse los unos a los otros, y así alcanzar posiciones de poder para el reparto del negocio de la seguridad privada, urbanizar terrenos, hacer estaciones de tren, hacer subir los presupuestos de obras como la espuma o construir unos cachos de carreteras, todo eso a costa del costillar público (el dinero quiero decir), jodiendo la vida social, porque si joden, como hacen, la economía, desbarajustan todo.
Todo menos lo de ellos, que son cada vez más ricos (porque cada vez roban más, compréndanlo) y tiene cada vez más poder, porque si ellos son mis amos, que lo son, mi obligación es dejar que me la metan doblada si quieren, y además pedirles disculpa si se hacen daño, porque doblada no es nada fácil meterla. Compréndanlo. Comprendan a mis jefes no ami, que no se si van a enterar de una vez: yo soy un súbdito.
Ahora bien, que uno de ustedes me dice: que de esto no se puede hablar porque los fiscales también son súbditos y te van a joder a ti por hablar y no a los jefes por espiarse y gastar en el espionaje dineros públicos y aprovechan los espionajes para negocios propios contra los intereses generales de la sociedad. Pues, vale, punto, no sigo.
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