miércoles, 3 de junio de 2015

ITALIA. LA IZQUIERDA ITALIANA, AL IGUAL QUE LA ESPAÑOLA, TIENE MENOS VISTA QUE UNAS GAFAS DE MADERA




Italia

La primera derrota de Matteo Renzi


Rebelión
Mientras tanto
03.06.2015





El pasado domingo se celebraron en Italia elecciones para elegir a los presidentes de siete regiones (Toscana, Liguria, Marche, Umbria, Campania y Veneto) y a los alcaldes de 742 ayuntamientos (17 de los cuales, capitales de provincias). Se trataba de un examen importante para Matteo Renzi, presidente del gobierno desde febrero de 2014 y tercer primer ministro no elegido por los ciudadanos desde la caída de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011. El Partido Democrático (PD) ha ganado en cinco de las siete regiones y en la mayoría de los 742 ayuntamientos. Sin embargo, estas elecciones representan una primera derrota política para el exalcalde de Florencia. Por de pronto porque el PD pierde hasta el 20% de los votos que cosechó en esas mismas regiones y ciudades con ocasión de las elecciones europeas de 2014, además del gobierno de una región históricamente escorada a la izquierda como Liguria. Y en segundo lugar, porque la oposición a su gobierno −que parecía en declive y/o sustancialmente inocua− o bien mantiene posiciones, como el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, o bien vuelve a ser competitiva allá donde la derecha (es decir, Forza Italia y la Liga Norte) se presenta unida. Si el PD ha vuelto a ganar es gracias sobre todo a una abstención enorme (48%), que va camino de volverse crónica y que le beneficia por tener a un núcleo de electores cuya fidelidad de voto aún es elevada.

Con todo, pocas dudas pueden caber acerca de que el primer ministro italiano aspirase a obtener una victoria mucho más contundente que le reforzara después de la aprobación de una nueva ley electoral ultramayoritaria y de una reforma laboral −parecida a la que aprobó en España el gobierno de Mariano Rajoy en 2012− presentada como la panacea para solucionar el problema del paro (que ya roza el 13%). El mismo Renzi presentó implícitamente estas elecciones como una especie de test sobre su acción de gobierno. De modo que los resultados de ayer nos revelan algunos puntos interesantes: que su liderazgo pierde eficacia y que su manera de gobernar empieza a ser vista como arrogante y peligrosamente personalista; que su política económica neoliberal y atenta a respetar todos los insostenibles tratados de la UE, le está enajenando el favor del electorado de izquierdas; y que su gobierno ya no parece tan brillante como antes a la hora de ganar consenso en el electorado de derecha. En suma, su propuesta política muestra ya las primeras grietas pese a contar con el apoyo incondicional de los grandes medios de comunicación, de las organizaciones empresariales y, sobre todo, de Bruselas y Berlín.

Aún es pronto para saber cómo va a evolucionar el panorama político tras las elecciones de ayer. Pero cuesta creer que el ingenuo populismo de Grillo o la xenófoba Liga Norte puedan representar un serio desafío para un PD avalado por la UE y los poderes fácticos italianos. En realidad, su control del país es y será sólido mientras no tenga una alternativa política a su izquierda. Porque, reconozcámoslo, en Italia la izquierda transformadora sigue sumida en la irrelevancia a causa de la lógica electoralista que ha caracterizado la práctica de sus dirigentes. Una práctica que, al menos desde la desastrosa derrota electoral de 2008, ha priorizado el volver al Parlamento y a las instituciones en detrimento de la movilización social y el trabajo capilar en los territorios. Un ejemplo palmario de ello lo encontramos en el naufragio del proyecto “Un’Altra Europa con Tsipras”, una plataforma electoral que el año pasado agrupó a un conjunto de partidos y movimientos alternativos y que se proponía implantar una suerte de franquicia italiana de Syriza (como si el éxito político fuera el fruto de una marca mediáticamente potente y no el resultado de un movimiento real construido desde abajo). Se trata de la misma lógica que lleva ahora a no pocas personas a pedir un “Podemos italiano” y que esconde un grave problema de fondo: la escasa voluntad de iniciar un lento, desagradecido pero eficaz proceso de reconstrucción político-cultural del que la izquierda italiana anda necesitada. Más claro todavía: su declive se inició (o se acentuó) cuando olvidó el consejo metodológico que le legó su más preciado teórico del siglo XX: el de estudiar en serio los problemas económicos y sociales del país, y ofrecer respuestas y estructuras adherentes a la realidad de las clases trabajadoras. En definitiva, cuando renunció a su carácter nacional-popular en nombre de un europeísmo tan abstracto como falsamente internacionalista. Para la izquierda italiana, pues, ha llegado la hora de cambiar categorías interpretativas y métodos de lucha.



*++

UCRANIA SIGUE A LA VUELTA DE LA ESQUINA (POLÍTICA QUE DEFIENDE EL PP Y DESDE LUEGO NO CRITICA EL PSOE)



Ucrania
Desafiar la Operación Buitre

Rebelión
www.sinpermiso.info
02.06.2015


[La ministra de finanzas ucraniana Natalie Jaresko acaba de confirmar lo que todo el mundo sabe: Ucrania no tiene forma de evitar el impago del servicio de su deuda externa de 41.000 millones de dólares (40,6% del PIB). Un grupo de inversores privados, acreedores de 9.000 millones -entre ellos Franklin Templenton, Black Rock y Allianz- han propuesto una reestructuración de 15.800 millones en cuatro años, consistente en extender el plazo de la deuda, saquear las reservas para pagar 4 mil millones de aquí a 2019 y otro tanto en 2020. Si no se llega a un acuerdo en dos semanas, el FMI no podrá hacer efectivo un nuevo rescate del país por 17.500 millones de euros, lo que significará la quiebra del país. Sin embargo, el gobierno de Kiev exige una reducción sustancial del principal de la deuda y su restructuración en dos tipos de bonos (de los 29 actuales). A diferencia de Grecia, el ministro de finanzas alemán, Wolfang Schaüble, ha declarado que: “Estamos de acuerdo de que hay que apoyar la negociación de la reestructuración de la deuda ucraniana, que debe llegar a término”. Ucrania debe a Rusia otros 3 mil millones de dólares y ha mantenido el servicio de la deuda hasta ahora gracias en buena medida a bonos por valor de mil millones de dólares garantizados por la Agencia Internacional de Desarrollo de EE UU. Ucrania sufre una segunda “terapia de choque” neoliberal, después de la de 1991, con una caída del 20% del PIB y una inflación del 61%.]. SP

El colapso de Ucrania desde el golpe de Estado de febrero de 2014 se ha convertido en una excusa para el saqueo. La víctima colateral de este “agarra lo que puedas y corre” han sido los trabajadores. A muchos trabajadores simplemente no se les paga, y lo que realmente se paga suelen ser salarios tan bajos que son  ilegales. Los empleadores acumulan todo el dinero que tienen en sus empresas y lo transfieren lo más lejos posible – mejor al extranjero, y siempre en divisas extranjeras.

Los atrasos salariales son cada vez peores, porque como Ucrania se acerca al impago de su deuda de 10 mil millones de euros, los cleptócratas y los empresarios están abandonando el barco. Saben que los préstamos extranjeros se han agotado y que el tipo de cambio se hundirá aún más. El anuncio la semana pasada de la Rada de que ha destinado 8 mil millones de euros del servicio de la deuda para financiar un nuevo ataque militar a la región oriental exportadora del país ha sido la última gota para los acreedores extranjeros e incluso el FMI. Sus préstamos han ayudado a apoyar el tipo de cambio de la hryvnia el tiempo suficiente para que los banqueros, los hombres de negocios y los especuladores puedan sacar todo el dinero que tienen y tantos euros o dólares como puedan antes del colapso inminente de la economía del país en junio o julio.

En esta situación de pre-quiebra, vaciar la tienda significa no pagar a los trabajadores ni las facturas. Los atrasos salariales han alcanzado los 2 mil millones de hryvnias, adeudados a más de medio millón de trabajadores. Ello ha obligado a la Federación de Sindicatos de Ucrania a concentrar piquetes ante el Consejo de Ministros el miércoles 27 de mayo. Están convocadas más manifestaciones para los próximos dos miércoles, 3 y 10 de junio. De acuerdo con el secretario adjunto de la federación sindical, Serhiy Kondratiuk, "el salario de subsistencia actual de 1,218 hryvnias es un 60% menor que el salario mínimo legal en Ucrania, que es calculado por el Ministerio de Política Social. ... El salario de subsistencia en el país debe superar las 3.500 hryvnias al mes, pero el gobierno se niega a un diálogo social para revisar las normas". [1]

Un escenario amenazante
Con las cuentas bancarias vacías, las empresas ucranianas se convertirán en meros cascarones. Con la economía de Ucrania quebrada, los únicos compradores con dinero fresco son europeos y americanos. Vender a los extranjeros es, pues, la única manera que tienen los administradores y propietarios para conseguir recuperar algo: mediante pagos en moneda extranjera en cuentas en el extranjero, lejos de cualquier fiscalización o control en Ucrania. La privatización y la fuga de capitales van de la mano.

Lo mismo ocurre con la mano de obra que cambia de empleador. Los nuevos compradores reorganizan los activos que adquieren, declaran las viejas empresas en quiebra y borran de su contabilidad sus atrasos salariales, junto con cualquier factura que adeuden. Las empresas reestructuradas declararán que la quiebra ha finiquitado cualquier deuda con los trabajadores de las antiguas empresas (privadas o públicas). Es muy parecido a lo que hacen los inversores de adquisiciones corporativas en Estados Unidos para acabar con las obligaciones heredadas de pensiones y otras deudas. Alegarán que hay que "salvar" la economía de Ucrania y "hacerla competitiva".

La Operación Buitre
El golpe de Estado de Pinochet en Chile fue un ensayo general de todo esto. La junta militar, respaldada por Estados Unidos, seleccionó como objetivos a neutralizar a dirigentes sindicales, periodistas y potenciales líderes políticos, así como a profesores universitarios (cerrando todos los departamentos de economía de Chile a excepción del de la Universidad Católica, que seguía la doctrina económica de "libre mercado" de la Escuela de Chicago). No se puede imponer el "libre mercado" que defiende la Escuela de Chicago, después de todo, sin adoptar medidas totalitarias.

A los estrategas estadounidenses les gusta designar estas conspiraciones con nombres de aves rapaces: Operación Phoenix en Vietnam y Operación Cóndor en América Latina, que tenían como objetivo la eliminación de intelectuales y militantes “izquierdistas”. Se ha puesto en marcha un programa similar en la Ucrania rusófona. No sé la palabra código que se utiliza, así que vamos a llamarla Operación Buitre.

Para los dirigentes sindicales el problema no es sólo cobrar los salarios atrasados, sino sobrevivir con un salario digno. Si no protestan, simplemente no se les paga. Por eso están organizando una movilización neo-Maidan explícitamente a favor de los asalariados, de manera que los francotiradores del Sector Derecha de la junta no puedan acusar a los manifestantes de ser pro-rusos. Los sindicatos se han protegido buscando el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Confederación Sindical Internacional en Bruselas.

La táctica más eficaz para hacer frente a la corrupción que está permitiendo la falta de pago de salarios y pensiones es centrarse en el apoyo exterior del actual régimen, sobre todo el FMI y la UE. Apoyarse al mismo tiempo en las reivindicaciones laborales para exigir también otras reformas, como la prohibición de la venta de tierras, materias primas, servicios públicos u otros activos ucranianos a compradores extranjeros y exigir que gobiernos menos corruptos puedan revertir estas ventas y privatizaciones en el futuro.

A favor de los trabajadores juega el hecho de que el FMI ha violado su Convenio Constitutivo al otorgar préstamos para fines militares. Tan pronto como recibió su último préstamo, Poroshenko anunció que intensificaba su guerra contra el Este. Esto hace que el préstamo del FMI se asimile a lo que los juristas llaman una deuda odiosa: deudas de una junta que toma el poder, saquea las reservas y otros activos públicos del gobierno, y que los futuros gobiernos deben pagar a pesar de ser un robo.

La lucha de los sindicatos por un salario digno no es sólo en relación con los atrasos salariales, sino también para poner en marcha un plan de recuperación que proteja la economía de una política neoliberal como la que se ha aplicado en Grecia y Letonia. Los estrategas estadounidenses han estado discutiendo como denunciar los 3 millones de dólares que Ucrania debe a Rusia como una "deuda odiosa"; o, tal vez, clasificarla como "ayuda externa" y, por lo tanto, que no sea legalmente exigible. Por irónico que parezca, el Instituto Peterson de Economía Internacional, George Soros y otros “guerreros fríos” han proporcionado a futuros gobiernos de Ucrania un repertorio de motivos legales para reconstituir su economía sin la carga de la deuda externa, permitiendo que el gobierno este en condiciones de pagar los salarios y pensiones atrasadas.

La alternativa de los acreedores internacionales es obligar al gobierno ucraniano a que pague a los tenedores de bonos extranjeros, al FMI y la Unión Europea en primer lugar, y que solo después defienda sus derechos soberanos para evitar su autodestrucción.

Notas.
[1] “Trade unions to picket government weekly from May 27, 2015,” Interfax. 

Michael Hudson es profesor de investigación de la facultad de económicas de la Universidad de Missouri, Kansas City y investigador asociado del Instituto de Economía Levy. Su último libro es Finance Capitalism and Its Discontents.

*++