domingo, 26 de febrero de 2017

ESPAÑA A LAS ÓRDENES DEL CAPITAL FINANCIERO: ¿DEMOCRACIA O FURRUFALLA POLÍTICA?







La verdad sobre el golpe de Estado del 23F (Vídeo)


Eco Republicano
25.02.2017


La verdad sobre el golpe de Estado del 23F (Vídeo)


Cuando se cumplen ya 36 años del golpe de Estado, posterior a la transición, hacia el Estado de partidos o partidocracia actual, D. Antonio García-Trevijano es invitado a la televisión local de San Sebastián (Tele Donostia) donde explica y analiza el desarrollo de los hechos que se produjeron y señala, como ya hiciera en 1995 en un artículo publicado en el diario El Mundo, a Juan Carlos de Borbón como autor y máximo responsable del mismo.
 "El rey declara literalmente que ha enviado un mensaje, un telex, al teniente general Milán del Bosch, que estaba en Valencia al mando de la plaza militar con los tanques en la calle, y que le había mandando un mensaje ordenándole que se retirara porque después de nuestra última conversación ya no puedo dar marcha atrás. Cuando oí esta frase, yo estaba sentado en un sofá y pegué un salto y exclamé: ¡pero cómo es posible que sea tan idiota de confesar que este golpe, del 23 F lo ha dado él!", afirma en la entrevista el abogado y analista político D. Antonio García-Trevijano.









ECUADOR: LA DERECHA VISTA POR ARRIBA, POR ABAJO, POR UN LADO U OTRO, ES SIEMPRE DERECHA DONDE QUIERA QUE SE SITÚE



ELECCIONES EN ECUADOR: UN TRIUNFO EN RIESGO

Rebelión
Prensa Latina
25.02.2017




El domingo 19 de febrero/2017 se realizaron en Ecuador las elecciones para presidente y vicepresidente, miembros de la Asamblea Nacional, Parlamentarios Andinos y una consulta popular para que los funcionarios públicos y dignatarios no puedan tener capitales en paraísos fiscales.

El SI ganó en la consulta (al menos 55%); y Alianza País (AP) tendrá mayoría en la Asamblea (proyectadas 64 de 138 curules) y gana en el Parlamento Andino.

¿Y el Ejecutivo?

Todas las encuestadoras anticiparon el triunfo del binomio de AP Lenin Moreno/Jorge Glas. Pero el conteo oficial, por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) y sobre la base del 98.5% de las papeletas escrutadas (miércoles 22 de febrero, 08.53), ubicó a ese binomio con el 39.33% y al ex banquero Guillermo Lasso con el 28.19%. Moreno ha quedado prácticamente a un punto de llegar al 40% requerido (y además tener 10 puntos por lo menos sobre el candidato que le siga en votaciones), para ganar en primera vuelta. El CNE ha admitido que habrá segunda vuelta.

Pero esa diferencia ha destapado a la derecha política, económica y mediática que apoyó al banquero. En una bien orquestada estrategia, antes del proceso electoral no sólo lanzaron una “campaña sucia”, sino que sembraron la idea de que se preparaba un “fraude electoral”; y con los resultados en marcha, se activaron otros mecanismos indudablemente ya preparados: videos de individuos retenidos con mochilas llenas de votos premarcados; simpatizantes de Lasso convocados a tomar las calles, exigir la segunda vuelta aún antes de conocerse los resultados oficiales y vociferar contra el escandaloso “fraude”.

Asimismo hicieron circular supuestos pronunciamientos de las fuerzas armadas pidiendo “transparencia” del proceso, desmentidos por el Comando Conjunto; y levantaron la agresividad contra todo “cholo” y “correísta”. La “peluconería” (término que grafica a esos agresivos sectores de la “alta” clase) se ha movilizado tal como los “escuálidos” en Venezuela.

La derecha política ecuatoriana tiene larga experiencia histórica sobre el éxito que les puede proporcionar esas campañas, que cuentan ahora con el respaldo de una serie de medios de comunicación privados, que han pasado a ser sus instrumentos ideológicos. Las derechas promovieron una intensa campaña contra el referéndum constitucional de 1978 y atacaron de “comunista” a la nueva Constitución. El mismo año, en la primera vuelta quedó adelante el progresista Jaime Roldós, quien en la segunda debía confrontar con el socialcristiano Sixto Durán Ballén, cuyo partido levantó entonces la idea del “fraude”, al mismo tiempo que Durán era presionado para abandonar su candidatura y crear así un vacío que impidiera las elecciones. Finalmente ganó Roldós (1979-1981). Su gobierno y el del sucesor Osvaldo Hurtado (1981-1984) fueron sistemáticamente atacados de “comunistas” por las derechas políticas y empresariales.

En las elecciones de 1984, el perdedor en primera vuelta fue el socialcristiano León Febres Cordero y nuevamente sus partidarios vociferaron contra el “monstruoso fraude” electoral a favor de Rodrigo Borja, candidato de la Izquierda Democrática que fue el triunfador; pero como Febres ganó la segunda vuelta, nunca más volvieron a hablar del asunto.

El gobierno de Febres Cordero (1984-1988) fue el de los empresarios y así lo proclamaron. Con él hubo imposiciones violentas sobre el Congreso, donde no tenía mayoría. Y el país vivió una administración violadora de la Constitución y los derechos humanos, que inauguró la hegemonía del modelo empresarial/neoliberal, con varios escándalos de corrupción que involucraron a personajes del gobierno.

En cada elección posterior, las derechas se anticiparon a prever un “fraude”, cada vez que les convino Así volvieron a decirlo cuando triunfó Rodrigo Borja (1988-1992). Si ellos no están en el poder, no hay fraude. Esa es la consigna de su experiencia histórica. Hoy han preparado el camino con eficacia y, para la segunda vuelta, lanzarán todo su arsenal mediático y político a fin de impedir el triunfo de los candidatos de AP.

Es evidente que hay una alianza poderosa entre las derechas políticas, las elites empresariales de las cámaras de la producción y los medios de comunicación privados colocados a su servicio. No les preocupa carecer de mayoría en el Legislativo, ni la misma Constitución de 2008, sino el control del Ejecutivo en un sistema presidencialista en el cual el presidente es jefe del Estado y jefe del gobierno; y porque, además, saben cómo imponerse a toda institucionalidad contraria a sus intereses, sin descartar -como la experiencia histórica del país lo verifica-, el uso de la represión, el autoritarismo y la prepotencia.

En Ecuador está en juego un tipo de economía y de sociedad iniciado por la Revolución Ciudadana, que quedaría truncado si es que triunfa el otro proyecto del ex banquero Lasso y sus fuerzas de sustento. No solo eso. En Ecuador está en juego la vigencia del ciclo de gobiernos progresistas, democráticos y de nueva izquierda, a los cuales busca derrotar una internacional derechista y, sin duda, el imperialismo que pueden exhibir sus “triunfos” en Argentina y en Brasil.

Pero sobre todo está en juego la posibilidad de que la población ecuatoriana avance en mayores conquistas sociales, en institucionalidad y en democracia. Buena parte de los ciudadanos parecen olvidar la historia y se han dejado seducir por la idea de que el “cambio” ofrecido vendrá de la mano de las élites que siempre los han dominado.

El triunfo de AP en la primera vuelta no es garantía para la segunda, porque no sólo tendrá que enfrentar a las fuerzas poderosas antes señaladas, sino tratar de modificar la conciencia de amplios sectores de la población que votaron en su contra.

AP gana en las siete provincias de la Costa, lo que altera el predominio derechista en esa región, aunque la tradicional oligarquía costeña y particularmente de Guayaquil mantiene una base electoral nada despreciable. AP ha perdido en cinco de las 10 provincias de la Sierra, donde hay un giro conservador, incluso en provincias centrales con significativa presencia indígena donde gana Lasso; también pierde en Galápagos y en cinco de las seis provincias de la Amazonía, donde probablemente pesó el cuestionado extractivismo minero.

De modo que el triunfo en primera vuelta tiene algo de sabor amargo, al que hay que sumar el hecho de no haber alcanzado al menos el 40% de la votación para evitar la segunda vuelta.

No solo cuentan las fuerzas opositoras que han avanzado; han pesado también los dos últimos años de la administración del Presidente Rafael Correa, por ciertos giros conceptuales, decisiones sobre leyes laborales, el tratado comercial con Europa, las alianzas público/privadas, el endeudamiento, la fuerte recesión económica y las magnificadas denuncias opositoras sobre la corrupción que, al parecer, han alejado a los antiguos simpatizantes.

Todo ello no impide evaluar que en una década Ecuador ha tenido cambios económicos, sociales, políticos e institucionales inéditos en el siglo XX, algo reconocido incluso por distintos organismos internacionales como Cepal, Pnud, BM e incluso FMI.

Pero el balance de la gestión y los logros de una década indudablemente ganada -en la que el liderazgo del presidente Rafael Correa ha sido rector e indiscutible-, tampoco ha sido suficiente para crear una conciencia social que impida las posibilidades de reversión de lo logrado.

No cuenta, por tanto, sólo la política o la economía, sino la conciencia social; y trabajar sobre ella es un asunto arduo, difícil en el tiempo. En América Latina hay momentos de progreso democratizador y otros de largos retrocesos, que esperamos no se repitan por decisiones populares en la segunda vuelta presidencial que se realizará el próximo 2 de abril. AP está optimista en que triunfará. Quito, 22 de febrero de 2017

El autor es un historiador, investigador y articulista ecuatoriano.
Sección "Firmas Selectas de Prensa Latina"

Fuente:
http://bit.ly/2kV3kjg

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ECUADOR: QUE QUIEN TRABAJA, CREA RIQUEZA Y BIENES PARA LA SOCIEDAD, PERO QUE NO DISFRUTAN DE ELLO, ES LO MISMO ENECUADOR, ESPAÑA O TRASTAVILLA DE MONREAL DEL CAMPO



TRIUNFO CON SABOR AMARGO

Rebelión
HispanTV
25.02.2017

En Ecuador, las elecciones presidenciales, celebradas el pasado domingo 19 de febrero, mostraron un país dividido.


En Ecuador, las elecciones presidenciales, celebradas el pasado domingo 19 de febrero, mostraron un país dividido.

Una segmentación establecida a partir del proyecto de continuidad ofrecido por el candidato oficialista de la Alianza PAIS, el Administrador Público Lenin Moreno que obtuvo un 39,33% de los votos y las visiones neoliberales ofrecidas por sus más cercanos competidores, el banquero y empresario Guillermo Lasso del Movimiento Creando Oportunidades CREO – con un 28,18 % y la candidata socialcristiana Cynthia Viteri con un 15,7%

Un 40% imposible de alcanzar

La incógnita sobre la posibilidad que Lenin Moreno alcanzara el 40% de los votos y con ello triunfar en primera vuelta, se mantuvo hasta el último minuto. Esto, pues la constitución ecuatoriana consigna, que la dupla presidencial vencedora en primera vuelta debe reunir al menos el 50% más uno de los votos válidamente emitidos o si sus papeletas superan el 40% del total escrutado debe tener una diferencia de 10% sobre el candidato que está en segundo lugar. Ya las cifras finales, revisadas el 98,5% de las actas de votación mostraron, según el presidente del Consejo Nacional Electoral – CNE – Juan Pablo Pozo “una tendencia claramente establecida y que el restante de actas por escrutar no afectará los porcentajes recibidos por los presidenciables”

Así, el país sudamericano deberá enfrentar una segunda vuelta – ballotage - entre los candidatos más votados: Lenin Moreno de la Alianza Oficialista PAIS y el líder derechista del Movimiento CREO, Guillermo Lasso definiendo así, el próximo 2 de abril al sucesor de Rafael Correa, quien estuvo al mando del país durante una década triunfando en tres elecciones presidenciales en lo que se denominó la Revolución Ciudadana.

La elección de este año 2017 mostró con claridad, que el carisma, la popularidad, las cualidades y el estilo de gobierno de Rafael Correa no tienen un traslado mecánico al candidato oficialista, un Lenin Moreno, que a pesar de todas características de hombre comprometido con el mundo social, representante de la continuidad del llamado “Socialismo del Siglo XXI” estrechamente involucrado con el tema de la inclusión del mundo de la discapacidad e incluso su experiencia política – recordemos que se desempeñó como Vicepresidente de Correa entre los años 2007 al 2013 - unido a las propias dificultades económicas y políticas de la alianza gobernante, no ha sido suficiente para triunfar en primera vuelta.

Consciente de esa posibilidad, Lenin Moreno declaró, pocos minutos después que el Consejo Nacional Electoral diera a conocer los votos con el 98,5% de las mesas escrutadas que “esta es una lucha de largo aliento, porque esta batalla la vamos a ganar, pero hay muchas otras que librar, que hay que seguir librando. Hay que ir conquistando espacios. Ya se han conquistado muchos, pero seguiremos conquistando otros”. Un millón de votos de diferencia entre la Alianza El País y el Movimiento derechista es el resultado de las elecciones generales ecuatorianas destinadas a elegir el mandatario de la nación sudamericana, su vicepresidente y a 137 integrantes de la Asamblea Nacional – de los cuales 76 corresponden ya a la alianza oficialista generando con ello una mayoría en la cámara parlamentaria - además de cinco representantes al Parlamento Andino.

A todo ello se adicionó una consulta a la ciudadanía, por iniciativa del gobierno de Rafael Correa, para prohibir que cargos públicos tenga bienes o capitales en paraísos fiscales. La pregunta específica fue "¿Está usted de acuerdo en que, para desempeñar una dignidad de elección popular o para ser servidor público, se establezca como prohibición tener bienes o capitales, de cualquier naturaleza, en paraísos fiscales?". Una consulta que tendrá efectos indudables, sobre la vida política latinoamericana, donde parte importante de su clase política tiene estrechas vinculaciones con el mundo de los negocios, las empresas, la banca y el sistema financiero a través de los grupos económicos que suelen financiar la actividad política de la casta política. Tal como ha sucedido en países como Chile, donde su denuncia ha generado una profunda crisis en la institucionalidad política de este país andino.

Más de 12 millones de ecuatorianos respondieron el pasado domingo 19 de febrero a la consulta popular denominada “pacto ético”: Hasta el cierre de este articulo, con el 72,5 por ciento de actas escrutadas, el SÍ conseguía un 55,10 por ciento de los votos, contra un 44,9 % del NO. Recordemos que el 3% del PIB del Ecuador – estimada en 32 mil millones de dólares está depositada en paraísos fiscales como fue denunciada el año 2016 por el mandatario ecuatoriano tras el escándalo de los llamados Panamá Papers. El propio candidato derechista posee capitales en países considerados paraísos fiscales, por tanto, si eventualmente fuese el ganador de la elección presidencial, el hecho que el SI se haya impuesto obligaría a los funcionarios públicos, en el plazo de un año, repatriar dichos fondos so pena de ser destituidos.

Seguridad salud, educación empleo fueron los temas principales que movieron el sentir ciudadano ecuatoriano y las propuestas de los distintos movimientos políticos que pugnaron por alcanzar la primera magistratura del país sudamericano. Moreno llamó al diálogo, al consenso, entenderse, escucharse y hacer realidad una sociedad inclusiva, factores fundamentales dentro de la consolidación de la democracia. Ello, en momentos que la tensión se deja sentir en el ambiente político ecuatoriano con las sospechas y denuncias – emanadas desde CREO y de la oposición agrupada en torno a Cynthia Viteri – de un supuesto fraude por la decisión del CNE de dar a conocer la cifra final de la votación presidencial, tres días después del fin de los sufragios. Idea alentada también por medios de comunicación internacionales, crónicamente opositores, como el Diario El País de España que han sostenido una fuerte campaña de desprestigio contra el gobierno de Correa y que magnificaron las protestas derechistas, que hubiese alcanzado mayor virulencia si el candidato del oficialismo hubiese alcanzado el 40% necesario para ser el nuevo presidente.

Pozo afirmó ante el hecho del retraso en la información oficial sobre si habría ganador en primera vuelta o un ballotage que “El retraso en el ingreso de los datos oficiales se debe a inconsistencias, actas rezagadas y entrega de resultados que no han tenido firmas adecuadas de secretarios o presidentes de juntas". Mientras las cifras de Moreno se acercaban lentamente al deseado 40% el nerviosismo se intensificó en la nación sudamericana, incluso con amenazas de bombas en la sede de la Alianza PAIS, sumado al intento de atentado explosivo contra la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, el pasado jueves 16 de febrero. Encendiendo aún más el ánimo de la población con el incremento de las acusaciones de parte de la derecha, que salió en pequeño pero virulento y ruidoso gentío a acusar al gobierno de un supuesto fraude. A pesar que el gobierno invitó a la Alianza PAIS y CREO, organizaciones como UNASUR y la OEA a ser protagonistas y participes de la etapa final del proceso de escrutinio, como muestra absoluta de transparencia. Para la derecha eso no fue suficiente y comenzó a aplicar tácticas de desestabilización, conocidas y crónicas en su forma de hacer política desinformando, llamando a la población a “defender la democracia” y otros clásicos de los manuales golpistas.

Se pone en juego la revolución Ciudadana

Concretada una segunda vuelta, el escenario se complica para Lenin Moreno visto, esencialmente, dos puntos: Uno, la decisión de parte importante de la oposición de anunciar su voto a favor de Guillermo Lasso como fue el caso de la candidata derechista socialcristiana Cynthia Viteri, que obtuvo el tercer lugar en la presidencial señalando “Votaremos por la candidatura del señor Lasso pero no formaremos parte de un eventual gobierno de CREO” un apoyo que no garantiza, en modo alguno el endosar a Lasso el porcentaje obtenido por esta abogada y periodista nacida en Guayaquil. En segundo lugar, la fuerte competencia que se desatará para conseguir los apoyos y votos necesarios que permitan, a uno y otro candidato llegar a la presidencia con los clásicos ofertones de cargos y prebendas, que suelen acompañar el juego electoral de una derecha decidida a recuperar el poder ejecutivo en Ecuador.

En ese plano, Lasso ha convocado a la oposición a construir “una mesa de gobernabilidad por el Ecuador” lanzando la ya conocida provocación respecto a que los gobiernos del llamado “socialismo del Siglo XXI” no generan esa estabilidad, en una matriz discursiva que se ha utilizado contra la ex mandataria argentina Cristina Fernández, Dilma Rousseff en Brasil y Nicolás Maduro en Venezuela. Una derecha agrupada en CREO que intensificará su llamado a derrotar lo que llama “el autoritarismo Correista” negativizando la labor del actual mandatario, calificando a esta década de gobierno, como una década perdida, sin reconocer logro alguno de la Alianza PAIS. Acusando que no se ha logrado salir de la práctica de un Estado Rentista, con un modelo fracasado en lo económico y con métodos autoritarios en lo político, lo comunicacional y en materia de participación política.

Por su parte, la Alianza gobernante apelará a la consideración que los diez años de gobierno de Correa son una “Década Ganada” donde las relaciones políticas y económicas internacionales se han diversificado, como integrantes de alianzas regionales pero también buscando nuevos mercados. Con una clara disminución de la pobreza – sacando de esa línea a dos millones de ecuatorianos – con reformas del Estado en materia de consolidación de instituciones democráticas y una reforma en el ámbito educativo como nunca antes en Ecuador bajo la premisa de pasar de la manufactura a la mente factura, invirtiendo en formación, capacitación y apostar al mañana. Junto a una reforma sanitaria de envergadura.

En un escenario de ballotage la Alianza PAIS deberá establecer puentes a la oposición y a sectores sociales desencantados, lo que se ha denominado una corrección estratégica, reconociendo, que no es la fuerza interna avasalladora que era con Correa el año 2009 y el 2013. Sobre todo en un escenario transversal de acusaciones de corrupción, convertido en una plaga en las últimas elecciones en Latinoamérica, que obliga a replantearse la forma de hacer política pero, sobre todo, depurar de malos elementos el aparato estatal y la labor del sector privado en el mismo plano. Aquí se trata de un mal general y no sólo adscrito al ámbito público. En este marco las acusaciones contra la estatal Petroecuador fue un duro golpe a la imagen de gobierno y con ello la posibilidad de un triunfo holgado en primera vuelta.

Las cifras de la votación presidencial y ratificada por el Consejo Nacional Electoral – CNE – muestran un triunfo con sabor amargo de Lenin Moreno. La incertidumbre frente al ballotage del próximo 2 de abril da muestra de una división marcada en la sociedad ecuatoriana. Entre los partidarios de un proyecto que se prolongó por diez años y aquellos, que en una oposición fragmentada – pero dispuesta a unirse contra Moreno – muestran la disposición de modificar fuertemente lo que ha sido la política económica, política, comunicacional y de relaciones exteriores de la República del Ecuador si llegan a ocupar el gobierno.

Prueba de ello, por ejemplo, es la opinión del candidato Guillermo Lasso, quien declaró que en caso de ser electo, el perseguido Julian Assange deberá dejar la Embajada de Ecuador en Londres , donde se encuentra refugiado desde hace un lustro “Nuestra Embajada no es un hotel. Le diremos al señor Assange cordialmente que se retire de la embajada del Ecuador en Inglaterra y buscaremos hacerlo dentro del marco del respeto al derecho internacional en los primeros 30 días del gobierno". Un claro guiño a la nueva administración estadounidense y la muestra fehaciente del lado en que se encuentra en materia de la defensa de la transparencia informativa, del manejo político y de las alianzas que pretende tejer en caso de llegar a ocupar el Palacio de Carondelet.

Este mes y algunos días de espera, para la segunda vuelta, serán de fuerte tensión en Ecuador, desde el este y su confluencia con los ríos Napo y Aguarico, hasta el extremo oeste en la Punta de Santa Elena. Desde el Río Mataje en el norte al Río Chinchipe en el sur. Un mes donde se agudizarán las contradicciones y visiones dispares entre el oficialismo, representante del llamado “Socialismo del Siglo XXI” y una derecha que pugnará por volver a ocupar la primera magistratura. Y, en este período, la sociedad ecuatoriana tendrá que caminar con mucho cuidado. Esto, pues la historia en Latinoamérica nos enseña en forma contumaz, que cuando la derecha temer perder en las mesas de sufragio, cuando sus intentos de apoderarse del Estado se ven frustrados, suele acudir con entusiasmo desbordante a la violencia e incluso a Golpes de Estado, para así generar el temor en la población, torcer las decisiones ciudadanas, enrarecer el ambiente.

Las elites conservadores, los dueños del capital no dudan en llamar a las calles y a la violencia en un actuar intimidatoria destinado a fomentar el caos. Es la clásica visión que trata de imponer la idea, que si gana la derecha todo el proceso es limpio pero si triunfan aquellos que propugna una visión distinta al neoliberalismo, no dudan en llamar a las calles, acusar de fraude, sabotear a las instituciones electorales, incentivar el terror y con ello torcer la voluntad ciudadana. Sin negar la necesaria autocrítica a la forma de hacer gobierno de los gobiernos centrados en garantizar el apoyo social, también es fundamental estar alerta, denunciar y cortar de raíz cualquier intento desestabilizador contra el Estado ecuatoriano como lo está haciendo el sector oligárquico y reaccionario de la sociedad de este país sudamericano. El 2 de abril se juega algo más que una presidencia en momentos que Latinoamérica soporta vientos de fuerte derechización.

Fuente:
http://www.hispantv.com/noticias/opinion/334032/elecciones-presidenciales-lasso-moreno-ballotaje

MARCHAS POR LA DIGNIDAD. LOS QUE TRABAJAN, LOS QUE CREAN LA RIQUEZA CON SU TRABAJO SON LOS QUE DEBEN VIVIR DISFRUTANDO DE LA RIQUEZA QUE CREAN, Y NO LAS 1.400 PERSONAS QUE EN ESPAÑA CONTROLAN MÁS DEL 80% DE LA RIQUEZA NACIONAL NI EL GOBIERNO DE MARIANO RAJOY/3



MILES DE PERSONAS LLENAN LAS CALLES DE TODA ESPAÑA EN LAS MARCHAS POR LA DIGNIDAD



Por Candela Salvador/ Agencias
Kaosenlared
26.02.2017
Las Marchas de la Dignidad también se han acordado del rapero Valtonyc y han querido denunciar “en la misma semana que Urdangarin y la infanta han sido absueltos, el rapero Valtonyc ha sido condenado a tres años y medio de prisión y 3.000 euros de indemnización por hacer una canción contra la monarquía, estamos cansados de que hablen de terrorismo por hacer canciones, terrorismo es el machismo o los desahucios, no cantar contra este estado” ha afirmado el portavoz de la Plataforma por la libertad de expresión de los artistas.











Las Marchas de la Dignidad han vuelto a tomar España para reclamar “pensiones justas y dignas” y “trabajos estables y dignos”. Miles de personas han recorrido las calles de el país para mostrar su rechazo al Pacto de Toledo y para pedir un trabajo estable y salarios dignos.

En Madrid el recorrido se ha iniciado en la calle Atocha y ha finalizado en la Puerta de Sol. Esta movilización ha tenido como objetivo pedir que las pensiones sean garantizadas por los Presupuestos Generales del Estado, exigir que se establezca una pensión mínima de 1080 euros al mes por 14 pagas, pedir que se derogue la reforma de las pensiones, y defender los servicios públicos.Asimismo han querido recordar el “derecho a pan, trabajo, techo y dignidad” 

En la manifestación se ha hecho hincapié en la importancia de salir a la calle “estamos planteando que es indispensable con los tiempos que se avecinan retomar la lucha en las calles” ha afirmado a los medios Ángeles Maestro, miembro de la cabecera de la marcha. “Si la gente no sale a la calle no se consiguen las cosas, pedimos que la juventud se lance a la calle” ha comentado a Público un portavoz de los Yayoflautas durante la procesión.


A la marcha se ha unido la presidenta de la asociación gallega Ve-la luz, Gloria Vázquez, portavoz de las cuatro mujeres que continúan en huelga de hambre en la Puerta del Sol, ha sido allí donde miembros de la comisión les han mostrado todo su apoyo “hay que acabar con el machismo asesino, nos solidarizamos con nuestras compañeras”. Gloria Vázquez ha exigido al Gobierno la creación de un Gabinete de Crisis que “ponga medidas inmediatas para frenar esta masacre que baña las calles de sangre de mujeres y niños”

Las Marchas de la Dignidad también se han acordado del rapero Valtonyc y han querido denunciar “en la misma semana que Urdangarin y la infanta han sido absueltos, el rapero Valtonyc ha sido condenado a tres años y  medio de prisión y 3.000 euros de indemnización por hacer una canción contra la monarquía, estamos cansados de que hablen de terrorismo por hacer canciones, terrorismo es el machismo o los desahucios, no cantar contra este estado” ha afirmado el portavoz de la Plataforma por la libertad de expresión de los artistas.

La Puerta del Sol al final de la manifestación.PÚBLICO
La Puerta del Sol al final de la manifestación.PÚBLICO

Esta concentración ha sido el primer paso de un calendario de movilizaciones que culminará en Madrid el próximo 27 de mayo. Los convocantes tratan de revalidar así el éxito obtenido el 22 de marzo de 2014 cuando las Marchas de la Dignidad consiguieron reunir en Madrid a más de un millón de personas.

Los estibadores, protagonistas de la marcha en Barcelona.

La convocatoria de las Marchas de la Dignidad en Barcelona ha logrado reunir a centenares de personas de distintos colectivos en defensa de los servicios públicos, el sistema de pensiones público y el trabajo digno en el centro de la ciudad.

La novedad de esta nueva movilización de las Marchas, coincidiendo con un repunte de la indignación ciudadana ante la impunidad de las élites, ha sido la cantidad de estibadores del Puerto de Barcelona que se han manifestado junto a sus familias. “Ni un paso atrás”, gritaba el colectivo de estibadores en huelga tras la decretada reforma del Gobierno español. “Es un ERO encubierto”, se quejaban durante la manifestación que se ha iniciado en la Plaza Sant Jaume (donde se ubican la Generalitat de Catalunya y el Ayuntamiento de la ciudad) y ha finalizado frente a la sede de la compañía Endesa.

 Un punto final que coincidía con otro de los aspectos claves de la marcha: proteger el derecho a la energía por encima de los beneficios de las compañías suministradoras.

“Se tiene que abrir un debate para plantear una gestión energética pública, ya que este año empiezan a caducar las concesiones”, explicaba a Público el impulsor de las Marchas en Barcelona, Óscar Simon. “¿Qué pasa? Que no tenemos luz en casa”, gritaban por las calles del centro de la ciudad ante la mirada de turistas desconcertados.

Otro de los aspectos centrales de la marcha ha sido la defensa de las pensiones públicas, que cada vez disminuyen más y representan una oportunidad de negocio para los bancos y las aseguradoras. A gritos de “estos ladrones nos roban las pensiones” o “nuestras pensiones no son su negocio”, una marea de pensionistas defendía el derecho a percibir una pensión digna.

Marcha de los estibadores en Barcelona. Laura Safont
Marcha de los estibadores en Barcelona. Laura Safont

La manifestación ha recuperado el espíritu transversal de las luchas de las Marchas de la Dignidad, agrupando las demandas en defensa de la sanidad pública (Marea Blanca), de la educación pública, por un salario digno, a favor de una renta garantizada, contra las privatizaciones, el sometimiento a la deuda, a favor de los derechos de los inmigrantes, entre otras. “Iaioflautas”, sindicatos de base y otras corrientes de la izquierda también han clamado contra la monarquía y la corrupción, y han animado a recuperar la lucha en la calle como “único camino” para la protección de lo público. “Pan, trabajo, techo y dignidad”, clamaban los manifestantes de unas Marchas que acaban de empezar a resurgir en las calles con los mismos cánticos que les dieron fuerza hace ya casi tres años.
Informa Laura Safont desde Barcelona

Otras marchas en España

Esta marcha se une a las manifestaciones que ha habido en la mañana de este sábado en todo el país. Valencia, Barcelona, Murcia, Valladolid, León y A Coruña, entre otras capitales, han salido a la calle por el derecho a una “pensión digna” .Sevilla se sumará a estas movilizaciones el próximo martes 28.

En Valencia centenares de personas se han manifestado con el lema de cabecera “No más cortes de luz. Pensiones públicas y dignas”.

Con esta protesta, tal y como ha explicado a Efe el portavoz de la coordinadora en Valencia, José García, se pretende “concienciar no solo a los que están jubilados, sino a los futuros”, porque de lo que se trata es la reforma de las pensiones que estudia el Gobierno no pase “desapercibida” como la de 2011.

En Burgos han sido alrededor de cuatrocientas personas las que han respondido a esta convocatoria con el lema “Pan, Trabajo y Techo”, y en la que sus manifestantes han denunciado las políticas del PP y el PSOE porque, según han exclamado, “operan como un cáncer que destruye las condiciones de trabajo y vida”.

Asimismo, en Coruña unas mil personas se han congregado esta mañana en los jardines de Méndez Núñez, bajo la consigna de “Pan, trabajo y techo”.

En el caso de La Coruña han participado distintos dirigentes de En Marea y de las formaciones que la integran, tanto en Galicia como en Madrid, así como el portavoz en el Parlamento gallego, Luis Villares, o la diputada en el Congreso Yolanda Díaz.

Concentración en Sol por “una justicia igual para todos”

Esta movilización se produce después de que este viernes cientos de personas se concentraran de forma espontánea en la madrileña Puerta del Sol para exigir una justicia igual para todos y en protesta por las últimas decisiones judiciales.

“Lo llaman democracia y no lo es”, “Basta de impunidad”, o “Se acabó la Transición, los borbones a prisón”, “vergüenza, vergüenza” fueron algunos de los gritos que se pudieron escuchar .

http://www.publico.es/actualidad/miles-personas-marchan-dignidad.HTML

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UNIÓN ESTATAL DE SINDICATOS DE MÚSICOS, INTÉRPRETES Y COMPOSITORAS (COMUNICADO)



EL MITO DE LA HUELGA SALVAJE Y LOS TRABAJADORES PRIVILEGIADOS (MAÑANA PUEDE TOCARTE A TI)

14.02.2017

Ha comenzado la guerra contra los estibadores, a los que se les quiere rebajar el sueldo un 60% para hacer nuestros puertos más competitivos. Estamos en un país muy curioso, donde hay trabajadores privilegiados por todas partes, que realizan sistemáticamente huelgas salvajes y que utilizan habitualmente a la población como rehenes.

El siglo XXI se está caracterizando como el asalto final a los derechos de las y los trabajadores por todos los medios: legales, políticos y mediáticos. Precisamente por eso, la defensa y apoyo mutuo tiene que darse entre todos los sectores.

Queremos hacer un recordatorio de todas las luchas criminalizadas durante los últimos años en los medios de comunicación y de todas las plantillas tachadas de “privilegiadas”. Las y los músicos queremos mostrar nuestro apoyo a todos los sectores en lucha.

Apoyo mutuo. Nos vemos en las calles.

2000: Renfe amenazó con despedir a la cúpula sindical de los maquinistas y expedientar a 934 huelguistas. “Tres días de huelga salvaje impulsada por el sindicato de maquinistas ferroviarios, SEMAF”.

2001: “huelga salvaje” estatal de los examinadores de Tráfico, que dejó sin pruebas a más de mil aspirantes.

2002: la huelga de basuras de Málaga originó disturbios con 27 detenidos, una “huelga salvaje que dejó toneladas de basura en la calle”. La huelga general del 2002 sufrió de impedimentos como unos servicios mínimos del sector eléctrico se declararon abusivos en los juzgados años después.

2006: en los medios aparece que “la huelga salvaje del personal de tierra de Iberia paraliza el aeropuerto de Barcelona. Los trabajadores invadieron las pistas y la cancelación de vuelos afectó a 100.000 pasajeros”.

2008: comienzan dos años de “huelgas salvajes” en Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB). La plantilla “privilegiada” demandaba tener dos días descanso. Lo lograron.

2009: “huelga salvaje” en Euskotren que dejó sin servicio a más de 100.000 usuarios.

2010: la huelga de Metro de Madrid de los privilegiados trabajadores también fue “salvaje”, como la huelga de los controladores aéreos, en la que intervinieron las fuerzas armadas para reventarla. La huelga general de ese año protagonizó una portada histórica en La Razón: “la huelga borroka”.

2012: última huelga minera, sector privilegiado por antonomasia. Las protestas de las subcontratas de Metro de Madrid por los planes de la compañía de rebajarles el sueldo un 45% originaron una “huelga salvaje”. Se quemó un autobús en la “huelga salvaje” del transporte escolar en Extremadura. También se produjo una “huelga salvaje” en otro sector de privilegiados, la sanidad madrileña, además de huelga general también “salvaje”.

2013: ante la “huelga salvaje” de los servicios de limpieza en Madrid Ana Botella apeló en ABC a la necesidad de elaborar una ley de huelga “porque las conductas chantajistas y delictivas no se pueden consentir”. Comienza la “huelga salvaje” más larga de la democracia española, la huelga de Panrico.

2014: “huelga salvaje” de los taxista de Málaga y de recogida de basura en Lugo. En los medios de comunicación leímos que “una huelga salvaje le cuesta 21.000 euros a la Politécnica de Valencia”. Comienza la “huelga salvaje” en Coca-cola: la empresa tiene que readmitir a 1.190 empleados tras declararse nulo su ERE.

2015: las y los privilegiados de las subcontratas de Movistar, la mayoría falsos autónomos, organizaron una ·”huelga salvaje”.

2016: ante un nuevo conflicto en RENFE los medios reflejan que “no tienen vergüenza de hacer una huelga tan salvaje”.

2016-2017: ante la huelga de los conductores de AUVASA (Autobuses Urbanos de Valladolid, S.A.), el actual alcalde de Valladolid, Óscar Puente, desveló los sueldos, la calificó como “injustificada” señalando que la medida de protesta “no tiene nombre” porque no suspendieron los paros el día de la Cabalgata de Reyes.

Unión Estatal de Sindicatos de Músicos, Intérpretes y Compositoras
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100 AÑOS DE LA REVOLUCION RUSA (4/23)


León Trotsky

HISTORIA DE LA REVOLUCION RUSA


Capitulo IV

EL ZAR Y LA ZARINA

Publicada por primera vez, en traducción de Max Eastman, como The History of the Russian Revolution vols I-III, en Londres 1932-33. Digitalizado por Julagaray en julio de 1997, para la Red Vasca Roja, con cuyo permiso aparece aquí. Recodificado para el MIA por Juan R. Fajardo en octubre de 1999.


Nada más lejos de nuestros propósitos que hacer finalidad primordial de este libro estas investigaciones sicológicas que ahora tanto privan y con las que no pocas veces se pretende suplir las grandes fuerzas motrices de la Historia que tienen un carácter superpersonal. Una de ellas es la monarquía. Pero no hay que olvidar que estas fuerzas actúan a través de individuos. Además, la monarquía hállase consustanciada por esencia con el principio personal. Esto justifica, ya de suyo, el interés que despierta la personalidad de un monarca a quien el curso de los acontecimientos lleva a enfrentarse con la revolución. Confiamos -además- que nuestro estudio pondrá de relieve, en parte al menos, dónde termina en la personalidad lo personal -por lo general, mucho antes de lo que a primera vista parece- y cómo muchas veces las «características singulares» de una persona no son más que el rasguño que dejan en ella las leyes objetivas.

A Nicolás II le dejaron los antepasado, no sólo un poderoso imperio, sino también la revolución. No le adornaron con una sola cualidad que le capacitase para gobernar no ya un imperio, sino ni siquiera una provincia ni un mal municipio. A aquella marejada histórica que empujaba sus olas poco a poco hasta las puertas de su palacio, oponía el último Romano una sorda impasibilidad: tal parecía como si su conciencia y la época en que vivía se alzara un velo transparente y, sin embargo, absolutamente impenetrable.

Las personas que tenían ocasión de tratar de cerca al monarca recordaron más de una vez, después de la revolución, que en los momentos más trágicos de su reinado, al sobrevenir la rendición de Puerto Arturo y la pérdida de la escuadra en Zusima, como diez años después, durante la retirada de las tropas rusas en Galicia, y dos años más tarde, en los días que precedieron a la abdicación, cuando todos los que rodeaban al zar estaban abatidos, abrumados y estremecidos, sólo él daba muestras de sangre fría. Se informaba, como de costumbre, del número de verstas recorridas en sus viajes a lo largo de Rusia; recordaba episodios de sus cacerías y anécdotas sacadas de las entrevistas oficiales y, mientras retumbaba el trueno y ya centelleaba el rayo sobre su cabeza, aquel hombre seguía interesándose por las barreduras de su vida cotidiana. «¿Qué es esto? -se preguntaba uno de los generales de su intimidad- ¿Una entereza inmensa, casi inverosímil, conseguida a fuerza de disciplina? ¿Fe en la determinación divina de los acontecimientos? ¿O, simplemente, falta de discernimiento?» Ya el solo hecho de preguntarlo, lleva implícita, a medias, la respuesta. Aquella proverbial «buena educación» del zar, la fuerza con que sabía mostrarse dueño de sí mismo aun bajo las circunstancias más difíciles, no puede explicarse, en modo alguno, por obra exclusivamente de un amaestramiento en el modo de conducirse, sino que tenía que radicar en su carácter indiferente, en la indigencia de sus fuerzas anímicas, en la pobreza de sus impulsos volitivos. Esa máscara de indiferencia que en ciertos medios llaman «educación» se fundía en Nicolás II con su rostro natural.
El diario del zar vale por todos los testimonios; día tras día, año tras año, van registrándose en estas páginas notas más anonadadoras de su vacuidad espiritual. «He paseado un largo trecho y matado dos cuervos. He tomado té al oscurecer.» Paseo a pie, paseo en lancha. Más cuervos y más té. Todo lindando con la pura fisiología. Y cuando habla de ceremonias religiosas, lo hace en el mismo tono que cuando registra un festín.

Por los días que preceden a la apertura de la Duma nacional, cuando todo el país se siente estremecido por convulsiones, Nicolás II escribe: «14 de abril. Me he paseado con camisa-blusa ligera y he reanudado los paseos en lancha. He tomado el té en la terraza. Siana ha comido y paseado con nosotros. He leído.» Ni una palabra acerca de lo que leyó: lo mismo podía ser una novela inglesa que un informe del Departamento de policía. «15 de abril. Le he aceptado la dimisión a Witte. Han comido con nosotros Mary y Dimitri. Los hemos (1) acompañado al palacio.»

El día en que se decretó la disolución de la Duma cuando lo mismo los altos dignatarios oficiales que los liberales estaban pasando por un paroxismo de pánico, el zar escribía en su diario: «7 de julio, viernes. He estado muy ocupado toda la mañana. Llegamos con media hora de retraso al almuerzo con los oficiales... Había tormenta y el aire era sofocante. Paseamos juntos. He recibido a Goremikin y, ¡y firmado el ukase disolviendo la Duma! Hemos comido con Olga y Petia. Por la tarde, lectura.» Toda su emoción ante la disolución inminente de la Duma queda expresada, y gracias, con un signo de admiración.

Los diputados de la Duma disuelta hicieron un llamamiento al pueblo para que no pagase los impuestos y se negara a hacer el servicio militar. Estallaron una serie de sublevaciones militares: en Sveaborg, en Kronstadt, en varios buques de guerra, en diferentes regimientos; reanudóse en proporciones jamás conocidas el terrorismo revolucionario contra las altas autoridades. El zar escribe en su diario: «9 de julio, domingo. ¡Ya está hecho! Hoy ha quedado disuelta la Duma. Durante el almuerzo, después de la misa, veíanse muchas caras largas... El tiempo era magnífico. durante el paseo nos encontramos al viejo Micha, que llegó ayer de Gachina. Antes de comer, y durante toda la tarde, me dediqué a leer tranquilamente. Un paseo en canoa...» Nos dice que se paseó y precisamente en canoa; en cambio, no siente la necesidad de concretar lo que leyó. Y así, una vez y otra, y otra.
Seguimos copiando de las hojas de aquellos días preñados de incertidumbre: «14 de julio. Después de vestirme, me fui en bicicleta al balneario y me bañé con deleite en el mar.» «15 de julio. Me he bañado dos veces. Hacía mucho calor. He comido sólo con mi mujer. La tormenta ha pasado.» «19 de julio. Me he bañado por la mañana. He recibido visitas en la granja. El tío Vladimir y Chagin almorzó con nosotros.» Las sublevaciones, los atentados terroristas sólo le sugieren una ligerísima consideración: «¡bonitas cosas!», que asombra por su baja impasibilidad, y rayana en el cinismo si fuese inconsciente.

«A las nueve y media de la mañana nos trasladamos al regimiento del Caspio... He paseado durante largo rato. El tiempo era espléndido. Me he bañado en el mar. Después del té, recibí a Lvov y Gruchkov.» Y no dice ni una palabra de que aquella entrevista tan desusada de los dos liberales se relacionaba con los planes de Stolipin para atraer a su gabinete a los políticos de la oposición. El príncipe Lvov, futuro presidente del gobierno provisional, dijo refiriéndose a esta visita: «Cuando esperaba ver al monarca abatido por el infortunio, ¡cuál no sería mi sorpresa al encontrarme con que salía a mi encuentro un hombrecillo alegre y desahogado con una blusa de color frambuesa!»
El horizonte mental del zar no llegaba más allá que el de un modesto funcionario de policía, con la diferencia de que éste, pese a todo, conocía mejor la realidad y no vivía atosigado por la superstición. El único periódico que durante muchos años leyó Nicolás II y del que nutría sus ideas era un semanario editado con fondos oficiales por el príncipe Mecherski, hombre ruin y venal a quien despreciaban hasta en la misma pandilla de burócratas reaccionarios a que pertenecía. Por delante del zar cruzaron dos guerras y dos revoluciones, sin que estos acontecimientos dejasen la menor huella en su horizonte mental: entre su conciencia y los acontecimientos se alzaba constantemente el velo impenetrable de la indiferencia.

De Nicolás II se decía, no sin razón, que era un fatalista. Conviene, sin embargo, advertir que este fatalismo era todo lo contrario a la fe activa en su «estrella»; Nicolás II se tenía por un hombre de mala suerte. Su fatalismo no era más que una manera de defenderse pasivamente del proceso histórico y se daba la mano con un despotismo mezquino en sus motivos sicológicos, pero monstruos en sus consecuencias.

«Lo quiero yo, y así tiene que ser.» «Esta divisa -escribe el conde Witte- se manifestaba en todos los actos de aquel gobernante débil de voluntad, a quien su debilidad llevó a todo lo que caracteriza su reinado: un derramamiento constante y, en la mayor parte de los casos, absolutamente innecesario de sangre, más o menos inocente...»

Alguna vez se ha comparado a Nicolás II con el zar Pablo, aquel antepasado suyo medio loco, estrangulado por la camarilla, de acuerdo con su propio hijo, Alejandro «el bendito». Y no deja de haber, en efecto, entre estos dos Romanov cierta afinidad: la de su desconfianza hacia todo el mundo, nacida de la falta de confianza en sí propios; la suspicacia de la nulidad omnipotente; el sentimiento del que se cree despreciado por todos, casi podría uno decir que su conciencia de parias coronados. Pero el zar Pablo era incomparablemente más pintoresco. En su locura había un elemento de imaginación, aunque fuera irresponsable. En su descendiente todo es gris, sin un solo destello.
Nicolás II no sólo inconstante, sino que también era perjuro. Sus aduladores le llamaban charmeur, un hombre encantador, por la dulzura con que trataba a los palaciegos. Pero es el caso que el zar se mostraba especialmente amable con aquellos dignatarios a quienes había decidido despachar: cuando el ministro, encantado y fuera de sí por la amabilidad con que el zar le había recibido volvía a casa, se encontraba muchas veces con una carta notificándole la destitución. Era una especie de jugada con que el monarca quería vengarse, sin duda, de su insignificancia.

Nicolás II no podía ver a ningún hombre de talento. No se sentía a gusto más que entre las nulidades y los deficientes mentales, junto a los santurrones y personas endebles a quienes él pudiese mirar de arriba abajo. Tenía su orgullo, pero no era un orgullo activo y refinado, sino indolente, sin un átomo de iniciativa propia, y cuyo móvil era un sentimiento de envidia puesto siempre en guardia. Elegía a sus ministros ateniéndose al principio de dejarse resbalar cada vez más bajo. A los hombres de talento y de carácter sólo acudía en los caso extremos, cuando no tenía más remedio, como se hace con el cirujano, que sólo se le llama cuando se trata de salvar la vida. Así sucedía primero con Witte y luego con Stolipin. El zar los trataba a ambos con hostilidad mal disimulada. Y, apenas vencía el foco agudo de la situación, se apresuraba a desembarazarse de unos consejeros que estaban demasiado por encima de él. Y tan sistemática y radical era esta selección al revés, que el presidente de la última Duma, Rodzianko, se atrevió a decir al zar, el y de enero de 1917, cuando la revolución llamaba ya a las puertas: «Señor, a vuestro alrededor no ha quedado un solo hombre honrado ni digno de confianza: los mejores han sido alejados o se han ido, quedándose tan sólo los que gozan de dudosa reputación.»

Todos los esfuerzos de la burguesía liberal para entenderse con Palacio eran fallidos. El incansable y camorrista Rodzianko intentaba sacudir la modorra del zar con sus informes. Pero ¡todo inútil! El zar pasaba por alto los argumentos, incluso las insolencias, preparando en silencio la disolución de la Duma. El gran duque Dimitri, antiguo favorito del zar y futuro copartícipe en el asesinato de Rasputin, se lamentaba, con su cómplice el príncipe Yusupov, de que el zar demostraba cada día más indiferencia ante cuanto le rodeaba. Dimitri se inclinaba a creer que le habían dado al monarca algún brebaje para adormecerle. Por su parte, el historiador liberal Miliukov escribe: «Corrían rumores de que este estado de apatía mental y moral del zar provenía del abuso del alcohol.» Invenciones todo o exageraciones. El zar no tenía necesidad de recurrir a narcóticos, pues llevaba en la sangre el «bebedizo» fatal. Lo que ocurre es que sus efectos tenían que suscitar por fuerza asombro en instante como aquellos en que la crisis interna del país iba fraguando la revolución. Rasputin, que era un buen sicólogo, solía decir lacónicamente cuando hablaba del zar: «Le falta un tornillo.»

Aquel hombre apagado, impasible, «bien educado», era un hombre cruel. Pero n con esa crueldad activa, proyectada sobre fines históricos, de un Iván el Terrible o de un Pedro el Grande -hombres con los que no tenía la menor afinidad Nicolás II-, sino con la crueldad cobarde del último vástago aterrorizado ante la tragedia fatídica de su propio destino. Ya en los albores de su reinado, Nicolás II tributó un elogio a los «bravos soldados» por haber ametrallado a los obreros. Solía leer «con placer» los informes en que la Dirección de policía daba cuenta de haberse azotado a latigazos a las estudiantes de «pelo corto» (2), o relataba los progromos judíos en que se machacaba el cráneo a hombres indefensos. Aquel monstruoso coronado sentíase atraído con toda el alma por la hez de la sociedad, por aquellos matones de las «centurias negras», y no sólo les pagaba espléndidamente sus servicios de las arcas del Estado, sino que gustaba de conversar afectuosamente con ellos, oyéndole relatar sus hazañas y perdonándoles piadosamente cuando remataban a algún diputado de la oposición. Witte, que subió al poder en pleno período represivo de la primera revolución, escribe en sus Memorias: «Cuando las noticias de las hazañas insensatamente crueles perpetradas por los cabecillas de esas bandas llegaban a oídos del zar, merecían indefectiblemente su aprobación y encontraban en él defensa.» Despachando una reclamación del general-gobernador de los países bálticos pidiendo que se llamase la atención de cierto capitán Richter, que «ha ejecutado por iniciativa propia, sin previa formación de causa, a personas que no habían opuesto resistencia alguna», el zar estampó al margen del informe: «¡bravo muchacho!» Estímulos de éstos nos los encontramos a montones. Aquel hombre «encantador», abúlico, sin aspiraciones, sin imaginación, era más terrible que todos los tiranos de la historia antigua y moderna.

El zar hallábase enormemente influido por la zarina, influencia que fue creciendo con los años y las dificultades del gobierno. Los dos juntos formaban una especie de todo orgánica. Esta unión es una de tantas pruebas que patentizan hasta qué punto, bajo la presión de las circunstancias, lo personal encuentra complemento en lo colectivo. Pero digamos algo acerca de la zarina.

Maurice Paleologue, embajador francés en Petrogrado durante la guerra, un sicólogo muy agudo, sin duda, para los académicos franceses y las porteras de su país, hace un retrato pulcro y lamido de la última zarina: «La desazón moral, la tristeza crónica, una melancolía ilimitada, un tránsito constante de la exaltación al abatimiento, sus ideas atormentadoras acerca del mundo invisible y ultraterrenal, en superstición, ¿acaso todos estos rasgos, que de un modo tan acusado se manifiestan en la personalidad de la zarina, no son también los rasgos genuinos del pueblo ruso?» Por muy extraño que parezca, en el fondo de esta dulzona adulación se encierra un granito de verdad. No en vano el satírico ruso Saltikov llamaba a los ministros y gobernadores de la serie de los barones bálticos «alemanes con alma rusa»; no cabe duda que precisamente estos extranjeros, que no tenían la menor afinidad con el pueblo ruso, fueron los que engendraron el tipo más depurado de administrador ruso de «pura raza».

Pero, ¿por qué el pueblo sentía un odio tan franco contra esta zarina, que, según Paleologue, encarnaba de un modo tan completo su propia alma? La contestación es harto sencilla: para justificar la nueva situación en que se encontraba colocada, aquella alemana se asimilaba con fría pasión todas las tradiciones e inspiraciones de la Edad Media rusa, la más inteligente y la más ruda del mundo, en una época en que el pueblo se debatía desesperadamente por emanciparse de la propia barbarie medieval. Aquella princesa de Hesse estaba literalmente poseída por el demonio de la autocracia: exaltada desde su rincón provinciano a las alturas del despotismo bizantino, no quería descender por nada del mundo de su trono de autócrata. La Iglesia ortodoxa le brindó la mística y la magia de que necesitaba su nueva estrella. Y cuanto más al desnudo aparecía la indignidad del viejo régimen, más firmemente creía la zarina en su misión. Dotada de un carácter fuerte y de capacidad para la exaltación seca y dura, la zarina completaba al abúlico zar, dominándolo.

El 17 de marzo de 1916, un año antes de que estallara la revolución, cuando el país mártir se revolcaba ya atenazado por la derrota y la ruina, la zarina escribía a su marido, al Cuartel general: «... No debes dar pruebas de blandura, nombrar un gobierno responsable, etc.., hacer todo lo que ellos quieren. Son tu guerra y tu paz, tu honor y el de nuestra patria y no los de la Duma, los que se ventilan. Ellos no tienen derecho a pronunciar ni una palabra respecto a estas cuestiones.» Por lo menos, era un programa rotundo y escueto, y por serlo, acababa siempre por imponerse a las vacilaciones constantes del zar.

Cuando Nicolás II salió a ponerse al frente del ejército como generalísimo ficticio, la zarina tomó en sus manos, de hecho, las riendas del gobierno interior del país: los ministros despachaban con ella, ni más ni menos que si se tratara de una reina gobernadora. La zarina, con su camarilla, conspiraba contra la Duma, contra los ministros, contra los generales del estado mayor, contra todo el mundo, hasta contra el propio zar. El 6 de diciembre de 1916, escribíale al monarca: «... Puesto que ya has dicho que querías retener a Protopopov, no dejes que se atreva (se refiere a Trépov, el primer ministro) a pronunciarse contra ti, de un puñetazo sobre la mesa, no hagas concesiones, demuestra que eres el amo, cree a tu dura mujercita y cita a nuestro amigo, ten fe en nosotros.» Tres días después vuelve a insistir: «Sabes que la razón está de tu parte, mantén la cabeza alta, ordena a Trépov que trabaje de acuerdo con él..., da un puñetazo sobre la mesa.» Estas frases parecen cosa de invención; pero no, no inventamos nada, están tomadas al pie de la letra de cartas auténticas de la zarina. Además, aunque se quisiera, la invención no podría llegar a tanto.

El 13 de diciembre, la zarina escribe nuevamente al zar, volviendo sobre sus sugestiones: «Todo menos el gobierno responsable con el que sueña insensatamente todo el mundo. Esto está todo más tranquilo y mejor; pero la gente quiere que sientes el puño. ¡Qué sé yo cuánto tiempo hace que oigo por todas partes lo mismo!; a Rusia le gusta sentir el escozor del látigo, lo pide su cuerpo.» Aquella princesa de Hesse convertida a la religión ortodoxa, educada en Windsor y coronada con la tiara bizantina, no sólo «encarna» el alma rusa, sino que la desprecia orgánicamente, su cuerpo pide el látigo, escribía la zarina rusa al zar ruso del pueblo de Rusia, dos meses y medio antes de que la monarquía se sepultara para siempre en el abismo.

La zarina, superior a su marido en carácter, no lo era en inteligencia, sino acaso inferior y más inclinada todavía que él a buscar la sociedad de los simples de espíritu. La íntima y jamás desmentida amistad que les unía a ambos con la Wirubova, una dama de palacio, nos da la medida del calibre espiritual de la pareja autocrática. La propia Wirubova se calificaba a sí misma de tonta, sin que en ello hubiese, por cierto, asomo de modestia. Witte, a quien no se le puede negar el ojo certero, decía de ella que era como «una señorita petersburguesa vulgar y necia, y además fea, con una cara que parecía una burbuja de manteca al derretirse». El zar y la zarina se pasaban horas enteras charlando, consultando los negocios públicos y manteniendo correspondencia con esta mujer, a la que cortejaban servilmente, deshaciéndose en reverencias, los viejos dignatarios, los embajadores y los financieros, y que, aunque tonta, tenía el talento suficiente para no olvidarse de llenar el bolsillo y tener más influencia en la vida política que la Duma imperial y todos los ministros juntos.

Pero la Wirubova no era más que el «medium» del «Amigo», aquel «Amigo» cuya autoridad campeaba sobre los tres. «... Ésta es mi opinión personal -escribe la zarina al zar-, ya veremos lo que piensa nuestro «Amigo».» La opinión del «Amigo» no era ya personal, sino decisiva. «Me ratifico en lo dicho -repite la zarina unas cuantas semanas después-. Óyeme a mí, es decir, a nuestro «Amigo» y confía en nosotros para todo... Sufro por ti como si fueras un niño pequeñito y débil, que necesita que le guíen, pero que presta oído a malos consejeros, mientras el hombre enviado por Dios le dice lo que hay que hacer.»

«...Con las oraciones y la ayuda de nuestro «Amigo», todo se arreglará.»
«Si no le tuviéramos a él, ya haría tiempo que todo habría terminado, estoy completamente persuadida de ello.»

El, el Amigo, el enviado por Dios, era Grigori Rasputin.

Durante todo el reinado de Nicolás II y de Alejandra no cesaron de desfilar por Palacio adivinos y epilépticos traídos de todos los ámbitos de Rusia y hasta de otros países. Había proveedores de la real casa encargados especialmente de suministrar esa mercancía, y que se congregaban en torno al oráculo de turno, rodeando al monarca de una especie de Cámara alta todopoderosa. Había de todo: viejas beatas con título de marquesas, dignatarios que ambicionaban algún empleo y financieros que tomaban en arriendo a gabinetes enteros. Los jerarcas de la Iglesia ortodoxa, celosos de esta competencia intrusa ejercida por hipnotizadores y adivinos sin patente oficial, se apresuraban a abrirse caminos propios en aquel santuario central de la intriga. Witte llamaba a esta pandilla gobernante, contra la que se estrelló por dos veces, «la camarilla palaciega de los leprosos».
Cuanto más se aislaba la dinastía y más abandonado se sentía el monarca, mayor era la necesidad que sentía del auxilio del cielo. Hay tribus salvajes que para llamar al buen tiempo hacen girar en el aire una tablilla atada al extremo de un hilo. El zar y la zarina usaban estas tablillas para los fines más diversos. El vagón del zar estaba literalmente cubierto de imágenes y cuadritos de santos y de toda clase de objetos de culto, con los que quiso hacerse frente, primero, a la artillería japonesa y, luego, a la alemana.

El nivel de los medios palatinos no había variado gran cosa, en realidad, de una en otra generación. Bajo Alejandro II, llamado «el Emancipador», los grandes duques creían sinceramente en los duendes y en las brujas. Bajo Alejandro III seguía todo igual, aunque más en calma. La «camarilla de leprosos» existió siempre. Lo único que variaba era su composición y sus procedimientos. Nicolás I no creó aquella atmósfera de medievalismo salvaje, sino que la heredó de sus antepasados. Lo que ocurre es que durante aquellos años el país se fue modificando, los problemas se complicaron, se elevó el nivel de cultura y la camarilla palaciega quedó rezagada. Si la monarquía, bajo la presión del exterior, se veía obligada a hacer concesiones a las nuevas fuerzas, interiormente no había conseguido, ni mucho menos, modernizarse; al contrario, se encerraba en sí misma, y el espíritu medieval se fue coagulando bajo la acción de la hostilidad y del miedo, hasta convertirse en una pesadilla repugnante que se cernía sobre el país.

El 1 de noviembre de 1905, en el momento más crítico de la primera revolución, el zar escribe en su diario: «He conocido a un santo llamado Grigori, de la provincia de Tobolsk.» Era Rasputin, campesino siberiano, con un rasguño rebelde a cerrarse en la cabeza, recuerdo de los golpes recibidos en sus tiempos de cuatrero. Presentado en Palacio en el momento propicio, el «santo» no tardó en encontrar auxiliares de alto copete, o, por mejor decir, fueron ellos los que le encontraron a él, y así se fue formando una nueva pandilla gobernante, que se adueño enérgicamente de la voluntad de la zarina y, por medio de ella, de la del zar.

En las altas esferas de la sociedad peterburguesa hablábase ya sin recato, desde el invierno de 1913-1914, de que todos los altos nombramientos, los contratos de suministros y concesiones pasaban por la camarilla de Rasputin. El staretz iba convirtiéndose poco a poco en una institución pública. La policía le guardaba las espaldas celosamente, y los ministerios rivales tenían las miradas fijas en él. Los agentes del Departamento de policía llevaban un diario de su vida, en que no faltaba un solo detalle; por ejemplo, que al visitar Pokrovski, su pueblo natal, Rasputin, en estado de embriaguez, se había liado a golpes con su padre en medio de la calle, dejándolo ensangrentado. Aquel mismo día, 9 de septiembre de 1915, Rasputin enviaba dos afectuosos telegramas, uno a Tsarskoie-Selo a la zarina; otro al Cuartel general, para el zar.

Los agentes registraban día tras día, en un lenguaje épico, las andanzas del «Amigo». «Hoy ha vuelto a casa a las cinco de la mañana, completamente ebrio.» «La noche del 25 al 26 la pasó en casa de Rasputin la artista V.» Ha llegado con la princesa D (esposa de un gentilhombre de cámara del palacio del zar) al hotel Astoria...» Y a poco: «Ha vuelto a casa, procedente de Tsarskoie-Selo, cerca de las once de la noche.» «Rasputin ha llegado a casa con la princesa Ch, muy embriagado, y en seguida volvieron a salir juntos.» Y al día siguiente, por la mañana o por la tarde, el viaje a Tsarskoie-Selo. A la pregunta afectuosa del policía de por qué el staretz está hoy tan pensativo, contesta: «No sé qué hacer: si convocar la Duma o no convocarla.» Otro asiento: «Llegó a casa a las cinco de la mañana bastante embriagado.» Siempre la misma melodía, durante meses y años, una melodía en que no había más que tres notas: «Bastante embriagado», «Muy embriagado» y «Completamente embriagado». El general de la gendarmería, Klobachev, reunía y refrendaba con su firma estas noticias, tan trascendentes para la vida del Estado.

La influencia de Rasputin se mantuvo en su apogeo durante seis años, los últimos de la monarquía. «Su vida en Petersburgo -cuenta el príncipe Yusupov, copartícipe hasta cierto punto de ella y, más tarde, asesino de Rasputin- se había convertido en una fiesta continua, en la borrachera inacabable de un presidiario a quien de pronto, inesperadamente, se le viene la dicha a las manos.» «Tenía en mi poder -escribe el presidente de la Duma, Rodzianko- una gran cantidad de cartas escritas por madres cuyas hijas habían sido deshonradas por aquel desvergonzado libertino.» El metropolita de Petrogrado, Pitirim, y el arzobispo Varnava, casi analfabeto, debían sus puestos a Rasputin. El procurador del Santo Sínodo, Sabler, permaneció en el cargo durante largo tiempo por voluntad del staretz, y él fue también el que impulsó la destitución del primer ministro Kokovtsvev, que no había querido recibirle. Rasputin nombró a Sturmer presidente del Consejo de ministros; a Protopopov, ministro de la Gobernación; a Raiev, nuevo procurador del Sínodo, y así a muchos más. El embajador de la República francesa, Paleologue, solicitó una entrevista con Rasputin. Cuando estuvo delante de él le besó, exclamando: Voilà un véritable illuminé!, todo por ganar el corazón de la zarina para la causa de Francia. El judío Simanovich, agente financiero del staretz, fichado por la policía como jugador y usurero, hizo nombrar ministro de Justicia, por mediación de Rasputin, a un sujeto llamado Dobrolovski, que era, sencillamente, un ladrón. «No dejes de ver la pequeña lista que te acompaño -escribe la zarina al zar, hablándole de los nuevos nombramientos-. Nuestro «Amigo» me pide que hables de todo esto con Protopopov.» Dos días después: «Nuestro «Amigo» dice que Sturmer puede seguir siendo presidente del Consejo de Ministros durante algún tiempo.» Y a poco: «Protopopov siente una verdadera veneración por nuestro «Amigo», y el cielo le bendecirá.»

En uno de aquellos días en que los agentes de la policía registraban cuidadosamente el número de botellas y de mujeres, la zarina escribía, toda afligida, al zar: «Acusan a Rasputin de besar a las mujeres y de otras cosas por el estilo. Lee los Apóstoles y verás cómo besaban a todo el mundo como saludo.» Seguramente que el argumento de los Apóstoles no hubiera convencido a los agentes encargados de vigilar al staretz. En otra carta, la zarina va todavía más allá: «Durante la lectura del Evangelio -escribe- he pensado mucho en nuestro «Amigo» al ver cómo los escribas y fariseos perseguían a Cristo, fingiendo ser unos hombres perfectos... ¡Qué verdad es aquello de que nadie es profeta en su tierra!»

El comparar a Rasputin con Jesucristo era cosa corriente en aquellas altas esferas, y no tenía nada de particular. El miedo a las poderosas fuerzas de la historia, que amenazaban desencadenarse, era demasiado grande para que los zares pudieran contentarse con un Dios impersonal y con la sombra incorpórea del Cristo de los Evangelios. Necesitaban un nuevo advenimiento del «hijo del hombre». La monarquía, empujada al abismo, agonizante, encontró un Cristo a su imagen y semejanza.
«Si Rasputin no hubiera existido -dijo un hombre del antiguo régimen, el senador Tgantsev- no habría habido más remedio que inventarlo.» En estas palabras hay mucha más substancia de lo que e imaginaba su autor. Si por «golfería» entendemos lo que hay de más antisocial y parasitario en los senos de la sociedad, podremos decir, sin temor a equivocarnos, que la «rasputinada» fue la golfería coronada, en el apogeo de su esplendor.


(1) Alude siempre, en el plural, a él y a la zarina. [NDT](2) Las militantes revolucionarias. [NDT.]

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