viernes, 28 de febrero de 2014

VENEZUELA: LAS MENTIRAS EN LOS GRANDES MEDIOS DE COMUNICACIÓN, QUE YA NI EN EL NOMBRE SE ESCONDEN PARA MANIFESTAR QUE NO SON MEDIOS DE INFORMACIÓN




El periodista Jordi Évole nos demostró el pasado domingo (23.02.2014) en su programa de televisión lo que no necesitaba demostración por ser ya sabido: que cuando a los amos de los grandes medios de comunicación se les pone en las pelotas, porque así lo mandan sus bolsillos, nos engañan como a bobos de la bobería total, haciéndonos creer que por el mar corre la libre y por el monte la sardina.
Y así, ha sido cosa de corretear por el monte la sardina y de las galopadas de la liebre por los mares del verde que te quiero verde, las pensiones, las salidas de las crisis con sus lechogones verdes que le han salido  (aquí hoy es todo verde, que nos ha entrado la turuntela por ahí, oiga,  que es que es el Día de Andalucía, oiga) las guerras de Iraq, Afganistán, Siria, Ucrania.... O, Venezuela, por ejemplo:

25 VERDADES (No dichas por los grandes medios de comunicación) SOBRE LAS MANIFESTACIONES EN VENEZUELA

Opera Mundi
25-02-2014

Como en 2002, la oposición radical, incapaz de tomar el poder por vía de las urnas, multiplica las acciones con el objetivo de romper el orden constitucional. 


1. Nicolás Maduro, Presidente legítimo de Venezuela desde abril de 2013, hace frente a una poderosa oposición, apoyada por Estados Unidos, que aspira retomar el poder que perdió en 1998. 


2. Como perdió las elecciones presidenciales de abril de 2013 por una diferencia del 1,59%, la oposición rechazó primero los resultados electorales, avalados no obstante por las más importantes instituciones internacionales, desde la Unión Europea hasta la Organización de Estados Americanos, pasando por el Centro Carter, y expresó su rabia en actos violentos que costaron la vida a once militantes chavistas. 


3. No obstante, el débil margen que separó al candidato de la oposición Henrique Capriles del vencedor Nicolás Maduro, galvanizó a la derecha, motivada por la perspectiva de la reconquista del poder. Entonces hizo de las elecciones municipales de diciembre de 2013 un objetivo estratégico. 


4. Contra todo pronóstico, las elecciones municipales se transformaron en un plebiscito a favor del poder chavista, que ganó el 76% de los municipios (256) contra el 23% (76) para la coalición MUD que agrupó a toda la oposición. 


5. Desmoralizado por ese serio revés, viendo la perspectiva de una reconquista del poder por la vía democrática alejarse otra vez –las próximas elecciones serán las legislativas en diciembre de 2015–, la oposición ha decidido reproducir el esquema de abril de 2002 que desembocó en un golpe de Estado mediático-militar contra el Presidente Hugo Chávez. 


6. A partir de enero de 2014, el sector radical de la oposición decidió actuar. Leopoldo López, líder del partido Voluntad Popular, quien participó en el golpe de Estado de abril de 2002, lanzó un llamado a la insurrección a partir del 2 de enero de 2014: “Queremos lanzar un llamado a los venezolanos […] a que nos alcemos. Convocamos al pueblo venezolano a decir ‘basta ya’. […] Con una meta a discutir: ‘la salida’. ¿Cuál es la salida de este desastre?”. 


7. El 2 de febrero de 2014, durante una manifestación, Leopoldo López acusó al poder como responsable de todos los males: “Las carencias que padecemos hoy tienen un culpable. Ese culpable es el poder nacional”. 


8. El 2 de febrero de 2014, Antonio Ledezma, figura de la oposición y alcalde de la capital, Caracas, también lanzó un llamado al cambio: “Este régimen que cumple hoy quince años continuos promoviendo la confrontación. Hoy comienza la unidad en la calle de toda Venezuela”. 


9. María Corina Machado, diputada de la oposición, lanzó un llamado a acabar con la “tiranía”: “El pueblo de Venezuela tiene una respuesta: ‘Rebeldía, rebeldía’. Hay algunos que dicen que debemos esperar a unas elecciones en unos cuantos años. ¿Pueden esperar los que no consiguen alimentos para sus hijos? ¿Pueden esperar los empleados públicos, los campesinos, los comerciantes, a quienes les arrebatan su derecho al trabajo y a la propiedad? Venezuela no puede esperar más”. 


10. El 6 de febrero de 2014, tras una manifestación de la oposición, un grupo de una centena de estudiantes encapuchados atacó la residencia del gobernador del Estado de Táchira, hiriendo a una decena de policías.

11. La misma semana, varias manifestaciones de la oposición se suceden en diferentes Estados y degeneran todas en violencia. 


12. El 12 de febrero de 2014 otra manifestación, orquestada por la oposición frente al Ministerio Público, compuesta de estudiantes de las universidades privadas organizados en grupos de choque, resultó de una violencia inaudita, con tres muertos, una centena de heridos e innumerables daños materiales. 


13. Como durante el golpe de Estado de abril de 2002, las tres personas fallecidas fueron ejecutadas con una bala en la cabeza. 


14. Entre ellas se encontraban un militante chavista, Juan Montoya, y un opositor llamado Basil Da Acosta. Según la investigación balística, ambos fueron ejecutados con la misma arma. 


15. Los siguientes días los manifestantes, oficialmente movilizados “contra la vida cara y la inseguridad”, se instalaron en la Plaza Altamira, situada en un barrio rico de Caracas. 


16. Desde hace varios meses, Venezuela sufre una guerra económica orquestada por la oposición que controla aún amplios sectores, con la organización artificial de penurias, acaparamiento de productos de primera necesidad y multiplicación de actos especulativos. 


17. Así, el 5 de febrero de 2014, las autoridades requisaron en el Estado de Táchira cerca de mil toneladas de productos alimenticios de primera necesidad (arroz, azúcar, aceite, café, etc.) escondidos en almacenes. Desde enero de 2013, las autoridades han requisado más de 50.000 toneladas de alimentos. 


18. El Gobierno bolivariano decidió actuar y castigar a los acaparadores y especuladores. En noviembre de 2013, la cadena Daka de productos electrodomésticos fue intervenida y las autoridades decidieron regular los precios. La empresa facturaba sus productos con un beneficio de más del 1.000%, por lo que era inaccesibles para la mayoría de los venezolanos. 


19. Ahora el margen máximo de las empresas no podrá superar el 30%.

20. El Presidente Nicolás Maduro denunció un intento de golpe de Estado y llamó a los ciudadanos a hacer frente al “fascismo”. “Nada nos apartará del camino de la Patria y de la vía de la democracia”, afirmó. 


21. El 17 de febrero de 2014, tres diplomáticos estadounidenses fueron expulsados del país por su implicación con los sangrientos acontecimientos. Se habían reunido con los estudiantes de las universidades privadas para coordinar las manifestaciones, según las autoridades venezolanas. 


22. El 18 de febrero de 2014, Leopoldo López fue arrestado por su responsabilidad política en las violentas manifestaciones y fue entregado a la justicia. 


23. La administración de Obama condenó al Gobierno de Caracas por las violencias, sin señalar un solo instante la responsabilidad de la oposición que intenta perpetrar un golpe de Estado. Al contrario, el Departamento de Estado exigió la liberación inmediata de Leopoldo López, principal instigador de los acontecimientos dramáticos. 


24. Los medios occidentales ocultaron los actos violentos de los grupúsculos armados (metros y edificios públicos saqueados, tiendas Mercal –¡Donde el pueblo se abastece en alimentos!– quemadas), así como el hecho de que la televisión pública Venezolana de Televisión fue atacada con armas de fuego. 


25. Los medios occidentales, lejos de presentar los acontecimientos dramáticos ocurridos en Venezuela con toda imparcialidad, tomaron partido a favor de la oposición golpista y contra el Gobierno democrático y legítimo de Nicolás Maduro. No vacilan en manipular a la opinión pública y presentan la situación como un levantamiento popular masivo contra el poder. En realidad, Maduro dispone del apoyo masivo de la mayoría de los venezolanos, como lo ilustran las manifestaciones gigantescas a favor de la Revolución Bolivariana. 


*Doctor en Estudios Ibéricos y Latinoamericanos de la Universidad Paris Sorbonne-Paris IV, Salim Lamrani es profesor titular de la Universidad de La Reunión y periodista, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Su último libro se titula Cuba. Les médias face au défi de l’impartialité , Paris, Editions Estrella, 2013, con un prólogo de Eduardo Galeano, http://www.amazon.fr/Cuba-m%C3%A9dias-face-d%C3%A9fi-limpartialit%C3%A9/dp/2953128433/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1376731937&sr=1-1 Contacto: lamranisalim@yahoo.fr ; Salim.Lamrani@univ-reunion.fr Página Facebook: https://www.facebook.com/SalimLamraniOfficiel 


Fuente:

rCR


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UCRANIA TAMBIÉN ESTÁ A LA VUELTA DE LA ESQUINA



El cuaderno de Kiev. Un diario desde el 19 hasta el 24 de febrero

2/6

La Vanguardia
Sociología crítica
2014/02/27

Jueves 20 – ¿Representa el Maidán a toda la nación?. La respuesta es no.  ¿A toda la capital?, tampoco pero sí a una mayoría de su población. Hay mucha gente harta de la violencia.  La jornada de tregua de hoy ha comenzado con disparos de ambos bandos que han dado lugar a una carnicería con varias decenas de muertos. Francotiradores han matado desde los tejados tanto a activistas de la oposición como a policías. Se ha visto una veintena de cadáveres de civiles. Los informes que se recogen al pie de las barricadas son confusos. A primera hora gana la sensación de que el poder está al caer, porque los manifestantes han avanzado las posiciones perdidas el miércoles, pero la jornada concluye con  la sospecha de que una acción de fuerza de ese mismo poder tambaleante podría ser inminente. Entre una y otra percepción, varias docenas de muertos entre primera hora de la mañana y el mediodía. No hay mejor ilustración de la volatilidad de la situación y del polvorín en el que se ha convertido esta revuelta bendecida desde Occidente.

Converso con cuatro personajes de este drama en la esquina de la calle Institutska con Shokóvichna. Conforme me he ido acercando al epicentro de la batalla, disminuye el número de gente por la calle. A apenas diez minutos de aquí, el pulso de la ciudad fluye con completa normalidad, tráfico, comercios, peatones… Un detalle, los guardias de tráfico llevan fusil, por primera vez. Algo más abajo, varios miles de personas mantienen el frente en la plaza (Maidán). Maidán no es palabra eslava, sino turca. Recuerda que tres imperios se disputaron esta tierra históricamente; austro-húngaros, rusos y otomanos. Hoy el juego es entre dos, rusos y euro-atlánticos.

Desde que se cruzó la frontera de la sangre, hay mucha gente harta del desorden y  harta del presidente, unos por considerarlo un calzonazos que no ha puesto orden, otros por considerarlo encarnación de todo lo que se ha deteriorado en el país en los últimos años, la corrupción, el nepotismo, sus negocios familiares, toda una manera de funcionar. Pero por antipático que sea, este presidente no es Mobutu: fue elegido en 2010 en unas elecciones limpias (según la OSCE) cuyo mandato concluye antes de un año. ¿Vale la pena toda esta sangre y la tragedia que contiene, por echar a Yanukovich un año antes? Los líderes de la oposición, sostenidos por Estados Unidos y la UE, creen que sí. Moscú, que sostiene y al mismo tiempo maltrata a sus socios ucranianos y no confía en Yanukovich porque le chantajeó con una venta a Occidente, apuesta por el no. Respecto al Maidán, parece un objeto incontrolado en el que los más brutos mandan cada vez más sin que los líderes de la oposición puedan imponerse.

Marina, funcionaria de uno de los museos del barrio gubernamental es muy crítica con Yanukovich, pero aún más con la violencia. “Es una cuestión de principio, cuando se empieza a matar, se acaban las razones”, dice. Tatiana, que tiembla tanto por el frío como por la tensión quiere que la autoridad corte de una vez con esta anarquía. Su marido es policía, dice que han disparado contra ellos y que ya no se puede aguantar, aunque hay muchos más civiles que uniformados muertos. Slava, joven historiador votante de “Svoboda” un partido nacionalista con conexiones ultraderechistas, dice que todo se solucionaría si Yanukovich se fuera y se convocaran  elecciones anticipadas. Dice que no existe el peligro de que las regiones del Este y del Sur del país no aceptaran un nuevo poder y se abriera un proceso degenerativo para la integridad de este país bicéfalo, con identidades, religiones y lenguas diversas. Es el más optimista de los que encuentro y, desde luego, el más representativo, de la opinión de la buena gente que hay en la plaza.

En el país hay adversarios y partidarios del Maidán, la diferencia es que los segundos demuestran una “pasionarnost” (una pasión y una febril voluntad para realizarla) de la que los primeros carecen por completo. La gran mayoría de Ucrania que no quiere esto no se moviliza y contempla la situación desde la barrera. Las manifestaciones de apoyo al presidente que se han visto son asuntos de empresa organizados y subvencionados, una figura familiar y bien conocida en la ex URSS: Protestas sin alma.

Una conversación agradable y plural, la que mantengo con Tatiana, Marina, Slava y Viktor, éste último un veterano, si no fuera por su contexto. Bajo ruido de ráfagas de fuego real y junto a una barricada con camiones “Kamaz” completamente calcinados que han quedado fuera de la zona de combate. Detrás nuestro un Mercedes nuevo de trinca incendiado y más allá un grupo de ambulancias esperando intervenir en las muchas emergencias del día. Un agente de los cuerpos especiales explica que les han ametrallado desde la protesta. “Han matado a cincuenta de los nuestros”, dice, algo completamente exagerado pero que ilustra las ganas de la policía por cargar de una vez. El enfermero de la ambulancia confirma haber retirado a un herido de bala en la zona, pero no era policía, sino civil.

En Maidán y sus alrededores el adoquinado ha sido arrancado para aprovisionarse de proyectiles. Debajo aparece la tierra y el barro.  En el  vecino monasterio Mijailovski hay una especie de cuartel general que incluye una iglesia, la de San Juan Bautista, que ejerce de hospital de campaña. Un médico que sale a fumar explica que practican operaciones. Son las cuatro de la tarde y dice que le han traído diez heridos de bala, pero ningún muerto. Algunos heridos, cuya condición no es crítica, prefieren no ir a hospitales por miedo a que los fichen o cosas peores.  Después de casi tres meses de protesta, que desde el 19 de enero es muy violenta en respuesta a la también violenta carga policial de aquel día, el verdadero milagro es que no haya habido mucha más sangre.

A las cinco de la tarde me repongo en una cafetería, ya fuera de la “zona cero”. La camarera me dice que van a cerrar excepcionalmente. Esperan medidas de fuerza para esta noche. Le pregunto qué le parece la situación y me dice que “no se puede disparar contra la policía”. “La gente está harta de todo esto”, dice. El gran peligro es la general debilidad. También las soluciones de fuerza se pueden volver contra el gobierno. Este país es sustancia inflamable. La jornada que comienza con la idea de que cae el gobierno, se cierra con la sospecha de una inminente acción de fuerza.

-  Recapitulo: En el día de la tregua y del duelo por los muertos del martes, con las banderas a media asta en luto por las víctimas de las violencias de la víspera, es cuando más muertos se han registrado. Y cada vez hay más armas. La jornada empezó sobre las nueve de la mañana con una agresiva ofensiva de los grupos paramilitares de la plaza que rompió todo propósito de paz. “Los hemos echado hacia allá”, explicaba a medio día un activista de esa escena armado de casco y barra de hierro. Es verdad, los echaron, los arrollaron recuperando algunas de las posiciones y edificios perdidos en la jornada anterior. Por el camino tomaron más de sesenta policías “prisioneros”. La situación se hizo tan tensa que la sede del parlamento fue evacuada. Parecía que Maidán iba a tomar el poder. Entonces aparecieron los francotiradores.

El ministerio del Interior fue el primero en denunciar el hecho, diciendo que tiraban contra los policías. La oposición dijo que los baleados fueron ellos y un diario local ofreció un informe detallado cuya tesis era que los tiradores eran una docena de miembros de una unidad de élite con domicilio en la sede del consejo de ministros. El informe es una noticia en sí mismo, tanto si es cierta como si es una intoxicación, una “utka” como dicen aquí, que proviene de la cocina de los servicios secretos. Hay motivos para dudar de todo lo que se publica, y hay que observar los resultados: estamos sobre los 67 muertos, según cifras oficiales, entre ellos 13 policías desde el martes.

La policía, ahora sí, está recibiendo armas de combate. Hay muchos heridos de bala y los hospitales están llenos, dice la defensora del pueblo, Valeria Lutkovskaya. En trenes y vehículos se han confiscado alijos con destino a Kíev. Todos se acusan de todo. En círculos próximos al gobierno se constata que la plaza no quiere acuerdos, solo que se vaya el Presidente. En la plaza se acusa al Presidente, e incluso a Rusia, de estar detrás de los francotiradores. La plaza es un sujeto autónomo y sin aparentes problemas de dinero, se dice sugiriendo una fluida financiación, pero en el campo del gobierno hay brechas, diputados que se van del partido del presidente, y deserciones tan significativas como la del alcalde de Kíev. El poder está en el suelo y parece tan fácil tomarlo que nadie parece preguntarse por el siguiente paso: qué pasará después. Después de un hipotético cambio de gobierno, o después de un “restablecimiento del orden”.

Los tres ministros de la UE, Fabius, Steinmeier y Sikorski han mantenido consultas con el Presidente Yanukovich. Lo que debía durar hora y media, duró cinco horas e incluyó contactos con la oposición. Los ministros llegaron con una amenaza de sanciones en su cartera y se encontraron con decenas de muertos y con que el Presidente iba a declarar el estado de excepción. La reunión evolucionó en una dirección más constructiva. Una “hoja de ruta para salir de la crisis”, señalan fuentes diplomáticas occidentales. En el aire una propuesta de elecciones anticipadas este año que Yanukovich acepta, se dice. No todos están contentos con tal “concesión”. “Soy pesimista” (en el sentido de que Yanukovich no sea destronado para siempre jamás), nos dice el influyente eurodiputado alemán Elmar Broch, un halcón de la CDU de Merkel.

La UE no tiene plan ni programa. Lo único que ha hecho hasta el día de hoy ha sido pasear a más de veinte de sus políticos por  el Maidán en solidaridad con una protesta que en cualquiera de sus países habría dado lugar a un estado de excepción “antiterrorista” de tomo y lomo hace muchas semanas. Desde que en 2008 se ideó el esquema para arrebatarle a Moscú nuevas influencias en la región, la UE actúa en el Este como un imperio. El acuerdo de integración ofrecido es, manifiestamente, una antesala para el ingreso del país en la OTAN. La UE actúa como un imperio ineficaz y torpe. Su credibilidad mediadora vale poco. Carl Bild, el ministro sueco neocón que está en el origen del plan de “integración” y que dice que el presidente ucraniano es el único responsable de todo lo que ha pasado aquí, fue acusado ayer por un conocido intelectual progubernamental de “tener las manos manchadas de sangre ucraniana”.  Moscú, que ha enviado a uno de sus diplomáticos más capaces, el defensor del pueblo Vladimir Lukín, tampoco tiene credibilidad. No se trata tanto de Rusia (aunque en el Oeste de Ucrania también se trata de eso por claras razones históricas), sino de su régimen, del carácter siempre “sumergido” y elitario de las relaciones que el Kremlin mantiene con los políticos ucranianos. Hace falta una figura independiente y con autoridad que reúna a todas las partes y detenga esta peligrosa espiral de violencia.

Una diplomacia desmarcada del “o todo, o nada” (la practicada hasta ahora con enorme torpeza e irresponsabilidad  por el eje Bruselas/Berlín/Varsovia,  sobre un agresivo  guión más americano que europeo) y que integrara a Rusia, contribuiría a disminuir muchas tensiones.  Ucrania es un país clave para Rusia, en gran parte forma parte de la Rusia histórica, que nació en Kíev en el siglo IX, y el intento de hacerla elegir entre uno y otro imperio contiene serios riesgos de violencia y desintegración territorial, por la sencilla razón de que la mayoría de los ucranianos se sienten vinculados a Rusia, algo que está mucho más allá de la política. Ignorar ese dato es criminal.  Mientras en Moscú hay plena conciencia de ese factor, en Bruselas y Berlín se prefiere jugar a la ruleta rusa con el espectro de una nueva Yugoslavia.

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jueves, 27 de febrero de 2014

QUÉ HAY EN JUEGO EN UCRANIA

Qué hay en juego en Ucrania / Olga Rodríguez


Olga Rodríguez  / eldiario.es
 Sociología crítica
 2014/02/25

EE.UU. ha intervenido activamente diseñando el cambio de Gobierno en Ucrania, y así lo refleja una filtración reciente | Washington ha subrayado la importancia de los 5.000 millones de dólares invertidos en Ucrania para obtener las “aspiraciones europeas” del país | El gas ruso, la geopolítica y los intereses de la OTAN hacen de Ucrania un escenario clave.     
Ucrania está marcada por una profunda corrupción que inunda todos los aspectos de la cotidianidad de sus habitantes. 

“Si quiero tener garantías de que voy a cobrar una ayuda por desempleo, sé que debo sobornar a alguien”, me contaba recientemente una mujer ucraniana.

Corrupción y pobreza

El pago de dinero negro a algún funcionario para obtener una ayuda estatal, una pensión o un visado que permite la entrada en países de la Unión Europea es algo habitual en este país reinado por una oligarquía que apuesta por Occidente o por Moscú en función de sus intereses.

La pensión media es de unos 140 dólares al mes. El sueldo medio mensual es de unos 290 dólares, una cantidad claramente insuficiente en una nación donde hasta el médico pide una “recompensa” por sus servicios. Además, el país experimenta una enorme brecha entre ricos y pobres. 

Por eso no son pocos los ucranianos que viajan a la UE en busca de salarios con los que poder mantener a su familia. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, en septiembre de 2011 el 14,4% de los ucranianos -es decir, 6,5 millones- eran emigrantes, y la población se estaba reduciendo en 330.000 cada año a causa de la marcha de personas en busca de trabajo en terceros países.

Esta situación económica y social, mezclada con la corrupción y con el poder de una oligarquía que goza de gran impunidad, es clave para entender el caldo de cultivo en el que se generan las protestas. Muchos ucranianos tienen razones más que suficientes para protestar y para desear un cambio real en su país. El riesgo que corren es pensar que la Unión Europea será la solución a sus problemas.

La oferta europea 

Por otro lado, la UE nunca ha ofrecido a Ucrania un acuerdo de integración, sino un simple pacto de “asociación y libre comercio”. Dicha oferta, que se iba a firmar el pasado noviembre, fue finalmente rechazada por el Gobierno de Yanukóvich, lo que provocó la organización de las protestas en Kiev, convocadas por la oposición política. Yanukóvich argumentó que dicho acuerdo pondría en peligro sus relaciones comerciales con Rusia y pidió a cambio una compensación económica que la UE se negó a entregar. 

La oferta de la Unión Europea a Ucrania contemplaba la eliminación de aranceles y de barreras comerciales a los capitales de la UE. Iba acompañada de la promesa de “ayudas económicas” a cambio de que Ucrania adoptara una serie de duras reformas dictadas por el Fondo Monetario Internacional, organismo que está obligando a países como España a bajar sueldos, aplicar recortes y eliminar o reducir ayudas y subsidios. 

Ucrania es además un importante socio comercial para Rusia, país al que destina más de un cuarto del total de sus exportaciones. El Acuerdo de Asociación propuesto por la UE habría abierto el mercado ucraniano a la Unión Europea: los productos comunitarios habrían podido entrar sin aranceles en un mercado con 45 millones de consumidores potenciales, perjudicando a los productos ucranianos, sin capacidad para competir frente a los de la UE.

En noviembre, tras el rechazo de Kiev al pacto comercial con la UE, Rusia anunció para Ucrania un crédito de 15.000 millones de dólares y estableció un tercio de descuento sobre el precio de sus importaciones de gas.

La injerencia extranjera

Un análisis de lo que ocurre en Ucrania se quedaría cojo si no tuviera en cuenta el enorme protagonismo de actores internacionales, los intereses de Estados Unidos, la UE y Rusia. 

En un artículo publicado en diciembre ya mencionaba la postura de alguien tan influyente en la política estadounidense como el analista y asesor Zbigniew Brzezinski, empeñado desde hace tiempo en destacar el papel fundamental de Ucrania. 

De hecho, antes de que estallaran las protestas, Brzezinski ya subrayaba la importancia de actuar en Ucrania para impedir una mayor integración del país en la órbita rusa, sobre todo después de que el Gobierno ucraniano se comprometiera, al igual que Armenia, a unirse a la Unión Aduanera que Rusia forma ya con Kazajistán y Bielorrusia. 

Hace tan solo unos días Brzezinski escribía: “Saludo al heroico pueblo de Maidán. Ahora debéis trasladar vuestra valentía histórica en herramientas políticas efectivas”. 
El gas, la cuestión militar y la geopolítica 

Ucrania es clave en un plano tanto militar como geopolítico y económico. Algo más del 75% de las exportaciones de gas ruso van destinadas a países de la Unión Europea, y de ellas, más de la mitad pasan por territorio ucraniano. A su vez, Ucrania depende casi por completo del gas ruso. 

Además, Ucrania, con el segundo ejército más numeroso de Europa tras Rusia, es la pieza del puzzle que le falta a la OTAN en el territorio fronterizo con Rusia, donde la Alianza Atlántica se expande hasta Lituania y Polonia y donde Washington implementa su escudo antimisiles, con intención de mantener a raya a Moscú. 
Por lo demás, la exrepública soviética es un importante enclave militar que permite a Moscú tener acceso al mar a través de la península de Crimea, donde se encuentra la base militar de la flota rusa en el Mar Negro.
EE.UU. planeando el futuro Gobierno de Ucrania

Hace tan solo dos semanas un vídeo filtrado por Internet SaveFrom.net - que ha pasado algo desapercibido teniendo en cuenta su carácter esclarecedor- mostraba una conversación telefónica entre dos altos diplomáticos estadounidenses. En dicha grabación, la secretaria de Estado estadounidense adjunta para asuntos europeos, Victoria Nuland, debatía con el embajador estadounidense en Kiev, Geoffrey Pyatt, sobre cómo facilitar el éxito de la protesta contra el Gobierno ucraniano. 

El diálogo filtrado desvela que Washington tiene una implicación mucho mayor en Ucrania de la que muestra públicamente. Nuland y Pyatt hablan en esa conversación sobre los líderes de la oposición que deben estar o no en el futuro gobierno. Ambos acuerdan que su hombre es Arseni Yatseniuk, líder del partido Patria, al que pertenece la ex primera ministra Yulia Timoshenko (y del que también es integrante el ahora nombrado presidente en funciones, Alexánder Turchinov). 

En la conversación Nuland y Pyatt descartan a Vitaly Klitschko, líder de otro partido de la oposición. Klitschko, exboxeador, cuenta con el apoyo explícito de la Unión Demócrata Cristiana de Angela Merkel. En la conversación filtrada, Nuland dice: “No creo que Klitschko deba entrar en el gobierno. No creo que sea necesario, no creo que sea una buena idea”. 

Ambos mencionan que hablarán con Klitschko. Nuland informa a Pyatt de que en los próximos días la ONU podría nombrar a un nuevo enviado especial para Ucrania y que esto ayudará a “soldar” el plan ante lo que considera la inacción de la Unión Europea. De hecho, Nuland dice: 

“Sería estupendo, creo, para ayudar a soldar esto y tener a la ONU ayudando a soldarlo, y ya sabes, que se joda la Unión Europea”. 

“Exactamente”, contesta el embajador. 

El “que se joda la UE” de Nuland plantea una fricción entre Washington y Alemania. A ojos de la diplomática estadounidense, algunos actores de la Unión Europea han querido evitar tensiones con Rusia y han optado por no ser contundentes en la pelea por Ucrania. Estados Unidos ha asumido el papel más activo en la estrategia diseñada para expulsar a Yanukóvich e impulsar un giro de Kiev hacia el Oeste. 

Para rematar la conversación filtrada, Nuland informa a Pyatt de que el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, está dispuesto a intervenir en la cuestión ucraniana para “conseguir los detalles” y para un “atta-boy” [expresión coloquial que se usa para dar ánimos, procedente de “that`s the boy”, que se puede traducir como “bien hecho”, en este caso se entiende que es para animar a alguien en privado].
5.000 millones de dólares estadounidenses

El pasado diciembre también Victoria Nuland ofreció una conferencia en el Club Nacional de Prensa en Washington SaveFrom.net, y en ella mencionó la enorme inversión que EE.UU. ha hecho en Ucrania -más de 5.000 millones de dólares- para conseguir “sus aspiraciones europeas”: 

“Desde la declaración de independencia de Ucrania en 1991, Estados Unidos ha apoyado a los ucranianos en el desarrollo de instituciones democráticas, mientras promovían la participación de la sociedad civil y el buen gobierno, todo ello necesario para alcanzar sus aspiraciones europeas. Hemos invertido más de 5.000 millones de dólares en ayudar a Ucrania a conseguir estos y otros objetivos.” (Minuto 7:27 del vídeo)
Esa cantidad mencionada por Nuland es la entregada por Washington a diversos grupos no gubernamentales y programas de asistencia en Ucrania. 

Los objetivos de Estados Unidos se van cumpliendo. Yanukóvich ha sido expulsado y Yulia Timoshenko, la candidata de Washington en 2004, encarcelada posteriormente por abuso de poder y corrupción, ha sido puesta en libertad, un hecho celebrado por el presidente del Parlamento europeo, Durao Barroso o por la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton.

Un guión escrito de antemano

La población ucraniana tiene multitud de razones para protestar y exigir un país diferente. Pero la prioridad de quienes se han erigido como representantes de eso que algunos llaman ‘revolución’ no parece residir en la lucha por un modelo político y económico más justo. Sus intereses son otros.

Lo que se ha buscado hasta el momento ha sido un simple traspaso del poder de unas oligarquías a otras, partidarias estas últimas de un acercamiento a la UE y por tanto a EEUU. Prueba de ello es cómo, tras la caída de Yanukóvich, se está poniendo en práctica de forma ordenada un guión claramente escrito y planeado de antemano. 

Según dicho guión, el Gobierno de Yanukóvich, al servicio de los intereses de una oligarquía, dará paso a una Ucrania cuyas prioridades son aproximarse a Bruselas y al FMI y aceptar la imposición de duras medidas económicas. Eso no es precisamente una revolución. Ucrania se encuentra atrapada entre varias derechas -una de ellas, la ultraderecha-, cada cual con objetivos ajenos a los intereses de la mayoría de la población.

El FMI entra en escena

Quedan diversas incógnitas por despejar, entre ellas, los entresijos de las conversaciones entre militares, oposición política y actores internacionales, así como el papel real del Ejército ucraniano, que se ha definido como neutral en un momento en que el Gobierno de Yanukóvich necesitaba su respaldo.

De lo que no hay duda es que los planes frustrados en noviembre serán ahora retomados. Tanto Reino Unido como Alemania ya han anunciado que reclamarán un paquete de “ayudas” para Ucrania del Fondo Monetario Internacional. Estados Unidos también ha expresado “su fuerte apoyo” a Ucrania para solicitar ayuda financiera al organismo financiero internacional.

En Washington hay sin duda satisfacción: las crecientes ambiciones de Putin han sufrido un varapalo y se intensifican los esfuerzos por ampliar la influencia política y económica occidental en la región. Los planes van saliendo según lo esperado. Poco importa que para ello se haya contado con la inestimable ayuda del fascismo ucraniano.

Fuente: http://www.eldiario.es/internacional/juego-Ucrania_0_232376778.html

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