martes, 12 de febrero de 2013

GOBIERNO DIMISIÓN: A SANTA LUCIA DE LA SANTÍSIMA CORRUPCIÓN, QUE VE MENOS QUE UN GATO DE YESO CON LOS OJOS VENDADO METIDO EN UN BAUL CERRADO EN UNA NOCHE CORRUPTA Y NEGRA COMO LA BOCA DE UN LOBO Y QUE ESTO Y LO OTRO. DIMISIÓN


CUARTETA TRIUNVIRAL CON VENTANAS A LA CALLE Y MUY EJEMPLAR A NO SEGUIR. VERBIGRACIA (QUE NO LO DIGO YO, QUE ES LA FOTO):

(Foto, EL PLURAL.COM, GRACIAS A DIOS. Gerardo Díaz Ferrán, Jaume Matas, el Rey don Juan Carlos en persona y Arturo Fernandez y el Santo Espíritu que siempre está donde menos te lo esperes, pero que no se ve, porque si se viera nadie podría robar,  porque entonces le diría el Santo Espíritu: " ¡Quieto parao, Garganchón, en el nombre de Dios,  quita esas manos del cajón del dinero que luego van al pan, so marrano, que es lo que eres, un marrano! Y entonces yo no podría escribir esto)

Y, a lo que iba:

VERSOS DE LA CORRUPCIÓN,
Y SU PUTA MADRE ANDANTE:

Viento a vela el gran bajel
cargaito de millones
pa Suiza se las pela.
A Gerardo Díaz Ferrán, 
de la CEOE otrora
las rejas me lo asujetan.
Otro que tal,
Jaume Matas.
Y por si me fueran pocos 
Fernandez de nombre Arturo
para el trullo que se apunta.
Y como firme mastil de agarre
de velamen tan corrupto,
se halla presente en el centro,
Don Juan Carlos de Borbón,
que siendo primero es último. 
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Autor: mismamente aqui el artista.
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RAJOY: POR EMBUSTERO, ALTERADOR DEL ORDEN PUBLICO Y ENCUBRIDOR DE CHORIZOS SUIZOS, DIMISIÓN

ACERCA DE LA CORRUPCION


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Gentileza de http://www.iidh.ed.cr/siii/index_fl.htm para lBIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL


II. Corrupción y política 

La relación entre corrupción y política es mucho más profunda de lo que quisiéramos y los políticos estarían dispuestos a admitir. En primer lugar, no hay que perder de vista que la corrupción no sólo es una acción más o menos consagrada como delictiva sino también un importante medio de influencia política con manifiestas ventajas respecto de la pura persuasión, por un lado, y la coerción, por el otro (Njaim 1995). En el fondo, los actores políticos sobre todo en los casos de corrupción oficial y no personal (ver supra) casi nunca están dispuestos a renunciar completamente a esta forma de influencia. Si esto rige para la política interna es de figurarse con cuanta mayor razón se aplica al ámbito internacional y a situaciones en las cuales no son simples operaciones comerciales las que están en juego sino también luchas de poder, donde cada estado, en el mundo de la competitividad y el globalismo, tiende a identificar su interés con el de sus empresas, máxime si se trata de negociaciones sobre armamentos y otros ramos similares donde entran en juego enormes sumas de dinero. Por consiguiente, una sana cautela metodológica nos obliga a tomar las debidas precauciones para movernos en medio de una atmósfera que contiene densos elementos tanto de cinismo como de hipocresía y a valorar en su justa dimensión decisiones que, frecuentemente, son arrancadas a sus autores por la fuerza de los acontecimientos, a pesar de que a menudo se trata más de acciones para la galería que para el círculo reducido de quienes se supone tienen la principal responsabilidad de aplicarlas, pero ¿qué dirigente político se arriesga a que se repute que está en contra de acuerdos y políticas anti-corrupción? 

Pese a ello es imposible desconocer la dimensión ética del asunto porque en la política también operan argumentaciones y se emprenden acciones que no pueden ser comprendidas si no se tienen en cuenta valores que los actores postulan como absolutos e incondicionados por contraposición a argumentaciones y actuaciones fundamentadas en filosofías puramente utilitarias. En la actualidad en el campo de los derechos humanos y cada vez más en materia ecológica y de conservación del medio ambiente, se manejan posiciones éticas que van más allá de cálculos de costos y beneficios. Por lo tanto, pese a toda la dificultad que para regular la corrupción deriva de su conexión con la política, se trata también de un asunto donde tiene mucha fuerza y hasta predomina la posición de que debe ser perseguida y reprimida independientemente de los costos que ello acarree. Este predominio comporta que el cinismo político tiene que replegarse vergonzosamente y no esgrimir sus argumentaciones o tropezar con mayor resistencia que en otras épocas, lo que ha dado pie para hablar de que los escándalos no revelan una crisis moral sino más bien la elevación de los patrones de moralidad (Pérez Perdomo y Capriles 1991), pero no significa que en contra de la corrupción no se alegue que es dañina ya sea para el comercio internacional o para el desarrollo de los países, pero estos argumentos sólo refuerzan un rechazo principista que les da mayor vigor del que tendrían por sí solos. 

 III. Dimensiones de la evolución del concepto de corrupción política 

 A. América Latina 

 En América Latina constatamos que se pasa del uso del término corrupción administrativa o peculado (Sánchez Viamonte 1960) desde la década de los cuarenta hasta mediados de los setenta del siglo XX, al empleo predominante del vocablo corrupción política o, simplemente, corrupción. Los movimientos democratizadores en esta época reivindicaban frente a las dictaduras la causa de la honestidad en el manejo de los recursos públicos. Las fuerzas políticas modernizadoras, precisamente en tanto que lo eran, reaccionaban contra el carácter patrimonialista o semipatrimonialista de tales dictaduras, propugnando la estricta separación entre lo privado y lo público. En esta lucha ocupaba un papel fundamental la erradicación de la corrupción electoral mediante la implantación del sufragio universal y la creación de organismos electorales independientes. Esta causa, que obtuvo resultados más o menos exitosos en los diferentes países, estaba animada, sin embargo, de una cierta ingenuidad en cuanto que tácita o expresamente partía del supuesto de que con la implantación de la democracia el problema de la corrupción desaparecía o se transformaba en secundario. La corrupción afectaría eventualmente a los funcionarios mas no a los dirigentes políticos, templados en la batalla por llevar a las masas al protagonismo político que hasta entonces les había sido negado, dirigentes que actuarían como garantes y vigilantes de que no se volviera a la corrupción. 

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RAJOY, EL PLUMERO, QUE SE TE VE. Y POR LADRÓN Y MAMÓN, DIMISIÓN Y AL JUZGADO DE CABEZA A DECLARAR COMO UN PRESUNTO INOCENTE MÁS, PORQUE LA PRESUNCIÓN DE INOCENCIA LA TIENES, SÓLO TE QUEDA DEMOSTRARLA EN LOS JUZGADOS CORRESPONDIENTES.


(¡Oh, la lá!)

Por si no fueran pocas las mentiras sistémicas dichas por los principales jefes del PP para ganar las elecciones, donde Mariano Rajoy destaca por su papel de dirigente principal, y por si no fueran pocos los desmanes cometidos (y los que tienen en cartera cometer, entre otros, la aplicación del artículo 135 de la Constitución, modificado a iniciativa del PSOE) contra la inmensa mayoría de los españoles con los recortes sociales llevados a cabo (y los que tienen previsto realizar), el caso Bárcenas le viene a explotar en la cara a la cúpula dirigente del PP. 

Pero por la denominación del “caso Bárcenas” no se expresa simplificadamente más que la gotita de agua de las muchas que contiene el mar de la corrupción imperante en un sistema corrupto como es esta democracia de chi chi nabo en la que estamos, porque el caso Bárcenas mirado como se debe mirar, objetivamente, no es más que uno de los flecos que le cuelga al mayor caso de corrupción conocido (¡ y todavía no lo conocemos todo!) de la historia reciente de este País, la trama Gürtel, (aunque las cúpulas correspondientes del PSOE puedan ser, y sean, responsables de otras corrupciones enunciadas recientemente por el político del PP, coordinador de sus Nuevas Juventudes, Diego Viñas, para difuminar las propias, tales como que el “PSOE es un partido que ha robado, secuestrado, matado, enterrado gente en cal viva…”, cuya enunciación, posiblemente contra la propia voluntad, Diego Viñas, no hace sino hacernos caer en la cuenta de que el nivel general de la corrupción está más alto de lo que parece, puesto que a la corrupción de los jefes del PP con la trama Gürtel hay que sumarle la correspondiente y atribuible a los jefes del PSOE).

El diario El Plural.com, cumpliendo con su función de informar (otros diarios des informar retorciendo los hechos o desenfocándolos o condicionándolos o simplemente silenciándolos para que no calen en la opinión pública), en diferente números nos ha expuesto 15 casos de la trama Gürtel, en la que está imputado Bárcenas, nacida estando en el gobierno del PP José María Aznar. “Las causas seleccionadas están siendo juzgadas en el Tribunal Supremo, Audiencia Nacional, Tribunal Superior de Justicia de la C. Valenciana así como en varios juzgados de instrucción de diferentes municipios. Las hay de todo tipo y condición y se extienden por todos los ámbitos territoriales. El número de imputados tan solo de los casos aquí seleccionados asciende a más de 300.” (LOS GENOVESES 01/02/2013. EL PLURAL.COM). “…, las causas afectan a decenas de ex alcaldes y ex concejales en municipios repartidos en seis CCAA, a cerca de una veintena de diputados y ex diputados autonómicos, a decenas de altos cargos de varios gobiernos regionales, a ex diputados, ex senadores y ex eurodiputados.” (LOS GENOVESES 01/02/2013. EL PLURAL.COM). “Para completar el cuadro, se encuentran imputados asimismo decenas de empresarios, asesores fiscales y testaferros varios que forman parte activa de las diferentes tramas aquí relatadas que en honor a la verdad aunque representan a diferentes sectores empresariales, predominan los provenientes del sector de la construcción.” (LOS GENOVESES 01/02/2013. EL PLURAL.COM). Y, añade a continuación: “Y para todos aquellos que conocen el Código Penal decirles que en estas 15 causas se dan cita una rica y variada tipología de delitos presuntamente cometidos: Cohecho pasivo y activo, prevaricación, malversación de fondos públicos, financiación irregular, delitos electorales varios, blanqueo de capitales, etc.” (LOS GENOVESES 01/02/2013. EL PLURAL.COM). 

Como puede verse, sustanciosa, genuina y extendida corrupción la imperante en el reino de súbditos de don Juan Carlos I (que algunos decimos, y último) de España, a la que hay que sumar la muy real y graciosa corrupción de la propia Corona, dentro de la cual nos encontramos con el caso Urdangarín, yerno del Rey, “empalmado” vía ducal con su hija tras el pertinente y real braguetazo dado en su día, al que ahora los Juzgados están intentando desempalmarlo, des braguetarlo y des embragarlo para ver si por la módica cantidad de ocho millones de euros en forma de fianza se pudiera garantizar la devolución de lo robado, y dentro de este laberinto de corrupción, de las sabidas hasta este momento, hay que señalar, por vía nacionalista según se va a mano derecha, las de Artur Mas y Puyol en Cataluña.

Las pruebas de que Mariano Rajoy se pringó con el dinero de la trama Gürtel como el primero, independientemente de las cantidades, parecen cada vez más evidentes, aunque para su confirmación falte su propia declaración voluntaria, ante Dios y ante los hombres, pero primero empezando por los hombres, cosa esta de que Mariano Rajoy se declare culpable ante los hombres yo la veo una chispitilla difícil. Y no por nada especial, sino porque el culpable tiene todo el derecho del mundo a mentir para defenderse dando cuantas ruedas cuadradas de prensa quiera para evitar preguntas, además de que es presunto inocente, por lo que yo pongo la mano en el congelador del frigorífico hasta que se me queme, y si me sale ardiendo la mano que arda, ¡que se joda!, que mire antes de hacerlo lo que va a hacer.

Y es por todo ello por lo que veo justo y necesario que Mariano Rajoy dimita para que pueda ser juzgado como Dios manda. Daos fraternalmente la mano. Podríais ir en paz, hermanos. 

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