sábado, 21 de octubre de 2017

EL BARRIL DE POLVORA CATALÁN: A MARIANO RAJOY NO LE GUSTA LA GASEOSA. PREFIERE EL MARCA Y EL EXPERIMENTO DE PEGARLE FUEGO AL BARRIL DE LA PÓLVORA, Y QUE LE DEN POLCULO, SALGA EL SOL POR ANTEQUERA O EL BAJO LLOBREGAT, QUE ÉL LO QUE QUIERE ES GANAR LAS ELECCIONES EN ESPAÑA A COSTA DE LOS CATALANES Y, ADIÓS MI ESPAÑA QUERIDA DENTRO DE MI ALMA TE LLEVO PRENDIDA (Va por Antonio Molina que es mucho gueno)



Seríamos nosotros los comunes mortales, un suponer, capaces de ser conscientes, otro suponer, que esto no vas más que de suponer y suponer y suponer, así que no se me desvíen, que si come el Rey, viste, calza, se desmelena, cuando se desmelene y se enriquece sin trabajar, es porque un jubilado de hoy; el padre del jubilado de hoy; el abuelo de jubilado de hoy se dejaron la vida y los huevos trabajando, creando la riqueza de la que disfruta el Rey, su familia y la Corina que no es de su familia?

Y de Rey para abajo de Oca a Oca y tiro por que me toca, porque en algo me tengo que entretener, no?

Los catalanes, ¡ahí, ahí!, a los catalanes quería llegar yo (y conste que a mi siempre me han tirado más las catalanas que los catalanes, no sé por qué). Lo catalanes en sí mismos, lo mismo que los manchegos, asturianos o andaluces, no son los catalanes, manchegos, asturianos o andaluces que andan metidos en la chinchorreta esa, que elos llaman política, que no trabajan, pero cobran, o o que es lo mismo, trabajanmucho para no trabajar y cobrar sin trabajar para arreglar problemas que no arreglan, sino que oscrean..., porque el problema de la barrila de polvora de Cataluña lo han creado ellos, no?, porque la corrupción la hancreado ellos, no?, porque el robo de las pensiones a lso jubilados lo está haciendo ellos, no?, porque las expoliación de las mejores empresas del Estado lo han hecho y están haciendo  ellos, no?, porque los paraísos fiscales donde el personal patrio se lleva el dinero que justo hace falta en España se hace porque ellos lo permiten, no? ¡Anda la hostia, que se me pasaba! Y la caja B, h, o, p, q, r,s,z (y que sueltes el 3% si quieres obra publica, concesión, arte y parte en la próxima privatización que tengo aquí preparada, que ya lo cobrarás tu luego subiendo un 3% en el mondongueo que te toque, y que lo que se te ofrezca, a mandar) no la han inventado ellos?


Bueno, tengamos la fiesta en paz, pelillos a la mar, lo pasado, pasado está, gracias a una amnistía fiscal que me ha sentado como una bendición. Seamos optimistas, ¡ánimos!, cerremos los ojos, que a ojos cerrados hasta que no te pegas el trompazo contra la pared no lo notas.


Ahora vamos a hablar de lo positivo, del artículo 155... ¿Que qué es el artículo 155? Pues que va a ser, señor mío, un artículo. ¿Y que dice el artículo? Señor, es usted un caso perdido, está agotando mi paciencia, el artículo 155 dice: 1-5-5, o es que no lo ve? Es más, el artículo 155 es de aplicación gradual, primero de aplica el 1, luego se aplica el 5 y por último, caso de que venga las cosas muy  mal dadas se aplica el único 5 que queda y todos más contentos de unas Pascuas. Y dejemos este asunto porque es que me marea, la verdad.


Queda la tricharlotada, en la que interviene Chorlito 1, Mariano Rajoy, Chorlito 2, Pedro Sánchez (que tecalaobacalao) y Chorlito 3, Albert Ribera que se ha creído que la política es como conducir su moto, con la CHARLOTADA de la convocatoria de elecciones autonómicas para resolver el problema catalán. Y si el resultado electoral, chispa más o menos, voto arriba voto abajo, es semejante al actual? Se avisará al especialista en alterar el orden público, señor Capriles, venezolano, zancocho de la derecha, para no aceptar el resultado electoral?

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El Gobierno destituirá a Puigdemont y a todo su gabinete    
       
    

21.10.2017


El president de la Generalitat, Carles Puigdemont junto al Consejero de la Presidencia Jordi Turull en un pleno extraordinario en Barcelona.
© Gonzalo Fuentes El president de la Generalitat, Carles Puigdemont junto al Consejero de la Presidencia Jordi Turull en un pleno extraordinario en Barcelona. 
 
El inédito artículo 155 de la Constitución ha sido estudiado y evaluado con exhaustividad por el Gobierno para calibrar hasta dónde podía llegar en su aplicación sobre la comunidad autónoma de Cataluña. Las medidas que hoy estudiará y aprobará el Consejo de Ministros, para ser remitidas de inmediato al Senado, cuya Mesa está convocada para la 1 de la tarde este mismo sábado, están sujetas a un último debate del Consejo. El presidente se marchó al Consejo Europeo de Bruselas y ayer a los Premios Princesa de Asturias en Oviedo con dos opciones abiertas: el relevo del presidente de la Generalitat y de los consejeros de Economía e Interior o de todo el Consell. La opción más segura es la de un relevo general de todo el consejo de gobierno de la Generalitat de Cataluña, según la versión que corrobora el PSOE, con quien el Gobierno ha pactado el marco general del acuerdo. Los ministros están ya preparados para hacerse cargo de las áreas afines a su responsabilidad a partir del sábado 28 de octubre, un día después de que el pleno del Senado como es preceptivo apruebe las medidas, previo debate de los grupos parlamentarios y escuchadas las alegaciones que presente la Generalitat.

Los acontecimientos de las últimas semanas, sobre todo, la aprobación en el Parlamento de Cataluña los días 6 y 7 de septiembre de una ley para celebrar un referéndum , ya declarada inconstitucional, y otra de transitoriedad hacia una república catalana, fuera de España, mueven al Gobierno a tomar estas medidas sin precedentes en la democracia española.
La restauración de la legalidad constitucional y estatutaria, "asegurar la neutralidad de las instituciones", y los servicios públicos esenciales, salvaguardar los intereses económicos de la comunidad y preservar los derechos de libertad, seguridad y pluralidad", exigen la destitución del gobierno catalán, explican en fuentes gubernamentales. El alcance de las medidas es acorde con la gravedad de la situación en Cataluña. Los interlocutores consultados consideran que hacer una destitución parcial no sería eficaz y, además, es muy probable que los consejeros no afectados por esta decisión del gobierno central se negaran a permanecer en sus puestos en solidaridad con el presidente y los responsables de Interior y Economía.
La coordinación de las tareas de los ministros en las áreas del gobierno de la Generalitat las ejercerá una figura por determinar pero que en absoluto tendrá perfil presidenciable, señalan en fuentes gubernamentales. El peso de las tareas la llevarán los ministros que, a su vez, encargarán a un alto cargo de su departamento a que se encargue de la tarea concerniente a la Generalitat.
Junto a la destitución del govern se espera que el presidente del Gobieno, Mariano Rajoy, invoque la celebración de elecciones en Cataluña, también al amparo del artículo 155 de la Constitución. No es previsible que diga fechas concretas aunque desde el PSOE se anunció ayer que se celebrarán en enero, como también corroboró el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera desde Oviedo, donde asistió al acto de entrega de los premios Princesa de Asturias. El anuncio de las elecciones creó un revuelo considerable durante todo el día. La dirigente socialista Carmen Calvo, confirmó en TVE la información del diario.es según la cual había un pacto del Gobierno con el PSOE para esa convocatoria. El Gobierno se resistió a confirmarlo, mientras fuentes del entorno de Pedro Sánchez informaron a EL PAÍS que ese es el acuerdo que el líder socialista tiene con el presidente del Gobierno.

Eficacia conel menor daño posible

Las palabras que más se escuchan tanto en el Gobierno como en el PP son mesura y prudencia en la adopción de las medidas que hoy aprobará el Consejo de Ministros. “Eficacia y el menor daño posible”, es el objetivo que persiguen, a sabiendas de que los partidos secesionistas e incluso los que no se han decantado por la independencia, como Podemos o en Comú Podem, rechazarán las decisiones que anuncie Mariano Rajoy. También saben que para un sector del electorado se quedarán cortos. A Rajoy le atribuyen en el Gobierno la impronta de no hacer más que lo estrictamente imprescindible, de ahí que rechazara la creación de estructuras de gobierno paralelas en Cataluña. Su criterio es que el perfil de la intervención sea bajo, casi administrativo y burocrático.

A la espera de lo que hoy señale Mariano Rajoy, el debate está instalado dentro de las filas populares ya que el PP de Cataluña, pero no solo, presiona para que no se fije una fecha concreta sino un plazo no inferior a seis meses e incluso prorrogable. “Es muy pronto para decir que va a haber elecciones en una fecha concreta, pero sí es evidente que este proceso terminará en unas elecciones”, dijo el ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo.
El pacto del PSOE con el Gobierno incluye que la intervención no implica ni la destitución ni la suspensión de actividad del Parlament de Cataluña, según informaron fuentes socialistas, hasta que no se convoquen las elecciones. No obstante, cabe la posibilidad de que se limiten sus funciones, bien sea por acuerdo del Consejo de Ministros o por la vía de los hechos (ya que al caer todo el Consell no hay control al Gobierno, ni la cámara puede recibir proyectos de ley ni proposiciones de los grupos, que han de ser informadas por el Govern). La intervención de TV3 se veía muy complicada en el seno del PSOE, si bien la última decisión la tiene Rajoy.

El Ejecutivo se cree facultado para convocar elecciones

Una incógnita se ha despejado respecto a si se puede convocar elecciones en Cataluña bajo el amparo del artículo 155. “Creemos que es una posibilidad que el 155 faculta para convocar elecciones y desde luego la lógica aboca a que se celebren en Cataluña unas elecciones”, señaló ayer el ministro portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo. Durante semanas ha habido discusiones políticas, jurídicas y constitucionales de si es posible que desde el Gobierno de la nación se puedan convocar elecciones.

El Ejecutivo ha llegado a la conclusión de que ese artículo constitucional, inédito y sin un desarrollo exhaustivo, permite casi todo. Nada más lejos de la voluntad del Gobierno y del PSOE, en todo caso, que convocar las elecciones.

Las peticiones al presidente de la Generalitat para que convoque comicios han sido incesantes y aún continuarán durante los próximos días. Hasta ayer, sin embargo, el pesimismo era evidente en las filas gubernamentales al constatar por sus conversaciones oficiosas con consejeros de la Generalitat que se estaba más cerca de proclamar la independencia en un pleno del Parlament, esta vez con toda la oficialidad, que de convocar elecciones. “La prioridad del Ejecutivo es restablecer la legalidad y la neutralidad de las instituciones catalanas, ya que ahora están vulneradas”, señaló el ministro portavoz del Gobierno para justificar las medidas que hoy tome el gabinete. Aun así estarán muy pendientes de los pasos que el Govern pueda dar la próxima semana por si el presidente de la Generalitat decidiera convocar elecciones. Aún estará en plenitud de derechos. No será relevado de sus competencias hasta que el Senado vote las medidas el próximo viernes.

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CATALUÑA: APARTE DE SER ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL, O BETICO E ISLEÑO, PORQUE YO SOY DEL BETIS Y DE ISLA MAYOR, YAMBIEN HAY QUE SABER QUE PASA EN ESPAÑA, LO QUE PASA DIGO, NO LO QUE DICEN QUE PASA



Por qué las derechas y muchas izquierdas españolas no entienden o no quieren entender lo que pasa en Catalunya

Rebelión
Público.es
19.10.2017



Los mitos del nacionalismo uninacional españolista

Una de las razones que se dan con mayor frecuencia en círculos del establishment político-mediático español para explicar el crecimiento del independentismo en Catalunya es que la mayoría de la población catalana ha sido sujeta a un lavado de cerebro durante la mayoría de los años de gobierno en Catalunya por partidos nacionalistas catalanistas, lo que explica su creciente deseo de separarse del resto de España, deseo que sería fruto de su supuesto adoctrinamiento en un sentimiento anti-español. Ha habido voces, predominantemente de la derecha catalana, de orientación conservadora y/o neoliberal, que han ayudado a que se creara esta percepción a través de mensajes y eslóganes como “España nos roba”, con los que han contribuido a la extensión en España de tal lectura de lo que está ocurriendo en Catalunya. Las declaraciones en La Sexta Noche del que fue presidente de la Comunidad de Castilla-La Mancha, y Ministro de Defensa durante el gobierno del PSOE (dirigido por el Sr. Zapatero), el Sr. José Bono, son un caso claro de este pensamiento dominante que atribuye lo que pasa en Catalunya a una manipulación de los sistemas públicos de información y de las instituciones públicas de reproducción de valores por parte de los partidos gobernantes en la Generalitat de Catalunya.


Sin negar la instrumentalización de tales medios por los gobiernos Pujol, Mas y Puigdemont (que yo he criticado extensamente), que se presenta incluso con mayor intensidad en las otras comunidades autónomas de España (donde los medios de información están también instrumentalizadas por los partidos gobernantes), tal hecho es insuficiente para explicar el creciente deseo que existe entre grandes sectores de la población catalana de separarse de España. Dicha manipulación de los medios de información por parte de los gobiernos nacionalistas catalanistas de la Generalitat de Catalunya ha sido constante durante más de treinta años de mandato y, sin embargo, el crecimiento del independentismo se ha dado solo recientemente y de una manera muy rápida, y muy en especial, desde que el Tribunal Constitucional del Estado español rechazó elementos muy importantes del Estatut propuesto por el gobierno catalán tripartito presidido por el socialista Pasqual Maragall (durante los pocos años que Catalunya ha estado gobernada por las izquierdas), y que fue aprobado por el Parlament, por las Cortes Españolas y refrendado, más tarde, por el pueblo de Catalunya.


Las causas verdaderas del crecimiento del independentismo en Catalunya: el nacionalismo uninacional del Estado español Borbónico y del establishment político-mediático español
El hecho de que las derechas y muchas izquierdas españolas asignen la responsabilidad de tal crecimiento a las políticas informativas y educativas del gobierno catalán, se debe a su deseo de negar cualquier responsabilidad del Estado español en el crecimiento del independentismo, que es precisamente la causa mayor del aumento en grandes sectores de la población catalana del deseo de separarse de España. La causa de este crecimiento no se encuentra, pues, en Catalunya, sino primordialmente en las políticas públicas del Estado central basado en la capital del Reino (que tiene poco que ver con el Madrid popular), centro del nacionalismo españolista, que es la primera y más importante causa de aquel crecimiento. Debería ser obvio que para entender qué pasa en Catalunya hay que conocer el pasado oculto (olvidado deliberadamente en la historia oficial del país) y el presente sesgadamente mostrado por el establishment político-mediático del país, del cual el Sr. Bono es representativo. Hoy tal nacionalismo uninacional, cuya máxima expresión fue la dictadura franquista que existió en España durante cuarenta años y cuya cultura ha permanecido en la democracia que le siguió, y que pervive como consecuencia de que la transición (mal llamada modélica) de la dictadura a la democracia no fue una ruptura con el Estado anterior, sino una apertura para poder incorporar elementos de democracia que le permitieran entrar en la Unión Europea, elementos que eran muy insuficientes para poder homologar la democracia existente en España a la de la mayoría de los países de dicha comunidad político-administrativa.


El nacionalismo uninacional españolista que no se define como nacionalismo


El Estado español ha sido siempre el máximo instrumento de ese nacionalismo españolista, vehiculado por la Monarquía Borbónica. Esta visión uninacional es también dominante en la intelectualidad española. Y es tan poderosa y tan generalizada que los autores que la reproducen ni siquiera son conscientes de ello. Es característico de cualquier discurso dominante discriminatorio que el que lo reproduce ni se dé cuenta de ello. En una cultura machista, por ejemplo, las expresiones machistas que se utilizan en el lenguaje ni siquiera son reconocidas como tales por las personas que las utilizan, pues ni siquiera son conscientes de ello. Tales términos están tan integrados en el lenguaje y manera de pensar dominante que ni siquiera son considerados ideológicos: se consideran como un lenguaje neutral, razonable y/o lógico. Lo mismo ocurre, pues, con el nacionalismo españolista, que ni siquiera se considera nacionalismo. Dicho término, “nacionalismo”, se utiliza para definir a los nacionalismos periféricos como el catalán, el vasco o el gallego. Pero nunca para definir el nacionalismo españolista. Oír a un Vargas Llosa, o a un Fernando Sabater o a un José Bono diciendo que los nacionalismos son malos, definiendo como tales solo a los periféricos, sin reconocer que ellos son, a su vez, profundamente nacionalistas, imponiendo su nacionalismo a todos los demás, es característico de lo que ocurre hoy en España. Todos ellos han publicado artículos o hecho declaraciones demonizando a los nacionalismos periféricos con argumentos típicos del nacionalismo españolista, acentuando la uninacionalidad de España, mensajes transmitidos en El País y otros medios del establishment político-mediático del Estado borbónico.


Este nacionalismo uninacional fue impuesto a sangre y fuego en Catalunya durante la Guerra Civil. No se quiere reconocer que, por ejemplo, el idioma catalán fue prohibido por los ocupantes de Catalunya (solo tolerado en el ambiente familiar), permitiéndose hablar solo “la lengua del imperio”, como se definió al castellano. El fascismo, máxima expresión del nacionalismo españolista, significó una opresión no solo de clase social, sino también de nación. Esto último nunca se reconoce o admite, y se olvida deliberadamente su enorme brutalidad, que incluso sorprendió a dirigentes del nazismo alemán y del fascismo italiano, de visita a Barcelona durante la ocupación (ver el capítulo X, “La llarga nit del franquisme”, en Josep Fontana, La formació d’una identitat. Una historia de Catalunya). El terror fue una táctica impuesta por los golpistas que interrumpieron un sistema democrático republicano, pues las fuerzas ocupantes del nacionalismo españolista sabían que tenían a la mayoría de la población en contra (ver “Una breve historia personal de nuestro país” en www.vnavarro.org, 26.09.17).


La imposición del nacionalismo uninacional españolista


En Catalunya hubo un intento de genocidio cultural, hecho desconocido, ignorado, ocultado o ninguneado por el nacionalismo españolista. Hubo una represión brutal que se sumó al terror extendido a lo largo de toda España, impuesto por las oligarquías y élites de la estructura de poder en contra de la mayoría de las clases populares, terror causado por las mismas minorías que actuaron en contra de la cultura catalana. De ahí que las izquierdas catalanas siempre defendieran que la lucha por la liberación de las clases populares y de la nación catalana eran la misma, hecho que incluso la derecha nacionalista catalana dirigida por el Sr. Pujol tuvo que reconocer.


En España la gran influencia del nacionalismo españolista explica que cualquier defensa de la identidad catalana y de la plurinacionalidad del Estado haya sido vista siempre como secesionismo. La marginación de Pasqual Maragall, presidente socialista de la Generalitat de Catalunya, por parte de la dirección del PSOE bajo el mandato del presidente Zapatero y su equipo, incluyendo a su Ministro de Defensa, el Sr. Bono, debido a su intento de recuperar los derechos de Catalunya como nación, ejemplifica dicha influencia. El ministro Bono lo acusó de simpatías secesionistas. En realidad, el reconocimiento de Catalunya nunca respondió a un objetivo secesionista. Fue un reconocimiento profundamente solidario y basado en una visión plurinacional, con un claro compromiso por la justicia social y la democracia para toda España. Fue el presidente Companys (que fue director de una revista titulada Nueva España) el que murió fusilado por secesionista por las “tropas nacionales” golpistas. Companys invitó a las fuerzas progresistas españolas (entre las cuales él era sumamente popular) a que asentaran sus bases en Catalunya para poder resistir la situación que estaba sufriendo España. En Catalunya el independentismo solo ha surgido cuando la plurinacionalidad del Estado no ha sido aceptada por el Estado central. Y el caso actual es un ejemplo de ello.


Los símbolos borbónicos nunca han sido populares en Catalunya


La enorme brutalidad con la que el nacionalismo españolista se impuso en Catalunya explica, por ejemplo, que la bandera borbónica española, máxima expresión de tal nacionalismo, nunca haya sido muy popular en en este territorio, hecho que es presentado maliciosamente por el nacionalismo españolista como el reflejo de un sentimiento anti-España, sentimiento que en realidad no existe en Catalunya. Hay que entender que cuando las tropas golpistas –que se llamaban a sí mismas los “nacionales” (que se caracterizaron por una enorme brutalidad y represión)- ocuparon Catalunya, lo hicieron enarbolando la bandera borbónica y tocando la Marcha Real como himno nacional. ¿Cómo quiere el establishment político-mediático que tales símbolos sean populares en Catalunya? ¿No se dan cuenta de que la gente tiene memoria? En Catalunya la bandera rojigualda ha sido popular solo en los barrios pudientes, donde tal bandera representaba a aquellos que recuperaron sus intereses. Pero, a nivel de calle, la bandera española era la republicana, bandera que, junto con la senyera en Catalunya, llevaban los soldados que defendían el sistema democrático en el frente. Miles de catalanes tienen en su tumba la senyera y la bandera española, que era, y emotivamente continúa siendo, la republicana.


Y lo que es de gran interés es que en las últimas manifestaciones, como la del 3 de octubre, además de muchísimas esteladas (la bandera independentista) había también, por parte de los que se sentían españoles y estaban en contra del Estado español borbónico, la bandera republicana (además de la senyera). La bandera española para las personas catalanas con memoria es la bandera republicana, la bandera de los que lucharon por otra España. Es indicador de bajeza y mezquindad, así como de fanatismo nacionalista españolista, que en el homenaje a los que lucharon por la República, el Sr. Bono, presidente de las Cortes Españolas, no les dejara llevar tal bandera. Y otro indicador de la bajeza moral de tal personaje es que manipulara en la entrevista que se le hizo en La Sexta las declaraciones que hace años hizo Pablo Iglesias, cuando este expresó no sentirse representado por la bandera borbónica española, a lo cual Bono indicó que, por lo visto, el Sr. Iglesias habría preferido la bandera de Afganistán (sí, dijo Afganistán. Venezuela no había aparecido todavía en su imaginario). No se le ocurrió al Sr. Bono que para miles de españoles de distinta procedencia familiar a la suya (procede de una familia falangista), emotivamente su bandera española es la republicana. En realidad, sería de desear que en la medida que exista un mayor rechazo a la Monarquía, se utilizaran extensamente los símbolos republicanos.


La crítica del supuesto victimismo en Catalunya


Otra característica del establishment político-mediático español es acusar al nacionalismo catalán de victimismo, presentándolo como si sufriera un complejo un tanto paranoico de ser víctima en esta relación, infundado según ellos, pues Catalunya siempre ha recibido un trato preferencial por parte del Estado español. Un análisis objetivo de lo que ocurrió con el Estatut del 2006 (cuyo veto en partes esenciales por parte del Tribunal Constitucional inició el crecimiento del independentismo) muestra la falsedad de dicha acusación. Una persona, no sospechosa de simpatías secesionistas, como Josep Borrell, que fue Presidente del Parlamento Europeo y Ministro en el gobierno PSOE presidido por Felipe González, ha hecho una breve lista de los agravios y ofensas a Catalunya. En 2005, el gobierno de izquierdas del tripartito, liderado por el socialista Pasqual Maragall, propuso un Estatut que redefiniera la relación del gobierno de la Generalitat con el Estado español, proponiendo, entre otros elementos, el reconocimiento de Catalunya como una nación dentro de un Estado plurinacional. Tal Estatut, como indiqué antes, fue aprobado por el Parlament de Catalunya, más tarde (modificado) aprobado por las Cortes Españolas, y por último, aprobado por el pueblo catalán en un referéndum. Ahora bien, todo este proceso acumulativo de decisiones tomadas por distintas soberanías fue completamente ignorado. Borrell señala que elementos importantes de tal Estatut fueron vetados por el Tribunal Constitucional, controlado por el PP, en un hecho que el catedrático Javier Pérez Royo ha definido como un golpe de Estado, saltándose todo tipo de soberanías debido a intereses partidistas. Y para mayor ofensa, se eliminaron elementos, como señala también Borrell, que ya habían sido aprobados en otras Comunidades Autonómicas, como es Andalucía. ¿Dónde está la paranoia?


Otro ejemplo citado por Josep Borrell es el constante silencio a las continuas peticiones de que se respete el concepto de ordinalidad, que no es una demanda insolidaria con otras CCAA, sino un deseo de que la aceptada solidaridad no revierta negativamente en el potencial de desarrollo de la autonomía catalana, un principio aceptado en muchos países de configuración semejante a la española.


Añade Borrell como promesas incumplidas el ofrecer 4.200 millones de euros en inversiones para acelerar el corredor mediterráneo, inversión que nunca apareció en los Presupuestos Generales del Estado. En realidad, el diseño de este corredor mediterráneo ha alcanzado en ocasiones, tal como señala de nuevo Josep Borrell, dimensiones absurdas, como fue la propuesta apoyada por la presidenta de Andalucía, la Sra. Susana Díaz, de que tal corredor pasara por Madrid.


Ni que decir tiene que el mundo independentista ha basado su argumentario en esta discriminación, exagerándola en algunos componentes, como hacer constante referencia a un supuesto déficit fiscal (que definen como robo) de nada menos que 16.000 millones de euros, aproximadamente un 8% del PIB, cifra que es muy superior a la real, que es de 4.000 millones de euros. Estas exageraciones son innecesarias, pues la realidad en sí ya muestra una situación que es intolerable; ahora bien, al caer en la exageración se pierde la credibilidad, que siempre es necesaria en un tema que fácilmente hiere las sensibilidades. Borrell admite que la situación actual sostiene muchas injusticias, concluyendo que hay cambios necesarios que deberían hacerse. La negación de esta realidad tan obvia y tan olvidada es una constante en el establishment político-mediático español.


Y esta actitud es constante. ¿Cómo puede interpretarse una movilización de homenaje a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, causantes de 900 víctimas en su actuación del 1 de Octubre que necesitaron asistencia médica, sino como un acto de nacionalismo españolista, pues estos cuerpos de seguridad actuaron como instrumentos del Estado español para imponer su ley? Y nadie en tal cuerpo pidió disculpas por el daño causado. ¿No se dan cuenta de que tal homenaje contribuye a ofender a un gran número de catalanes?


El excesivo énfasis en la necesidad de respetar a Ley –otro de los argumentos más utilizados por el nacionalismo uninacional español- ignora que la Ley –como la Constitución- estuvo escrita en el momento de la transición por los poderosos en una situación claramente desequilibrada y desigual, donde los vencedores de la Guerra Civil (que controlaban el aparato del Estado y la mayoría de los medios de comunicación) tenían todo el poder, y los vencidos de tal conflicto tenían escaso poder (recién salidos de la cárcel, del exilio o de la clandestinidad). La continua referencia a respetar la Ley es el mensaje de aquellos que quieren continuar con tal desequilibrio en las relaciones de poder. Es una mera excusa para defender el estatus quo.


Y en cuanto al argumento de que la aprobación de la Constitución por parte de la población española legitimó que se considerara como el punto de referencia de todos los demócratas hay que señalar que tal argumento ignora que las dos alternativas posibles que se presentaron a la población fueron o bien inaugurar la democracia (reflejada en la Constitución) o continuar en la dictadura. Entre tales opciones era claro que la población eligiera la primera alternativa sobre la segunda. En realidad, el hecho de que Catalunya fuera la Comunidad donde la aprobación de la Constitución fue mayor se debió, no tanto al entusiasmo por la Constitución, sino por el gran rechazo a la dictadura. Aprobar tal referéndum fue la única salida a tal situación intolerable.

Nota final


Es hoy muy difícil para aquellos catalanes que nos sentimos también españoles promover posturas alternativas al secesionismo, pues la imagen que hoy viene de España es muy poco atrayente. Y es ahí donde es sumamente positivo que estén apareciendo a lo largo del territorio español unas nuevas fuerzas progresistas que tienen una visión plurinacional, pues son ellas las únicas que podrían salvar a España, pues la represión y constante ofensa de Catalunya por parte del Estado español ya casi ha conseguido lo que el independentismo ha deseado: el rechazo tan notable en grandes sectores de la sociedad catalana hacia el Estado español y hacia España (facilitado esto último por el silencio y apatía hacia tal discriminación, que ha mostrado gran parte del establishment político-intelectual español). Hoy hace más falta que nunca acentuar que hay otra España posible, plurinacional y republicana, en la que la nueva Catalunya pueda ser parte de ella. La continuación del constante dominio del Estado borbónica actual ha conducido al secesionismo emocional de grandes sectores del pueblo catalán.


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