domingo, 1 de diciembre de 2019

DESCABEZANDO TÍTERES: RAFAEL PADILLA DEL DIARIO DE SEVILLA



Para determinar la “moralidad” o “inmoralidad” de la izquierda, el tonto ilustrado de Rafael Padilla del Diario de Sevilla (En buena parte, negocio privado financiado con dineros públicos, uno de los elementos que viene a demostrar el cinismo de lo que han dado en llamar liberalismo económico o libertada de empresa, que no debería ser sinónimo de echar mano libremente del dinero de otros) parte de la tonta hipótesis de Inocencio Arias de que “la izquierda es indubitadamente mejor”.

Y a cada cual lo suyo, la anterior "tesis" no tiene por qué ser ni menos simple ni menos tonta que la siguiente que es mismamente mía, cómo lo están leyendo, y que me sale de las entretelas más prístinas, de “que la izquierda es más, menos, cabe, contra, sin, sobre tras, igual mayor o menor de puntiplana que una sopa de perejil, pero que en vez de perejil lleva unos acordes de Capote grana y oro al tres  por ciento, porque yo hablo siempre en clave B.”


Y para comprobar el grado de tontería que tiene la primera tonta tesis mencionada echa mano de unos ejemplos que nadie sabe sin son sólidos, gaseosos o líquidos, porque no teniendo en cuenta las condiciones atmosféricas de presión y temperatura donde se producen los hechos, ni el color del manto que vestía ese día la Virgen del Pilar, es imposible determianr si a mi me gusta el café o no y, lo que es mas importantes, no se sabe si mañana saldrá el sol o no, por ejemplo. Se pregunta si ¿alguien podría mostrarme sus maravillas?”, en relación al experimento soviético o si “¿Fue acaso Stalin un líder benéfico?”, coronando todas estas preguntas con la sublime y última pregunta de “¿Es esa la izquierda moralmente superior?”.

Hace falta ser hijo una muy mala madre tan sólo el hecho de preguntarse las maravillas que pudiera haber como consecuencia de un ejército zarista de 15 millones de obreros y campesinos movilizados y en guerra, o ser hijo de una muy buena madre pero emboquillado por un piadoso elenco de curas y obispos, a lo que siguió a la invasión de más de una docena de potencias militares que desencadenó la guerra civil para abortar la Revolución de Octubre de 1917, produciedo todo ello millones de muertos, anticomunsitas también, porque todo ello constituyen elementos explicativos de lo que él califica de experimento soviético. 

La pregunta hubiese tenido sentido si se la hubiera hecho a la burguesía rusa y representantes del capitalismo inglés, por ejemplo, lo maravilloso del panorama que encontraban  ellos enriqueciéndose con la industria de la guerra y gastando parte de esos dineros en joyas o palacios para sus queridas y en fiestas con sus correspondientes putas, mientras se desangraban en el frente miles y cientos de miles de soldados, o quizás también preguntándole al obispo católico español que le ponía los cuernos al marido de su secretaria, o incluso al Espíritu Santo que saltando la tapia del convento, creo recordar que en Ávila, en un plis plas dejó embarazada a la monjita Brígida, la que quedando satisfecha o no con el sartenazo recibido, puso el asunto en manos de El Vaticano para que este dictaminara (Como si el Vaticano no tuviera el suficiente trabajajo para encubrir sus crímenes de abusos sexuales con niños, y ojo, que el crimen de Aldo Moro, que fuera presidente de Italia está todavía sin aclarar) si había obrado milagro de esperma corriente y moliente de dicho Espíritu, cuando lo más lógico sería pensar en portento personal por la gracia de cabrero, fontanero, cura confesor u obispo que por allí se acercara la noche de autos.


Aparte de lo dicho, mala baba o muchos aires de Federico Jiménez Losanto o de Herrera, Carlos, locutor de ustedes de la Cadena COPE para estar bien informados, y mucha ignorancia tiene que tener acerca de la historia, para preguntarse por el liderazgo de Stalin en el “experimento soviético” cuando no consta en ninguna parte ninguna  aportación teórica suya en la Revolución de Octubre de 1917.


Podrá comprobar el lector que como nadie ha dicho aquí que es la izquierda parece lógico que no se pueda juzgar, y como nadie ha dicho tampoco qué es la moral, pues parece lógico también que no se pueda calificar ni de moral ni de inmoral, salvo que, se sienta tal que, Rafael Padilla, que entonces sí, entonces por su cuenta podrá decir cuanto buena o malamente se le pueda ocurrir.
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Superioridad moral: hechos

Rafael Padilla


DIARIO DE SEVILLA
01 Diciembre, 2019 

Les hablaba la semana pasada de la presunta superioridad moral de la izquierda. Toca hoy -lo haré de la mano de Inocencio Arias- comprobar si la tesis ("la izquierda es indubitadamente mejor") tiene soporte fáctico y si se aprecia, en diversas coyunturas, una diferencia palmaria entre tirios y troyanos. En un libro reciente (Con pajarita y sin tapujos, Plaza & Janés, 2019), analiza Arias concretos pasajes de nuestra historia que tal vez sirvan para abocetar un dictamen. De ellos, escogeré tres. 

Se sitúa el primero en el relato de nuestra Guerra Civil: él no encuentra -ni yo tampoco- distinción moral alguna entre el inexplicable bombardeo de Cabra, ya casi ignorado, y el mundialmente conocido de Guernica. Ambas canalladas son una ruindad perpetrada por ruines. Eso que llaman la memoria histórica acaba siendo un intento de manipulación interesada que oculta la conclusión más cierta: en los dos bandos prendió la locura, asesinos de ambos colores se adueñaron de un país al que destrozaron, cada cual mató cuanto pudo y la tragedia, que fue común, no debería ser miserablemente recontada para cimentar grandeza ninguna. No hay cadáveres buenos y cadáveres malos y no será allí, inmenso cementerio de inhumanidad, donde la izquierda halle orgullo, honor y preeminencia. 

El segundo alude al experimento soviético. Si éste fue el culmen de la utopía izquierdista, ¿alguien podría mostrarme sus maravillas? ¿Fue acaso Stalin un líder benéfico? ¿Es esa la izquierda moralmente superior? Durante décadas la propaganda se esforzó en cantarnos las glorias de un comunismo tiránico, torturador y despreciable. Recuerden: antes los fines que los medios; nuestras verdades son intangibles aunque cercenen millones de vidas. 

El tercero, y último, nos acerca al aquí y al ahora. ¿Es de verdad posible trazar fronteras entre la corrupción de unos y otros? ¿En qué se distinguen la Gürtel y los ERE? ¿Cabe sostener el discurso de que los desmanes de la izquierda son siempre perdonables y veniales y los de la derecha, crímenes de lesa humanidad? ¿Por qué Vox es la ultraderecha y Unidas Podemos el ilusionante adalid de un mundo nuevo? 

No, miren, por sus obras los conoceréis. La axiomática superioridad moral de la izquierda, jamás contrastada, es una farsa, una jaculatoria, dice Arias, para militantes obcecados o niños. Un disfraz, al cabo, que adormece conciencias, cierra filas y clausura el vivificante camino de la autocrítica. 

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LOS FONDOS DEL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL QUE SON DE LA SOCIEDAD, LOS MANDOS DEL CAPITAL, COMO SI FUERAN SUYOS, LOS APLICAN Y MANEJAN EN SU BENEFICIO Y CONTRA LOS DE LA SOCIEDAD


Los fondos del Fondo Monetario Internacional los aportan los diferente Estados que lo forman, es decir, que el dinero que utiliza el FMI es dinero aportado por todos los trabajadores de los Estados que lo forman, sin embargo, los “fondistas” “monetaristas” “internacionalsitas,” es decir, los más bajos y rastreros mercenarios de los grandes capitales, tal que la lagarta o Lagarde o como quiera que se llame en francés, que quiere que los mayores nos muramos pronto, utilizan esos fondos que no pertenecen al sagrado bolsillo de ningún capitalista privado para a costa del sufrimiento y la miseria de millones de personas estos criminales del capital puedan acrecentar sus capitales (capitales que no son “sus” sino de “nos”).
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"La memoria", documental que recupera el papel histórico del ejército rojo en la liberación de Europa

TERCERA INFORMACIÓN
26/11/2019 

‘Remembrance’ está dedicado a que el mundo conozca el gran sacrificio que hizo la URSS durante la Segunda Guerra Mundial y acusa a Europa de no tener en cuenta la importancia del legado soviético en la derrota de los nazis.


 “La historia de cómo el Ejército Rojo salvó a Europa del nazismo se está borrando en los libros de historia occidentales y cada vez es más habitual retratar a los soldados rusos como opresores y ocupantes, en vez de mostrarlos como salvadores”, se dice en el nuevo documental de RT, titulado Remembrance (Recuerdo). Para respaldar esta afirmación el canal con financiación estatal destaca el caso de Polonia, donde la cámara baja del parlamento ha aprobado una ley para demoler las estatuas de la época soviética, lo que incluye los monumentos dedicados a los soldados del Ejército Rojo. La ley fue propuesta por el Instituto Polaco de Memoria Nacional y uno de sus profesores afirmó: “Puedo afirmar con seguridad que aquí el Ejército Rojo está considerado como un invasor que ocupó nuestras tierras”. En la misma línea, los guías polacos en el campo de concentración de Auschwitz no cuentan que los soldados rusos ayudaron a liberarlo, mientras afirman que la Segunda Guerra Mundial no solo empezó por Hitler sino también por Iósif Stalin.

Aunque no todo el mundo en Polonia está contento con esta nueva ley. “El pueblo polaco obtuvo su independencia y libertad del fascismo alemán gracias a la ayuda del Ejército soviético. Nosotros, la generación posterior a la guerra, no habríamos nacido... si Hitler hubiera ganado a Stalin”, afirma en el documental Tadeusz Kowalczyk, coronel en la reserva polaco.

“La gente olvida o no quiere recordar lo que Hitler tenía en mente para los eslavos. Se olvida sobre el Plan General del Este, según el cual solo iban a quedar tres millones de polacos vivos e iban a ser esclavizados por los nazis, mientras que los rusos iban a ser exterminados junto con los judíos”, explica Jerzy Tyc, director de la sociedad polaca KURSK, dedicada a la memoria histórica.

Peter Sixl, investigador de la sociedad Cruz Negra Austríaca, que se dedica a cuidar las tumbas de los soldados soviéticos, señala la dimensión humana de lo ocurrido hace 70 años. “Los soldados caídos, o aquellos que vivían en cautividad, también tenían madres y familias. No importa la nacionalidad o la religión, el sufrimiento de una madre siempre es igual”.

Estas cuestiones no se destacan en la mayoría de los libros de texto europeos. Del mismo modo que tampoco se suele mencionar el hecho de que en 1934 Polonia fuera el primer país europeo en firmar un pacto de no agresión con Hitler, el conocido como Pacto Pilsudski-Hitler.

Es más, también suele obviarse el hecho de que el Reino Unido y Francia firmaran el Acuerdo de Múnich con Hitler. Esta pacto permitió que Alemania, ayudada por Hungría y Polonia, se anexionara parte de Checoslovaquia en 1939, una agresión militar que puso en marcha la Segunda Guerra Mundial.

Tadeusz Kowalczyk afirma en el documental que “en 50 años los niños polacos pensarán que no fue el Ejército Rojo sino el estadounidense quien liberó Polonia”. Tal y como subrayan los autores, “pocos occidentales saben que, mientras las muertes de estadounidenses en Europa ascendieron a 300.000, la URSS sufrió unas 25 veces ese número. Es más, el Ejército Rojo mató cuatro veces más soldados alemanes que EE UU y sus aliados en el frente occidental”.


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PARA LA HISTORIA Y CONTRA LA IDEOLOGÍA COMO HISTORIA


"La memoria", documental que recupera el papel histórico del ejército rojo en la liberación de Europa

TERCERA INFORMACIÓN
26/11/2019 

‘Remembrance’ está dedicado a que el mundo conozca el gran sacrificio que hizo la URSS durante la Segunda Guerra Mundial y acusa a Europa de no tener en cuenta la importancia del legado soviético en la derrota de los nazis.




 “La historia de cómo el Ejército Rojo salvó a Europa del nazismo se está borrando en los libros de historia occidentales y cada vez es más habitual retratar a los soldados rusos como opresores y ocupantes, en vez de mostrarlos como salvadores”, se dice en el nuevo documental de RT, titulado Remembrance (Recuerdo). Para respaldar esta afirmación el canal con financiación estatal destaca el caso de Polonia, donde la cámara baja del parlamento ha aprobado una ley para demoler las estatuas de la época soviética, lo que incluye los monumentos dedicados a los soldados del Ejército Rojo. La ley fue propuesta por el Instituto Polaco de Memoria Nacional y uno de sus profesores afirmó: “Puedo afirmar con seguridad que aquí el Ejército Rojo está considerado como un invasor que ocupó nuestras tierras”. En la misma línea, los guías polacos en el campo de concentración de Auschwitz no cuentan que los soldados rusos ayudaron a liberarlo, mientras afirman que la Segunda Guerra Mundial no solo empezó por Hitler sino también por Iósif Stalin.

Aunque no todo el mundo en Polonia está contento con esta nueva ley. “El pueblo polaco obtuvo su independencia y libertad del fascismo alemán gracias a la ayuda del Ejército soviético. Nosotros, la generación posterior a la guerra, no habríamos nacido... si Hitler hubiera ganado a Stalin”, afirma en el documental Tadeusz Kowalczyk, coronel en la reserva polaco.

“La gente olvida o no quiere recordar lo que Hitler tenía en mente para los eslavos. Se olvida sobre el Plan General del Este, según el cual solo iban a quedar tres millones de polacos vivos e iban a ser esclavizados por los nazis, mientras que los rusos iban a ser exterminados junto con los judíos”, explica Jerzy Tyc, director de la sociedad polaca KURSK, dedicada a la memoria histórica.

Peter Sixl, investigador de la sociedad Cruz Negra Austríaca, que se dedica a cuidar las tumbas de los soldados soviéticos, señala la dimensión humana de lo ocurrido hace 70 años. “Los soldados caídos, o aquellos que vivían en cautividad, también tenían madres y familias. No importa la nacionalidad o la religión, el sufrimiento de una madre siempre es igual”.

Estas cuestiones no se destacan en la mayoría de los libros de texto europeos. Del mismo modo que tampoco se suele mencionar el hecho de que en 1934 Polonia fuera el primer país europeo en firmar un pacto de no agresión con Hitler, el conocido como Pacto Pilsudski-Hitler.

Es más, también suele obviarse el hecho de que el Reino Unido y Francia firmaran el Acuerdo de Múnich con Hitler. Esta pacto permitió que Alemania, ayudada por Hungría y Polonia, se anexionara parte de Checoslovaquia en 1939, una agresión militar que puso en marcha la Segunda Guerra Mundial.

Tadeusz Kowalczyk afirma en el documental que “en 50 años los niños polacos pensarán que no fue el Ejército Rojo sino el estadounidense quien liberó Polonia”. Tal y como subrayan los autores, “pocos occidentales saben que, mientras las muertes de estadounidenses en Europa ascendieron a 300.000, la URSS sufrió unas 25 veces ese número. Es más, el Ejército Rojo mató cuatro veces más soldados alemanes que EE UU y sus aliados en el frente occidental”.


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