Que
no te engañen : ¿»Guerra de aranceles» O Batalla intercapitalista?
Por Canarias Semanal
KAOSENLARED
5 de febrero de 2025 /
Nos venden la «guerra de
los aranceles» como un «acto de patriotismo», pero ¿es realmente una batalla
por la soberanía económica o una lucha entre gigantes del capital global?
Detrás de la retórica de «América Primero», la
realidad es que la actual guerra comercial no busca mejorar las condiciones de
vida de la gente común, Mientras algunas industrias manufactureras y
energéticas se benefician, otras como la tecnológica y agrícola sufrirán las
consecuencias de la confrontación. Pero los verdaderos perdedores de esta
batalla no son las grandes corporaciones, sino los trabajadores, que tanto en
los EEUU como en el resto de las economías capitalistas tendrán que afrontar
despidos, aumento de precios y precarización laboral.
Por M. Relti
Desde hace décadas, las
disputas comerciales han sido parte de la competencia global en la lucha
sostenida por las diferentes potencias capitalistas por la hegemonía
económica.
Sin embargo, la
actual guerra de los aranceles que está impulsando el
presidente estadounidense Donald Trump no consiste en un
simple intento de proteger la economía de Estados Unidos, sino
que es una lucha entre distintas fracciones del capital global por
el control de los mercados. Más que una batalla entre países, se trata
de un conflicto intercapitalista, en el que los grandes
conglomerados económicos tratan de ampliar su poder a costa de
otros sectores y, en última instancia, a expensas de la clase
trabajadora.
En el discurso
oficial, los gobiernos tratan de presentar las guerras
comerciales como una forma de proteger el empleo y la
producción nacional. Sin embargo, en la práctica, estas
disputas no benefician al conjunto de la población, sino a ciertos
sectores específicos del capital.
Las guerras
comerciales son, en esencia, disputas entre diferentes
grupos económicos dentro del capitalismo global. Grandes industrias,
bancos y empresas transnacionales buscan asegurar su dominio y aumentar
su rentabilidad, utilizando a los gobiernos como instrumentos
idóneos de presión contra sus rivales.
Los aranceles se
convierten en una herramienta dentro de esta lucha, no como un
medio para fortalecer la soberanía económica de un país, sino como un
mecanismo para favorecer a unas fracciones del capital sobre otras.
EL PAPEL DE
LOS ARANCELES EN LA ACTUAL DISPUTA
Los aranceles de Trump no
representan, ni mucho menos, una verdadera ruptura con la
globalización, sino que son una estrategia para reconfigurar
el comercio global en favor de sectores específicos del capital estadounidense.
Echemos un vistazo al
listado de quiénes se verán beneficiados y quiénes perjudicados en esta guerra
comercial recientemente desatada:
Los
principales conflictos arancelarios en la historia reciente:
– Industria del acero y la
manufactura → Los aranceles protegen a empresas estadounidenses que producen
acero, aluminio y automóviles, evitando la competencia con productos
más baratos de China y la Unión Europea.
– Sector energético → Las restricciones al
comercio con Canadá y México favorecen a las empresas
petroleras y gasíferas estadounidenses, asegurando el control
sobre la producción y exportación de energía.
– Empresas con producción
nacional → Algunas corporaciones pueden beneficiarse si los
consumidores y empresas comienzan a comprar más productos fabricados dentro de EE.UU.
en lugar de importaciones gravadas.
–
Perdedores de la guerra de los aranceles
–
Corporaciones tecnológicas y agrícolas → Empresas como Apple, Tesla
o Microsoft, que dependen de la producción en
China, ven los aranceles como una amenaza, ya que aumentan sus costos de
fabricación. Los agricultores estadounidenses también se ven perjudicados
cuando países como China imponen aranceles de represalia, reduciendo sus
exportaciones.
– Consumidores
y pequeñas empresas → Los aranceles encarecen los productos importados, lo
que significa que la población paga más por
bienes de consumo y las empresas enfrentan costos más altos
para operar.
– Los trabajadores → Cuando una guerra
comercial afecta a una empresa, esta traslada
las pérdidas a sus empleados mediante despidos,
recortes salariales o precarización laboral. Los grandes perdedores, pues, este
tipo de batallas es, en la mayoría de los casos, la clase trabajadora.
Los aranceles, lejos de ser
una herramienta de protección económica, son una forma de intervención
estatal para favorecer a una fracción del capital a expensas de otras.
LOS
PRINCIPALES CONFLICTOS ARANCELARIOS EN LA HISTORIA RECIENTE
Las guerras
comerciales no son nuevas en la historia. A lo largo del primer cuarto
del siglo en el que vivimos, hemos contemplado varias disputas arancelarias que
han marcado a fuego la economía global. Un detallado análisis de las
mismas nos permitirá no sólo diagnosticar sobre cuál es el sentido que estas
han tenido, sino también quiénes han sido sus principales víctimas.
1. Guerra comercial entre EE.UU. y China (2018-2020)
Bajo el mandato de Trump,
Estados Unidos impuso aranceles a productos chinos por valor de 50.000
millones de dólares, alegando robo de propiedad intelectual y
competencia desleal. China, por su parte, respondió con
aranceles a productos agrícolas estadounidenses, afectando a los
agricultores.
La guerra comercial solo se
redujo tras la firma del acuerdo de «Fase Uno» en 2020,
aunque muchas tarifas quedaron en vigor.
2. Disputa comercial EE.UU.-Unión Europea (2018)
Estados Unidos impuso
aranceles al acero y aluminio europeo, argumentando razones
de seguridad nacional. La UE respondió con aranceles
a productos emblemáticos de EE.UU., como motocicletas Harley-Davidson
y whisky bourbon. Aunque hubo negociaciones, algunas tarifas
permanecieron durante años.
3. Conflicto arancelario EE.UU.-México (2025)
Trump impuso
un arancel del 25% a productos mexicanos, acusando al país de facilitar
la entrada de migrantes y drogas. México respondió con represalias
y fortaleció su seguridad fronteriza para negociar una reducción de
los aranceles.
4.
Disputa comercial EE.UU.-Canadá (2025)
Simultáneamente, Trump aplicó un
arancel del 25% a productos canadienses, excluyendo un
10% para las importaciones energéticas. Canadá intentó
contrarrestar esta medida negociando con EE.UU. y buscando contramedidas
económicas.
5.
Nueva tensión comercial EE.UU.-Unión Europea (2025)
Ante la amenaza de nuevos
aranceles por parte de EE.UU., la UE comenzó a
prepararse para posibles represalias y a fortalecer su política comercial para
evitar pérdidas económicas.
Estas nos muestran
que los aranceles no son una herramienta de desarrollo
económico, sino un arma en la lucha entre distintas fracciones del
capital global.
ENTONCES…
¿QUIENES SON LOS AUTÉNTICOS PERDEDORES DE ESTAS BATALLAS?
Aunque los discursos
oficiales sugierenque los aranceles benefician a los trabajadoresy a
la economía nacional, en realidad la clase trabajadora es la
principal víctima de estas disputas. ¿Por qué?
– Subida de precios → Los
consumidores pagan más por bienes importados.
– Pérdida de empleos → Empresas
afectadas por la guerra comercial despiden
trabajadores o reducen salarios.
– Inestabilidad económica → Las
empresas que dependen del comercio internacional sufren
incertidumbre, lo que afecta la inversión y la creación de empleo.
– Distracción política → La guerra
de los aranceles sirve para desviar la atención de problemas
estructurales como la desigualdad, la precarización laboral y la concentración
de la riqueza.
Mientras las grandes
corporaciones buscan maximizar sus beneficios, los trabajadores
terminan pagando los costos de una guerra comercial que no está diseñada para
protegerlos.
¿QUÉ ES LO QUE
HAY DETRÁS DE LA ACTUAL «GUERRA ARANCELARIA «?
La batalla arancelaria de Trump no
es una lucha por la independencia económica ni por la defensa del trabajador
estadounidense. Es, en realidad, una expresión de la crisis del
capitalismo global, donde distintas fracciones del capital buscan
asegurarse el control del mercado.
Los gobiernos, lejos de ser actores
neutrales, utilizan políticas arancelarias para favorecer a
determinados sectoresempresariales, sacrificando a otros en el proceso.
Mientras tanto, los trabajadores ven cómo sus empleos y su poder adquisitivo se
deterioran en nombre de una guerra que no los representa.
En este contexto, es
fundamental comprender que la guerra comercial no es una batalla entre
naciones, sino una pugna entre las élites económicas por el control de
los recursos y el comercio global.
Por todas las razones que
hemos aducido, no debemos dejarnos engañar por discursos
nacionalistas tras los que se esconde la verdadera
naturaleza de estas disputas: la guerra intercapitalista en la
que los trabajadores terminan siendo invariablemente sus principales
víctimas.
Fuentes consultadas:
– «Trump tariffs push Wall
Street down, dollar up»
Un analisis sobre cómo los
aranceles de Trump han afectado a Wall Street, Reuters, 3 de
febrero de 2025
– «Trump says Americans
could feel ‘pain’ in trade war with Mexico, Canada, China» Reuters,
– «Analysis: Is China
prepared to turn Trump’s tariffs into a trade war?» CNN, 2025
– «What are tariffs and
will prices rise?» BBC, 3 de febrero de 2025
– «La guerra comercial de
Donald Trump es imposible de ganar
– Un análisis
de Dominik A. Leusde
Jacobin América
Latina, 2 de febrero de 2025
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