Que la lombardina esta, la Lagarde, la del Fondo Monetario Internacional, cusante de tantos crimenes y miserias en el mundo, que desea la mujer que nos muramos los viejos para dejar de cobrar el dinero que es nuestro, las pensiones, aparezca dándole la mano a la niña Cazorla, Grete o Geta o como se llame, prototipa de la Ecologia rumbosa en la ONU, señala perfectamente la intencionalidad de la Juertga de la ecologia a nivel mundial (porque es juerga y no huelga, y no me venga mareando con esto de tomar la juerga por Huelga, porque entonces la vamos a líar, y yo con toda humilda y mayor respeto, me voy a tener que cagar en su puta madre, y decirle que le va usted a tomar el pelo a su cabrón padre. Y esto no es plan la verdad, que yo no soy nadie para decirle a la Lagarde que el dinero que maneja el Fondo Monetario Internaciona es dinero de los trabajadores que somos los que pagamos la mayor parte de los impuestos) que nos tiene preparada para estos días. Yo, que a ignorante y simple, si quiero, no me gana nadie, estoy mundialmente de acuerdo con cuantos ignorantes y simples se me crucen en el camino, para apoyar el modo de producción capitalista que es de donde parte la degradación humana, hoy imperante, la indigencia mental y la chabacneria social, hoy reinante (y no me vaya a decir ahora que España no es un reino, con dos reyes y dos reinas y todo que tenemos, y Zamora de portero) y cuantas desgracias y miserias se padecen que es en definitva, pero pintado de verde, lo que viene a defender la Juerga Ecológica mundial.
* * *
Capitalismo & Manipulación verde
El maquillaje verde del capitalismo no cambia su
esencia depredadora, la fábula Greta y sus limitaciones
27.O9.2019
Cómo nos venden la moto de un "capitalismo
verde" o de "rostro humano"
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Los verdaderos ambientalistas de este mundo son los
pueblos en lucha contra la depredación que perpetran las multinacionales: los
que entregan sus vidas por sus comunidades, por las montañas y ríos. Cada mes,
decenas de esos verdaderos ambientalistas son asesinados en sus países: las
balas de los sicarios del capitalismo transnacional revientan sus cabezas
llenas de honestidad y lucha, y mueren con las manos limpias, unas manos que
jamás habrán estrechado las manos infames del FMI, ni las de los demás vampiros
del planeta. La clase explotadora y su sistema capitalista se perpetúa en base
al Exterminio y a la alienación: en base a la violencia, y también en base a la
mentira que impone a través de sus medios masivos.
En sendas fotos se aprecia a Greta Thunberg, el nuevo
personaje hyper-mediatizado por el aparato cultural del capitalismo, junto con
la directora del FMI y candidata al BCE, Christine Lagarde (el FMI, esa
institución del capitalismo transnacional que depreda la naturaleza y hambrea
pueblos enteros): un apretón de manos que ilustra muy bien la felicidad de los
amos del mundo al saludar a quienes bien les sirven en la importante tarea de
penetrar todas las luchas con Caballos de Troya que encausen las energías hacia
callejones sin salida, que manipulen a las mayorías en seudo luchas que no
vayan nunca a tocar la raíz de los problemas, y por lo tanto no los solucionen.
El capitalismo que está acabando con la naturaleza no
es cuestionado por la fábula de Greta. El planeta se muere y siguen con su Pan
y Circo. Cinismo absoluto. La televisión, la prensa, la industria cultural,
están en manos de monopolios privados en el capitalismo: esos monopolios suelen
también tener capital en el complejo militar industrial, en el agroindustrial,
en la industria química y farmacéutica, etc...
Todo lo anterior explica el porqué los medios masivos
no televisan a nadie que cuestione realmente sus intereses: nadie que cuestione
la perpetuación de este sistema, que cuestione al capitalismo, recibirá tal
hyper-mediatización. La depredación de la naturaleza se debe al modo de
producción capitalista: el agroindustrial intoxica la tierra, la megaminería
devasta montañas y ríos, etc.
El sobreconsumo es un fenómeno teledirigido por el
aparato cultural del capitalismo, por el bombardeo publicitario. La Obsolescencia
Programada, mecanismo perverso de envejecimiento prematuro de las cosas,
implementado adrede en el modo de producción capitalista, también le garantiza
a la burguesía que las masas sobreconsuman, porque así es que la burguesía
llena sus arcas: en base a la explotación contra las y los trabajadores y en
base a la devastación contra la naturaleza.
No hay solución a la devastación de la naturaleza
dentro del capitalismo. Ante la tragedia palpable de continentes de plástico
flotando en los océanos, de la deforestación vertiginosa de bosques milenarios,
de los glaciares depredados, de las napas freáticas y ríos contaminados y
desecados, de cordilleras rebanadas por la mega minería, del uranio empobrecido
con el que el complejo militar industrial bombardea regiones enteras, de los
niveles de CO2 en claro aumento, el cinismo de los amos del mundo es
descomunal.
Cómo si plantearan lo siguiente: «No se puede tapar el
sol con un dedo, es decir ya es inocultable la devastación del planeta que los
grandes capitalistas estamos perpetrando; ahora bien, lo que sí se puede hacer
para seguir depredando y capitalizando, es mentir sobre las causas profundas y
sistémicas del problema.
Lo importante es que no se nos señale a nosotros como
los responsables, que no se nos señale a los propietarios de los medios de
producción, los que decidimos qué se produce, bajo qué condiciones y a qué
ritmo, los que nos enriquecemos mediante el saqueo de la naturaleza y mediante
la plusvalía que le sacamos a las y los trabajadores, los que decidimos cómo
debe comportarse la población, ya que la inducimos al sobreconsumo que nos
enriquece a nosotros, y la inducimos a no cuestionar a este sistema que tanto
nos conviene a nosotros como minoría dominante.
El fingir que nos preocupa el planeta, dará muy buenos
réditos, basta con una buena operación de propaganda a nivel mundial, que se
nos vea escuchando a algún símbolo que habremos creado previamente, algo que no
nos cuestione como clase dominante, como clase explotadora, y que no cuestione
en definitiva este sistema». Pero la gangrena no se cura con tiritas, y
obviamente la depredación del planeta no se frenará con los placebos que el
mismo sistema ofrece para encausar el descontento social hacia callejones sin
salida.
Greta y su grupo apelan a las supuestas
"cualidades morales" de los amos del mundo, apelan a su supuesta
"buena voluntad"; una vez más entramos en la fábula anestesiante que
finge ignorar que en el capitalismo la acumulación de riquezas la perpetran los
grandes capitalistas de dos maneras fundamentales: la explotación contra las y
los trabajadores y el saqueo de la naturaleza.
En esta fábula del GreenWashing (lavado verde) se
plantea fraudulentamente la existencia de un supuesto "capitalismo
verde", algo totalmente imposible por la lógica misma del sistema. No es
posible un "capitalismo verde", como no es posible un
"capitalismo con rostro humano", como no es posible un león
vegetariano. Y eso simplemente porque cuando hablamos de este sistema económico,
social, político y cultural que es el capitalismo, hablamos de los mecanismos
inherentes a su lógica: ca-pi-ta-li-zar.
Y a los que vengan con el fraude de que “los países
nórdicos son grandes ejemplos de capitalismo bueno y verde”, decirles que mejor
se lo pregunten a una víctima de las masacres que las grandes empresas nórdicas
han fomentado en el Congo para poder saquear hasta la médula el Coltán y otros
recursos. ¿Les suena de algo Ericsson, Saab, Volvo, Bofors (armas), Nammo
(armas), Kongsberg (armas), Ikea, H&M, etc? Ni muy “verdes” ni muy
“humanas” en lo que a explotación y devastación contra las y los trabajadores y
contra la naturaleza se refiere. ¿Ah, que si se logra externalizar fuera del
país toda la cloaca de las prácticas que enriquecen a una multinacional,
entonces no se toma en cuenta dicha cloaca? ¿Y la faraminosa cifra de negocios
de las empresas suecas, noruegas y finlandesas en base a la venta de armas, y
su lucrativa participación en toda nueva invasión de la OTAN, tampoco será mostrada
en la fábula, no? No es posible un "capitalismo verde", como no es
posible un "capitalismo con rostro humano", como no es posible un
león vegetariano.
Porque la explotación y la depredación son inherentes
al capitalismo. Ahora bien, lo que sí es posible, es maquillar el mismo rostro
inhumano y nada verde del capitalismo, con toneladas de maquillaje para que
parezca lo que no es. Pero un león con una máscara de zebra, no será nunca
vegetariano como el personaje de su máscara, así como un sistema como el
capitalismo, no será nunca "verde" como las máscaras que de sí mismo
mediatiza el mismo sistema. Grandes multinacionales energéticas, depredadoras
por excelencia de la naturaleza, arboran logos de colibrí o de fauna marina.
La BMW y un banco suizo financian el barco con el que
Greta surca los mares: ¿Será entonces menos poluyente, menos infame, el
proceder de la BMW o del banco suizo? Por otra parte, en el discurso del
GreenWashing se culpabiliza a todos por igual, y al final... «si todos somos culpables
nadie lo es de manera específica», lo que es una manera de diluir
responsabilidades, de no señalar a los principales responsables de esta
barbarie: los grandes capitalistas, la burguesía transnacional.
Es verdad que el sobreconsumo no se limita a la
burguesía, porque si bien esta puede consumir muchísimo más y genera un
despilfarro brutal, la clase explotada también ha sido alienada por el
bombardeo publicitario, para llevarla a sobreconsumir, aún a costa de contraer
deudas. Pero una vez más, hay una cuestión de clase: porque es la clase
explotadora, la que posee los medios de producción y propaganda, la que impone
su hegemonía ideológica y cultural a todo el planeta, es la clase explotadora
la que aliena a la clase explotada a través de los medios masivos de su
propiedad.
Es mediante la alienación que la clase explotadora
dirige a la clase explotada hacia el sobreconsumismo, la dirige mediante el
bombardeo publicitario y mediante los paradigmas que impone el aparato cultural
del capitalismo (individualismo, consumo presentado como
"compensatorio", noción de “éxito” relativa al tener y no al ser,
etc).
La Obsolescencia Programada (envejecimiento prematuro
de las cosas) también les garantiza a los grandes capitalistas que las masas
sobreconsuman, para llenar sus cuentas bancarias mientras devastan al planeta.
En el 2019, las 26 personas más enriquecidas del mundo tienen la misma riqueza
con la que malviven los 3.800 millones de personas más empobrecidas, la mitad
de la población mundial (Oxfam).
Un puñado de multimillonarios posee los principales
medios de producción y medios de propaganda y difusión. El 1% de la población
mundial posee el 82% de la riqueza mundial. La base de datos de consumo de
energía eléctrica per cápita, evidencia que son Europa, Estados Unidos, Canadá
y demás metrópolis capitalistas, las que consumen, y de lejos, la inmensa
mayoría de la energía consumida a nivel mundial. En el discurso de la Máscara
Verde, se equipara la depredación que cometen los grandes capitalistas, las
gigantescas empresas que secuestran ríos enteros para la mega minería, con los
pueblos que son sus víctimas.
Se equipara a víctimas con victimarios en ese abyecto
discurso del “todos somos culpables”, que no hace distinción alguna, ni de
clases sociales, ni entre el puñado de países que consumen el 80% de los
recursos del planeta (Estados Unidos, Europa, Canadá, Japón, Australia y demás
metrópolis capitalistas) y todos los demás países del mundo (la inmensa
mayoría) que sobreviven con el 20% restante.
En el discurso de la Máscara Verde no se habla de
metrópolis capitalistas que sobreconsumen, versus periferias capitalistas que
son concebidas por el capitalismo transnacional como meras "bodegas de
recursos" y saqueadas hasta la médula, con un impacto ecológico devastador
y un impacto social de empobrecimiento, tampoco se dice que el saqueo es
perpetrado asesinando a toda persona o comunidad que alce su voz contra el
saqueo capitalista.
Se equipara a las multinacionales depredadoras con los
pueblos que éstas exterminan. Tomemos como ejemplo lo que cometen la Anglo
American, la BHP Billiton y la Glencore al desviar todo un río para usar el
agua en la mina de Carbón más grande del mundo, la mina del Cerrejón en
Colombia, lo que causa sequía, ecocidio, hambruna y Genocidio contra uno de los
principales pueblos indígenas de Colombia: los Wayú. Más de 14.000 niños Wayú
han muerto de hambre y sed por causa del saqueo capitalista que perpetran esas
tres multinacionales. El carbón que se extrae por toneladas, es encaminado
hacia Estados Unidos y Europa principalmente.
Así que no, no somos "todos culpables por
igual". No es igual de culpable una familia trabajadora que un
capitalista. No es igual de culpable la multinacional Glencore que el pueblo
Wayú padeciendo exterminio. No son culpables las y los miles de luchadores
sociales, ecologistas verdaderos, que son asesinados a diario por las balas de
los sicarios del capitalismo transnacional; pero en cambio sí son culpables los
que saquean el planeta y pagan sicarios para exterminar toda oposición al
saqueo capitalista.
Por nuestras muertas y muertos, ni un minuto de
silencio ante la barbarie y la pantomima con la que pretenden encubrirla: más de
1500 campesinos, indígenas, afrodescendientes, ambientalistas, luchadores
sociales, asesinados en Colombia por el capitalismo transnacional en cinco
años, otros miles en México, otros tantos en diversos países de África, Asia y
América Latina...
Y nos vienen con su fábula de la niña de las
trencitas, que NO cuestiona al sistema capitalista y es hyper-mediatizada, con
su montaje que hiede a paternalismo eurocentrado, con su decorado que hiede a
cinismo, con su teatro que hiede a fingir para que todo siga igual.
Están experimentando para ver hasta qué punto nos
tragamos todos sus montajes con la sonrisa tonta, mientras que ellos, los
miembros de la clase explotadora, siguen depredando montañas y ríos, océanos y
bosques, siguen perpetrando ecocidios y genocidios, siguen empujando a millones
de desposeídos a los caminos del éxodo, siguen transformando el planeta en un
basural y a los seres humanos en alienados (y al que no se deje alienar, y
pretenda luchar por fuera de los trazados de lo inútil, le asestan la bala
paramilitar y militar, o la persecución política y la cárcel).
«Mientras tengamos Capitalismo, este planeta no se va
a salvar; porque el capitalismo es contrario a la vida, a la ecología, al ser
humano, a las mujeres», expresaba Berta Cáceres, auténtica
ambientalista y luchadora social hondureña, asesinada por oponerse al saqueo
capitalista.
Chico Méndes, otro auténtico ambientalista, defensor
de la Amazonía y luchador social asesinado para callar su voz de consciencia de
clase, para intentar frenar la organización política de los desposeídos, ya
señalaba, antes de ser asesinado, las imposturas del "GreenWashing"
(al que por entonces no se llamaba con ese término, pero que ya existía).
Contra el capitalismo y su Maquillaje Verde, también
había alzado su lucha Macarena Valdés, ecologista Mapuche asesinada por
defender a la naturaleza y a la comunidad, por enfrentarse a la multinacional
RP Global, de capital austriaco, que promueve la energía que vende como
"renovable y sustentable", tras participar del ecocidio y genocidio
contra el pueblo Mapuche. Las y los luchadores contra la depredación de la
naturaleza son miles, sus voces no son mediatizadas, sus vidas suelen ser
cortas porque son truncadas por las herramientas represivas al servicio del
capitalismo transnacional.
Y si algún país pretende nacionalizar los recursos
naturales y no permitir que las multinacionales los saqueen, lo bombardean en
sus guerras imperialistas, lo invaden, le introducen mercenarios fanáticos
religiosos incubados desde el imperio, lo torturan, lo martirizan, le imponen
regímenes sanguinarios (¿dónde están esos falsos “ecologistas” del sistema
cuando el imperialismo estadounidense y europeo masacra naturaleza y pueblos en
Irak, Libia, Colombia, Afganistán, Yemen, etc? Ah... Que ahí no está su seudo
“protesta" ¿no?... Claro, las marionetas al teatrillo, a embaucar incautos,
a hacer que las miles de personas que fueron (y son a diario) asesinadas por el
capitalismo transnacional por haber verdaderamente defendido al planeta en
primera línea, sean más silenciadas todavía en medio de toda la cacofonía, de
la hyper-mediatización de la ficción.
Pero la lucha sigue, contra el capitalismo y su
barbarie; porque la cosmética con la que pretenden tapar su hedor, muchas y
muchos no nos la tragamos.
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