viernes, 22 de marzo de 2013

IZQUIERDA / DERECHA: LA PRUEBA DEL NUEVE

Traducción: Consejos para reconocer a la derecha bajo cualquier máscara  

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Colectivo Wu Ming
Sociologia critica 
Publicado en 2013/03/04 

  @Pepe Gama 

[Sociología crítica] Los del equipo Wu Ming —una interesante firma colectiva— , gente tan enterada en Italia como perdida completamente cuando analizan la realidad «indignada» en España, ofrecen aquí una interesante reflexión sobre el fascismo hoy en su variante más postmoderna. Por cierto, la web de origen se llama GIAP. Es traducción del artículo: 

Consigli per riconoscere la destra sotto qualunque maschera 

 CONSEJOS PARA RECONOCER A LA DERECHA BAJO CUALQUIER MÁSCARA. 

(un montaje de cosas escritas –no sólo por WM- en diferentes post y entrevistas, útil para retomar y mostrar el hilo de la cuestión. Tomadlo como nuestra contribución al final de la campaña electoral más fea y angustiosa desde 1946. Los link a las fuentes están en las almohadillas –en el enlace original-) 

Las categorías de “derecha” e “izquierda”, nacidas durante la Revolución Francesa, fueron dadas por muertas ya durante el Directorio, entre 1795 y 1799. Son incontables las veces que se ha dicho que ambos conceptos estaban superados, y sin embargo, pese a estas letanías, siempre se han reafirmado como polos de los discursos y del pensamiento político. Con cuanta más intensidad se les niega y desplaza, con mayor violencia vuelven. Entre los movimientos que se han declarado “ni de izquierdas ni de derechas” no hay uno que no se haya revelado de derecha o de izquierda (más a menudo de derechas, hay que decirlo). En Italia, el penúltimo ha sido la Lega.

 La división derecha-izquierda tiene bases cognitivas profundas, incluso la neurociencia se ha ocupado de ellas. En el fondo, “derecha” e “izquierda” son los nombres convencionales de dos mentalidades, dos formas diferentes de leer el conflicto social. Describiéndolos, automáticamente se dan las “coordenadas” sobre lo que debería volver a pensar la izquierda.

 A groso modo, “de zquierda” es quien piensa que la sociedad está consustancialmente dividida porque en su interior juegan siempre intereses contrapuestos, producidos por contradicciones intrínsecas. Están los ricos y los pobres, los explotadores y los explotados, los hombres y las mujeres. Desde esta premisa general, que vale para toda la izquierda, derivan muchas visiones macroestratégicas, a veces muy apartadas entre ellas: socialdemócrata, comunista, anarquista, pero todas se basan en la convicción de que la sociedad está dividida en origen, es desigual y las causas de la desigualdad son profundas y, sobre todo, endógenas. 

“De derechas”, sin embargo, es quien piensa que la nación estaría –y antes estaba- unida, armoniosa, acorde, y si no lo está (si “ya” no lo está) la culpa es de fuerzas externas, intrusos, enemigos que se han infiltrado y confundido en medio de nosotros y ahora tienen que volver a ser aislados y, si es posible, expulsados, así la comunidad volverá a estar unida. 

Todas las derechas parten de esta premisa que puede encontrarse en cantidad de discursos y movimientos en apariencia muy diferentes, desde Breivik hasta el Tea Party, desde la Lega Nord a los Tory ingleses, desde Casapound a los “anarcocapitalistas” a Ayn Rand. Para entender si un movimiento es de derechas o de izquierdas, basta ver cómo describe la proveniencia de los enemigos. Invariablemente, los enemigos vienen “de fuera” o al menos vienen de fuera las ideas de los enemigos. 

Dependiendo del momento y del período histórico, la toman con el musulmán o con el judío, con el negro o con el eslavo, con el gitano o el comunista que anima a potencias extranjeras, con los liberales de una “Costa Este” americana más mítica que real, con Obama “que en realidad ha nacido en Kenya y por tanto su presidencia es ilegal”, etc. Entran en este esquema también la “Casta” descrita como otra cosa con respecto al pueblo que la ha votado y elegido, “Roma ladrona ”, las finanzas reducidas a las maniobras de “especuladores extranjeros”, “Europa”… 

No hay duda de que en la Italia de hoy el discurso hegemónico, incluso entre personas que se piensan y declaran de izquierda, es el de derechas. Prende fácilmente porque es más simple y consolador y acompaña al impulso de pensar con las vísceras. Por esto muchas personas con posos de izquierda se precipitarán a bandadas a las urnas para votar a un movimiento que no tenemos problema en definir fundamentalmente de derechas, el grillismo. Por otra parte, la culpa de esto es de las izquierdas, que hacen de todo para resultar invotables. 

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