miércoles, 5 de noviembre de 2008

CARTA DE JUAN CARLOS VAZQUEZ, VECINO DE ALIAGA

CUIDADO QUE LAS ALIAGAS PINCHAN, BONÉ

Pero dónde te has metido, cómo has podido ningunear un pueblo que a base de palos y abandono se ha hecho fuerte con el tiempo.
Si fueras amigo mío, me compadecería de ti, pero este no es el caso.
Fíjate, sólo por similitud semántica, comparando el nombre del pueblo con el del arbusto que se denomina de igual forma y viendo alguno de los datos que definen a esta planta, deberías haberte pensado mejor lo que estabas haciendo. Además, el término aparece al principio del diccionario, en la “a”, para más datos, y dice cosas como estas:

La aliaga o aulaga, (Genista scorpius L.), es un arbusto derecho, espinoso, de hasta 2 m de altura, muy ramificado y provisto de fuertes espinas laterales, axiales, en disposición alterna, muy punzantes. Corola amariposada, de color amarillo.
El nombre científico de la aliaga deriva del sustantivo latino scorpius: escorpión, probablemente recordando los dolorosos pinchazos que producen sus espinas.

Hay que ser atrevido, enfrentarse a un pueblo cuyo nombre deriva del latino scorpius y no es que sea supersticioso, pero… si lo puedo evitar, lo evito. Que pueblos en Aragón hay muchos y con otros nombres.

Mira que te lo hemos dicho, pues tú nada, erre que erre. Torres más altas han caído y desde más alto que tú, y me permito tutearte porque en mi pueblo nos tuteamos, aunque en este caso es entre amigos.

Ya es hora que te bajes del pedestal y te pongas a la altura de los demás, de los que os pagamos y os sufrimos, y por si acaso, no estaría de más que ahora que aún que puedes, te guardases uno de esos puestos en las brigadas forestales que has ofrecido a los trabajadores de Neoelectra y te pusieses a trabajar. Aunque no sé, no sé… mejor búscate algo lejos de mi pueblo.

Juan Carlos Vázquez Navarro
Vecino de Aliaga
5 Noviembre 2008

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