La deuda no solo es
deuda: también es el método más eficaz que existe para someter a los pueblos y
conducirlos por el sendero que más conviene al Gran Capital internacional. Los
burócratas y bien pagados funcionarios del FMI lo saben perfectamente.
El FMI no piensa mucho
El Viejo Topo
2 septiembre, 2025
¿CÓMO HACER
PENSAR AL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL?
¿Cuándo
aprenderá a pensar el Fondo Monetario Internacional (FMI)? A lo largo de sus
ochenta y un años de historia, el FMI ha publicado más de quince mil informes.
Sin embargo, si descarga cualesquiera de los informes de su sitio web, es
probable que sepa lo que dice antes incluso de leerlo. Los informes son tan
genéricos que ni siquiera es necesario pedirle a ChatGPT que cree una
plantilla: cada documento es una plantilla para el siguiente. Son así de
repetitivos.
El 8 de julio
de 2025, el FMI publicó una breve entrada de
blog titulada “Cómo estabilizar la deuda de África”. El blog
solo tiene tres páginas (una menos que el informe en
el que se basa). Pero, incluso en su brevedad, repite axiomas que el FMI
desarrolló ya en la fundación de su Departamento de África, el 10 de abril de
1961. A pesar de las advertencias que afirman que la evaluación del informe se
basa en “datos nuevos”, el informe es, en esencia, vino viejo en botellas
nuevas. Sus axiomas son los siguientes:
- Los 54 países del continente africano pueden estabilizar su deuda
siguiendo la misma receta. No es necesario desagregar los países, a pesar
de los grandes conjuntos de datos, ni examinar las diferencias entre ellos
para comprender los diversos factores que influyen en sus vías de
desarrollo. Un Toyota Land Cruiser sirve para todas las carreteras
africanas.
- No hay razón para que los tenedores de bonos ricos y otros acreedores
acepten la reestructuración de la deuda. “Contrariamente a lo que se
cree”, argumentan, “los países de la región a menudo han sido capaces de
estabilizar o reducir su deuda sin necesidad de reestructurarla”. Por lo
tanto, no hay razón para defender la condonación de la deuda (jubileo),
reprogramaciones o conversiones (prepagos o recompras). Lo que se debe, se
debe pagar.
- La consolidación presupuestaria, o austeridad por parte del Estado, es
mucho mejor para la reducción o estabilización de la deuda que el aumento
del crecimiento económico, aunque lo ideal es que se den ambos procesos.
- La estabilización de la deuda es “más probable cuando existe un
acuerdo respaldado por el FMI”, es decir, si el FMI impone el ciclo de
austeridad y deuda, las tasas de endeudamiento pueden estabilizarse.
- Por último, la estabilización de la deuda es el objetivo de los
Estados africanos, y no el desarrollo. Necesitan estabilizar su deuda, ni
siquiera borrarla.
Estos cinco
axiomas se presentan como hechos cuando son ficción. Por ejemplo, estudiosos
cuidadosos del desarrollo africano, desde Samir Amin hasta Thandika
Mkandawire, han advertido contra el tipo de generalizaciones amplias
que tanto gusta hacer al FMI. En segundo lugar, la afirmación de que es posible
lograr la “estabilización de la deuda” sin reestructuración se basa en el
argumento erróneo de que los países africanos pueden salir de la deuda mediante
el crecimiento, lo cual es casi imposible, dada la abundante
bibliografía sobre el exceso de deuda (es decir, los evidentes
efectos negativos de la deuda sobre el crecimiento).
El tercer
axioma, que da prioridad a la austeridad sobre el crecimiento, no se sostiene
ante la lógica y las pruebas empíricas. El crecimiento, por
definición, requiere lo contrario de la austeridad (es decir, una
política fiscal expansionista), y las pruebas empíricas
demuestran que la austeridad ha provocado tragedias de crecimiento en África.
Esto sin mencionar el importante
coste humano que décadas de austeridad inspirada por el
FMI han infligido
a los pueblos de África y del Sur global en general.
En cuanto al
cuarto axioma, y como demostramos en un informe reciente de
Tricontinental: Instituto de Investigación Social, los “acuerdos
respaldados por el FMI” son la fuente de la crisis permanente de la deuda
africana. Por ejemplo, un reciente
estudio sobre Zambia muestra que las condiciones impuestas por
el FMI hace dos décadas sembraron las semillas que condujeron a la actual
crisis de la deuda de Zambia. En otras palabras, “el FMI no
combate los incendios financieros, sino que los apaga con gasolina”.
El quinto y
último axioma va en contra de décadas de planificación del desarrollo en África
y de décadas de estudios sobre el desarrollo que muestran claramente que la
búsqueda del desarrollo sigue siendo una de las principales preocupaciones de
los Estados africanos.
No es de
extrañar que el blog del FMI se equivoque tanto, dados sus autores. El blog
está escrito por tres economistas del FMI, todos ellos formados en Occidente y
sin experiencia significativa en el continente africano: Athene Laws (de Nueva
Zelanda, doctora por la Universidad de Cambridge), Thibault Lemaire (de
Francia, doctor por la Sorbona) y Nikola Spatafora (italiano, doctor por la
Universidad de Yale). Tanto Lemaire como Spatafora trabajan en el Departamento
de África del FMI, con sede en Washington D.C. Una abundante bibliografía demuestra
ahora que la falta de arraigo en los contextos locales explica el carácter
sombrío de las ciencias sociales occidentales sobre África. Lamentablemente,
los autores del blog del FMI demuestran una vez más los peligros de escribir
desde la distancia.
El problema no
es solo la ventana del FMI para el crédito a corto plazo, que por supuesto
viene con condiciones; también lo es la visión del mundo del FMI, que sugiere
que no se puede hacer nada con respecto a la deuda, salvo seguir una estrategia
de crecimiento inútil en un contexto de deuda profunda. La teoría del FMI se
limita a la austeridad y la deuda permanente, nada más. Pero existe otra
teoría, algunos de cuyos puntos deben debatirse seriamente:
- Debemos debatir la importancia de la cancelación de la deuda, es
decir, el castigo a los acaudalados tenedores de bonos que deciden
invertir pero se niegan a asumir las consecuencias de un riesgo a la baja.
- Un debate serio requiere discutir la soberanía sobre las materias
primas y la regulación adecuada de las empresas multinacionales.
- Debe darse espacio para debatir la integración financiera, el uso de
monedas regionales o locales para conciliar los desequilibrios comerciales
y la necesidad de crear plataformas regionales para el comercio y la
financiación del desarrollo.
- Necesitamos crear bancos de desarrollo soberanos, anclados en la
riqueza de materias primas del continente, que sean propiedad de
instituciones regionales públicas y no estén controlados por el
Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.
- El desarrollo de la capacidad industrial y de infraestructuras de alta
calidad debe ser una prioridad para el continente africano.
Estos son
algunos puntos racionales y tangibles para una nueva teoría del desarrollo que
busque el avance genuino del bienestar de las personas y no solo la
estabilización de la deuda. Esto es algo que la teoría del FMI no reconoce,
pero es lo que una teoría del desarrollo para África debe situar en su centro.
Fuente: Globetrotter
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