¿Por qué se sorprenden por los avances de la ultra derecha?
I
DIARIO OCTUBRE / junio 29, 2024
Hoy, igual que
hace 100 años atrás el fascismo se prepara para tomar el poder. Hoy como hace
100 años atrás, el mismo se esconde detrás de ideas socialistas. Hoy como hace
100 años atrás, la crisis económica es el caldo de cultivo para su irradiación.
Hoy como hace 100 años atrás, le echan la culpa a “los otros”, en aquella época
a comunistas y judíos, hoy a los rusos.
Tal vez la
única gran diferencia entre ambos momentos es que en el siglo pasado tales
ideas se difundían a partir de un líder mesiánico y violento y ahora, lo mismo
ocurre tras dirigentes mediocres, ignorantes y bastante limitados, algunos
incluso, mucho más que Hitler aunque igualmente violentos. En esa época, el
líder asumió la ejecución del plan e involucró al pueblo alemán en él. Hoy, los
dirigentes europeos dejan que Estados Unidos lo conduzca, que los ucranianos
pongan la “carne de cañón” mientras ellos se limitan a someter a sus pueblos a
la inflación, la crisis económica, el fin del estado de bienestar y el
empobrecimiento paulatino.
El objetivo es
el mismo y los resultados también. Pronto Europa será presa del extremismo de
derecha, el supremacismo, el racismo y la crisis. Pero esta vez no vendrá el
ejército rojo soviético a salvarlos y no habrá plan Marshall para su
”recuperación” porque en este caso, ha sido Estados Unidos el que ha provocado
esta crisis, a fin de someter a Europa y llevarla a la total insignificancia
como actor político internacional.
No, el soldado
Ryan no los podrá salvar, sencillamente porque no tiene capacidad para hacerlo.
Sus prioridades son Ucrania (contra Rusia), Israel (contra Irán) y Taiwán
(contra China). No ha podido evitar que sus portaviones sean expulsados del mar
Rojo por los baratos pero eficientes misiles yemeníes, reiterando lo ocurrido
en el Mediterráneo cuando los portaviones yankis intentaron amenazar al Líbano
y Hezbollah, -sin necesidad de lanzarlos- le mostró a la marina yanki sus
poderosos misiles antibuques que la hicieron huir a toda velocidad de ese mar;
tampoco ha conseguido impedir que la cúpula de hierro israelí no sea penetrada
por los misiles de Irán; no ha logrado que Corea del Sur sea inmune a las
bolsas de mierda que le envían desde el norte; y ha sido imposible para
Washington que los africanos no expulsen a Francia – y a ellos mismos en
algunos casos- de su territorio; tampoco ha conseguido que Cuba, Nicaragua y
Venezuela se rindan y ni siquiera que Arabia Saudita continúe en el acuerdo del
Petrodólar. ¿Cree alguien que podrá salvar a Europa de la debacle nazi fascista
que la acecha?
Aunque los
juicios de Nuremberg, establecieron jurídicamente la derrota del fascismo y el
concepto de “crímenes contra la humanidad”, Occidente se encargó de proteger a
muchos nazis y fascistas para utilizarlos en la modernización de su aparato
industrial, en particular el de carácter militar, de forma especial aquel que
se vinculaba a la propagación del uso de las armas atómicas que habían tenido
su acta de nacimiento en Hiroshima y Nagasaki.
Hay que
recordar que en 1933, Hitler -como Zelenski en 2019- llegó al poder legalmente
por vía electoral en un tiempo de gran malestar social y político del país. La
crisis económica de la posguerra había devastado a Alemania causando
hiperinflación y devaluación de la moneda. Hitler logró capitalizar el
descontento a través de la violencia. Años después, uno de sus discípulos
venezolanos Henrique Capriles llamó a descargar la rabia a través de la
violencia, causando muerte y devastación.
Cuando el
partido nazi de Hitler fracasó en su golpe de Estado, recurrió a la “democracia”
para hacerse del poder. La crisis de los años 30 del siglo pasado potenció el
discurso nazi. El pueblo alemán que padecía desempleo, hambre, pobreza e
indigencia, empezó a exigir cambios y ante la inexistencia de alternativas
populares y democráticas, comenzaron a ver con buenos ojos a los nazis.
En las
elecciones parlamentarias de 1930, el partido de Hitler obtuvo 18% de la
votación, pero lo siguieron considerando una fuerza marginal. Mientras eso
ocurría, los nazis manipulaban las esperanzas, temores y prejuicios de los
ciudadanos. Junto a ello, volcaron toda la responsabilidad de la situación en
judíos y comunistas.
En julio de
1932 hubo nuevas elecciones, los nazis recibieron el voto favorable del 37% de
los votantes, más que cualquier otro partido, pero en unos nuevos comicios
realizados en noviembre de ese año, bajaron a 33%, aunque continuaron siendo el
partido mayoritario. Se transformaron en un recurso imprescindible para el
funcionamiento institucional del país. Conociendo el poder acumulado, se
negaron a establecer alianzas con cualquier otro partido, exigiendo además que
Hitler fuera nombrado canciller federal (primer ministro). Aunque en un primer
momento, el presidente Paul Von Hindenburg se opuso a tal exigencia, terminó
cediendo y designando a Hitler canciller de Alemania el 30 de enero de 1933.
Pensaron que lo podían controlar. Craso error. Aunque durante los primeros
meses de su mandato respetó la constitución democrática de Alemania, con el
paso del tiempo, comenzó a tomar medidas para destruir el sistema a fin de
instaurar la dictadura. Tras la muerte de Von Hindenburg en agosto de 1934.
Hitler se proclamó Führer (líder) de Alemania. A partir de ese momento, fue el
dictador de Alemania. Cualquier coincidencia con la situación actual no es
casualidad porque los gérmenes del nazi-fascismo nunca fueron exterminados.
Veamos. Después
de la derrota alemana en la 2da. Guerra mundial, altos cargos militares de las
fuerzas armadas alemanas (Wehrmacht) encontraron cobijo en Occidente. Luego, a
partir de 1949 cuando se creó la OTAN, ocuparon importantes responsabilidades
en su mando, precisamente cuando se estaba elaborando la doctrina y
consolidando la estructura. Algunos de ellos fueron:
·
Adolf Heusinger. Jefe de operaciones del Estado Mayor
de las Fuerzas Terrestres de la Wehrmacht. Presidente del Comité Militar de la
OTAN (1961-1964).
·
Hans Speidel. Jefe del Estado Mayor del mariscal de
campo Erwin Rommel Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de la OTAN en
Europa Central (1957-1963).
·
Johannes Steinhoff, Piloto destacado de las fuerza
aérea (Luftwaffe) al mando de Herman Goering. Presidente del Comité Militar de
la OTAN (1971-1974).
·
Johann von Kielmansegg. Oficial del Estado Mayor del
Alto Mando de la Wehrmacht. Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de la
OTAN en Europa Central (1967-1968).
·
Ernst Ferber. Teniente coronel del Estado Mayor de la
Wehrmacht. Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de la OTAN en Europa
Central (1973-1975)
·
Karl Schnell. Primer oficial del Estado Mayor General
del 76to. Cuerpo Panzer (blindados). Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas
de la OTAN en Europa Central (1975-1977).
·
Franz-Joseph Schulze. Oficial de la Luftwaffe,
condecorado con la Cruz de Hierro (una de los máximas galardones alemanes).
Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de la OTAN en Europa Central
(1977-1979).
·
Ferdinand von Senger und Etterlin. Teniente general
del Grupo Panzer. Comandante en jefe de las Fuerzas Aliadas de la OTAN en
Europa Central (1979-1983).
De esta manera,
el espíritu y la doctrina nazi fascista se impregnó en la OTAN desde su
fundación. De igual manera, los descendientes de los nazis siguen teniendo
mucha influencia en la Europa actual. En un ensayo publicado en julio de 2022,
transformado en libro en 2024, el doctor en Estudios Alemanes y Relaciones
Internacionales David. A Hughes, investigador asociado de un Grupo de Trabajo
sobre Propaganda y “Guerra contra el Terrorismo” global del 11 de septiembre
expone algunas similitudes entre la Alemania nazi y la respuesta a la pandemia
de covid-19 como expresión de los intentos de derrocar la democracia liberal
utilizando técnicas de guerra sicológica aprendidas de los nazis. El libro,
según sus editores “…proporciona un análisis completo y detallado de las
continuidades entre la economía política de la Alemania nazi de la década de
1930 y la economía política de Occidente desde 2020”.
Según Hughes,
esto ha producido un “siniestro resurgimiento” del nazismo en la democracia,
ofreciendo evidencia convincente para demostrar “que los peores elementos del
Tercer Reich no fueron derrotados en 1945, sino que fueron incubados en secreto
en preparación para su eventual regreso”. Para lograrlo, Wall Street se apoyó
en la CIA a fin de proteger e insertar a los jerarcas nazis en las sociedades
occidentales, la mayor parte de las veces en total secreto.
Esto llevó al
abogado alemán Reiner Fuellmich fundador de un bufete que está considerado
entre los 20 mejores de su país en materia de protección de inversiones, a
decir que ahora los alemanes estaban “ luchando contra la misma gente que
deberíamos haber derribado hace 80 años”. Fuellmich afirmó que los verdaderos
criminales eran aquellos que estaban en la cúspide del sistema capitalista y
que ahora, como en 1920 y 1930, buscan recurrir al totalitarismo para hacer
frente a la aguda crisis del capitalismo.
Por su parte,
en el ensayo de Hughes titulado “Wall Street, los nazis y los crímenes del
Estado Profundo” se explica en detalle que:
·
Wall Street siempre ha estado vinculado al nazismo a
fin de arrasar con las demandas de los trabajadores.
·
Los nazis llegaron al poder, construyeron su industria
y fueron a la guerra con el respaldo de Wall Street.
·
El fracaso de la desnazificación después de la Segunda
Guerra Mundial se debió a que Wall Street controló el nombramiento de los
funcionarios responsables de desnazificar y gobernar la República Federal, y
algunos ex nazis pasaron a asumir posiciones muy poderosas, por ejemplo, el
Príncipe Bernardo de los Países Bajos, que sirvió a principios de la década de
los años 30 del siglo pasado en las Schutzstaffel (SS, organización paramilitar
al servicio de Hitler y el partido nazi en Alemania y en toda Europa) antes de
unirse a IG Farben (conglomerado alemán de compañías químicas, renombrada
posteriormente Pfizer que producía la sustancia utilizada por los nazis en las
cámaras de gas). Bernardo fue cofundador del Grupo Bilderberg en 1954.
·
Estados Unidos reclutó activamente a más de 1600
científicos, ingenieros y técnicos nazis a través de la “Operación Paperclip”.
Hughes, afirma
que Hitler fue, quizás, “el primero en ver que la democracia liberal puede ser
subvertida jugando con los miedos inconscientes de las masas” agregando que:
“Si se presenta una amenaza existencial, las masas pueden ser inducidas a
sacrificar la libertad por la promesa de seguridad”.
Otros nazis con
influencia en el mundo de la posguerra fueron Kurt Kiesinger, que se convirtió
en canciller de Alemania Occidental (1967-1971) a pesar de haber tenido fuertes
vínculos con el canciller nazi, Joachim von Ribbentrop, el ministro de
propaganda Joseph Goebbels y Franz Six, que dirigía los escuadrones de la
muerte en Europa del Este. Kiesinger fue un asiduo asistente a las conferencias
de Bilderberg.
Así mismo, Kurt
Waldheim, ex oficial de inteligencia de la Wehrmacht nazi, quien entre 1972 y
1981 fue secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y
posteriormente presidente de Austria (1986-1992).
CONTINUARÁ
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