domingo, 10 de abril de 2022

Francia vota, el fascismo sumará millones de votos . [Pues como te vengo diciendo, mi querido y elemental Guason, Guasón o Watson, que me da igual como quiera que te llames, que el fascismo no es erase una vez un hombre pegado a un bigotillo de mala muerte financiado por los capitales americanos e ingleses para un rearme como Dios mandaba, caso de Hitler. No hombre no, el fascismo en esencia es la simplicidad mental y la unilateralidad, por ejemplo, la política que en general se está desarrollando en todo el mundo capitalista y, más en concreto, la que se está impulsando en Ucrania: el bueno pequeño contra el malo grande: el bueno contra el malo… ¡Tantarantán…! Otra cosa es la instrumentalización que hace el capital del fascismo. Aquí sí, aquí ya entra el erase una vez un hombre pegado a un bigotillo de mala muerte (colegas coleguis, camaradas y compañeros del metal guais además de mi querida feligresía toda, ¿sabían ustedes que a Hitler le votaron millones de socialistas y comunistas? Pues hombre, que tampoco es tan difícil saberlo, con leer basta) o el caso más concreto del cómico metido a presidente de Ucrania dedicado por mandato del capital USA a reta billar armas y dineros para la compra de “gasolina” y avivar y prolongar la guerra que tiene USA con Rusia en suelo ucraniana con el pretexto de hacer prevalecer el bien sobre el mal. La virtud que tiene este cómico, y es justo reconocérsela, es que al parecer tiene la habilidad de tocar el piano con el pene. Esto no lo hace cualquiera no me vayan a decir que no. Esto no sería tan grave Guason, Guasón Watson, si esa cosa llamada izquierda política aparte de haber estado cantando la canción del que sí, que no, que no y que sí, se hubiera dedicado a proporcionar a las masas elementos de juicio para que por sí misma pudiera hacer una composición de lugar según sus propios intereses. Pero bueno, Guason, Guasón o Watson, no te me vayas a venir abajo o te vaya a entra el amulague temblón de las caguerrillas por esto hombre, que se puede empezar con lo que no se ha hecho, Cirilillo mío (que te digo Cirilillo ahora para animarte) que vales un valer. Hay que empezar que más vale tarde que nunca, porque si no ya sabes: aguante de mecha del FASCISMO FINACIERO que empezó a tomar cuerpo mortal con la crisis de 2008 y hasta la explosión final, que eso sí tiene que ser verdaderamente jodido, majo.]

 

Francia vota, el fascismo sumará millones de votos

 

INSURGENTE.ORG. /10 abril 2022

 

El 1 de septiembre de 1939 los nazis invadieron Polonia, el 6 de junio de 1944 los aliados -con EE.UU a la cabeza- desembarcan en Normandía. En esos casi cinco años los países capitalistas observaron el desarrollo de la invasión a la Unión Soviética sin intervenir, al fin y al cabo, los nazis eran (y son) la cara B de su sistema, y la URSS era, en realidad, el gran enemigo. La intervención aliada se produjo cuando era evidente que el ejército rojo había repelido el ataque nazi y comenzaba a avanzar hacia el oeste liberando territorios de la ocupación alemana. Esto es apenas un hecho histórico-bélico pero que ilustra la naturaleza del capitalismo.

En la actualidad, pero desde algún tiempo, asistimos a un blanqueo infame del fascismo, de sus partidos, de su ideario, de su estrategia. De vendernos teatralmente que son «enemigos de la democracia», a asumirlos como una fuerza política más, con la que hay que dialogar, pactar y respetar en las Cámaras de diputados. Saben que ante la crisis sistémica que hunde a millones de trabajadores en el desespero y la preariaedad, hay que dar instrucciones de sacar al perro rabioso para evitar que la casa pueda ser ocupada por fuerzas populares y revolucionarias. Y esto sucede, pese a la desorganización de la izquierda tras la derrota que alimentó el desaliento y la cultura de la imposibilidad, y que originó que cuadros y militantes corrieran a salvar lo suyo a los brazos siempre generosos con los disidentes de la socialdemocracia.

En esa estrategia, sus muchos medios afines igual practican el «uno de los nuestros» con el Batallón Azov en Ucrania, que aplauden la nueva imagen más moderna de Marine Le Pen en Francia, o asumen como propias (pero ahora  barnizadas de «democráticas») las ideas racistas, clasistas y homófobas de la extrema derecha, y venden a la OTAN como una fuerza de paz.

El capitalsmo avanza inequivocamente en el reconocimiento del fascimo político para salvaguardar sus intereses de clase, temen que una crisis generalizada de alas suficientes al movimiento obrero como para puentear a partidos y sindicatos que en la actualidad chapotean en sus instituciones a cambio de migajas.

Francia que, como se suele decir, es donde empezó todo con la Revolución francesa y continuó con la Comuna de París, vota hoy. La campaña de blanqueo de la derecha en todas sus acepciones se examina en las urnas. Macron, Le Pen, Zemmour y Pécresse sumarán millones de votos y la abstención será más que importante en los barrios de obreros y emigrantes. El sistema sabe que no está para muchos festejos pese a que el fascismo les pertenezca y en este momento lo tengan que enseñar con total impunidad.

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