sábado, 30 de noviembre de 2019

RELATO DE MIL CARACTERES DE UNA SERIE DE 1.000 RELATOS



PENSAR PARA VIVIR



El ayer no existe, se ha ido, de lo que fue no queda más que el recuerdo, un pensamiento vivo que lo mantiene erguido. El mañana no es otra cosa que un pensamiento echado hacia adelante. Vivir es el pensamiento activo: recordar.
En el Paso, un bar como cualquier otro, antes de sentir sus labios tímidos y finos, y antes de que nuestras lenguas todavía indecisas rozaran su tibiezas, ella había aspirado profundamente, y el aire aspirado por entre sus dientes blancos como la cal, fue la caricia suave  de la brisa entre los álamos del río, donde por primera vez estuvimos el uno dentro del otro, donde ella dijo y yo asentí, que nuestro amor era limpio.
La sensación hercúlea de tener todo en mis brazos, cuando su espalda contra mi pecho, abrazándola de pie como niños en la plaza de aquel pueblo soriano, minúsculo, en una punta de la Provincia, oyendo extasiados como el Cuentacuentos de Berlanga J.C., nos pintaba las andanzas de su Hombre Invisible.
Despidiéndonos le hacíamos trampa al tiempo, creíamos hacérsela, porque vanamente pretendíamos detenerlo, ella en silencio y yo sin decir nada, en la calle, con las manos entrelazadas. Yo pensando que hasta la próxima vez que nos viéramos faltaba menos, ella rota por dentro, viendo el otro calvario hasta llegar a su casa, donde le esperaban sus hijos y el marido, rezumando lágrimas sus ojos…
Estos recuerdos, parejos, aunque de otra naturaleza, con los de mi padre y niñez no quiero perderlos. No quiero morir sino cuando muera.

* * *

Manuel Sogas Cotano
Zaragoza 12 Agosto 2005

No hay comentarios: