miércoles, 10 de mayo de 2017

CORRUPCIÓN, defectillo HUMANO, SEGÚN CASADO, VICE NO SE QUÉ DEL PP, Y PACO MARHUENDA, DEFENSOR DEL PP TAL QUE CABALLO NEGRO SOFOCAO DE SANTIAGO. NI DIGO NI DEJO DE DECIR, ELLOS SON HUMANOS, SABRÁN DE LO QUE ESTÁN HABLANDO


LA CORRUPCIÓN LA PODEMOS PINTAR DE AZUL, TIPO PP; ROJO-AZULINO-PSOE; COLOR PNV O MAS-MACIONALISTA QUE EL COPÓN. PERO ESENCIALMENTE EMPIEZA POR D (D = DINERO QUE ME LLEVO DEL ERARIO PÚBLICO, Y OYES, LOS PARDILLOS A LOS QUE ROBO, NOI, QUE NI SE ENTERAN, Y ENCIMA ME VOTAN Y VOTAN Y VUEVEN A VOTAR, LOS PECES EN EL RIO NO ME ENCHIQUERARÁN. Y SE REPITE EL ESTRIBILLO. COMO TE LO ESTOY CONTANDO, COLEGUI)



El ciclo político del agua: caudales turbulentos
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MARTÍN ALONSO ZARZA / FERNANDO URRUTICOECHEA BASOZABAL ( CTXT)

 

Sociología Crítica

14.04.2017

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Fuente: CTXT / /  El curso del agua es un indicador de buena parte de las patologías de la vida política. Llama la atención la preocupación que la corrupción suscita en las encuestas y la falta de una respuesta proporcional a ella. Tres elementos ayudan a explicar esta esquizofrenia. El primero es la insuficiente respuesta institucional, en parte porque la misma corrupción no recibe el tratamiento que merece en el Código Penal, donde los delitos de cuello blanco son habitualmente low cost. El segundo remite al paradigma económico vigente: la corrupción es virtualmente un efecto colateral de la trinidad neoliberal (desregulación, liberalización, privatización), como el too big to fail o la desigualdad. Por último, la corrupción es percibida generalmente como un delito sin víctimas; la externalización resulta tan exitosa que ni siquiera los perjudicados perciben cabalmente los costes, y por tanto no los ponen en la balanza a la hora de votar. El recorrido por el curso del agua permite iluminar de forma concreta algunos de estos fenómenos.
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Los pilares del Estado de bienestar se han convertido en objetivo de la bulimia financiera tras el colapso de la burbuja inmobiliaria. Buen ejemplo de ello es el desplazamiento en esa dirección del interés de las constructoras. Así, no es casualidad que Aqualia, la filial de gestión de agua de FCC, sea uno de los sectores más lucrativos de la constructora matriz (144 millones en 2016): aunque la actividad de la filial supone un 17% de las ventas, aporta el 28% del Ebitda, frente al 28% y el 7% de la construcción (El País, Negocios, 19/03/2017). ACS creó EMAFESA y SOCAMEX desde su filial Urbaser para ocuparse del ciclo integral del agua. Por su parte, Acciona se hace cargo de la explotación de Aigües Ter-Llobregat (ATLL) tras su privatización por el gobierno en funciones de Artur Mas a finales de 2012 en una operación en absoluto transparente que ha anulado el TSJC. Es llamativo que el sector del agua, en sus diferentes tramos, haya acabado en numerosas ocasiones en los tribunales, aunque, por las razones que veremos, a menudo sin graves consecuencias.

LA CORRUPCIÓN ES VIRTUALMENTE UN EFECTO COLATERAL DE LA TRINIDAD NEOLIBERAL (DESREGULACIÓN, LIBERALIZACIÓN, PRIVATIZACIÓN), COMO EL ‘TOO BIG TO FAIL’ O LA DESIGUALDAD

Este escrito pone el foco en el sector del agua, una pieza fundamental del Estado de bienestar; y dirige una mirada especial hacia Cataluña porque allí convergen dos circunstancias notables: un alto grado de privatización en la gestión del agua y la presencia de una de las grandes compañías dedicadas al negocio del agua, Agbar. La privatización de Aigües Ter-Llobregat (ATLL) –la joya de la corona, la mayor y la más polémica de la historia de la Generalitat (afecta a 4,5 millones de personas), adjudicada a la empresa de la competencia, Acciona– ha seguido la estela de prácticas experimentadas en la sanidad a través de la empresa International Tax Planning Services (ITPS), que creó las supuestas pantallas utilizadas por Oleguer Pujol y la familia Rodés en el consorcio beneficiario, pese a las irregularidades detectadas por los tribunales (eldiario.es, 30/12/2015).

Ferran Rodés, hijo del empresario Leopoldo Rodés, es el promotor y accionista de referencia del periódico secesionista Ara, vicepresidente de Havas Media y consejero de Acciona. Además, Havas, cuyo director general es Alfonso Rodés, hermano de Ferran, es propietaria de Media Planning Group, que se lleva la parte del león en la publicidad de la Generalitat (10 millones de un total de 18 en 2014). Además, fue nombrado por Artur Mas en 2012 para dirigir el Consejo Asesor para el Desarrollo Sostenible (CADS), pocos meses antes de la privatización de ATLL, hoy pendiente de una sentencia judicial. Vemos aquí un triángulo estratégico: Rodés era simultáneamente asesor del presidente que impulsó la privatización, consejero de la empresa líder del consorcio beneficiario e inversor personal a través de la agencia utilizada por Oleguer Pujol. Ya entonces se manifestaron muchas dudas sobre el modo de proceder y de efectuar la concesión. En febrero de 2016, la Oficina Antifrau de Catalunya pidió anular la privatización porque Acciona infló las facturas; estas irregularidades pueden traducirse en un incremento de la factura para las familias (eldiario.es, 09/02/2016). También el TSJC había anulado el concurso resultante en la privatización. Paradójicamente, la consejera Neus Munté ha calificado el asunto de “operaciones societarias”.

Aguas termales para voluntades flotantes

Con el agua tiene relación Josep Antoni Rosell, director de Infraestructures.cat y uno de los detenidos en octubre de 2015 por la trama del 3%. El caso cobró relieve porque Rosell había encargado a un amigo que le guardara cuatro maletines. Rosell es responsable de una desviación presupuestaria en la construcción del canal Segarra-Garrigues con un sobrecoste del 81% (La Vanguardia, 30/10/2015; El País, 25/10/2016). La obra fue ejecutada por una UTE compuesta por FCC, Agbar, Copcisa y Copisa, y otras cuatro con menor participación. Seis de ellas pagaron a CatDem, la fundación de Convergència Democràtica de Cataluña (CDC), 1.635.500 euros entre 2008 y 2013. El concurso lo cocinaron Rosell, desde la secretaría de infraestructuras de Agricultura, el conseller Josep Grau y su número dos, Germà Gordó.

LOS PILARES DEL ESTADO DE BIENESTAR SE HAN CONVERTIDO EN OBJETIVO DE LA BULIMIA FINANCIERA TRAS EL COLAPSO DE LA BURBUJA INMOBILIARIA

Rosell es uno de los destacados nacionalistas orgánicos familiarizado con las puertas giratorias. Histórico dirigente de CDC y tutelado por Germà Gordó (último consejero de Justicia de Mas; lo encontraremos más abajo), abandona la empresa pública Regsega cuatro días antes de que se abran las plicas del concurso; a los pocos meses se convierte en nuevo director general de la concesionaria beneficiaria Aguas Segarra-Garrigues (ASG), siendo FCC y Agbar los accionistas principales. Cuando se descubre el delito, ERC para el golpe pese al impacto mediático de los maletines. El departamento de Economía, pilotado por Oriol Junqueras, le ofrece asilo en un nuevo cargo en la misma empresa Infraestructures.cat, la principal adjudicadora de obra pública de la Generalitat; ahora como responsable del proyecto de actuaciones internacionales y de investigación e innovación. Carles Mundó, sucesor de Gordó en Justicia, avaló la decisión de la repesca de Rosell. La Fiscalía Anticorrupción había pedido en dos ocasiones prisión para él. Finalmente y ante la magnitud del escándalo, el Gobierno decide “prescindir” de sus servicios (La Vanguardia, 25/02/2016).

Como la sanidad, el agua es un recurso que forma parte del núcleo duro del pilar social del Estado. En la escuela se estudia que el ciclo del agua se compone de tres fases: evaporación, condensación y precipitación. Estas fases tienen su contrapartida en el ciclo político, donde sin embargo sólo se ha importado la primera (en su uso figurado) para explicar la desaparición milagrosa del dinero, un hecho, digamos de paso, que supone una violación flagrante del primer principio de la termodinámica. Vamos a esbozar a partir de una anécdota las fases del ciclo político del agua.

Sabemos que el Ebro nace en la cordillera Cantábrica y desemboca en el Mediterráneo. El curso del líquido metafórico puede hacer el camino en sentido contrario. El 13 de noviembre de 2013, el semanal Asturias Diario publicó fotocopia de las facturas que Aquagest pagó por una estancia del 13 al 15 de agosto de 2010 en el balneario Gran Hotel Las Caldas, de cinco estrellas, a Ignacio Diego, presidente de Cantabria. No fue al único; también a su consejero de Obras Públicas y a cargos públicos de Galicia y Asturias. Los cabecillas del ‘cártel del agua’ usaron el balneario como cuartel general. Masajes faciales –todo un signo– y cenas no se pagaron en metálico sino que se cargaban en la cuenta de la empresa como si se tratara de una operación habitual. Digamos, para atender la primera fase del ciclo, que en varios municipios de Cantabria los usuarios recibieron en noviembre de ese año una carta anunciando que sería Aquagest la encargada de la gestión del agua. Naturalmente uno no está obligado a pensar que hay relación alguna entre un masaje facial en Asturias y una factura en un municipio de Cantabria, ni mucho menos que eso tenga algo que ver con la Sociedad General de Aguas de Barcelona (Agbar)[1].

La jueza Pilar de Lara, del juzgado de Lugo, se hizo cargo del caso, que implicaba entre otros a Diego y a su consejero de Obras Públicas y Vivienda, Francisco Javier Rodríguez Argüeso. El Supremo pidió un informe a la Fiscalía, que calificó los hechos como constitutivos de un delito de cohecho pasivo impropio, o “cohecho de facilitación”, pero se opuso a la imputación de ambos porque el Código Penal vigente entonces establecía un plazo de prescripción de tres años y estos ya se habían cumplido, y solicitó al Supremo el archivo de la causa (eldiario.es, 02/02/2015). Según la exposición de la jueza, la empresa Aquagest, con “relevantes intereses” en Cantabria, desarrollaba presuntamente una política empresarial que incluía el soborno de autoridades políticas y funcionarios con el objetivo de lograr adjudicaciones de las administraciones públicas.
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