lunes, 2 de febrero de 2015

¿EN ALEMANIA HAY TRABAJADORES O SOLAMENTE TRABAJA ANGELA MERKEL?


CARTA ABIERTA DE ALEXIS TSIPRAS A LOS CIUDADANOS ALEMANES




Sociología Crítica
2015/02/01

 El presidente griego, Alexis Tsipras, ha remitido una carta abierta al pueblo alemán en la que intenta explicar qué ocurre realmente en Grecia, especialmente con relación a la deuda. El escrito comienza pidiendo que lo lean sin tener una idea preconcebida. “Seré franco: la deuda griega es insostenible actualmente y nunca será devuelta”, afirma el dirigente de Syriza en un pasaje de su carta.

La mayoría de ustedes, queridos lectores [alemanes], tendrán una idea preconcebida sobre de qué trata este artículo antes de haberlo leído siquiera. Les ruego que no sucumban a semejantes preconcepciones. El prejuicio no ha sido nunca una buena guía, especialmente durante periodos en los que una crisis económica refuerza estereotipos y genera ignorancia, nacionalismo e incluso violencia.

En 2010 el estado griego dejó de ser capaz de pagar sus deudas. Desafortunadamente, los responsables europeos decidieron fingir que el problema podría ser superado mediante el mayor préstamo de la historia, con la condición de una austeridad fiscal que, con precisión matemática, hundiría los ingresos nacionales de los que salía el pago de la deuda, tanto de la anterior como de la nueva.

Así, un problema de insolvencia se resolvió como si fuese un caso de falta de liquidez. En otras palabras, Europa adoptó las tácticas de los peores banqueros, quienes se niegan a reconocer préstamos malos y prefieren conceder otros nuevos a la entidad insolvente, de manera que puedan fingir que el préstamo original está funcionando, cuando realmente lo que se logra es extender la bancarrota en el futuro.

No se necesitaba más que sentido común para ver que la aplicación de la táctica “prolongar y fingir” llevaría a mi país a un estado trágico. Así, en lugar de la estabilización de Grecia, Europa estaba creando las circunstancias para una crisis autoalimentada que socava los cimientos de Europa misma.

Mi partido, y yo personalmente, disentimos firmemente con el préstamo de mayo de 2010. No porque ustedes, ciudadanos de Alemania, no nos dieran suficiente dinero, sino porque nos distéis demasiado, mucho más de lo que deberíais haber concedido, y nuestro Gobierno aceptó más, mucho más de lo que tenía derecho a aceptar. Dinero que, en todo caso, ni ayudó al pueblo griego (que estaba siendo arrojado al agujero negro de la deuda insostenible) ni atajó el crecimiento desmedido de la deuda nacional, y todo con un gran coste para los contribuyentes griegos y alemanes.

De hecho, incluso después de que haya pasado un año entero, desde 2011 en adelante, nuestras predicciones se confirmaron. La combinación de nuevos y gigantescos préstamos con asfisiantes recortes en el gasto público no solamente no lograron controlar la deuda, sino que además castigaron a los ciudadanos más débiles, convirtiendo a gente que hasta entonces había vivido una existencia mesurada y modesta en pobres y mendigos, negándoles, sobre todas las cosas, su dignidad.

El colapso de ingresos provocó la ruina de miles de empresas, reforzando el poder oligopólico de las grandes firmas supervivientes. Así, los precios han ido cayendo, pero más lentamente que nóminas y salarios, deprimiendo la demanda de bienes y servicios, y destrozando los ingresos nominales, mientras la deuda continuaba con su crecimiento inexorable. En este escenario, el déficit de esperanza se aceleró incontroladamente y, antes de que pudiésemos darnos cuenta, el “huevo de la serpiente” eclosionó, con el resultado de bandas neonazis patrullando nuestros barrios, difundiendo su mensaje de odio.

A pesar del fracaso evidente de la lógica de “extender y fingir”, ésta todavía se aplica hoy día. El segundo “rescate” griego, aplicado en la primavera de 2012, añadió otro enorme préstamo sobre los debilitados hombros de los contribuyentes griegos, pulverizando nuestra reserva de la seguridad social y financiando una despiadada cleptocracia nueva.

Respetados analistas han hecho referencia recientemente a la estabilización de Grecia, incluso a signos de crecimiento. Por desgracia, la recuperación es un espejismo que debemos evitar lo antes posible…

Permítanme que les diga que este lamentable intento de montar una nueva versión de las estadísticas griegas, con el objetivo de declarar terminada la actual crisis de Grecia, es un insulto para todos los europeos que, por lo menos, se merecen la verdad acerca de Grecia y de Europa. Seré franco: la deuda griega es insostenible actualmente y nunca será devuelta, especialmente cuando Grecia está siendo sometida a una constante axfisia fiscal.

La insistencia en estas políticas sin salida, y en la negación de la simple aritmética, le cuesta al contribuyente alemán muchísimo, mientras, al mismo tiempo, condena a una orgullosa nación europea a la indignidad permanente. Y lo que es peor: a este ritmo, más pronto que tarde, los alemanes irán contra los griegos, los griegos contra los alemanes y, de manera poco sorprendente, el ideal europeo sufrirá fallas catastróficas.

Alemania, y en particular los esforzados trabajadores alemanes, no tienen nada que temer de la victoria de Syriza. Nuestro objetivo no es enfrentarnos a nuestros socios. No es asegurar préstamos más grandes o, equivalentemente, mayores déficits. Nuestro objetivo es, más bien, la estabilización del país, presupuestos equilibrados y, por supuesto, el fin del exprimir a los contribuyentes griegos en el marco de un préstamo que es, simplemente, impagable. Estamos comprometidos a terminar con la lógica de “extender y fingir”, pero no contra los ciudadanos alemanes, sino con una visión de ventajas mutuas para todos los europeos.

Estimados lectores, entiendo que, tras vuestra “demanda” de que nuestro gobierno cumpla con todas las “obligaciones contractuales”, se esconde el miedo de que si vosotros nos dejáis a los griegos un poco de espacio para recuperarnos, volveremos a las viejas y malas costumbres. Reconozco y respeto esta preocupación. Sin embargo, déjenme decirles que no fue Syriza la que incubó la cleptocracia que hoy finge suspirar por “reformas”, siempre y cuando dichas “reformas” no afecten sus mal habidos privilegios.

Estamos preparados y deseamos introducir reformas profundas, para las que buscamos el mandato de los electores, naturalmente en colaboración con nuestros socios europeos. Nuestro objetivo es crear un New Deal europeo, dentro del cual nuestro pueblo pueda respirar, crear y vivir en dignidad.

Una gran oportunidad para Europa ha nacido en Grecia. Una oportunidad que Europa no puede permitirse perder.


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