viernes, 19 de octubre de 2012

AL BUEN MINISTRO DEL INTERIOR, MI BUEN AMIGO, CUCHI, CUCHI


(El ministro del Interior diciéndole a Sánchez Gordillo que para que sufra las consecuencias del peso de la ley le va a echar encima siete volquetes cargados con Códigos Penales)


Al ministro del Interior señor Jorge Fernández no hace falta que yo le diga nada, y por eso no se lo digo. Es más, cuando me cruzo por él por la calle ni caso, como si no lo viera. 

El ministro del Interior es mu listo, sabe mucho y es de un escrupuloso cumpliendo la ley, que vamos vamos lo escrupuloso que es cumpliendo la ley, y no hace falta que yo le diga nada, porque para eso están los que saben, tal que el “diariodenavarra.es”, el cual afirma que la mafia china (no Telefónica, ni Endesa, ni el Banco de Botín ni el yerno del Rey, que estos no son chinos. A nosotros nos engañan como a chinos, pero ellos no son chinos) ha podido defraudar a la Hacienda Pública, o sea, a mi, unos 35.000 millones de euros, porque no han llegado a declarar ni la cuarta parte de sus robis-negocios. 

 ¡Oído ministlo, el chino pelón le loba a la Hacienda Pública las tles cualtas paltes de lo que declala! (ya peldonalan mis pacientes lectoles, pelo es que hablo en chino pala que el ministlo del Inteliol me entienda). 

 Otro que sabe más que los ratones coloraos es el Instituto Tax Research, el que ha estimado que el Estado español deja de percibir unos ingresos de 72.709 millones de euros, o sea, el equivalente al 22,5 % del PIB, casi la cuarta parte, ministro del alma mía, por la economía sumergida, o sea, putas, drogas, trafico de armas y otras urdanguidades. 

Cosa de papelillo de fumar viene ahora, señor ministro del Interior, porque como vamos a echarnos unas meadas y nos vamos a poner en plan delicadeza exquisita y escrupulosamente estrictos en la contundente aceptación de la ley, a fin de que ningún marrano quede sin su San Martín, conviene que empecemos por acogérnosla con papelillos de fumar, de modo que ya me está cogiendo Boli de los baratos, que tampoco hace falta tanto, y hoja de libretilla pequeña (que es la versión moderna del papelillo de fumar) para sumar peras con peras. Verbigracia: 

35.000 millones de peras + 72.709 millones de peras hacen un peral de 107.709 millones de peras. 

Ahora si a cada pera le llamamos millón robado, que es como en realidad se llaman las peras, resultará según la cuenta la vieja, que al Estado español, o sea, a mi; a ti y al otro (siempre y cuando se sea trabajador) nos han robado CIENTO SIETE MIL SETECIENTOS NUEVE MILLONES DE EUROS (¡casi ná lo del ojo!, y lo llevaba en la mano!). 

O sea, señor ministro del Interior, que cuando le entre la turuntela y le de por sustituir a la policía las porras de pegar porrazos a los transeúntes, presuntos delincuentes por el presunto delito de transitar por la calle, por linternas de duracel que nunca se acaban, para buscar ladrones, delincuentes, banqueros, presidentes de consejos de administración, monarcoides y demás concordantes, se habrá recogido más dinero que el que ahora nos quieren volver a robar los amos del gobierno del que usted forma parte para salir de la crisis, que ya sabemos, señor ministro del Interior, que no vamos a salir de ninguna crisis, sino que a los más ricos que han “creado” esta crisis van a aumentar sus fortunas con todo lo que nos pretenden robar, a base de recorte sobre recorte y sobre recorte otro, hasta llegar a las pensiones que lo manda el ama, la Angela.

Así que, ministro del Interior, como usted no tiene un pelo tonto (quiero decir que es calvo, que tiene menso pelos que una bombilla, que además se le esta poniendo el pescuezo gordo, que se va atener que comprar una camisa nueva…, ¡y ya estamos gastando otra vez por encima de las posibilidades en camisas y corbatas de seda y en trajes chupi de guatipedi…!) ya me está cazando a lazo a la cuadrilla esa de bandidos que usted tiene que conocer bien, y que nos ha robado y siguen robando y quieren permanecer en el centro del charco para seguir robando. 

Venga, ministro del alma mía, cada mochuelo a su olivo y Dios en el de todos. Usted a detener ladrones y yo a ver por donde le puedo meter más el dedo en el ojo, cuchi, cuchi, ¡guapo! 

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