lunes, 6 de diciembre de 2010

INTOLERABLE PEPILLO. INTOLERABLE DEL TODO

(Foto de la ficha de Pepe Blanco, ministro de Fomento, azote de los controaldores aéreos, facilitada por Supermán, jefe del espionaje USA en su base americana en Madrid, y calificación que hace del propio Pepe en versión top secret: "No es fiable, no mira a los ojos de sus interlocutores" ¡Ay, que Pepillo este, que se nos ha metido a minsitro!

Habla el ministro Pepe de hacer justicia contra los controladores aéreos y la SER lo repite que es una barbaridad.
Yo si el ministro Pepe y la SER repiten justicia, justicia, justicia, a mi me parece bien. Justicia.
Pero sinceramente el tono y la intención del ministro Pepe hablando y reclamando justicia contra ese colectivo sin meter en el mismo saco a otras personas que sin aportar nada a la sociedad cobran o gastan tanto o más que los controladores, me suena más bien a venganza tipo cobardona, porque está utilizando Pepe instrumentos que son del Estado y no de él.
Me suena a nubarrón de humo levantado por el propio gobierno para esconder el nuevo robo a las arcas del Estado que están preparando con los aeropuertos de Madrid y Barcelona, siguiendo la estela de anteriores gobierno del PP y del PSOE, al hacer pasar ingresos del Estado a través de algunas de sus empresas hacia particulares muy bien situados dentro del capitalismo y cerquita de la política. Entiéndanse bancos y algunos braguetillas y mamonas anejas, por favor.
La apelación que el ministro Pepe hace a que los controladores aéreos ganan mucho no está mal planteada, lo reconozco, pero de ahí a la militarización como paso previo de taparles la boca hasta llegar a la crucifixión total hay un trecho, Papillo, que te has pasado hombre.
La cosa está en que los aeropuertos de Barcelona y Madrid le producen cuantiosos ingresos al Estado y que el gobierno donde está incrustado el ministro Pepe ya se ha comprometido en que los tales ingresos los deje de percibir el Estado para regalárselos a unos cuervos del capital, y esto requiere su cosa y su follón y para esto los controladores son la cabeza de turco. También está muy bien planteado, porque si los trabajadores controladores aéreos gana menos, los cuervos del capital cuando se queden de forma efectiva con los aeropuertos de Madrid y Barcelona ganarán más porque pagarán menos en sueldos (¿capta el lector?). De la seguridad de los pasajeros no estamos hablando, sino que, con controladores aéreos peor pagados los cuervos del capital ganarán más. En esto el ministro Pepe está siendo un lince, lo que pasa es que está siendo un lince medio cojo y tuerto y se le ve el plumero.
Dolores de Cespedal, que la mujer no tiene nada de controladora aérea, sino dirigenta del PP con bastantes probabilidades de incrustamiento en puesto sustancioso y benéfico desde el punto de vista económico en un próximo futuro gobierno del PP de Rajoy, cobra (obsérvese que no he dicho que gane, sino que cobra) por diversas cosas de las que sean 241.840 euros del ala al año, más o menos lo que un controlador aéreo, pero sin controlar nada y sin que tenga la importancia objetiva para la vida económica del país que tiene un controlador.
Ni la Reina Sofía, ni la Princesa Leticia ni el Príncipe controlan nada ni son fundamentales para la vida económica del país, sin embargo, en sus dos viajecitos con simplones forofos del futbol a Sudáfrica, habrán gastado como unos cuantos controladores aéreos juntos.
El ministro Pepe tiene razón, un Estado que le quita, verbo quitar, 426 euros al mes a cientos de miles de trabajadores que se han quedado sin trabajo, y que no tienen otros ingresos, por culpa de los mismo cuervos del capital a los que quiere beneficiar el ministro Pepe y el gobierno al que está endosado, entregándoles los aeropuertos de Madrid y Barcelona, no se puede permitir esos gastos ni en controladores aéreos, ni en políticos ni en monarquías.
Razón, pues al ministro Pepe. Caiga Justicia a raudales, y para ello es preciso que el gobierno Zapatero coja el montante y se vaya, sin sueldos de controladores aéreos, y que el PP en la próximas elecciones queda del poder político, como cosa más cercana y sin exagerar, a unos 25.000 kilómetros de distancia, que ya nos organizaremos nosotros.
*++