viernes, 15 de octubre de 2010

SOBRE LAS CONDICIONES DE LAS CLASES TRABAJADORAS EN CHINA

(9/14)

(Karl Marx)

Robert Weil Rebelión.
Traducido para Rebelión por Sebastián Risau

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=37814 1 of 14 26/9/2006 07:51


Hay mucho para enseñarle a los intelectuales urbanos acerca del mundo real del trabajo y la explotación, sino que además tienen más experiencia en la implementaron del socialismo en la práctica. Y en muchos casos su comprensión y aplicación de los principios básicos del Marxismo-Leninismo y el Pensamiento de Mao Tse Tung están más desarrollados que en algunos de los jóvenes miembros de la izquierda con más educación. Al mismo tiempo, la rápida polarización de la sociedad está desplazando a muchos de la nueva clase media, sin importar su ocupación o posición especificas, hacia condiciones más parecidas a las que enfrentan los obreros y campesinos, llevando a una creciente base para la unidad entre ellos, y ayudando a crear una base masiva para un renacimiento de la izquierda. El sistema capitalista los devora y a la vez genera grupos de alienados cada vez más amplios. Hoy en día, incluso muchos cuadros del Partido Comunista que estaban en antiguas empresas estatales han sido despedidos, después de haber ayudado a venderlas a inversores privados. No son retenidos por los nuevos dueños capitalistas, una condición que un obrero describió como quemar el puente que se acaba de cruzar. En consecuencia, muchos de ellos se encuentran ahora desempleados y entienden mejor de que se trata la mercantilización ; eso los concientiza . Estas nuevas tomas de conciencia, que resultan de las cambiantes condiciones de sus vidas, son comunes. Escuchamos más de una historia de aquellos que inicialmente habían abrazado las reformas Dengistas (como un universitario progresista con el que hablamos en Beijing) que ahora están volviendo a Mao e incluso reexaminando la misma Revolución Cultural. En algunos casos, esto resulta directamente de haber aprendido de las masas . Este es el caso de un estudiante de las áreas rurales, destacado pero previamente bastante conservador, cuya conversión se produjo porque, cuando visitaba a los campesinos, nunca escuchó una crítica a Mao, pero si muchas Deng, lo que lo obligó a reexaminar sus propias actitudes hacia el pasado. Pero este tipo de reevaluaciones tiene raíces mucho más profundas que las simples experiencias personales. Para muchos, también dentro de la elite intelectual, las diversas tendencias ideológicas que han florecido desde el comienzo de la era reformista (desde la fundamentación de la mercantilización y las privatizaciones con características propias chinas brindadas por los propagandistas del estado y del partido, hasta los conceptos liberales occidentales usados principalmente por universitarios y ONG), están demostrando ser inadecuadas para explicar lo que está pasando en la China de hoy.
Como lo expresaron tanto un antiguo Guardia Rojo como un joven intelectual activista en conversaciones separadas, aquellos que inicialmente estuvieron a favor de las reformas, y ahora se esfuerzan en tratar de entender lo que está pasando, tienen que volver a la lucha de las dos líneas y a la Revolución Cultural para lidiar con el presente , porque ya han probado otros enfoques y estos no ofrecen ninguna explicación.
Mientras que hace apenas unos pocos años los problemas que aquejaban a la sociedad china parecían ser muy específicos y por ende todavía relativamente fáciles de solucionar (por ejemplo mediante una campaña anticorrupción), hoy en día hay una creciente sensación de que en realidad estos son inherentes al sistema e intratables, requiriendo una transformación mucho más fundamental que no puede ser llevada a cabo por el capitalismo ni por el mercado global, y que el estado y el partido, con su constitución actual, no serán capaces de resolver. Como resultado de esto, la crítica que hizo Mao de la vía capitalista, durante la Revolución Cultural, vuelve a parecer relevante hoy en día, porque estas ideas, expresadas durante los últimos años de su vida,continúan ofreciendo un análisis profundo del sistema actual que llega a las raíces de sus crecientes contradicciones, y apunta soluciones más profundas que los simples intentos de mejoras. En consecuencia, muchos tema que eran tabú entre los intelectuales están dejando de serlo. Incluso la Revolución Cultural, que todavía es anatema para la mayoría de los universitarios y para otros miembros de la élite (se nos dijo que cualquier insinuación de una actitud positiva hacia ella conduce al aislamiento y a una carrera arruinada), se está transformando nuevamente en un tema de discusión y reexaminación. Esto es especialmente cierto entre los jóvenes miembros de la izquierda que están haciendo sus propias investigaciones históricas, desenterrando materiales que hace tiempo habían sido dejados de lado, llevando a cabo entrevistas con personas que estuvieron activas durante ese período, publicando sus hallazgos en la Web, y desafiando también de otras maneras la línea oficial del partido sobre los eventos de esa época.
Hay otros signos muy significativos de este creciente renacimiento de la izquierda y de sus extendidos lazos con la lucha de la clase trabajadoras. En 1999 hicimos una visita en Qinghua a estudiantes de la Universidad de Beijing (que suele ser llamada el MIT de China) que estaban tomando parte en un pequeño grupo de estudio marxista, uno de los pocos que recientemente habían aparecido, especialmente en las universidades más importantes. Rebelión.


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