miércoles, 1 de septiembre de 2010

LA DERECHA POLITICA BOQUILLERA

Es lógico que la derecha se enrede en una nube de palabras que no tienen más contenido que la musicalidad fraudulenta que produce.
Si lo que pasa por ser de izquierdas, el PSOE, no tiene un discurso político basado en una teoría social, económica y política de transformación real de la sociedad, no estaríamos en nuestras cabales si se lo exigiéramos al PP.
Tanto uno como otro se dedican al pandereteo de la palabra en tanto que los hechos dicen que ambos dos están por hacer que el que tenía que vivir bien, como es el trabajador, que para eso crea con su trabajo cuanta riqueza existe viva cada vez peor, mientras que los que roban y se enriquecen sin trabajar (trabajando no se enriquece nadie) roben cada vez con mas holgura y comodidad y vivan cada vez mejor.
Era Cristo y no yo el que lo dijo: por sus hechos los conoceréis. Y un hecho como la copa de un pino es, que nunca como hoy hubo tanta inversión productiva realizada, ni abundaron tanto los bienes materiales producidos, ni el alto nivel técnico alcanzado hoy fue conocido jamás por historia alguna, y sin embargo, se vive hoy relativamente peor que hace diez, quince, años.
Los salarios tienen hoy menos poder adquisitivo que ayer. El número de horas de trabajo necesario para poder comprar un piso es hoy mucho más elevado que el número de horas necesario para comprar un piso equivalente hace treinta años, a pesar de que el trabajo es hoy mucho más productivo y eficaz que en aquella fecha.
Hace falta estar ciego para no ver que la seguridad en el puesto de trabajo se hace cada vez más frágil e inestable, al tiempo que los salarios tienden escandalosamente a la baja, y que la capacidad de respuesta efectiva de la clase trabajadora para defender sus derechos frente a los intereses de eso que eufemísticamente llaman mercados financieros (¡Como si no se supiera que esos “anónimos” mercados financieros no son otra cosa en concreto que los grandes bancos junto a las grandes empresas apoyadas por lo respectivos parlamentos que legislan a su favor y mantienen legalmente el fraude fiscal y las covachas ladronas de los paraísos fiscales), que no es otra cosa que los grandes capitales no hayan eco ni en los denominados “grandes” sindicatos ni en los partidos políticos actuales.
Los mecanismos de defensa que tiene la clase trabajadora frente a los grandes capitales y sus servidores, los respectivos gobiernos “nacionales” se reducen a unos pequeños sindicatos con clara conciencia de clase (que los problemas que tiene la clase trabajadora no los puede arreglar quienes los crean); a otros tantos partidos, algunos con muy escasa representación parlamentaria a pesar de obtener muchos votos, por que la ley electoral que mantienen fundamentalmente el PSOE y el PP también esta hecha para falsear la democracia.
Al presidente del gobierno Zapatero, menos bonito y socialista, porque no es socialista, y a los hechos me remito (igual que Rajoy, Aznar o Felipe González, que tampoco lo son ni lo han sido), le podemos decir todas las cosas que queramos más una, por ejemplo, mizifú, pero lo que no deberíamos hacer (porque poder podemos) es endosarle la culpa por socialista de que los fondos que teníamos ahorrado los trabajadores en la Seguridad Social para nuestras jubilaciones van a pasar a la “eficiente” banca privada para de esta manera mantener la tasa de beneficio de sus “queridos” capitales, porque esto es lo que “toca” después de la “reforma laboral” (contra reforma o atraco mondo y lirondo de los grandes capitales a los bolsillos de los trabajadores con la participación estelar y alargada en el tiempo de UGT y CCOO, sin cuya colaboración sindicalina no se hubiera producido, por mucho cuentecillo panderetero de huelga general –que tampoco es huelga general- que estén convocando para el próximo 29).
Zapatero no gobierna en Grecia, ni en Francia, ni en Portugal…, incluso, no gobierna ni siquiera en USA, donde hace sus peonadas Obama, y en todos estos sitios con alguna diferencia de nivel, pasa exactamente lo que pasa en España. Por cierto, Zapatero no gobierna ni en España. Para gobernar en un sistema capitalista está el gran capital, aunque nos revolquemos cantado el Antón Pirulero de la democracia variopinta (que lógicamente tampoco es democracia, es el Antón Pirulero).
El problema de España no es Zapatero ni su solución Rajoy, cuyas diferencias básicas estriban en que Rajoy lleva barba mansurrona y Zapatero no.
La solución llega solamente por vía democrática efectiva, en la que en el parlamento estén los representantes de los trabajadores que somos la mayoría. Todo lo que no sea esto es chinchorrina boquillera de derechas, a las que tiene que quedar adscrito Zapatero para hacerle justicia a él y sobre todo al Socialismo.
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