viernes, 10 de septiembre de 2010

15.000 DELEGADOS Y AFILIADOS SINDICALISTAS DE UGT Y CCOO REUNIDOS EN MADRID PIDEN LA DIMISION DE ZAPATERO A GRITO PELADO.

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15.000 sindicalistas, la mayoría de ellos liberados, que cobran sus sueldos como si estuvieran trabajando, pero sin trabajar; afiliados y votantes del PSOE en su gran mayoría, pidiendo la dimisión del Presidente del Gobierno Zapatero, igual que hace Rajoy, podría dar la impresión de que algo está cambiando en el panorama sindical español, que los trabajadores a partir de ahora vamos estar mejor defendidos frente al capital y los peones especializados a su servicio en el gobierno.
La bullanga bullanga es mirada por el lado que se mire, y bullanga fue la que hicieron los 15.000 sindicalistas reunidos en Madrid.
El objeto declarado que tenían era la protesta formal contra la reforma laboral aprobada por el Congreso, donde están todos los grupos políticos y en cuya reforma laboral participaron las cúpulas dirigentes de UGT y CCOO, organizadoras del acto, y para ir “calentando” motores contra eso que se prepara para el próximo día 29 de Septiembre que denominan Huelga General.
¿Huelga General contra quién, para qué?
Cándido Méndez, jefe de jefes de UGT pide la Huelga General contra Zapatero, para el mismo Zapatero que de palabra y obra ha venido apoyando, y en esto se muestra igual de simple intelectualmente que Rajoy, que pide la dimisión de Zapatero por culparle directa y personalmente de la crisis actual.
Candido Méndez no es un simple, al igual que Rajoy tampoco lo es, y por ello, al afirmar lo que afirman de Zapatero, es motivo más que suficiente, por el bien de los trabajadores, que ni a uno ni otro le hagamos caso.
La política económica ni la dicta ni la hace Zapatero. Esto lo saben perfectamente, y con bastantes más datos que yo, tanto Méndez como Rajoy. ¿Por qué nos dicen ambos lo que no es? En el ámbito moral a ambos hay que calificarlos de embusteros sin ningún rodeo. Igual que al Presidente Zapatero y a los grandes medios de comunicación. Y siendo la moral importante, fundamental, en el orden personal, no es moralmente como debemos juzgar a ninguno de estos tijeretes y embusteros de lo sindical y la política. Los debemos juzgar políticamente y en función de lo que hacen y no de lo que dicen.
La política económica que sigue Zapatero, como buen zagal y mejor peón especialista al servicio de los grandes capitales, es la que dictan estos y en función de mantener las tasas de beneficios por ellos prevista, lo que supone una sobre explotación de los trabajadores que se traduce en lo que venimos viendo: menos salario, menos prestaciones sociales, mayor precariedad en el trabajo, etc., y lo que nos tiene guardado Zapatero que no nos ha dicho, y que saben tanto UGT como CCOO, que tampoco nos han dicho de forma clara y entendible.
La política económica la dictan los grandes capitales a través de la Unión Europea, donde están reprensados los grandes capitalistas a través de los respectivo gobiernos nacionales y no lo trabajadores, el Banco Central Europeo, donde los trabajadores no tenemos ni voz ni voto ni siquiera formalmente, el Banco Mundial, etc.
La “Huelga General” convocada para el día 29, por muy bien que salga, Zapatero se la pasará por el forro de los cojones, igual que ha hecho el chulín de Sarkozy en Francia. Que como Zapatero tampoco es socialista.
La “Huelga General” si sale bien se medirá por el número de participantes. Y si sale “bien” lo que habrán conseguido los jefes tanto de UGT como de CCOO es lavarse la cara ante los trabajadores, recuperar el prestigio perdido (¡y muy bien perdido!), legitimarse y quedar con las manos libres cargados de “representación” para continuar negociando (los mismo que han venido haciendo hasta ahora, con el gobierno de Zapatero o el de Rajoy si gana las elecciones y los grandes empresarios, la profundización de esa reforma laboral (en la que han colaborado los sindicatos mayoritarios como artistas invitados) de la que aparentemente protestan, como por ejemplo, poner a libre disposición (a través del Pacto de Toledo) de los bancos los fondos de la Seguridad Social ahorrado por los trabajadores para garantizar que cuando se jubilen no van a pasar hambre. Esto nos jugamos con nuestra indigencia, social, política e intelectual, si nos fiamos de los jefes de UGT y CCOO y aspirantes a cargo.
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