La catadura y la caradura de
Abascal y los nuevos fascistas
La
justificación del líder de Vox sobre los aranceles de Trump demuestra su falta
de vergüenza e inmoralidad.
Nueva tribuna.es
14 de febrero de 2025,
La
justificación que el líder de Vox ha hecho en el Congreso de los Diputados de
los aranceles que pretende imponer el presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, es un ejemplo más de su falta de vergüenza e inmoralidad.
Dice
Abascal que, si llegaran a establecerse impuestos a las exportaciones
españoles, sería «por culpa» de Pedro Sánchez, puesto que se deberían a que
este «no cae bien» a Trump.
La poca
vergüenza de Abascal se demuestra incluso si esa fuese la verdadera razón que
mueve al presidente estadounidense. ¿Cómo un líder político puede considerar en
su sano juicio y apoyar al máximo responsable de una potencia mundial que toma
decisiones que ponen en jaque al comercio mundial, no sólo a España, en función
de que los presidentes de otras naciones le caigan bien o no? Y, sobre todo,
cuando sus decisiones afectan a los ingresos y patrimonio de millones de sus
compatriotas.
Las ilusiones de la extrema derecha europea
Lo
cierto, sin embargo, es que esa no es la razón auténtica de los aranceles y
Abascal lo sabe perfectamente. El propio Trump ha confirmado que
impondrá aranceles sobre productos procedentes de Argentina, cuyo
presidente es socio, amigo y debe caerle perfectamente. E Italia, de imponerse
sobre la Unión Europea, tampoco se vería libre de ellos.
Abascal
no sólo es un irresponsable si apoya a quien él mismo presenta como un loco que
gobierna su país en función de sus querencias. Es un mentiroso cuando justifica
los aranceles por la razón que no aduce ni quien los impone.
Según uno
de los documentos programáticos de Vox (100 medidas para la España Viva),
este partido está en contra del «dirigismo fiscal» y de impuestos que puedan
«erosionar la competencia económica», y sostiene que el «sistema fiscal no
puede convertirse en un lastre para el crecimiento económico y la creación de
empleo». Esto es justamente lo que va a producir en España (en otros
muchos países y en los propios Estados Unidos) la política arancelaria de
Trump. A pesar de ello, Abascal no ha puesto objeción alguna a sus amenazas y
las justifica.
Abascal,
como Trump y todos los fascistas del siglo XXI, se proclaman liberales y
defensores del libre mercado, aunque sólo cuando eso sirve para eliminar
derechos sociales
Abascal y
su partido, como Trump y todos los fascistas del siglo XXI, se proclaman
liberales y defensores del libre mercado y la competencia, aunque sólo cuando
eso sirve para eliminar derechos sociales y protección a los desfavorecidos;
acaban con ellos para dar ayudas a oligarcas multimillonarios. Por eso les
parece bien que Donald Trump se salte a la torera todos los principios que los
propios liberales han establecido siempre como los que deben gobernar la
política económica que salvaguarda los mercados, la competencia y la
eficiencia.
¿Rodaría Chaplin otro Gran Dictador con Trump y Musk?
Abascal y
su partido se presentan como los grandes defensores de la moralidad y el orden,
pero defienden a personajes como Elon Musk de quien se ha escrito en
The Wall Street Journal que consume LSD, cocaína, éxtasis y hongos
psicodélicos, a menudo en fiestas sexuales privadas en todo el mundo, donde los
asistentes firman acuerdos de confidencialidad o entregan sus teléfonos para
entrar. Les parece correcto que Donald Trump acabe con la ley que prohíbe
cometer delitos de soborno y otras prácticas corruptas a las grandes empresas y
bancos estadounidenses (como Goldman Sachs y JPMorgan Chase que fueron
condenadas por ello). O les cae bien el propio Trump, condenado en firme por 34
delitos, varios de ellos por maltrato y abuso sexual y difamación a mujeres.
Abascal y
su partido se consideran patriotas y los defensores más auténticos de España,
pero desprecian, insultan y odian a los españoles que no pensamos como ellos.
Son patriotas de pacotilla que descuartizan a su Patria, los peores
nacionalistas que no aman ni defienden a España. La rompen en mil pedazos.
Los
nuevos fascistas tienen más dinero y han acumulado más poder que los del siglo
XX y por eso son posiblemente más peligrosos
Los
nuevos fascistas tienen más dinero y han acumulado más poder que los del siglo
XX y por eso son posiblemente más peligrosos. Entre otras cosas y
principalmente, porque están dispuestos a boicotear cualquier avance que pueda
frenar la amenaza más grande que se cierne sobre la vida en el planeta, el
cambio climático. Y, como acaban de mostrar cuando hablan de Gaza, porque
desprecian el derecho a la vida de los seres humanos. Ni siquiera tienen su
grandilocuencia y pomposidad. Hitler mató a millones de personas para construir
un imperio. Trump, seguido de vasallos como Abascal, dice estar dispuesto a
llevar a cabo una limpieza étnica y asesinar a palestinos inocentes para
construir complejos residenciales. Son, eso sí, tan fanfarrones y acomplejados
(basta ver a Abascal de puntillas para salir más elevado en las fotos) como el
viejo führer asesino o Franco. El psicoanalista austríaco Alfred Adler analizó
bien ese tipo de personalidades: “Cuanto mayor es el sentimiento de
inferioridad que se ha experimentado, más poderoso es el afán de conquista y
más violenta la agitación emocional”.
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