sábado, 14 de octubre de 2017

CATALUÑA: PIROMANA ARRIMADA Y PIROMANO ALBERT RIVERA, JEFES DEL Cs, DANDO CUENTA DE SUS MISERABLES Y RESPECTIVAS TALLAS MORALES PERSONALES Y GRAN OPORTUNISMO POLÍTICO, DESEANDO QUE LA SOCIEDAD CATALANA SE ROMPA DEFINITIVAMENTE EN DOS POR UN PUÑADITO DE LENTEJAS (COSA QUE AL PP LE IRIA DE RECHUPETE PARA GANAR LAS ELECCIONES EN ESPAÑA Y PODER SEGUIR TAPANDO SUS CORRUPCIONES, LAS MAYÚSCULAS Y LAS MINÚSCULAS) AZUZAN LA VIOENCIA CON LA EXIGENCIA DE LA APLICACION DEL 155 (Mientras que en la Patria unida de España, ya no está la corrupción de los jefes del PP, ni hay peligro del terrorismo del Estado Isámico, ni hay peligro de que la banca nos robe en su totalidad los fondos de las pensiones, ni hay niños que pasen hambre, los salarios suben catapún chin chin, el paro es cosa desconocida y hata los pantanos se están llenando de agua, por si no lo sabían ustedes)



La crisis catalana impulsa el 'sorpasso' de Cs (17,5%) a Podemos (16,9%) mientras baja el PP   
        
    





© Externa

La altísima tensión con Cataluña que monopoliza y envenena la política española desde hace semanas —y, de forma más intermitente, desde hace años— tiene por ahora algunos ganadores y perdedores en términos de votos. El que más rentabiliza el conflicto es Ciudadanos (Cs), y el que más pierde es Unidos Podemos (16,9%), hasta el punto de que se vería superado por Albert Rivera. El PP también acusa desgaste, mientras que los socialistas caen ligeramente respecto al pico que registraron justo tras la reelección de Pedro Sánchez al frente del partido, pero aun así su marca está por encima de la cosechada en las generales de junio de 2016.

Hasta a un 17,5% se encaramaría Ciudadanos de celebrarse unas nuevas legislativas ahora mismo. Tercera fuerza del país. Es el voto estimado que arroja el último barómetro del Instituto DYM para El Confidencial, que parte de 982 entrevistas realizadas entre el 26 de septiembre y el 11 de octubre. Es decir, el trabajo de campo comprende tanto la recta final hacia el referéndum ilegal como la propia jornada del 1-O —en la que las imágenes de colas de catalanes a las puertas de los colegios y de cargas policiales recorrieron los medios de todo el mundo— y hasta la comparecencia de Carles Puigdemont en el pleno del Parlament, en el que declaró la independencia de Cataluña para suspenderla apenas segundos después. El periodo final de las entrevistas coincide con el requerimiento enviado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy —pero pactado con el PSOE de Sánchez— al 'president', para que aclare si en realidad proclamó o no la secesión, y con el pacto de los dos grandes partidos para abrir la reforma constitucional en seis meses.

Si se celebrasen unas nuevas generales ahora, el PP volvería a ganar. Aunque su ventaja se va acortando. Del 33,01% del 26-J pasaría al 29,9%. 3,11 puntos de caída en algo más de un año. Los populares bajan incluso si se compara con el último barómetro de DYM, que proyectaba un 30,9% de estimación de voto.

5,9 puntos por debajo del PP se queda el PSOE. La encuesta actual calcula un 24% para el partido de Pedro Sánchez. Los socialistas también caen un punto respecto a la encuesta anterior, la que siguió a la renovación del mandato en primarias. Pero ese 24% es, no obstante, superior al 22,63% de los comicios del 26-J. El 'efecto Sánchez', que también detectó el barómetro de julio del CIS (24,9%), se mantiene en alguna medida, pero sin experimentar ningún repunte. No obstante, en Ferraz sí se cree que el acuerdo de su jefe con Rajoy para abrir el melón del cambio de la Carta Magna es un importante balón de oxígeno, que refuerza su imagen de hombre de Estado que gusta a su parroquia tradicional.

 Sánchez no cree que los electores desencantados que en su momento emigraron a Podemos puedan castigarle por su aproximación al PP en la mayor crisis institucional que sufre el país desde la Transición, porque "esto es prepolítico", está en juego la democracia, más allá de las "ideologías".

Albert Rivera charla con Pedro Sánchez durante el desfile de la Fiesta Nacional, este 12-O en el madrileño paseo de la Castellana. (Reuters)© Proporcionado por El Confidencial Albert Rivera charla con Pedro Sánchez durante el desfile de la Fiesta Nacional, este 12-O en el madrileño paseo de la Castellana. (Reuters) Muy lejos del PSOE
Ciudadanos se alzaría con la tercera plaza del podio. Con su 17,5% superaría a Unidos Podemos (16,9%). La formación de Albert Rivera es la que saca más tajada del choque con Cataluña. El 26-J se quedó en un 13,06%, de modo que el crecimiento es de 4,4 puntos. Esa subida que observa DYM —que por cierto ya era visible en el estudio anterior (15,8%)— también se reproduce en otros estudios de opinión. Unidos Podemos sale bastante dañada del envite catalán. Del 21,15% de las últimas generales pasaría al 16,9%. 4,25 puntos menos y, sobre todo, muy descolgada del PSOE, así que el sueño del 'sorpasso' se aleja. La tendencia es claramente a la baja para los de Pablo Iglesias y las confluencias, ya que en el barómetro de junio de este año se situaban en el 17,5%. Quienes crecen, en cambio, son otras formaciones minoritarias (del 10,1% de hace un año al 11,7%).
Si se compara con el 26-J, por tanto, salen fortalecidos Ciudadanos, PSOE y los partidos más pequeños, mientras que se debilitan Unidos Podemos y el PP.
Pero como en toda encuesta también hay que observar la intención declarada de voto, la que manifiestan los entrevistados y sin pasar por la cocina posterior. Pues bien, se ha reducido en relación con la ola anterior. Más acusada en el caso de PSOE, PP y Unidos Podemos, y menos en Cs.
Un 12,6% de los encuestados confiesa que votará al partido de Sánchez. Es la formación favorita. Por detrás queda el PP (10,5%), Unidos Podemos (10,4%), Ciudadanos (8%) y otros partidos (6,7%). El estudio demuestra que se están produciendo algunos corrimientos de voto, que provocan variaciones en el posicionamiento electoral de las diferentes fuerzas.
Así, en relación con las generales de 2016, Ciudadanos se fortalece porque logra captar un 9,5% de sus votantes al PP, y también 'roba' un 4,7% de los electores al PSOE. Unidos Podemos, mientras, se debilita porque cede un 5,8% de sus votantes al PSOE y otro 4% a fuerzas más pequeñas. Además, mantiene indeciso a un 22,1%. Fideliza, por tanto, solo a un 56,4% de los que apostaron por Iglesias.
El PSOE, mientras, retiene al 63,5% de sus electores, y cede un 4,7% a Cs y medio punto a Podemos, pero a cambio compensa esa fuga con los que atrae del partido naranja (4,4%) y de Unidos Podemos (5,8%). Los populares, mientras, no consiguen compensar el escape de electores a los de las filas de Rivera (9,5%) con los que conquista de ese partido (1,3%) o del PSOE (0,7%).
Distinto prisma en Cataluña y fuera
DYM también pregunta a los entrevistados acerca de su opinión sobre la gestión de los dos Gobiernos —el central y el de la Generalitat—, y de los principales partidos de la oposición. Ninguno aprueba, ninguno llega al 5 en una regla donde el 0 implica una valoración muy negativa de su actuación y el 10 una puntuación sobresaliente. Ciudadanos se lleva un 3,815 en el conjunto de España. La mejor nota. Le sigue el PSOE (3,675), el Ejecutivo de Mariano Rajoy (3,389), Unidos Podemos (2,542) y el Govern (1,952).
Si se distingue entre la calificación en Cataluña y en el resto del país, se aprecian diferencias. Así, en la Comunidad Autónoma, la mejor nota, 4,2, se la lleva el Ejecutivo de Puigdemont, y después, aunque a distancia (3,5), Unidos Podemos. Los catalanes puntúan al PSOE con un 2,7 y a Cs, con un 2,1, pero el Gobierno de Rajoy consigue un pobre 1,8. En el resto del país, la formación naranja es la que mejor nota recibe (4,2), y siguen próximos los socialistas (3,9), la Moncloa (3,7), Podemos (2,3) y el Govern (1,5).
Si se tiene en cuenta el partido votado en las últimas elecciones, resulta que Cs cosecha la misma nota (un 6,1) entre los votantes del PP y los de Rivera. El PSOE de Sánchez recibe el aprobado (un 5 clavado) entre sus electores y, curiosamente, mejor puntuación (rondando el 3,7 y 3,8) entre el granero del PP y de Cs que en el de Podemos. El Gobierno de Rajoy logra un bien (6,4) entre sus parroquianos conservadores y un suspenso alto entre los naranjas (4,5). La formación de Iglesias, en cambio, es la única fuerza que no aprueba entre sus votantes.







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