martes, 13 de junio de 2017

PUBLICADO EN CRÓNICA DE ARAGÓN


El golpista Leopoldo López

13. junio 2017 | Por | Categoria: EditorialMeneamePrintWhatsApp





El artículo 144 del Código Penal de Venezuela castiga con penas de doce a veinticuatro años de prisión a “los que se alcen públicamente, en actitud hostil, contra el Gobierno legítimamente constituido o elegido, para deponerlo o impedirle tomar posesión del mando”. Una redacción muy similar a la del artículo 472 del Código Penal español, que dice que “son reos del delito de rebelión los que se alzaren violenta y públicamente para ­–entre otras cosas– sustituir por otro el Gobierno de la Nación”. Para estos reos, el artículo 473 de nuestro Código Penal establece penas “de quince a veinticinco años” de prisión.

Pues bien, el líder opositor venezolano Leopoldo López (condenado a 13 años de prisión por los delitos de instigación pública, daños a la propiedad en grado de determinador (inductor), incendio en grado de determinador y asociación para delinquir) publicó ayer un vídeo desde la cárcel, en el que decía lo siguiente: “A los militares que hoy están en las calles les quiero mandar un mensaje muy claro, muy sereno y enmarcado en nuestra Constitución: ustedes también tienen el derecho y el deber de rebelarse, de rebelarse ante las órdenes que buscan reprimir al pueblo venezolano”.

No es preciso ser un experto en Derecho para caer en la cuenta de que el discurso de Leopoldo López llamando a la perpetración de un golpe de Estado contra el Gobierno democráticamente elegido en Venezuela, constituye delito, un delito muy similar a aquellos otros por los que Leopoldo López fue condenado en 2015, tras haber llamado a una rebelión popular que dejó tras de sí 43 muertos en las calles del país.

Por otra parte, ese “pueblo venezolano reprimido” del que habla Leopoldo López está compuesto por turbas de violentos encapuchados que, por ejemplo, el pasado 2 de junio asesinaron al juez que ratificó la condena contra el propio Leopoldo López. El uso de armas de fuego y el lanzamiento de artefactos explosivos contra las fuerzas de seguridad, son dos de los recursos más utilizados por los “pacíficos” manifestantes que luchan por la “democracia” en Venezuela.

Debería movernos a la reflexión el hecho de que Venezuela sea el único país democrático en el que las democracias occidentales ven con buenos ojos que manifestantes armados lancen cócteles molotov a la Policía.

Evidentemente, Venezuela está atravesando por una mala situación económica e institucional, pero nadie con capacidad para ello se dedica a investigar las causas que han conducido a la misma. La guerra económica que los grandes capitales trasnacionales iniciaron hace años contra el país, tiene mucho que ver con su situación actual. Para ellos no era admisible que un gobierno, por muy democráticamente elegido que esté, ponga la economía al servicio de las personas y no del dios Mercado. El caso de Grecia y Syriza es la mejor prueba de lo que algunos están haciendo en Venezuela.

Y entre esos “algunos”, como siempre en Latinoamérica, la larga mano de Estados Unidos y de la CIA, con su estrategia de desestabilizar a gobiernos díscolos, para luego sustituirlos por dictadores afines como Pinochet, Videla, Ríos o Bordaberry.

En cualquier caso, por si a alguien le quedaba alguna duda sobre la condena que le fue impuesta en 2015 a Leopoldo López, sus últimas palabras confirman la actitud golpista, y por lo tanto, delictiva, del principal líder opositor venezolano. Seguramente, los mismos que en España hablan a todas horas del “imperio de la ley” estarán ahora deseando que no se aplique la ley venezolana sobre las presuntamente delictivas declaraciones de Leopoldo López. Esa es toda la coherencia que se puede encontrar entre quienes defienden la proliferación del capitalismo salvaje.

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