martes, 17 de noviembre de 2009

YO SOY COLOR BEIG CLARITO

(Joaquín Sabina poniéndose "rojo" dándole a la "fumaca")

A Joaquín Sabina no le gusta ser “progre”. Incluso cuando la derecha le acusa de ser de una izquierda acomodaticia, que es lo equivalente a no ser chicha ni limoná, se enfada el hombre y los manda a “mamarla”, porque tampoco quiere ser izquierdosillo acomodaticio. No le mola.
Joaquín Sabina quiere ser rojo. Pero no de un rojo corriente y moliente, sino rojo, por lo visto como su maestro, Maradona, que este si que tiene que ser rojo de la rojería total, del que toma esa expresión chabacana de mandar a “mamarla” a todo aquel que lo contradiga.
Yo me imagino a Sabina cantando, y entre canción y canción, bebiendo gas-oil, sulfúrico, alquitrán con algunos polvillos de serrín o yeso para estornudar bien, afirmando que lo que hay que hacer es seguir “siendo rojo”, que no sé yo si estando harto de gas-oil se sabe bien lo que se dice, porque ser rojo, como le gusta ser a Sabina, si es que la rojería que proclama tiene que ver algo con ser de izquierdas, no es cosa de cuchufleta, y por ello requiere unas cuantas ideas claras en relación con el mundo en que se vive que, a mi juicio, son incompatibles con el gas-oil.
Con rojos como Sabina y con maestros como los que él tiene, según declaración propia, como Diego Armando Maradona, que seguramente pueda presumir de todo a excepción de virtudes, se explica uno que la derecha de la derecha como es Rajoy, pueda hoy dárnosla con queso, porque, de palique, el que parece de izquierdas es Rajoy al hablarnos de la nobleza de la política, de la honradez, del esfuerzo y de valores personales, que desde luego él no práctica, ni en el orden personal ni en el social o político, pero eso sí, como Sabina, habla.
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