lunes, 21 de noviembre de 2016

CARAMBA, CARAMBITA CARAMBÉ Y CORCHOLIS. UNA DE LAS MANITAS DERECHA (LA OTRA YA LA TIENE EN LA CÁRCEL) DE LA VELOCIPIDA ESPERANZA AGUIRRE, QUE CORRÍA QUE SE LAS PELABA EN PLAN PRÓFUGA CUANDO LOS MUNICIPALES MADRILEÑOS LE ECHARON EL ALTO. Y EL DIARO EL MUNDO NO ES PRECISAMENTE UN CHICHARRO MOÑO AL VIENTO COMO EL PABLO DE PODEMOS



LOS DETECTIVES QUE ESPIARON A IGNACIO GONZÁLEZ EN COLOMBIA SE JACTARON DE TENER PRUEBAS DE SUS COMISIONES



21.11.2016    




 
Ignacio González. / JAVI MARTÍNEZ© JAVI MARTÍNEZ Ignacio González. / JAVI MARTÍNEZ 
 

EL MUNDO accede a la grabación de la cumbre de los dos espías en 2010. Diseñaron su plan de ataque: "Cobra un millón por obra (del Canal)".

Los dos detectives que espiaron a Ignacio González en Colombia se jactaron en una reunión que mantuvieron el 20 de abril de 2010 en el hotel Meliá Princesa de Madrid de tener en su poder pruebas documentales que acreditarían las supuestas comisiones percibidas por el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid a cambio de contratos públicos del Canal de Isabel II.
Según detalló Julio Gutiez, propietario de la agencia de detectives Mira, a Mariano Ortiz, el investigador que subcontrató para seguir al alto cargo del PP en Cartagena de Indias, tenía a buen recaudo «los papeles» que demostrarían cómo González habría cobrado «un millón de dólares por obra». Y que lo había hecho a través de «dos empresas» ubicadas «en Colombia y Santo Domingo».
EL MUNDO ha tenido acceso a la grabación de aquella reunión, en la que ambos investigadores se citaron, en pleno proceso judicial contra ellos por revelación de secretos, para coordinar las declaraciones que efectuarían en el juzgado.
Dicho encuentro tuvo lugar a la vista de que avanzaba la investigación judicial en relación al vídeo grabado por Ortiz con cámara oculta y en el que quedaron inmortalizados los movimientos de González y la antigua cúpula del Canal de Isabel II en su periplo colombiano, que tuvo lugar en 2008.
Esta reunión tuvo lugar además inmediatamente después de que la Policía identificase a los detectives que habían realizado el trabajo, llegando a amenazarles con un delito de falso testimonio por haber negado su participación y haber sugerido la posibilidad de celebrar un careo entre ellos.
Aquel vídeo reflejaba a los acompañantes de González portando unas misteriosas bolsas y a la comitiva al completo departiendo durante uno de los desayunos sobre bancos suizos y bufetes panameños.
Los detectives se citaron en privado para especular de dónde había salido el vídeo que había difundido la cadena Ser. «Ese vídeo tú se lo debiste dar a alguien», le recriminó Ortiz al detective que le contrató, que negó estar detrás de la filtración.
«¿Pues entonces, cómo coño ha salido? Será alguien de tu oficina», le recriminó su compañero.
«Nos van a dar hasta en el carné de identidad [...] Nos van a dar cera. Ese señor (Ignacio González) y los contrarios de ese señor», tomó la iniciativa el dueño de la agencia Mira.
«¿Qué pueden hacernos?», le preguntó Ortiz a Gutiez con voz temerosa. «Pues joderte la vida. Achuchar y hacer una campaña de desprestigio. Lo tengo muy claro».
Después de dar por hecho que la difusión de las imágenes y la identificación de los autores desataría una ofensiva contra ellos, los detectives diseñaron su contraataque.
«Tendrá que tener cuidado (González) con lo que dice y con lo que hay», apuntó Gutiez aludiendo a la reacción que previsiblemente protagonizaría el entonces número dos de Aguirre. «Tengo unas cositas muy buenas de Colombia y Santo Domingo, unos papeles. Y él ya lo sabe porque me lo ha preguntado una persona cercana a él».


EL ENIGMA DE LAS BOLSAS

En las imágenes grabadas se ve a la comitiva que viajó a Colombia, en la que se encontraba Ignacio González -centro y abajo-. Varias personas entraron en una casa cargadas con bolsas -arriba- y salieron sin ellas.
"Como me den, eso sale pa arriba"
A continuación, explicó que el motivo por el que se le encomendó el trabajo fue precisamente documentar el cobro de sobornos. «A mí me dicen que van a volar a Colombia y me dan un margen de dos días. Me dicen que la cúpula de esta gente va a ir [...] y me dicen que esta gente está cobrando comisiones». «Esto era para ver dónde se reunían y para ver si había alguna reunión donde se cobraban comisiones, pero en general», abundó.
«Y cuidado que yo tengo los papeles de dónde se cobran las comisiones», enfatizó Gutiez entre risas. «Que los tengo, ¿eh?, que los tengo». «Y a lo mejor salen las dos empresas a las que están pagando un millón de dólares por obra».
«Quizá eso sea el salvaculos», terció Ortiz, más tranquilo que antes.
«Pues en sitio bien cubierto está el asunto. Porque a mí me podrán dar pero, desde luego, como me den, eso sale pa arriba. Pero vamos... Como eso lo tengo yo, ahí se quedará, aparte de otras cositas».
«Sí, de otras cositas», confirmó su acompañante, dando a entender que disponían de otro tipo de pruebas en relación con una visita de la comitiva madrileña a «Barranquilla».
Una vez acordado que estarían los dos dispuestos a aflorar las supuestas pruebas de las comisiones, pasaron a coordinar sus posiciones en el procedimiento judicial. «Tendremos que tener claras ciertas cuestiones», aleccionó Gutiez a Ortiz. «Lo que hay que mantener es que nosotros no hemos recibido un duro [...] El tema es que si nos llaman y nos hacen un careo tenemos que tener muy claro lo que tenemos que decir».
«Esa pregunta», señaló Ortiz en referencia al pago, «me la han hecho desde todos los ángulos», dijo aludiendo a los interrogatorios policiales a los que había sido sometido hasta ese momento. «Me dicen que el cliente es un bufete, Walker o algo así, que tiene ramificaciones. Yo dije que no tenía ni idea de ningún despacho de abogados».
«Yo he dicho un bufete de abogados, pero no he dicho el nombre y dije que no iba a revelar mi cliente. A mí cuando me llaman la primera vez no hablo ni de Ignacio González ni de nada. No sé cómo te lo han podido decir», replicó el dueño de Mira.
«En mi segunda declaración me han dicho: 'Usted me ha engañado o no me ha dicho toda la verdad'. Tienen hecha la pericial de voz. Me preguntaron los datos que tenía. Les dije que el vuelo y que del hotel me enteré yo luego. Me preguntaron cómo se hizo el encargo», indicó Ortiz. «Les dije que como yo he vivido en Colombia me consideraba idóneo, que no he cobrado. Yo dije que por un trabajo así se deben cobrar 20.000 o 25.000 euros, que yo soy un obrero y que esa grabación está hecha en un lugar público por una persona autorizada a hacerlo, que soy yo».
«A estos sólo les interesa saber quién nos ha contratado y de dónde ha salido la pasta. Y les interesa políticamente», apostilló el detective que hizo el trabajo de campo.
Este periódico desveló hace unos días otra grabación. Esta vez de una reunión celebrada un año después, el 29 de marzo de 2011, en las dependencias de la Comunidad de Madrid. Aquel encuentro fue organizado por González, que siempre ha sospechado del ex consejero Francisco Granados, para intentar obtener todas las claves de su espionaje de boca de quienes le siguieron.
Por eso dos representantes suyos emplazaron a los abogados del detective Mariano Ortiz, Alejandro Mata y Julio Hernández. En dicha cita los emisarios de González trasladaron a los letrados la oferta de que si su cliente confesaba quién había encargado y pagado el espionaje, la Comunidad de Madrid pediría atenuantes para él.
Los defensores de Ortiz desvelaron que el trabajo costó 300.000 euros, fue pagado con facturas falsas y que el encargo procedió del PP. Hasta el punto de que añadieron que si destapaban el nombre del cliente final, «a Esperanza Aguirre», en aquel momento presidenta madrileña, «se le destapa la caja de los truenos».
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