PARA EL 15-M: EN QUÉ QUEDAMOS: ¿LECHE O CALDO TETA?

(Una manifestacion de las numerosas manifestaciones del 15-M en España)

Desde hace más de un año la industria automovilística, pobrecita mía, una de las joyas del capital, uno de los pilares básicos del desarrollo y del crecimiento del capital a nivel mundial anda malita, alicaída, jodidilla. No vende un rosco, o sea, que su capacidad productiva sobrepasa en mucho a la capacidad de adsorción de automóviles que tiene el mercado. ¡Vaya por Dios que mala suerte, hombre!, que los mercados no pueden absorber todo lo que se produce. Sobreproducción que tenemos. Con la sobreproducción hemos topadazo, amigo lector.
¿Y sobrando capacidad productiva los listis-listillos de la finanza, los chupi-chupanzas de la banca, los obedientes políticos de la gobernanza y las cúpulas allegadas de la sindical UGT y CCOO nos piden mayor productividad para salir de la crisis?
Francamente y sin mejorar lo presente. Yo me sé chistes mucho mejores, donde va a parar, y aviso, el mejor de mis chistes es de hacer cagar a los culebrones, o sea, malo de cojones.
Durante un tiempo allá que te va. Las ventas de automóviles se mantienen a duras penas por las subvenciones procedentes del dinero de todos (público) que el gobierno mete en los bolsillos de los industriales del automóvil por el arte del birle birloque, es decir, que el gobierno cuando los grandes capitales no pueden por si mismo mediante la explotación directa de los trabajadores obtener la tasa de beneficios necesaria para hacer crecer sus capitales, porque ya no es técnicamente posible, acude en su auxilio y es mediante el gobierno como los grandes capitales obtienen el beneficio esperado. Y este es el camino que se va a seguir de ahora en adelante para mantener las relaciones técnica y sociales del capitalismo en pie, y no sólo en la industria automovilística, esté en la Moncloa Zapatero, Rajoy o el chinito pelón, que es también muy gracioso, salvo que como pide el Movimiento M-15 iniciemos el proceso socio-político de cambio hacía un nuevo sistema que no esté basado en las relaciones de producción capitalista.

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