domingo, 10 de marzo de 2019

VENEZUELA. UN ANÁLISIS



Las 3 fases del Plan Guaidó: De la euforia al silencio de un fracaso rotundo

Kaosenlared
09.03.2019

Se debe revisar con detalle y sin subjetividades ideológicas, lo que ha acontecido en Venezuela desde el 10 de Enero del presente año. Luego de que Nicolás Maduro asumiera la presidencia de la República el 10 de enero de 2019, como resultado de las elecciones del 20 de Mayo de 2018, se pone en march

En primer lugar, se debe revisar con detalle y sin subjetividades ideológicas, lo que ha acontecido en Venezuela desde el 10 de Enero del presente año. Luego de que Nicolás Maduro asumiera la presidencia de la República el 10 de enero de 2019, como resultado de las elecciones del 20 de Mayo de 2018, se pone en marcha el Plan Guaidó, que hasta el momento ha pasado por dos etapas fundamentales y está por entrar en su tercera y última etapa.

Comencemos revisando las dos primeras etapas, que se han basado en un análisis político errado, según el cual, Nicolás Maduro, gobierna a través de una especie de Junta Militar, donde únicamente una cúpula brinda un apoyo interesado al presidente de la república, como consecuencia de un interés personal y económico en la continuidad del mandato de Maduro. Ciertamente, puede haber algo de verdad en este análisis, pero no es toda la verdad. Sabemos que una verdad incompleta es, simplemente, una mentira. La verdad o es completa o no es verdad, así de simple. Por lo tanto, este análisis pasa por alto la enorme votación recibida por Maduro el 20 de Mayo, pasa por el alto los millones de militantes inscritos en el partido de gobierno Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y no toma en cuenta el impacto de todo el proceso de ideologización de la FANB llevado a cabo durante 20 años de chavismo. Que, por ejemplo, muestra resultados concretos en los casi 2 millones de milicianos voluntarios con los que hoy cuenta la reserva militar del componente ejército de la FANB (Fuerza Armada Nacional Bolivariana).
Ninguno de estos elementos mencionados en el párrafo anterior fueron considerados por el partido de extrema derecha: Voluntad Popular (VP), liderado por Leopoldo López y, del cual, es un miembro de mediano rango, y poca popularidad antes del 23-E, el diputado Juan Guaidó.
1era Fase del Plan Guaidó: 23-E

Luego del establecimiento de la nueva directiva de la Asamblea Nacional de Venezuela, con Juan Guaidó como nuevo presidente de la misma, se da inicio a la primera fase del plan. Cabe destacar que las fases se han ido sucediendo no porque estuviese previsto así desde el principio, sino como consecuencia de los fracasos sucesivos de las mismas ¿En que consistía el plan original o 1era Fase? Basados en la falsa hipótesis según la cual Nicolás Maduro era una especie de Mio Cid, cabalgando muerto sobre una cúpula corrupta de la FANB, el Plan Guaidó confiaba en que luego de una “auto-proclamación” presidencial se produciría automáticamente un desconocimiento por parte de, al menos un 50% de la FANB, al gobierno de Nicolás Maduro. Las 72 horas siguientes a la auto-proclamación de Juan Guaidó eran la clave de este plan. Debían producirse pronunciamientos militares, previamente pactados, que según el plan resquebrajarían la cohesión de las FANB y provocarían una confrontación entre los mandos medios y el alto mando militar. En este confrontación formal, podrían suceder dos cosas:
1.       En el primer escenario, se esperaba que, con una mayoría favorable al presidente auto-proclamado, la fracción leal al presidente constitucional de la república (Nicolás Maduro) buscaría un “pacto de superviviencia” (pacífico) que podría pasar por la salida del país del alto mando militar, un pequeño grupo oligárquico del PSUV y del presidente Nicolás Maduro. En este sentido, luego vendría la toma del poder por el presidente de la Asamblea Nacional debido a una falta absoluta del presidente constitucional Nicolás Maduro (eso no ocurrió).
2.      En el segundo escenario, aunque no tuviesen una mayoría dentro de la FANB, podrían conseguir una “masa crítica”, suficiente para provocar el conflicto interno. Es decir, esperaban poder conseguir una cantidad tal de oficiales medios para la facción sublevada que aunque no provocase la rendición pacifica del grupo de oficiales leales al presidente Maduro, si que les obligase a tomar acciones militares para reducirlos. Estas acciones militares (legítimas) del gobierno de Nicolás Maduro, servirían de excusa para acusarle de crímenes de “lesa humanidad” y declarar que en Venezuela había una “guerra civil”, con lo cual Estados Unidos, tendría una clara excusa para intervenir militarmente y colocar en Miraflores a su presidente títere Juan Guaidó. Pero esto tampoco sucedió, no se alcanzó ni a un 0,5% de deserciones en la FANB, algo que no provocó ningún conflicto interno en la estructura militar venezolana.
Es decir, la auto-proclamación nunca fue, realmente, un plan de concreción de la toma del poder, sino una estrategia para provocar la ausencia absoluta del presidente de la República y , luego, se tomaría el poder “constitucionalmente”, debido a una “falta absoluta”, prevista en la constitución nacional. El plan les parecía perfecto, pero se basada en premisas falsas (como ya hemos explicado en el párrafo anterior). Al superar las 72 horas, el gobierno de Nicolás Maduro, salió fortalecido. Comienza a preparación de la segunda fase. Para preparar esta fase, el convenio entre EE.UU y la cúpula de Voluntad Popular (VP) consistía en una división del trabajo en los interno y lo externo. Internamente, el auto-gobierno de VP debía trabajar más profundamente en la FANB, debía garantizar que ante la inminente 2da fase, se produjeran (ahora si) una cantidad tal de deserciones militares que permitieran rendir a la FANB leal al presidente de la república Nicolás Maduro (pacífica o violentamente). Por su parte, EE.UU utilizaría su poder diplomático para ganarle mayores apoyos y reconocimiento internacional a Juan Guaidó, algo que el gobierno de EE.UU si que logró. Sin embargo, VP no pudo conseguir en firme, ningún apoyo relavante a la causa insurrecional, con miras al 23-F. Sin embargo, irresponsablemente hicieron creer al gobierno de EE.UU que habían avanzado y que con una nueva provocación, ahora si se produciría el quiebre de la FANB. Es entonces cuando entramos firmemente en la 2da Fase. Eran los días de las semanas posteriores al 23-E. Comienza, la preparación de la segunda fase.

Durante la auto-proclamación de Juan Guaidó los vicepresidentes de la Asamblea Nacional, que debieron ser quienes lo juramentasen permanecieron distantes al acto de auto-proclamación (Edgar Zambrano a la izquierda, Stalin González a la derecha)

2da Fase del Plan Guaidó: 23-F

Luego del fracaso de la 1era fase, se requiere de una re-agrupación de las fuerzas insurrecionales con el apoyo internacional provisto por medio de la diplomacia norteamericana que consiguió el apoyo de una gran cantidad de gobiernos, que reconocieron a Juan Guaidó como presidente de Venezuela. Pero hace falta una nueva provocación que produjera el quiebre de la FANB. Es entonces cuando surge la idea de la entrada forzada de la “ayuda humanitaria” por las fronteras de Colombia y Brasil. Los gobiernos de Colombia y Brasil fueron muy dificiles de convencer para esta aventura, sólo la presión intensa del gobierno de EE.UU doblegó a los gobiernos de estos países y les embarcó en esta peligrosa aventura. La resistencia de ambos gobiernos consistía en su conocimiento de las capacidades defensivas de la FANB, algo que curiosamente VP desconocía absolutamente (se habían creído su propia mentira acerca de la FANB).  Es decir, la dirección de VP predicó en todos los foros internacionales que la FANB eran una fuerza débil, cobarde e inútil que no presentaría ninguna resistencia a una intervención “humanitaria” en Venezuela y que no se resistiría a la violación de la soberanía sobre el territorio venezolano, algo que no era muy creíble por los altos mandos de los gobiernos de Brasil y Colombia, que si que conocen bien a la FANB. Pero prevaleció la presión diplomática de EE.UU sobre los gobiernos del “Grupo de Lima” y se inicia la provocación. No sin antes, implementar una intesa, muy intensa, guerra psicológica sobre la FANB. Esta guerra psicológica se basaba en hacer creer a los funcionarios de la FANB que iban a ser pulverizados por el ejercito de EE.UU sino dejaban entrar la “ayuda humanitaria” en territorio venezolano. Se montaron montones de noticias falsas en la redes sociales, montones de “fake news” cuyo objetivo era debilitar la moral de los oficiales medios y soldados de la FANB.
Nuevamente, al basarse en unas falsas premisas, el plan estaba condenado al fracaso. Se contrataron sicarios colombianos y delincuentes venezolanos traídos de Caracas para fomentar el caos en las filas de defensa de la FANB sobre los puentes internacionales e incitarles a una reacción violenta que quebrara la moral de la FANB a nivel nacional y provocara una rebelión contra el presidente de la República. Innumerable cantidad de videos y fotografías demuestran que este era el objetivo. Provocaciones directas a los funcionarios de la FANB, sobre los puentes internacionales durante el 23-F tenían como propósito provocar una estampida de deserciones que no se produjo. Un evento previamente pactado pretendía ser el detonante. El evento del secuestro de dos tanquetas de la GNB en la mañana del 23-F, que arremetieron contra el cordón de seguridad de la Policia Nacional Bolivariana (PNB) tenía como finalidad ser el detonante inicial de una confusión que, según los “cesudos” analistas políticos de VP, provocaría el derrumbe de toda la estructura militar venezolana. Los videos muestran como esta acción tuvo una respuesta inmediata de la GNB, pero en sentido totalmente contrario al esperado por los planificadores del caos asociados al plan insurrecional de Juan Guaidó. Los militares desertores quedaron absolutamente aislados del lado colombiano, se recuperaron las tanquetas y se cerraron filas sobre el puente internacional. Fracaso absoluto de la primera provocación (esto puede entenderse con claridad en montones de vídeos que hemos publicado en nuestro canal de Youtube y grupo de Facebook, no hay mas ciego que quien no quiere ver).
Durante el día 23-F, delincuentes y sicarios colombianos arremetieron con bombas molotov sobre los cordones de la PNB y la GNB. El objetivo era “encender la mecha” de la sublevación militar a partir de un evento violento que se magnificaría por los medios televisivos colombianos al servicio del gobierno de EE.UU y la cúpula de VP. El estoicismo de la GNB y la PNB fueron notables, se hizo un uso bastante medido de bombas lacrimógenas y perdigones de goma para reducir a los contratados para generar violencia. Transcurría el 23-F y no terminaba de producirse la violencia y consecuente insurrección militar, cundía el pánico entre los líderes de la insurrección. Delicuentes contratados por la oposición, en su frustración, golpean al diputado que liderazaba la toma del puente internacional de Ureña. En medio de este caos, se lanzan los camiones con “ayuda humanitaria” contra la GNB que no se mueve de su posición. Entonces comienzan a lanzar bombas molotov contra la GNB, con la finalidad de dispersarles e ingresar a territorio venezolano, donde se generaría un caos (“encender la mecha”). En ningún caso, hubo intención alguna de repartir pacificamente la “ayuda humanitaria”. Veamos que tres camiones con “ayuda humanitaria”, no significan absolutamente nada para los más de 30 millones de habitantes, ni siquiera para cubrir una minima fracción de los habitantes del Táchira, todo era un montaje, una provocación que , finalmente, fracasó.
El reclamo de EE.UU a Juan Guaidó

A pesar de la posición formal del vice-presidente de los EE.UU Mike Pence y su afirmación del supuesto apoyo al 100% a Juan Guaidó, la realidad es otra, muy distinta. Los EE.UU cumplieron su parte, comprándole los apoyos internacionales al gobierno fraudulento de Juan Guaidó, pero éste señor no cumplió, no logró ganarse a una cantidad suficiente de militares venezolanos como consecuencia de la intimidación previa al 23-F y las provocaciones de ese mismo día, llevadas a cabo por algunos sicarios y delincuentes, usando cocteles molotov, sobre los puentes internacionales (no me refieron a los manifestantes pacificos que honestamente estaban ahí). El fracaso es evidente y el gobierno de EE.UU se sentía engañado. En este sentido, el vicepresidente de Estados Unidos reprochó a Guaidó que no se produjo la deserción masiva de militares que ellos prometieron. Estados Unidos teme que la oposición al régimen de Maduro pierda su momentum, una vez más. De acuerdo al diario Argentino La política OnLine , Pence trazó a Juan Guaidó, un duro diagnóstico de todo lo que estaba fallando en la ofensiva contra el régimen chavista, delineando una nueva estrategia para los proximos días: la tercera fase. El mayor reclamo fue por la continuidad de la adhesión de FANB a Maduro. Hasta ahora sólo unos trescientos efectivos han abandonado al gobierno, sobre un total de 300 mil hombres armados, es decir, un 0,1%, ¿ese es el apoyo que tiene Guaidó en las FANB? No lo sé, pero está muy lejos de ser una masa critica suficiente para provocar la crisis institucional que debía provocar el líder de la oposición. Por otro lado, el vice presidente de EE.UU y su gobierno (que de tontos no tienen nada), recriminó a Guaidó la falsedad de otro de los supuestos que Guaidó transmitió al inicio de la ofensiva contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro: La base social de Maduro está desintegrada. En realidad, la crisis económica ha provocado que, en efecto, el apoyo a su Gobierno ha bajado, pero está muy lejos de ser insignificante.

Por eso vimos a Juan Guaidó, haciendo llamados vergonzosos al “pueblo chavista” para que se uniera a su insurrección, cuando nunca antes había reconocido ni siquiera la existencia del chavismo. Para él, no existía chavismo, sino una cúpula militar que gobierna en una especie limbo y a la cual sólo se obedece por la fuerza y la intimidación, algo que ha demostrado ser totalmente falso y ya EE.UU y los países del llamado “Grupo de Lima” lo tienen muy claro. Por que ahora lo tienen muy claro es que los países del llamado “Grupo de Lima”, el lunes pasado, entre una cosa y otra, dijeron TODOS que estaban en contra de cualquier acción militar contra Venezuela. Algo que también quedó muy claro en el último consejo de seguridad de las naciones unidas.


Simpatizantes de Juan Guaidó prenden fuego a camiones con “ayuda humanitaria” en puente internacional de Ureña (Frontera Colombo-Venezolana)

3era. Fase (última) del Plan Guaidó: El Carnaval Rojo

Ante la vergüenza de su error y los reclamos de EE.UU y la evidente distancia creciente con el “Grupo de Lima”, a Juan Guaidó no le queda otra que hacer un esfuerzo final, regresando a Venezuela. Es la última jugada de provocación de Guaidó. Ante una previsible y obvia detención de Guaidó por sublevación, insurrección, traición a la patria y muchos otros posibles cargos que se le pueden imputar, la jugada es ahora usar su detención para provocar el quiebre en la FANB. Aprovechar el asueto de carnaval para movilizar a la gente y provocar un caos, un carnaval rojo que de a Estados Unidos la excusa definitiva. Por el bien del país y de la paz, espero que nuevamente fracase en su intento. La salida para Venezuela debe ser democrática y pacifica, por medio de elecciones anticipadas, organizadas por venezolanos, de todas las tendencias políticas y con observación internacional certificada y reconocida por todos.

Kimberly Breier, subsecretaria de Estado de EEUU para Asuntos del Hemisferio Occidental a partir de 2018. Desde su cuenta en Twitter, Breir ha reportado su acompañamiento al opositor venezolano en Brasil y Paraguay, como un respaldo poderoso y al parecer necesario a Guaidó. Kimberly Breier tiene una licenciatura en Español y entre 1995 y 1997 hizo una maestría en la Universidad George Washington, famosa entre otros méritos por formar futuros empleados de la CIA. Allí, se conoce que también Guaidó realizó estudios de posgrado.

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