martes, 21 de julio de 2009

AGUIRRITA DE MADRID

(Doña Esperanza Aguirre de Madrid, Aguirrita para los allegados)

Ave María Purísima, que cuando se habla de santos así hay que empezar (ustedes tienen que decir: sin pecado concebida, y así, ustedes como lectores y yo como escritor, quedamos como Dios manda, como buenos amigos).
Doña Esperanza Aguirre, Aguirrita para los allegados y limpios de corazón, como yo , por ejemplo, no tiene culpa de que el AVE de Guadalajara, que ni siquiera tiene la estación en Guadalajara, pare en la finca de unos familiares suyos.
Y no la tiene porque Dios ya hizo así las cosas. Al hacer Dios el mundo (antes del calendario laboral de los siete días) llamó a San Pedro y le dijo: ven acá Pedro que ya me estás cansando. ¿Ves este punto aquí? – le preguntó señalando con el dedo al globo terráqueo- No Maestro, le respondió. Y le siguió diciendo Dios. Pues, aquí, justo aquí, va Guadalajara, y esta manchilla que ves es la finca que le tengo reservada a la familia política de Doña Esperanza, Esperancita. Y este puntito que aquí ves dentro de la manchilla de Guadalajara es la estación del AVE, para que te vayas enterando.
Con lo acabado de mencionar se evidencia que Aguirrita queda limpia en lo tocante al AVE. Pero limpia de polvo y paja ya no me atrevo a decirlo, porque viene a resultar que le han regalado unas picotas. Y esto hay que aclararlo.
A Camps le han regalado unos trajes, y yo me lo creo, ¡faltaría más!, pues a Aguirrita igual, pero en picotas, o sea unas cerezas que deben costar un ojo de la cara; a la Barberá, que es también del PP, pues resulta que también le han regalado un bolso que por el precio debe saber decir papá y mamá, el bolso, porque la Barberá lo que ha dicho es otra cosa: que regalos a todos los políticos le hacen. Es decir que a la señora Botella, esposa de Aznar también la ha obsequiado; a Rodrigo Rato también; a Álvarez Cascos también, al otro Álvarez, al del Manzano también…, pero bueno, ¿es que estos no van a tener a uno sano?
Menso mal que aquí estoy yo para sacar de este aborigen de regalos a Aguirrita de Madrid. A ver si entre ella y yo podemos hacer partido, porque el Gallardón mucho palique, mucho palique, pero a la hora de la verdad ná.
Para empezar, Aguirrita, de te voy a decir que no me creo que te hayan regalado picota alguna, listilla, que eres muy listilla…, picotas ni leches.
Pero voy a pasar por tu palabra, porque si no lo hago, te tendría que llamar embustera, y quieras que no, esto lo lee gente y se iba a enterar de eso, de que te llamo embustera, y no van los tiros por ahí hoy.
Así que, maja, ya te quiero ver devolviendo esas picotas que dices que te han regalado, y públicamente, para que la gente vea que tienes madera. Amén.
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